MODULEMA | ISSN: 2530-934X | VOLUMEN 3. EDITORIAL. PÁGINAS 4-7 | 4
Revista Cientíca sobre
Diversidad Cultural
EDITORIAL
Cultura. 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado
de desarrollo artístico, cientíco, industrial, en una época, grupo social, etc.
(RAE, 2018)
Culture. The way of life, especially the general customs and beliefs, of a
particular group of people at a particular time.
(Cambridge Dictionary, 2019)
Culture. III. À propos des productions de l’esprit et des valeurs qui les
accompagnent. 1. Ensemble des acquis littéraires, artistiques, artisanaux,
techniques, scientiques, des mœurs, des lois, des institutions, des coutumes,
des traditions, des modes de pensée et de vie, des comportements et usages
de toute nature, des rites, des mythes et des croyances qui constituent le
patrimoine collectif et la personnalité d’un pays, d’un peuple ou d’un groupe
de peuples, d’une nation.
(Académie Française, 2018)
Cultura. Conjunto dos hábitos sociais e religiosos, das manifestações intelectuais
e artísticas, que caracteriza uma sociedade: cultura inca; a cultura helenística.
Normas de comportamento, saberes, hábitos ou crenças que diferenciam um
grupo de outro: provêm de culturas distintas.
(Dicio, 2018)
Valgan estas deniciones en las lenguas de la revista para introducir el editorial de
este número de Modulema, pero no es intención nuestra enfatizar sobre lo que está
abundantemente dicho del concepto más antropológico de cultura (lat. cultūra), sino
traer a estas líneas una variedad de subconceptos relacionados con el contenido de
las anteriores deniciones. Y es que no por referirse al término primario sobre el que
se construye esta revista, cultura, que subyace en la diversidad cultural plasmada en
sus artículos, se han de relegar aquellos elementos que dan vida a nuestra identidad.
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Si bien la expresión del diccionario inglés –uno entre muchos– es, además de bella,
integradora de todo lo que supone una cultura: “the way of life” (Cambridge
Dictionary, 2019), vuélvase a leer la acepción recogida de la Academia Francesa, que
se adecua más a la intención de este editorial, es la entrada más explícita de entre
las expuestas y que, como señalan los académicos galos, bebe simultáneamente de
dos términos procedentes de mundos emparentados histórica y logenéticamente,
el germano y el anglosajón: “Au sens III, [culture] a subi l’inuence conjuguée
de l’allemand Kultur et de l’anglo-saxon culture (Académie Française, 2018).
Igualmente, como germanismo aparecerá nuestro adjetivo cultural en el mismo
siglo XX, aunque ya teníamos en la lengua española la voz cultura, documentada
por primera vez en 1515 de la pluma del humanista Pedro Fernández de Villegas
(Corominas & Pascual, 1980, p. 289). Al leer esos elementos que constituyen la
cultura, inevitablemente llevan a pensar en la clasicación que de este concepto
hicieron Miquel y Sans (1992), matizada más tarde por Miquel (2004); en ambos
momentos esta categorización fue motivada para su aplicación en el aula de idiomas.
En primer lugar, encontramos Cultura (con C mayúscula) y cultura (con c minúscula),
la primera hace referencia a aquellos datos histórico-geográcos, literarios y de
las bellas artes que se identican con una sociedad, por lo que también recibirá
la denominación de cultura legitimada, siendo la que mayor atención recibía
antaño en las aulas de idiomas. La segunda, o cultura esencial, está formada por
esos elementos del día a día característicos de la misma sociedad, sean materiales
(indumentaria, alimentación…) sean simbólicos o espirituales (comportamientos,
valores, creencias…), que, si bien apenas aparecían en los libros –aunque van
asomándose cada vez más desde el auge del enfoque comunicativo para el
aprendizaje de las lenguas, allá por nales de la década de 1960–, permiten al
recién llegado que los conozca, integrarse de forma efectiva en el grupo nativo.
Esta dicotomía procede de la germana Kultur / kultur, traducida en francés como
civilisation (Cultura) y culture (cultura) (Estévez Coto y Fernández, 2006), y con la
que Unamuno (1913) ironiza (a propósito de Kultur).
Pero encontraremos un tercer tipo: la kultura (con K) que identica a lo marginal,
a los elementos propios de un grupo determinado y que no pueden vincularse con la
sociedad en general, como puede ser, por ejemplo, la estética, en sus más diversas
expresiones, de un grupo urbano. De esta forma, una persona con kultura es capaz
de reconocer diferentes registros para poder adaptarse a una situación comunicativa
concreta.
