Dos poemas de Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib (s. XIV-XV) *

Two Poems of Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib (14th-15th Century)

Esperanza Alfonso

esperanza.alfonso@cchs.csic.es

ILC-CCHS (CSIC)

ORCID ID: 0000-0003-1387-5810

Recibido: 09/07/2023 | Aceptado: 27/09/2023

https://doi.org/10.30827/meahhebreo.v72.28696

Resumen

Se presenta aquí la traducción española de dos poemas de boda hebreos escritos por el poeta Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib (Castilla, mediados del siglo XIV), poemas inspirados en otro que el poeta provenzal del siglo XIII Yehosef ben Natan ben Ḥanan ha-Ezobi escribe con motivo de la boda de su hijo. La traducción se acompaña de una breve introducción en la que se propicia un diálogo entre los tres poemas y estos se consideran en relación a sus respectivos contextos socio-culturales.

Palabras clave: Poemas de boda, hebreo, Edad Media, Ha-Ezobi, Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib

Abstract

Included herein is the Spanish translation of two Hebrew wedding poems written by Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib (Castile, mid-14th century). They are both inspired by a third poem written by the 13th-century Provençal poet Yehosef ben Natan ben Ḥanan ha-Ezobi on the occasion of his son's wedding. A brief introduction presents the three poems in dialogue with each other and considers them against the backdrop of their respective socio-cultural contexts.

Keywords: Wedding poems, Hebrew, Middle Ages, Ha-Ezobi, Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib

* Este artículo se enmarca en el proyecto LEGARAD III: “Legado de Sefarad. La producción material e intelectual del judaísmo sefardí bajomedieval”, III (PID 2019-104219GB-100), financiado por Ministerio de Ciencia e innovación, Agencia estatal de investigación. Fue un placer discutir algunos versos de los poemas que aquí se traducen con David Torollo y Ross Brann.

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Alfonso, E. (2023), Dos poemas de Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib (s. XIV-XV). Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Hebreo, 72, 115-132. https://doi.org/10.30827/meahhebreo.v72.28696

Se ofrece aquí, con una breve introducción, la traducción de dos poemas de boda escritos en hebreo por Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib 1. Nacido en Castilla a mediados del siglo XIV, Al-Ḥadib emigró con su familia a Sicilia, donde se estableció y donde transcurrió su vida hasta ca. 1429-1431, lapso de tiempo en el que se suele fijar la fecha de su muerte. Alumno de Yehudah ben Ašer II, cuenta en su haber con una obra de carácter fundamentalmente exegético y científico (en los campos de la astronomía y la matemática), y con una notable actividad como traductor. A ella suma la autoría de casi noventa poemas, en su mayor parte seculares, cuya edición, acompañada de un estudio, fue publicada por Orah Ra‘anan en 1988. Antes de esa fecha, habían ido apareciendo algunos poemas en artículos especializados y obras de carácter generalista sobre literatura hebrea medieval. Hayyim Schirmann había incluido tres de ellos, precedidos de una pequeña introducción, en su antología de poesía hebrea medieval en la Península Ibérica y Provenza 2. En The History of Hebrew Poetry in Christian Spain and Southern France, publicado con añadidos y notas de Ezra Fleischer en 1995, le dedica además a Al-Ḥadib varias páginas 3. En esos estudios, que son de obligada referencia para el conocimiento de la obra poética de este autor, esta se presenta, como la de otros poetas de su generación, en relación con la producción del periodo clásico andalusí. Ra‘anan (1988: 23) observa, en este sentido, que «no se encuentra en su poesía la misma fuerza y grandeza que en la de la Edad de Oro de Sefarad» y justifica el interés por ella en cuanto que constituye un eslabón más en la historia de la literatura hebrea. Schirmann le resta valor como poeta, alude a su falta de destreza, y no ve en su poesía nada que sorprenda ni la haga destacable, más allá de una cierta evolución en el terreno de la métrica, que a su parecer podría ser resultado de la influencia de la métrica romance. El estilo, popular, se ve libre, en su opinión, de la retórica ampulosa de otros poetas contemporáneos suyos, pero por lo demás su poesía es buena muestra de la mediocridad reinante en la segunda mitad del siglo XIV. En sus notas, Fleischer pone en duda que haya influencia en él de la métrica romance y lo considera fiel a las formas tradicionales de la poesía hebrea anterior 4. Desde el punto de vista poético, y sin un juicio de valor tan acusado, otros autores han considerado también su producción en relación con la poesía hebrea producida en al-Andalus (Ra‘anan, 1988: 23; Cole, 2007, 320), haciendo alusión a las limitaciones en calidad y mérito de los poemas. Es cierto que, a su vez, destacan el humor, la agudeza y el sentido de lo concreto que se percibe en ellos, subrayando el valor de aquellas secciones que, a su juicio, ofrecen un retrato de la sociedad de su tiempo (Ra‘anan, 1988: 20-27; Cole, 2007: 320-325 y 520-22) 5. Es este último un aspecto por el que se han interesado otros especialistas que han llamado la atención sobre el interés que la obra poética de Al-Ḥadib tiene desde el punto de vista de la historia social 6.

