Tectónicas culinarias Tres informes especulativos para un futuro sistema alimentario
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Resumen
Cada vez que comemos, sin ser conscientes de ello, conectamos nuestro paladar a una multitud de lugares remotos: supermercados, invernaderos, granjas, almacenes, redes logísticas, cadenas de frío, vertederos... Estas anodinas arquitecturas rara vez aparecen en las estucadas páginas de las revistas de arquitectura de moda; sin embargo, su impacto en nuestra forma de vida es mayor que la de cualquier ostentoso edificio firmado por el starchitect del momento. En conjunto, forman un vasto aparato distribuido que permite el reensamblaje de la corteza terrestre en los bloques constitutivos de la vida humana. Una arquitectura metabólica de múltiples escalas y condiciones que, pese a su vital importancia, suele permanecer fuera de los intereses de nuestra disciplina. Pero, en un mundo donde lo molecular se torna tectónico y donde cada bocado reverbera a lo largo y ancho del planeta, ahora más que nunca nos urge rediseñarla con sus implicaciones ecosistémicas en mente.