ISSN-e: 1989-3302
DOI: 10.30827/rl
No. 14 (2015): Special Issue The Legitimation of Modern Writer
Este número no solo habla de cruces sino que también realiza cruces en varios sentidos. Quienes participamos en él integramos un proyecto de investigación de enfoque comparatista, con sede en la Universidad de Buenos Aires, titulado “La legitimación del escritor moderno en América Latina y Europa. Polémicas, operaciones, representaciones”. Los cruces de este proyecto son múltiples: provenimos de distintas universidades y experiencias formativas, algunos nos especializamos en literaturas latinoamericanas y otros en literaturas europeas, algunos en los siglos XVIII-XIX y otros en los siglos XX-XXI. El presente número de Letral refleja esta diversidad, una diversidad efectivamente “transatlántica” en la medida en que los textos que se trabajan aquí, así como quienes trabajan esos textos, procedemos de distintas orillas. La metáfora del océano como gran espacio de productividad nos permite trazar –más allá de las relaciones exclusivamente bilaterales entre las antiguas metrópolis y sus colonias– circuitos amplios como los que se encuentran en varios artículos de esta revista. En este sentido, el carácter transatlántico alude al sesgo comparatista de nuestro proyecto y no a un programa particular de estudios literarios.
El interés principal de estos artículos es el problema de la legitimidad del escritor como condición alcanzada o por alcanzar, y de la legitimación como acción o proceso. Se trata, en todo caso, de una problemática ligada al orden de la autoridad o la validez, aquello que fundamenta el derecho a ser de ciertas prácticas o que autoriza ciertas producciones. Nos proponemos tomar los términos “legitimidad” y “legitimación” no como simples conceptos instrumentales, sino como categorías que intentamos problematizar dentro del marco histórico de la modernidad. El título de este proyecto evoca dos obras clásicas del siglo veinte que interpretan y analizan la cultura moderna en relación con su crisis de legitimidad. La primera es La legitimación de la Edad Moderna (1966) de Hans Blumenberg, que abrió una polémica específica en el campo filosófico acerca de la autocomprensión de la modernidad. La segunda es el primer tomo de la obra de Paul Bénichou sobre la génesis del escritor moderno como nuevo poder laico, La coronación del escritor (1973). En la intersección imperfecta de estas dos obras se delimita el primer ámbito problemático de este proyecto: la cuestión histórico-teórica de la legitimación del escritor moderno. Y una tarea general: la descripción e interpretación de escenas polémicas, operaciones de lectura y estrategias discursivas, categorías conceptuales, representaciones, mitos y relatos ideológicos vinculados con esta cuestión.
Una escena de legitimación es una escena de tipo histórico en la cual el problema de la legitimación resulta central y dramático. Cada una de ellas propone, desde la especificidad de un marco histórico, operaciones, fórmulas y ámbitos de legitimación que no se agotan en ese marco, lo cual implica el reconocimiento de ciertas constantes. Entre otras: la manipulación de la representación biográfica; la función del soporte de publicación (diseño editorial, circuitos de difusión, redes de articulación ideológica) como artefacto legitimador; la asunción de dramatis personae que permitan eludir el campo normativo de la época; la elección de figuras como el científico o el detective como modelos de representación de la tarea del escritor; la visibilidad del traductor como operación de legitimación enunciativa; la interacción buscada por el escritor con otras esferas de significación cultural contemporáneas que impriman representaciones de legitimación sobre su propia producción.
Los análisis propuestos en este número de Letral se concentran en situaciones específicas que ponen de manifiesto algunas de estas maniobras de la literatura moderna en sus distintos esfuerzos de legitimación. Más aun, pueden reconocerse algunas orientaciones de análisis, necesariamente interconectadas: ciertos artículos se concentran en la construcción de legitimidad autoral (Ledesma, Louis); otros en la producción y reproducción de legitimidad ideológica y teórica (Baigorria, Sverdloff, Caresani); otros en el problema de la legitimidad cultural en modernidades “disonantes” o “discrónicas” (Casanova, Del Gizzo, Pignatiello).
