"Invocaciones" eje central de la valoración mítica de Grecia.
Resumen
"El ejemplo que nos da este libro, doblemente bello por su contenido y su aspecto, de Luis Cernuda, es su nuevo sentido en el desfile por él de las cuatro primaveras. En Luis Cernuda las cuatro estaciones son primavera. Un dejo, un balbuceo del más delicado romanticismo inglés y alemán, injertado en el mejor, más fino sobrerrealisrno francés, contribuyen, creo yo, a esta total impresión de ternura juvenil... La inspiración de Luis Cernuda es un Adonis errante entre ruinas clásicas, que tornan por el suelo todas las formas de la ilusión, hundidas con abril eterno en prados de verde florido; Adonis que espera a su poeta, mientras en el naranjal, con violetas al pie, las nueve Musas suspiran solas su abandono". Muy a su manera, Juan Ramón Jirnénez, al saludar la primera edición de La realidad y el deseo con estas palabras, acertaba, más quizá de lo que el mismo podía suponer, ya en 1936, con visión casi premonitoria. Resulta paradójico que sea entonces, cuando ese Adonis acababa de nacer, cuando la trayectoria mítica que La realidad y el deseo describen acababa apenas de iniciarse, y que fuera Juan Ramón Jirnénez, el poeta que más haya podido, con la injusta parcialidad que le caracterizó siempre como crítico, odiar Luis Cernuda, quien señalara, el primero, lo que iba a ser un aspecto esencial de su obra.