Los poemas que aquí se traducen se han transmitido en dos testimonios manuscritos: 1) Ciudad de Vaticano, Biblioteca Apostólica Vaticana, Ms. ebr. 171, fols. 6v-7v (poema # 1) y fols. 7v-8r (poema # 2), https://digi.vatlib.it/view/MSS_Vat.ebr.171 7; y 2) Colección Sassoon (en origen), Ms. 778, pp. 105-106 8 (poema # 1).

Fueron editados por primera vez en 1939 por Israel Davidson en un artículo que escribe con ocasión del 60 aniversario de Alexander Marx. Davidson, que desconocía el Ms. Sassoon 778, los edita a partir exclusivamente del Ms. ebr. 171 9; en 1988, Ra‘anan los edita de nuevo a partir de los dos testimonios manuscritos citados 10.

En el Ms. ebr. 171 no se indica el nombre del autor del primer poema, lo que inicialmente llevó a algunas atribuciones erróneas, entre ellas la de Neubauer, que lo identificó con el conocido poema Qa‘arat kesef («Cuenco de plata») del poeta provenzal del siglo XIII Yehosef ben Natan ben Ḥanan ha-Ezobi 11. En el artículo citado, Davidson disputa esta atribución al observar la similitud formal y temática que existe entre este poema y el que le sigue en el Ms. ebr. 171. En la introducción al segundo poema se especifica que fue compuesto por Yiṣḥaq ibn al-Ḥadib para la boda de su hijo Ṣaddiq, lo que lleva a Davidson (1939) a atribuirle también a este autor el poema anterior.

El paralelismo entre el poema de Ha-Ezobi y el de Al- Ḥadib resulta de interés para dotar de un mínimo contexto a la traducción que aquí se ofrece. El primero de ellos, Qa‘arat kesef, que gozó de gran popularidad a tenor del número de copias manuscritas y ediciones que se conocen de él, es un poema de boda que el autor escribe con motivo de los esponsales de su hijo Šemu’el 12. El título hace referencia a la ofrenda—una copa de 130 siclos de peso—que Naḥšon, hijo de ‘Amminadab, de la tribu de Judá, presentó para conmemorar la construcción del Tabernáculo (Nu 7,13) 13. En la introducción o dedicatoria, Ha-Ezobi señala que el número de versos del poema es igual a los siclos que pesa esa copa, le presenta a su hijo el poema como ofrenda y le pide que acepte las palabras que le dedica en él, cuyo objeto es guiarle por el camino recto. Los versos que siguen exponen ante Šemu’el un modelo de comportamiento y un programa de estudio. En ellos su padre le pide que se aplique a la gramática y a la Biblia, que preste atención a la poesía y a la escritura de cartas y, sobre todo, que aprenda Talmud (gemarah), poniendo en práctica sus mandatos en la vida diaria. Le recomienda la obra de Yiṣḥaq al-Fāsī (1013-1103) y la escrita en árabe y hebreo por Mošeh [ben Maimon, Maimónides] (1135-1204), le anima a leer de cuando en cuando derašot, y le insta a no entrar en Gan elohim 14 hasta la edad adulta.

