Hay otros mundos, y están en éste
Resumen
Reflexionamos acerca de cuáles son las herramientas para emancipar a minorías en un contexto socioeducativo con significaciones expulsivas. Esas herramientas son las subjetividades que se construyen a partir de una sensibilidad capaz de captar signos de lo diferente, de sus estados sufrientes, sus modos de existencias, con frecuencia en un mundo precarizado, y de reconocer que la exclusión del sistema educativo está fundada en micropolíticas, donde la diferencia que hace signo, la que se hace visible, clasificable, se produce para negativizarla, antes que considerarla en su afirmación que se enuncia en la voz y en el hacer de muchos alumnos, y como tal, incluirla. Esas diferencias en su dolor no se escuchan y se hacen visible en alumnos, en el destrato de sí y de otros. Ello mutila potencias, impidiendo crear un mundo donde existir. Las nociones del poder de los diagnósticos de época, discriminantes, impiden pensar más allá de ellos que la vida misma del alumno requiere de otro estatuto, el del reconocimiento de la diferencia, esto es, la diferencia que se multiplica en simulacros vivos, audibles; en saberes que son encuentros alegres por su autonomía de obrar en un mundo a crear. Todo ello es potencia.