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Autores/as

  • Feline Gerstenberg Universidad de Granada, IPAZ
Vol. 12 Núm. 2 (2019), Artículos, Páginas 81-109
DOI: https://doi.org/10.30827/revpaz.v12i2.11683
Recibido: Dec 11, 2019 Aceptado: Feb 2, 2020 Publicado: Feb 26, 2020

Resumen

Alemania es conocida internacionalmente por el movimiento ecologista de los años 70 y el liderazgo que ejerce en el desarrollo de acciones y medidas para la protección de la naturaleza. A pesar de dichos esfuerzos, hoy en día, sigue siendo el productor más importante de lignito del mundo, también conocido como carbón marron. En un lugar cerca de la ciudad Colonia, se encuentra la mina de lignito a cielo abierto más grande de Europa llamada Hambach. Para que la empresa energética RWE, dueña de la mina, pueda ampliar su territorio, quiere deforestar el Bosque de Hambach completamente. Se trata de un bosque de 12.000 años que queda al lado de la mina.

Desde 2012, distintas personas están resistiendo contra la deforestación y RWE. Durante el transcurso del tiempo, se construyó un movimiento bajo el lema ¡Hambi bleibt![1]. Este articulo quiere dar respuesta a la pregunta, hasta qué punto se trata de una resistencia no-violenta. Para esto, se realizaron entrevistas cualitativas con nueve personas que forman parte de los procesos de resistencia y también se analizaron artículos y materiales audiovisuales. El resultado clave es que la mayoría de las personas actúa con métodos de acción no-violenta y que la autoimagen se distingue claramente de la atribución externa. El artículo amplia la Investigación para la Paz con respecto a conflictos socio-ambientales actuales.


[1] En español: ¡Hambi se queda!

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