El poema de Ha-Ezobi se ha puesto en el contexto del debate que, en torno al estudio de la filosofía, tiene lugar en Provenza y Cataluña en los años en los que este escribe 15. Schirmann y Fleischer (1997: 466-467) creen que Ha-Ezobi refleja aquí una nueva escala de valores compartida por un sector de los intelectuales provenzales, que previenen contra la filosofía y apoyan los saberes tradicionales, una lectura que otros autores comparten 16. Ram ben-Shalom (2017: 534-537), por su parte, compara esa escala de valores culturales con la de Ibn Tibbon (finales del siglo XII) para reflexionar sobre los cambios que se han producido en Provenza desde finales del siglo XII. Considera que el poema de Ha-Ezobi contradice tanto la percepción de autores medievales, como Mešullam de Piera (Girona, segunda mitad del siglo XIII), que describían el judaísmo provenzal como un grupo compacto, con tendencia a la herejía religiosa, como la de modernos estudiosos de la poesía medieval que consideran que es contrario a la filosofía y defiende los saberes tradicionales. Para Ben-Shalom, el curriculum que Ha-Ezobi propone en este poema representa a un sector de la sociedad provenzal que no critica el modelo cultural sefardí en su conjunto, sino que escoge unas materias y rechaza otras. En su opinión, ese curriculum no excluye la filosofía judía, a la que Ha-Ezobi alude en el versículo 34 con el término ḥoḵmah, aunque no la considera una materia propia de la juventud, y en este sentido le pide que desista de entrar en Gan elohim hasta llegar a la edad adulta 17. Ben Shalom pone en relación los consejos que Ha-Ezobi le da a su hijo en este poema de boda con los que Yehudah ibn Tibbon (ca. 1120-1190) incluye en el testamento moral que dedica a su hijo Šemu’el, subrayando el modo en que Ha-Ezobi traduce el modelo cultural recibido de al-Andalus, que Ibn Tibbon transmite, a la especificidad cultural de Provenza en la segunda mitad del siglo XIII.

El título del primer poema que aquí se traduce, Mizraq kesef («Aspersorio de plata») 18, hace alusión a la segunda ofrenda que Naḥšon presenta con ocasión de la consagración del santuario, un aspersorio de plata para recibir y esparcir la sangre del sacrificio. Siguiendo a Ha-Ezobi, Al-Ḥadib compone un poema con el mismo número de versos que, en su caso, los siclos que pesa este objeto, con el que se bendice el tálamo nupcial, y en el que se inscribe el poema. En él le da consejo a su hijo, le ofrece un modelo de comportamiento, basado en la humildad, la modestia y la generosidad y, siguiendo los pasos de su predecesor, le presenta un curriculum de estudio. Se podría decir que, si Qa‘arat kesef representaba una adaptación de modelos anteriores al contexto cultural de Ha-Ezobi, como propone Ben-Shalom, el poema Mizraq kesef de al-Ḥadib hace lo propio con respecto al poema de este último, adaptando el modelo provenzal del siglo XIII a las circunstancias y el contexto de un poeta judío activo primero en Castilla y luego en Sicilia un siglo más tarde.