En consonancia con las ideas que animan nuestro proyecto, la vasta problemática de la legitimidad autoral en la modernidad es estudiada desde distintos marcos históricos con la intención de construir, en una perspectiva experimental, un objeto donde las especificidades de cada escena funcionen como casos particulares de un problema general.
La propuesta de Annick Louis trabaja sobre ciertos aspectos de la figura de Jorge Luis Borges: la imagen pública del autor y la relación entre dicha imagen y su obra literaria. El artículo explora las ubicaciones de la figura de autor en la obra de Borges y en otras producciones culturales; en un segundo momento propone una periodización de las diferentes etapas del autor Borges entre el comienzo de su carrera y su muerte, tratando de aprehender sus especificidades. El trabajo de Jerónimo Ledesma pone en relación la obra de Borges y Thomas De Quincey, el “English Opium-Eater”. Su artículo investiga de qué modo la incorporación de De Quincey al canon personal de Borges supuso una serie de operaciones vinculadas con la escena histórica en que se inscribió su proyecto intelectual. Borges “desnarcotiza” a De Quincey, prioriza al “escritor intelectual”, y no obstante, afirma Ledesma, cuentos como “El Aleph” y “El Zahir”, requieren una lectura en la perspectiva del opio dequinceano y su retórica intoxicada.
En “La legitimidad del entusiasta: dos hipótesis históricas”, Martín Baigorria vuelve a la Alemania de finales del siglo XVIII para analizar el surgimiento de una nueva imagen de la subjetividad en la obra de Klopstock y el rol de los discursos literarios en ese proceso, no menos importante que el del propio discurso filosófico. Su análisis se detiene en las poéticas entusiastas del siglo XVIII, cuyos tópicos contribuirían a legitimar un nuevo tipo de auto-comprensión histórica, basada en las ideas del cambio, la planificación racional del futuro y la acción subjetiva.
Los enfoques elegidos para este número buscan a su vez generar una reflexión epistemológica y metodológica sobre las operaciones de legitimación en la propia disciplina. Desde esta perspectiva pueden leerse los artículos de Mariano Sverdloff y Rodrigo Caresani. En el marco actual de crisis de los estudios clásicos, Mariano Sverdloff observa las operaciones de repliegue de la disciplina. En un gesto defensivo de legitimación, los estudios clásicos parecen en efecto escudarse, hoy, en las antiguas marcas de valor que supieron conferirle, a partir del siglo XIX, la institución escolar, el modelo de tradición retórica y el capital cultural que le atribuía la burguesía. Ese gesto de repliegue supone un proceso de distribución de valores donde la presencia o ausencia de la herencia clásica es el patrón que mide el valor de un texto, lo que a su vez implica una lectura aplanadora, algo moralizante, del complejo orden de fuerzas que regía a la Antigüedad clásica, hoy transformada en baluarte de la cultura y la civilización. En “Continuidad, humanismo y legitimación liberal: algunas cuestiones de método en los estudios sobre tradición clásica”, donde se estudia el conflictivo y polémico uso que las derechas francesas han hecho de los clásicos en la primera mitad del siglo XX, Sverdloff propone perspectivas de análisis que combinan la historia de las ideas y la literatura comparada, y que intentan dar cuenta de la violencia del mundo antiguo.
En “Viaje y traducción en el fin de siglo latinoamericano: Rubén Darío y su rara navegación de biblioteca”, Rodrigo Caresani analiza la paradójica situación del modernismo hispanoamericano como objeto de estudio: por un lado, los renovados bríos teóricos y críticos que en la actualidad recibe de los estudios transatlánticos y de la literatura mundial; por el otro, la permanencia de ciertos presupuestos epistémicos no siempre interrogados, que invisibilizan su singularidad. Qué presupone el modernismo hispanoamericano en tanto objeto de estudio; en qué medida su dimensión transcontinental y sus prácticas (viajes, traducción) legitiman aquellos enfoques críticos que cifran en el desplazamiento las fuerzas y tensiones del intercambio literario; hasta dónde la práctica central de la traducción permite construir una “comunidad flotante” que rompe la dualidad entre literatura nacional y literatura europea, y a su vez problematizar la consensuada figura crítica del traductor latinoamericano como “pasador”, “aduanero” o “importador” de la literatura europea en las diversas literaturas nacionales, son algunas de las preguntas teóricas que plantea su trabajo.
