Call for Papers

NÚMERO 10 (2024): (NEO)BARROCOS
FECHA DE PROPUESTAS: DEL 1 AL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2024
PUBLICACIÓN: 15 DE DICIEMBRE DE 2024
 
Invitamos a participar en el próximo número (2024) sobre la temática del (neo)barroco).
Frente al decolonialismo y al nacionalismo de campanario, uno de los mayores retos que tienen los iberoamericanos (latinoamericanos+ibéricos) es construir una hermenéutica propia de su macroárea cultural panibérica. Esta es la única vía para evitar los excesos de la subordinación cultural a consecuencia de la derrota de la modernidad temprana ibérico-barroca. La pretensión es pensar con la propia cabezay, desde luego, no renunciar a ninguna contribución de pensamiento que se haya realizado desde cualquier parte del mundo.
 
La derrota de la modernidad temprana ibérica supuso que todo el territorio iberoamericano (incluida la península ibérica) se colocase en la periferia del sistema-mundo. Por tanto, la situación de periferia de América Latina no es consecuen-cia directa de la colonización ibérica, sino consecuencia directa de la derrota modernidad temprana ibérica. Es por ello que el estudio del barroco, desde la filosofía, la geopolítica y las ciencias sociales, se vuelve una prioridad para el pensamiento iberoamericano.
 
En el libro Tradição e artifício: iberismo e barroco na formação americana, el profesor Rubem Barboza Filho explica la singularidad del barroco humanista ibérico, un absolutismo neotomista no centralista -a diferencia del francés-, en la línea de los grandes avances que se ha realizado en la historiografía de aquel periodo. Aquí vemos como varios paradigmas, conceptos y lenguajes de la modernidad de la Revolución Francesa o del capitalismo industrial inglés no sirven para interpretar al mundo ibérico.
 
Barbosa afirmó que los criollos -a través del conocimiento legadas por las Universidades hispanoamericanas- elaboraron un pensamiento propio «antioccidental» para defenderse de los ataques de Hegel y otros pensadores de la modernidad burguesa europea. Esto ayuda a entender el furor antioccidental que existe en algunos sectores intelectuales, reforzado por el natural antiimperialismo contra Estados Unidos, que ha dado lugar, tras una mutación dada en las Universidades norteamerica-nas, al desastre del decolonialismo, algo totalmente al margen de la realidad rizomá-tica mestiza iberoamericana, que tan bien comprendió Darcy Ribeiro.
 
Para analizar América, el profesor José Antonio González Alcantud resalta dos aspectos. Por un lado, «América no es raíz, es rizoma, al decir de Deleuze y Guattari: su cartografía imaginaria es rizomática». Y, por otro lado, «La raison baroque», de Buci-Glucksmann, que apunta a la imposibilidad de «un discurso unificador». Por tanto, hay que «entrar en los detalles y tener muy presentes las ambigüedades para tener un acercamiento a las nuevas formulaciones complejas de la alteridad».
 
En ese sentido, el paradigma neobarroco tiene un anclaje latinoamericano con protagonismo de la cubanidad, como así está presente en las obras de Roberto Leza-ma Lima, Severo Sarduy, Alejo Carpentier, Haroldo de Campos, Bolívar Echeverría, Samuel Arriarán, etc. El tropicalismo brasileño, en todas sus versiones, con todos sus regionalismos, desde Gilberto Gil a Gilberto Freyre, es exactamente un barroquismo latinoamericano. Es muy importante que se aumente el diálogo iberoamericano para hacer una convergencia de conceptos para así construir un sólido pensamiento (neo)barroco iberoamericano.
 
El pluralismo barroco y tropical está emparentado con el pluralismo del mediterráneo. Desde España en torno al barroco hay autores relevantes ya clásicos como Luis de Góngora y Baltasar Gracián o teóricos como Eugenio d’Ors. Existen también muchos estudiosos del Barroco, pero lo fundamental en este caso, reconociendo diferencias geográficas en el barroco, es que se maneje bibliografía latinoamericana e ibérica. El protagonismo aquí lo tiene América Latina porque el barroco tuvo una mayor continuidad y resistencia que en Iberia. Sobre el neobarroco, desde España, podemos leer a Pérez Tapias, Hugo de Felguerinos, Soldevilla Pérez, Josep M. Catalá Domènech o Norbert Bilbeny, entre muchos otros.El barroco puede ser visto desde el ángulo de la estrategia de las clases domi-nantes para la aculturación eficaz de las dominadas o desde el ángulo del ethos de resistencia de la contracultura del converso, del mestizo o del disidente. Ambas vi-siones son válidas y complementarias. Más allá del potencial del barroco como teoría interpretativa laberíntica del pasado, es posible traerla al presente y futuro. Entre otros motivos por la resistencia cultural popular de los últimos siglos, así como por las posibilidades geopolíticas de tejer alianzas entre países de base ibero-barroca. Se trata de luchar contra la fragmentación interna de este espacio que cuenta con 800 millones de iberohablantes y gestionar la pluralidad de modo intercultural. Es una alternativa al decolonialismo anglosajón, que reduce la antropología de la complejidad a un fomento masivo -eso sí, igualitario- de todos los etnocentrismos, en una competición suicida de reproches entre pueblos y personas.
 