Se observan, así, diferencias entre ambos. En su poema (verso 17), Ha-Ezobi hace referencia a la unicidad de Dios, creador de todo lo que existe, y alaba su gloria y su poder. Frente a ello, Al- Ḥadib incorpora una versificación de los trece principios de la ley divina 19. Estos habían sido enunciados por Maimónides al final de la Introducción a su Comentario al Pereq ḥeleq, Capítulo 10 del tratado Sanhedrin 20. Los principios llegaron a alcanzar gran reconocimiento en las comunidades judías, siendo así que muchos libros de oración incorporaron dos paráfrasis de los mismos: el poema Yigdal elohim ḥai («Magnificado sea el Dios vivo»), atribuido a Daniel ben Yehudah ha-Dayyan, y compuesto en Roma en ca. 1300, y el texto anónimo Ani ma’amin («Yo creo»), que se ha transmitido en dos versiones dentro de las liturgias aškenazi y sefardí respectivamente 21. Se conocen decenas de versificaciones de esos trece principios, entre ellas la de Immanuel ha-Romi, Eftaḥ be-ḵinnor («Entonaré al son de la cítara»), muy similar a Yigdal, y las que Al-Ḥadib inserta en estos dos poemas. Existen, además, versiones paródicas de los mismos.

Al-Ḥadib no hace referencia alguna a la autoría de Maimónides, es más, apunta que esos trece principios fueron recibidos en el monte Sinaí con el resto de los mandamientos, atribuyéndoles así origen divino (verso 24). Escoge insertarlos en el poema cuando estos tenían ya un recorrido en forma poética, y lo hace participando en el proceso de simplificación 22, de manera más acentuada incluso que poetas anteriores, en un momento en el que comenzaban a ser objeto de discusión y debate en círculos teológicos y filosóficos ibéricos 23. Además de enumerar los trece principios, Al-Ḥadib le ruega a su hijo que se cuide de quienes los niegan (verso 25), y le pide no comer «el pan de los necios (Pr 9,5) que se complacen en redomas de vino (Os 3,1)» (verso 47). Estas expresiones, de fuerte contenido simbólico, hacen pensar en el peligro de conversión al cristianismo, algo que tiene todo el sentido en el poema de un autor castellano de la segunda mitad del siglo XIV, que de hecho abandona la Península Ibérica y se traslada a Sicilia con su familia poco después de las persecuciones de 1391 en las que Yehudah ben Ašer II, su maestro, sufre martirio (Zacuto, ed. Filipowski, 1857, 225).

Por lo que respecta al curriculum, si bien es cierto que tanto Ha-Ezobi como Al-Ḥadib dan importancia a la destreza en la escritura y la práctica de la poesía, este último reivindica la poesía en cuanto que baluarte de la religión, y así anima a su hijo a que su lengua haga saltar en ella chispas «para cumplir los mandamientos, las instrucciones y la Ley» (verso 65). Ambos recomiendan a sus hijos ocuparse de la Biblia y del Talmud, pero difieren en las autoridades con las que sugieren acompañar su estudio. Ha-Ezobi apela a Al-Fāsī y a las obras en árabe y hebreo de Maimónides, autores ambos de códigos legales. En su lugar, Al-Ḥadib, que no hace mención del árabe en su poema, cita la autoridad del exegeta del Norte de Francia R. Šelomoh [b. Yiṣḥaq, Raši], cuyos comentarios acompañaban el aprendizaje de la Biblia y el Talmud en el contexto cultural en el que su hijo crece 24.