El problema de la legitimidad cultural en modernidades “discrónicas” “disonantes” o “desencontradas”, y de su relación con los horizontes normativos de lo que se les presenta como centro, es problematizado en los trabajos de Sandra Casanova-Vizcaíno y Gerardo Pignatiello, que se ocupan de producciones estéticas contemporáneas en los contextos nacionales específicos de Puerto Rico y Paraguay. En el caso de Casanova-Vizcaíno, para analizar narraciones que recrean, en clave irónica y grotesca, ciertas figuras de los géneros de horror; en el de Pignatiello para analizar de qué manera el reciente cine paraguayo se ha posicionado en el mercado mundial mediante procedimientos que revelan una negociación entre formas de la cultura local y lenguajes internacionales, tales como los del western, el thriller o el neorrealismo. Ambos trabajos explicitan la desnuda ingeniería de una legitimidad en disputa, lo que a su vez permite la comparación con otros mecanismos de legitimación vigentes en espacios pensados como centrales. En este sentido, la visibilidad, la condensación de recursos y la consecuente riqueza de material para el análisis teórico que ofrecen este tipo de escenas de legitimación es grande.
El trabajo de Luciana Del Gizzo, a partir del caso del invencionismo en la Argentina, construye una caracterización de la vanguardia que vincula su emergencia a condiciones históricas particulares. Se radicaliza aquí el método de análisis que describe cómo la escena local, al tensionarse con un supuesto centro, desnuda las operaciones de legitimación. La naturaleza de las vanguardias trastorna la legitimidad tradicional, porque su búsqueda de autonomía las divorcia de todo lo que les resulta heterónomo. ¿Cómo legitimar aquello que reniega de la tradición para autorizar su práctica? ¿Cómo sostener lo que abjura del proceso de institucionalización del arte, mientras se reconoce a su vez como praxis artística? Resolver la tensión entre autonomía y legitimidad ha sido el desafío invariable de toda vanguardia que suscribió la función de actualizar el arte cuando la historia producía quiebres y giros. “Autonomía vs. legitimidad, un dilema vanguardista. El caso del invencionismo” analiza tres mecanismos alternativos a la tradición que desplegaron estos movimientos para legitimarse como expresiones artísticas y autorizar su práctica: el vínculo interdisciplinario, la construcción de nuevas genealogías y la fundamentación grupal.
En la sección “Agentes culturales”, el texto “¡Las humanidades a la calle!” Javier Suárez (Universidad de Harvard) refiere al Colectivo Interdisciplinario TXT, cuya aspiración central es redefinir el sentido de las humanidades en la sociedad contemporánea. El Colectivo surgió entre la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en un espacio exterior al mundo universitario pero a la vez en estrecha conexión con él. Define su actividad experimental y poético-pedagógica como una “irrupción” o intervención en “cualquier estructura inmóvil que se considere a sí misma como verdad”. TXT se autofigura como un proyecto artístico-educativo transversal que religa los contenidos universitarios con el flujo de la vida urbana, oponiéndose a las regulaciones disciplinarias que separan la producción de saber de la experiencia crítica y la vivencia personal, y la formación intelectual de la vida comunitaria.