Ya existen decenas de libros y vídeos en YouTube que apuestan por el neobarroco como cosmovisión eficaz para navegar la revolución digital de las redes sociales, con capacidad de utilizar parte del inventario cultural del barroco para la resistencia cultural actual frente a cosmovisiones tecnodespotistas y ultracapitalistas. Quizá no se trata tanto de recuperar una modernidad alternativa, pero al menos de ampliarla, sobre una base de una crítica general a la homogeneización cultural de la modernidad burguesa, incorporando la posmodernidad neobarroca (La era neobarroca, Omar Calabrese). Como dice el profesor Carlos Soldevilla Pérez, en Ser Barroco, una hermenéutica de la cultura, esta propuesta del neobarroco como modernidad ampliada está basada en:
1) La apuesta por el tiempo pausado, rememorativo y re-flexivo, junto con el cuidado de las personas y de la naturaleza.
2) La vindicación de una estética de la existencia.
3) La consideración de lo sublime barroco/neobarroco, que pone en valor la estética de la recepción cultural.
4) El desarrollo y mejora de la cultura popular.
 
Solicitamos artículos encuadrados en las siguientes líneas temáticas:
 
— Antropología histórica en el análisis de las continuidades de la contracul-tura rizomática popular.
— (Neo)Barroco como realidad compleja pesimista. Barrocos contrapuestos y conflictivos. Diferencias entre los barrocos latinoamericanos, ibéricos y mediterráneos.
— Neobarroco como giro para las ciencias sociales frente al decolonialismo y el nacionalismo.
— Neobarroco, redes sociales e inteligencia artificial.
— Convergencias y conflictos entre la primera modernidad ibero-barroca y la segunda modernidad norte-europea y la postmodernidad.
— Orientalismo y barroco: encuentros y desencuentros. Ejemplos desde el arte.
 
 
NÚMERO 11 (2025): FRONTERAS FOTOGRÁFICAS
FECHA DE PROPUESTAS: DEL 1 AL 31 DE MAYO DE 2025
PUBLICACIÓN: 15 DE DICIEMBRE DE 2025
 
La frontera como concepto presenta una doble cualidad próxima al ser humano, no solo ha sido un instrumento de contención interior y exterior, sino que también ha suscitado en la humanidad la necesidad de traspasarlas, la necesidad del viaje, en definitiva, la necesidad de la alteridad, la necesidad de conocimiento del otro. El concepto de frontera también es una metáfora y una invitación a la investigación que se realiza en los límites disciplinares.
 

La fotografía, por su parte, cercana a cumplir doscientos años de existencia, ha pasado por diversas fases históricas siempre asociadas al devenir de la técnica y la tecnología del proceso fotográfico. Ha sido también el espejo de procesos sociales e históricos. En los últimos años estamos asistiendo a un cambio de paradigma en el uso de la fotografía. La fotografía digital ha facilitado tanto la toma fotográfica que empieza a desdibujarse el que ha sido hasta hace poco el trabajo del fotógrafo, tendente a desaparecer, reservándose al oficio solo aquellos espacios creativos y sociales en los que el conocimiento disciplinar aún importa.

Por otra parte, la integración de la fotografía por los círculos académicos de investigación viene de antiguo. En lo que podríamos considerar fotografía científica, la antropología fue una de las primeras disciplinas en usarla como método de investigación. El uso manifiesto de la fotografía por antropólogos como Gregory Bateson y Margaret Mead, posteriormente continuado por Lévi-Strauss, John Collier Jr. y Malcom Collier, entre otros, creó un importante instrumental tanto metodológico como de investigaciones, aunque poco conocidas fuera del campo de la antropología. Con el paso del tiempo, han sido muchas otras las disciplinas que han incluido la fotografía en sus investigaciones, bien como instrumento, metodología, u objetivo final. Fruto de ello es el hecho que evidencia cómo en los últimos treinta años estamos asistiendo a un incremento de publicaciones académicas que sitúan a la fotografía en el centro de este interés. Paralelo a este hecho se evidencia el interés que despierta la fotografía en la población en general.

Muchas disciplinas académicas presentan investigadores interesados por la fotografía a nivel teórico, otros investigadores trabajan incluyéndola en su metodología, en un momento histórico en el que a nivel social, casi cada persona tiene una cámara fotográfica, en una sociedad global en la que en pocos años se están produciendo más fotografías de las que se produjeron con anterioridad en todo el arco que abarca la historia de la fotografía. El exponencial incremento de su consumo, vehiculado por las redes sociales y la incorporación de cámaras en teléfonos móviles, ha facilitado en los últimos años también ese cambio de paradigma en su consumo y en su uso.

Invitamos a presentar propuestas que aborden estas y otras cuestiones relacionadas con las fronteras fotográficas desde una variedad de enfoques teóricos y metodológicos. Aceptamos tanto ensayos académicos así como investigaciones que exploren las siguientes temáticas, que de ninguna manera pretenden ser exclusivas:
— La fotografía en las fronteras disciplinares.
— La fotografía científica.
— La fotografía documental.
— La representación social mediante la fotografía.
— La fotografía y las inteligencias máquina.
— La fotografía como medio para explorar las fronteras entre lo público y lo privado.