Al igual que Ha-Ezobi, Al-Ḥadib previene sobre el peligro que suponen los libros de los griegos. En su caso, vincula el interés por esos libros con «el estudio del calendario y el novilunio, los tiempos fijos establecidos en Israel» (verso 56) y le recomienda a su hijo que se ocupe de ellos si lo desea, justificando el valor de los mismos en razón del uso polémico que se puede hacer de sus contenidos. La literatura relacionada con el cómputo a la que Al-Ḥadib hace referencia había llegado a su plena madurez en el siglo XIV en la Península Ibérica y en Provenza. Entre otros autores, su maestro Yehudah ben Ašer II es autor de unas tablas astronómicas en hebreo, datadas en 1364 y el propio Al-Ḥadib, una vez llega a Sicilia, compone, además de otros trabajos de contenido astronómico, Oraḥ selulah («Camino pavimentado», Pr 15,19), una obra sobre cronología en ocho capítulos, que se conserva en una veintena de manuscritos y que llegó a ejercer una considerable influencia (Goldstein y Chabás, 2006). Elisheva Carlebach (2011: 7 y, en general, 5-27) recuerda que la literatura de los sifre ‘ibbur o sifre ‘eḇronot (lit. «libros de intercalación») y otras obras relacionadas con ellos, cuyos autores dominaban el corpus científico árabe, que a su vez traducía y adaptaba obras científicas griegas, era por naturaleza polémica, pues confrontaba los cálculos de distintas culturas en contacto. Era común, así, que sus autores justificasen el uso que hacían de obras escritas por autores no judíos. Por destacar un ejemplo, entre los citados por Carlebach, en la sección que añade a sus Hilḵot qidduš ha-ḥodeš («Leyes sobre la santificación de la luna nueva»), incluidas en el Mišneh Torah, Maimónides defiende que la falta de obras de matemáticas y de astronomía entre los judíos hizo que se vieran forzados a recurrir a obras de autores griegos. En esa misma línea crítico-apologética, Al-Ḥadib, que conoce esa tradición astronómica a la perfección, y que en Oraḥ selulah sigue al astrónomo oriental al-Battānī (m. 929) y a los andalusíes Al-Kammād (s. XI-XII) y Al-Raqqām (m. 1315), le recomienda a su hijo estudiar esas obras, en aras de lo útiles que resultan para fines polémicos, y le aconseja rechazar todo aquello que sea contrario al sentido literal y a las Escrituras (versos 56-59), al que había hecho ya referencia en el verso 28. Esa advertencia, al igual que la recomendación de aprender guiado por los comentarios de Raši, parecen particularmente adecuadas a la joven edad del destinatario. La insistencia en el sentido literal contrasta con la recomendación de Ha-Ezobi de ocuparse ocasionalmente de las derašot, un corpus literario al que Al-Ḥadib no hace referencia.

El segundo poema cuya traducción se presenta aquí, poema que Al-Ḥadib dedica a su hijo Ṣaddiq, con motivo también de su boda, es una variación o versión abreviada del dedicado a su hijo mayor. A los principios de la fe, el poeta añade aquí (verso 35) las tres cosas que debe conocer el talmid ḥaḵam—circuncisión, escritura y sacrificio ritual (Hull 9a). Al-Ḥadib insiste en los principios fundamentales que han de regir la vida del novio y le dedica consejos similares a los que había ofrecido a su hermano Abraham, sin los componentes de enfrentamiento, amenaza y polémica que aparecen en el primer poema.

Los dos poemas de boda, como otras composiciones poéticas suyas, sitúan a Al-Ḥadib en un horizonte europeo, donde se aprecia el gusto compartido por unos mismos géneros y modelos.

1. Poema 1 (# 7 en la edición de Ra‘anan)

Metro: Versos 1-2: ha-merubbeh, el primer hemistiquio rima con el final de cada verso; versos 3-72: ha-merubbeh, el primer hemistiquio rima con el final de cada verso; versos 73-78: mišqal ha-tenu‘ot 25.

Aspersorio de plata (y Alabanza del aspersorio)

Para Abraham 26, mi hijo, una ofrenda dispuesta

En su tálamo nupcial, en momento de gozo y alegría.

Para que le haga prosperar, le alegre el corazón

Y le conduzca por el camino recto.

Querido mío, acepta estas dulces palabras,

Que son un presente para ti, ofrecidas en tu tálamo nupcial.

