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Autores/as

Vol. 11 (2025), Estudio
DOI: https://doi.org/10.30827/sobre.v11i.31116
Recibido: Jun 20, 2024 Aceptado: Nov 19, 2024 Publicado: Feb 1, 2025
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Resumen

La primera comida de la que ha quedado registro verbal y plástico en la cuenca del Mediterráneo es la relativa al mordisco mítico que una criatura le dio a la pieza de fruta que alguien había prohibido comer. Ese primer bocado lo ejecutó una mujer simbólica para así darle lugar a la especie humana: para que, puesta en pie, contra las leyes celestes y para defenderse de la naturaleza, comenzara la andadura del conocimiento. La hermandad del comer y del saber, la comunión de la cultura y del placer, quedó establecida en el origen. Aquí se analizan algunos casos ejemplares de cómo, a partir de la literatura, el arte le atribuyó apariencia a ese suceso: proyectó un escenario, construyó una escenografía y teatralizó una acción que expresara en imágenes los deseos. De Durero a Oliveira, desde Cranach a Marisa Vadillo, se evidencia la persistencia de la manzana simbólica que, una vez aniquilado El jardín de las delicias, daría lugar a la invención del gran refectorio que es la ciudad.

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Parra-Bañón, J. J. (2025) «El primer bocado: Eva, fruta, boca, hogar, pubis, culebra, Marisa V», SOBRE, 11. doi: 10.30827/sobre.v11i.31116.