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Por otra parte, Cerrolaza (1996, citado por Navarro, 2009, p. 85) distingue
entre la cultura enciclopédica, por la que podemos considerar culta a una
persona y que coincide con la Cultura, y la cultura epidérmica, que es la
adquirida inconscientemente desde la infancia y se interpreta como pautas de
comportamiento, relaciones con los demás, las normas sociales, el concepto de
belleza, de tiempo…, podría compararse al concepto anterior de cultura. Y un tercer
tipo que sería la cultura lingüística o pragmática, que incluye la forma de expresión
de una comunidad; su desconocimiento es el origen de no pocos malentendidos
culturales, menos aceptados que los errores lingüísticos por los nativos de
una cultura, es el caso de la expresión de la modestia, la cortesía, los turnos de
palabras…
En relación con la diferente forma de manifestación de un grupo social, desde el
punto de vista antropológico, no existen culturas mejores ni peores, ni nadie está
predestinado a ninguna concreta, los genes no tienen nada que hacer aquí, pero
el grupo de origen de cada cual, porque supone una herencia social que permite y
garantiza la cohesión del grupo, de la misma forma que lo hace su lengua. De ahí que
exista tanto recelo cuando se percibe como peligroso para esa unión el acercamiento
de elementos extraños al grupo.
El concepto de hábitus, procedente de Bourdieu (1979), está relacionado con
esta herencia al referirse al esqueleto de principios conscientes y subconscientes
procedentes del pasado, que se transmiten a través de la familia, la escuela y las
redes sociales en las que se desenvuelve la persona. Es el bagaje cultural (de cultura
con c o cultura epidérmica) que poseemos cada uno y que, por medio de nuestra
propia experiencia, nos hace generar una concepción muy personal de la realidad
que nos rodea y, en consecuencia, una actitud particular hacia todo lo que no es
nuestra cultura materna, en forma de conciencia subjetiva, lo que Goodenough
(1981) denominará propiospecto; en otras palabras, este se constituye a partir de un
cúmulo de elementos cognoscitivos y afectivos emanados de las propias vivencias que
determina nuestra perspectiva de lo ajeno a nuestra cultura.
En este número de Modulema el lector puede encontrar investigaciones de diversa
naturaleza que tienen como objeto de estudio elementos que podríamos incluir,
sobre todo, dentro de la cultura (con c) o cultura esencial que mueve a la sociedad.
En consecuencia, suponen un aporte más de nuestros autores para la transferencia
del conocimiento social, dada la relevancia y el impacto que puede ejercer sobre
distintos ámbitos. No es sino una parte importante de nuestra tarea cientíca, no
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solo de cada una de las autorías de este número, sino de la propia revista Modulema,
que asume su papel de atalaya en este proceso de difusión del conocimiento.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Académie Française (2018). Dictionnaire de l’Académie française (9.e édition).
Recuperado de https://academie.atilf.fr/9/
Bourdieu, P. (1979). La distinctition: critique sociale du jugement. Paris: Édition de
Minuit.
Cambridge Dictionary (2019). Cambridge, RU: Cambridge University Press.
Recuperado de https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/
culture
Corominas, J. & Pascual, J. A. (1980). Diccionario crítico etimológico castellano e
hispánico (vol. II). Madrid: Gredos.
Dicio (2018). Dicionário Online de Português. Porto: 7Graus. Recuperado de https://
www.dicio.com.br
Estévez Coto, M. & Fernández, Y. (2007). El componente cultural en la clase de ELE.
Madrid: Edelsa.
Goodenough, W. H. (1981). Culture, Language, and Society. Menlo Park, CA:
Benjamin/Cummings Publishing Company.
Miquel, L. (2004). La subcompetencia sociocultural. En J. Sánchez Lobato e I. Santos-
Gargallo (Eds.), Vademécum para la formación de profesores. Enseñar
español como segunda lengua (L1) y lengua extranjera (LE) (pp. 511-531).
Madrid: SGEL.
Miquel, L. & Sans, N. (1992). El componente cultural: un ingrediente más de las
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Navarro Serrano, P. (2009). Cultura con eñe: Cultura, sociocultura e intercultura en la
clase de ELE. TINKUY, 11, 83-93.
Real Academia Española (RAE) (2018). Diccionario de la lengua española (DLE).
[Versión electrónica 23.2]. Recuperado de http://dle.rae.es/
Unamuno, M. de (1913, 26 de febrero). La Kultura y la Cultura. Mundo Gráco,
III(70), 9. Recuperado de http://www.losoa.org/hem/dep/mga/
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Ana M. Rico-Martín
Secretaria de la revista MODULEMA