Tu padre, que te ha creado, las creó,

Con dedos alegres están escritas,

5

Para conducirte por el camino recto,

Y ponerte en los mejores senderos.

Sé que eres, hijo mío, instruido, que tu corazón

Y sus anhelos están ávidos de la ley divina.

Presta atención a mi enseñanza y mis palabras,

Que tu deseo sea querer escucharme 27.

Sé temeroso de Dios y dirige a Él la oración

Mañana, tarde y mediodía 28.

Para orar ten lugar fijo 29 en la casa de Dios,

Emulando a Abraham, noble selecto.

10

Estos son los fundamentos de la Ley: Sabe bien que hay un Dios 30

Que ha creado los ángeles ministeriales, bien amados,

Los cielos y sus huestes, el orbe,

la tierra firme, y toda clase de minerales,

El fuego, el aire y los mares,

La fruta del árbol, las plantas todas y la vegetación,

Las luminarias, los peces, las aves y las fieras,

Y a cargo de todos ellos—el ser humano.

Él es Uno 31, y no hay otro aparte de Él,

No tiene cuerpo 32, sentidos, ni nervios,

15

Conoce lo general y lo particular de las personas 33,

Investiga su corazón y comprende su interior 34.

Es eterno 35, y sus profetas profetizan verdad 36.

El habló a Moisés entre los querubines 37.

Su Torah es eterna e inmutable 38,

Abre la mano y sacia a los hambrientos,

Condena al fondo de un pozo a los malvados,

Fortalece a los buenos en el jardín del Edén 39.

Enviará al Mesías a su pueblo 40

Y despertará de los terrones a los que duermen [el sueño eterno] 41.

20

Queden estos [13 fundamentos] en tu corazón grabados

Y sean recordados, guardados y queridos.

Más dulces son que el arrope y los panales de miel 42,

Más preciados que las joyas 43 y las monedas de oro.

Harán vivir en paz a quienes se aferran a ella [su Torah] 44

Y el alma a tu Roca harán volver.

Examínalos, recuérdalos. ¡Cuánto bien hacen

En este mundo y en el mundo venidero!

Nuestros padres en el Sinaí los recibieron con

El resto de los mandamientos, y nosotros somos sus garantes 45.

25

Que no te turben quienes reniegan de ellos, se inclinan

A las cosas vanas y se levantan contra la palabra de Dios.

En verdad es Él un castillo amurallado 46,

El alma de estos no se salvará de las llamas.

Confía en Dios en cada acto, en todo momento,

Y en su misericordia deposita tu cuidado 47.

Lee la Biblia y su comentario en detalle,

Atiende a la sección de estudio según el pešat 48,

A todos los libros de R. Šelomoh 49

En los que comenta la Ley y el Talmud, tan extensos.

30

Hazte con un maestro 50, aprende con él gemara’,

Y las secciones explicadas por las autoridades,

Sean para ti palabras habituales,

Y expresiones que repitas sin balbuceo.

Cuida que toda negociación

Se haga según lo que estipula y a lo que obliga la ley.

No estafes ni quebrantes tu palabra 51,

No te cuentes entre prestamistas y avalistas 52.

Y si te asalta la tentación 53 de hacer el mal,

Rómpela hasta hacerla añicos.

35

No confíes en lo que nadie diga,

Aleja de ti el volverte a los arrogantes 54.

No quieras ser cabeza de zorro,

Que mejor es ser cola de quien tiene corazón sabio.

Sé humilde, modesto, y saluda

Siempre a todos los que pasan.

Aborrece la maledicencia y al malsín,

A todo el que diga necedad y mentiras,

A los malvados que chismorrean en secreto 55,

A los cotillas, a cuantos piensan y hacen el mal,

40

A los hipócritas, que tienen labios más suaves

Que la manteca 56, pero albergan contiendas en el corazón.

Relaciónate con gente instruida e inteligente,

Personas educadas y perfectas, estimadas.

