Núm. 6 (2011): Monográfico Puerto Rico

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Puerto Rico 1811-2011: dos siglos de independencia frustrada ¿en una colonia postcolonial?

Onetti y Lezama Lima, objeto de los anteriores monográficos de LETRAL, no necesitan justificación alguna para ser rescatados en sus centenarios. Pero uno podría preguntarse: ¿por qué Puerto Rico aquí y ahora? ¿existe ese país invisible?

2011 conmemora dos siglos de una historia que pudo ser: el Puerto Rico independiente. En ese sentido, este monográfico enlaza con las celebraciones del Bicentenario de la Independencia americana que recorrieron el mundo a lo largo del pasado año. Homenaje y chequeo a un ¿país, nación, patria? que no logró emanciparse a lo largo del XIX, a pesar de sucesivas intentonas, entre otras el emblemático Grito de Lares (1868), paralelo al cubano de Yara y eco de la Gloriosa. Pero hubo un alzamiento primigenio, laconspiración de San Germán (1811) al hilo de otros en Hispanoamérica... un frustrado alzamiento que pudo haber cambiado la historia del Caribe. No fue así y los isleños, que habían participado en las Cortes de Cádiz, viajaron sin éxito una y otra vez a la metrópoli en busca de autonomía o independencia: es el caso de Eugenio María de Hostos, rescatado ahora en el Cervantes virtual.

La historia isleña tuvo un antes y un después: el 98, fecha en que se produce la ocupación norteamericana en la todavía Colonia española y que generó una cultura híbrida, de asimilación y rechazo a la vez, según fases alternativas del pasado siglo. El ELAEstado Libre Asociado (curiosa fórmula política acuñada por Muñoz Marín en 1952) permitió modernizar el país y desde entonces populares (PPD) y anexionistas (ANP) se alternan en el poder, no sin problemas. Los recientes disturbios en la universidad -recogidos en un par de trabajos de este monográfico- ponen de manifiesto al agotamiento de la fórmula y la necesidad de buscar vías alternativas ya en el siglo XXI. Por no hablar de la emigración, que había generado un país escindido entre dos geografías (la isla y la diáspora estadounidense), vehiculadas por lo que Luis Rafael Sánchez ha denominado La guagua aérea (1974). ¿El resultado? Una especie de etnonación flotante, con lo que conlleva el término: extraterritorialidad, nomadismo...

¿Existe una literatura puertorriqueña? No cabe duda: discutida y original, frontera lingüística, resquebrajadura del canon literario al introducir progresivamente spanglish e inglés como idiomas propios... Perpetuamente empecinada en la búsqueda de identidad (generaciones del treintacincuenta ysetenta...) Y cada vez más global y postmoderna, al ir abandonando binarismos maniqueos (gringo/isleño) del pasado siglo.

El propósito de este monográfico es conectar al lector con este país invisible, en afortunada frase de Eduardo Lalo -para los europeos, el Caribe por antonomasia fue siempre Cuba-. En los últimos años, los puertorriqueñistas se han empeñado en visibilizarlo a través de Congresos (Amberes, Oxford, Lisboa, Sevilla) y monográficos de revistas: Foro Hispánico 29 (Rita de Maeseneer y Efraín Barradas, 2006), La Página (Iris M. Zavala, Tenerife, 2010), Nuestra América (María Caballero, Oporto, 2010) despliegan un panel de escritores y problemáticas; suponen un repaso a su historia y una rendición de cuentas, a nivel totalizador.

Este monográfico de LETRAL es menos ambicioso: la estructura de la revista lo condiciona y redirecciona en sentido transatlántico, enriqueciendo una perspectiva tradicionalmente endogámica. Lo que hace justicia a la historia... Porque puertorriqueños como Hostos, Acosta, Balseiro, Elsa Tió, Marqués, Díaz Valcárcel, Wico Sánchez, Rodríguez Juliá o las hermanas López-Baralt -Luce lo recuerda en este volumen-... estudiaron o vivieron en España. De modo paralelo, muchos puertorriqueños -Carmen Vásquez lo consigna- se beneficiaron de la presencia española en la isla, incrementada generosamente tras la guerra española.

Una pequeña aclaración: la perspectiva transatlántica sigue primando al seleccionar -algo inevitablemente doloroso, porque hay excelentes especialistas que no pudieron estar aquí- los colaboradores de este volumen. Así Ineke Phaf escribe desde Berlín, Rita de Maeseneer desde Amberes y Eduardo San José desde Oviedo. Por no hablar de otros países hispanoamericanos como Argentina, bien representada por Sancholuz. Se tuvieron en cuenta, además, las opiniones y perspectivas de puertorriqueños que trabajan en el exterior: Benjamín Torres Caballero o Diana Torres... Y se cuidó que hubiera al menos una voz de dentro: la de Roche, en este caso.

En cuanto a la creación, Julio Marzán y Esmeralda Santiago representan “el otro lado”, mientras que García Ramis y Eduardo Lalo escriben desde la isla; aunque ambos han salido y juegan, en realidad, con ambas perspectivas, en este caso la española de sus orígenes y la parisina de formación, respectivamente.

Por fin, las entrevistas se seleccionaron en función del ¿problema lingüístico? un asunto muy debatido acerca del cual conversamos con José Luis Vega, director de la Academia Puertorriqueña de la Lengua y un inmenso poeta. En cuanto a Mayra Santos-Febres, su capacidad de gestión cultural plasmada en el reciente Festival de la Palabra, que impulsa hace años la hacía indispensable, más allá de su calidad como poeta y narradora.

Quisiera dar las gracias a los colaboradores, por su generosidad presta siempre a responder a mis requerimientos en un tiempo demasiado breve. Y disculparme por los posibles fallos que todo volumen de estas características conlleva, más allá de los deseos del coordinador.

María Caballero (Coord.)

Publicado: 15-06-2011

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