Díaz-Mas, Paloma (2023), Breve historia de los judíos en España. Madrid: Los libros de la Catarata, 221 pp. ISBN: 978-84-1352-803-8.

María José Cano Pérez

rimon@ugr.es
Universidad de Granada

El libro que hoy merece nuestra atención trata de un tema de especial interés en estos momentos: la historia de los judíos. En concreto, es una historia que narra la presencia de los judíos en la actual España. En 221 páginas se rememora como fue la presencia de los judíos en estos territorios desde sus orígenes hasta nuestros días.

La autora ha organizado el contenido de la obra en cinco capítulos:

El primero de ellos (Los orígenes de la presencia judía, pp. 13-25) trata el periodo romano y el visigodo. En el no solo hace referencia a los hechos documentados (restos arqueológicos de Tortosa, Adra, etc.) sino también a hipótesis plausibles, aunque no demostrables como sería la presencia judía en las colonias fenicias. También hace referencia a aspectos legendarios como la mítica Tarsis o a la diáspora tras la guerra con Babilonia. De forma sucinta trata todos y cada uno de los temas más recurrentes, por ejemplo, el origen del nombre Sefarad. Tras informar sobre los restos arqueológicos menciona al concilio de Hiliveris o Elvira con el que inicia el relato de las relaciones de los judíos y los cristianos que, de una manera u otra, se menciona en todos los capítulos. Describiendo la dura situación de los judíos en época visigoda termina este primer capítulo.

El capítulo segundo (Los judíos en Al-Ándalus, pp. 27-50) está dedica a uno de los periodos dorados del judaísmo. Es llamativo el tratamiento que da a esta época pues no sigue la periodización tradicional y destaca solo a los personajes estrellas y, curiosamente, a Hasday ibn Shaprut del que es conocido su protagonismo en el inicio del judaísmo hispano pero el que es habitual que sea tratado como un personaje secundario. Al periodo de los reinos de taifas –la época de plenitud de la cultura judeoandalusí– la autora le dedica tan solo cuatro páginas; será en el epígrafe siguiente en el que prestará mayor atención a los autores más notables: Ibn Nagrella, Ibn Gabirol, Yehuda ha-Levi o Moshe ibn Ezra, con especial dedicación a Maimónides. Sobre las particularidades político-sociales en las que vivieron los judíos de Al-Ándalus, también, se le dan unas breves pinceladas.

El capítulo tercero (Los judíos en los reinos cristianos peninsulares, pp. 51-102) es bastante más extenso. Para comprender las condiciones de vida de los judíos en cada uno de los reinos la autora se apoya, fundamentalmente, en documentación del tipo de los estatutos, mediante ellos analiza los oficios que desempeñaron, desde el de traductores al de cortesanos. Aquí aborda las polémicas antijudías y, por supuesto los movimientos antijudíos del siglo XIV que presagiaban el principio del fin: revuelta de los pastorelos, la peste negra, las guerras de los Trastámara, etc. hasta culminar en los asaltos a las juderías de 1391-1393. El siglo XV fue el siglo ‘negro’ del judaísmo hispano y así lo refleja la autora en las páginas de este libro: conversiones masivas y primeras actuaciones de la Inquisición. Finaliza el capítulo con la Expulsión de los judíos de 1492.

El capítulo cuarto (Los exiliados y los perseguidos, pp. 103-128) recoge el inicio y desarrollo de la Diáspora sefardí, temática en la que Díaz- Mas es una de las grandes especialistas mundiales. Aquí analiza datos relativos a los expulsados desde las especulaciones sobre el número de individuos que salieron, hasta las condiciones en las que lo hicieron. Es muy interesante el estudio del proceso de creación de las comunidades sefardíes occidentales (Países Bajos, Inglaterra, Italia, Francia y el Magreb) y las orientales (el extenso Imperio otomano). Utiliza para gran parte del estudio de este capítulo la crónica de Bernáldez. La autora dedica especial atención a la comunidad sefardí de Ferrara y a la figura de Doña Gracia Nasí. Finaliza el primer epígrafe de este capítulo refiriéndose a las comunidades sefardíes del Imperio otomano y su cultura, deteniéndose en la lengua judeoespañola. El segundo epígrafe trata la compleja cuestión de los conversos –los cristianos nuevos y los judíos nuevos– reflejando la cruel realidad que afectó a este grupo tanto si eran cristianos sinceros o criptojudíos.

El capítulo quinto (De la España sin judíos a la actualidad, pp. 129-188) trata la relación de las autoridades españolas con los judíos, tanto sefardíes como asquenazíes, durante los cinco siglos que siguieron a su expulsión en 1492 hasta la formación de las comunidades hebreas en la España contemporánea. Este es un aspecto que aunque conocido y estudiado –ya aparece en escritos de Amador de los Ríos– no se suele incluir en los trabajos de conjunto sobre los judíos hispanos. Es, por tanto, un acierto haberlo incluido en un libro de alta divulgación pues muestra como la relación de España con los judíos fue un continuo a pesar de estar vigente la prohibición de la presencia judía en España. Comienza el capítulo con el epígrafe «Judíos en un país sin judíos» cuyo título lo dice todo. En él se recogen noticias sobre los judíos que visitaron e incluso vivieron en España después de la expulsión, sobre todo agentes comerciales y diplomáticos. También se hace referencia la actividad de algunos políticos a favor de admitir oficialmente a banqueros y economistas judíos y criptojudíos. También se analiza el proceso cambiante de la mentalidad de políticos e intelectuales ilustrados españoles durante el siglo XVIII a pesar de la presencia del Santo Oficio. En el siguiente epígrafe - «Debates sobre la vuelta de los judíos en la España del siglo XIX» - destaca la autora las disputas habidas entre los liberales y los conservadores entorno a la ley de libertad religiosa. Se introduce aquí el tema del antisemitismo y sus consecuencias en Europa. Este capítulo termina con la llegada de los primeros judíos a España y el establecimiento oficial de las comunidades hebreas o judías y con el reconocimiento institucional de los judíos en las últimas décadas.

El libro se completa con una extensa y completa Cronología (pp. 189.-203) y un Índice onomástico (pp. 205-218) y una breve Bibliografía recomendada (pp. 219-221).

En resumen, se puede decir que el libro es un notable ejemplo de una obra de divulgación, que ofrece una imagen clara y precisa de lo que han sido y son los judíos hispanos. Cualquier lector interesado en el tema, tras su lectura, tendrá una idea certera del mismo. Por lo cual solo resta felicitar a la autora por su trabajo.