En la sección literaria de “Transversales” publicamos tres textos relacionados de distintas formas con la temática del número. Presentamos en primer lugar un fragmento del libro donde, de Eduardo Lalo, que reflexiona sobre el no-lugar del escritor puertorriqueño, recreando la atmósfera de esa condición desplazada mediante la combinación de una escritura fragmentaria con fotografías en blanco y negro que retratan escenarios de inhospitalidad. El siguiente es un trabajo de la escritora argentina Yamila Bêgnétitulado “El ensayo”, que toma como hipotexto los ensayos de Jean-Jacques Rousseau. Teórico de los orígenes, Rousseau imaginó una de las ficciones más productivas para la crítica de la cultura y la llamó “estado de la naturaleza”. Bêgné vuelve a una fábula central de esa invención –el encuentro entre hombres primitivos que se desconfían y por eso se ven como gigantes en el Ensayo sobre el origen de las lenguas– y escribe su propia versión del primer encuentro con el otro. El tercer texto es un cuento de la escritora argentina Mercedes Álvarez. “Grow a lover” invierte con mordaz ironía la erótica machista: el hombre es el objeto, la mujer es la consumidora. Pero ese aparente cinismo explora las formas huidizas de la vulnerabilidad y la delicadeza, en un mundo donde el consumo y el mercado pautan constantemente el deseo.
Incluimos además dos entrevistas. En la primera, Marcelo Topuzian, profesor de Literatura Española III en la Universidad de Buenos Aires, reflexiona sobre la política de la teoría, las dinámicas actuales de los estudios literarios y sus propias contribuciones en este marco. En la segunda, el profesor y especialista en literatura caribeña Ryoichi Kuno (Tokio, 1962) indaga en su experiencia personal como traductor al japonés de literatura latinoamericana.
Algunas de las reseñas que se incluyen al final abordan a su vez aspectos distintos de las temáticas elaboradas en los artículos de este número. Agustina Lojoya Fracchia revisa el libro El burgués. Entre la historia y la literatura de Franco Moretti, estudio centrado en la retórica y los dispositivos semánticos que definieron tanto la figura como la ideología literaria del bourgeois o middle class man. El libro ha sido recientemente traducido por la editorial Fondo de Cultura Económica (2014) y se integra al proyecto alentado por Moretti de elaborar el campo comparatístico de las “distant readings”. La reseña de María Lucía Puppo presenta por su parte una lectura del libro recientemente publicado por la investigadora Mariana Di Ció: Une calligraphie des ombres. Les manuscrits d’Alejandra Pizarnik (2014). Producto de una investigación doctoral realizada en la Biblioteca de la Universidad de Princeton, donde se encuentra el Fondo Alejandra Pizarnik, el libro de Di Ció analiza los manuscritos de la poeta argentina en la perspectiva de la crítica genética, ampliando así la comprensión de ciertas operaciones ligadas a la construcción de la obra y la imagen autoral. Por último, la reseña de Francisco Aiello presenta una lectura del libro del escritor martiniqueño Patrick Chamoiseau, Césaire, Perse, Glissant. Les liasons magnétiques (2013). Aiello subraya la orientación literaria ofrecida por Chamoiseau en su aproximación a estos tres escritores antillanos aparentemente tan distantes. Chamoiseau, dice, privilegia en ellos el aporte estético, “la poesía que se impone por sobre otras prácticas”, lo cual le permite consolidar “un canon antillano conformado por tres nombres que desde ciertas miradas sesgadas pudieran parecer irreconciliables”. Un canon necesario, o, si se prefiere, legitimante, para la construcción de una tradición literaria propia.
Finalmente, la reseña de Ángel Esteban comenta elogiosamente el reciente libro del Fernando AínsaEnsayos (2014), trabajo en el que reconoce “la vuelta a lo que fue el ensayismo latinoamericano hasta la llegada de la sinrazón academicista”. Aínsa, en palabras de Esteban, ofrece al lector contemporáneo cinco soluciones “(…) para luchar contra el academicismo despersonalizador: propiciar una relectura de la Ilustración, acentuar su carácter crítico y dialogante, recuperar su vocación pedagógica, abrirse a formas informales de pensamiento y actualizar la función utópica de la historia americana”.
Guadalupe Silva y Magdalena Cámpora (Coordinadoras).