Huye de la altanería, el orgullo y la soberbia 57,

Del que compara a los demás con langostas 58,

Y se cree una hormiga del campo,

Cuando es más sucio que las moscas dentro de casa.

Hay personas inocentes como ovejas,

Y las hay depredadoras como osos y lobos.

45

Las hay delicadas y diligentes, que resplandecen,

Y las hay holgazanas, groseras y toscas.

Que no te sea grato el pan escondido

Ni te resulten dulces las aguas robadas 59.

No comas el pan de los necios 60,

Que se complacen en redomas de vino 61,

Los que están a mediodía (u-maṣhirim) entre los surcos de las viñas 62,

Los que madrugan y en los lagares pisan 63.

No riñas con nadie sin motivo,

Ni te apresures a entrar en polémicas.

50

No hagas daño a otro ni de palabra ni de obra,

Que mejor es estar entre aquellos a los que insultan.

Aprende poesía y dispón sus caminos,

Que en ella tu lengua haga saltar chispas.

Una lengua que destelle como rocío, como llovizna

Sobre la hierba fina y gruesas gotas sobre los pastos 64.

Engalánate con una poesía salida del corazón,

Y no seas amigo de [beber] aguas de pozo 65.

Aprende a escribir con destreza 66

Y sé muy cuidadoso al redactar los documentos.

55

Sé generoso, pero no derroches,

Y da en el lugar y en el momento más apropiados.

Estudia el calendario y el novilunio, los

Tiempos fijos establecidos en Israel.

Y si lo deseas, aprende su sentido en los libros

De los griegos, que bien está replicar a los polemistas 67.

Pero aparte de eso, en todo aquello que sea

Contrario al sentido literal y a las Escrituras,

Aléjate de ellos, recházalos como a mujer apartada,

Queden tan lejos de ti como enfermos de gonorrea 68.

60

¿Quién iba a abandonar los dichos acrisolados de los profetas,

Tallados por Dios,

E inclinarse por palabras que son fruto de la mente

De quienes odian la Ley, de los enemigos?

Sabe bien que los buenos actos y la rectitud

Hacen que el pueblo esté cerca de Dios.

En el mundo venidero llevarán corona

Y reposarán disfrutando de la gloria de su creador.

Y si 69 fuesen sabios, según su [grado] de conocimiento será también su honor,

Tomarán y percibirán recompensa siempre.

65

Que para cumplir los mandamientos, las instrucciones

Y la Ley, sea la poesía de todo el que [la escribe] fulgurante.

Hijo mío, acércate a tus parientes, honra

A quienes te honran, sean jóvenes o viejos.

Ten buenos hábitos,

Que así estarás sano y los dolores se mantendrán lejos.

Por la doncella, tu joven esposa, alégrate,

Embelésate con la cierva amada,

La más honorable de las doncellas nobles,

Reputadas por su buen nombre, de conducta irreprochable.

70

Que vuestro casamiento sea en hora placentera y de alegría,

Que la luz brille sin una sola nube.

Que tengáis hijos, que sirvan a Dios, y reciten

Su Torah, que crezcan y se multipliquen.

Con mucho amor, de todo corazón, [deseando] que presenciéis

La venida del Mesías a Sión y [a Sión] volvamos.

Alabanza del aspersorio 70

Querido hijo, eres el deleite

De mi corazón, eres su gloria.

Exulta mi corazón en el momento de la alabanza,

Goza, se alegra, aumenta su fulgor.

75

Un poema he compuesto para que te guíe

Al bien, cuando te conduzcas en sus términos.

Más dulce es que el panal de miel,

Más preciado todo él que el oro.

Lo he puesto en una joya preciada,

Y joya preciada se llama,

Un refinado aspersorio de plata,

Que pesa setenta siclos 71.

2. Poema 2 (# 8 en la edición de Ra‘anan)

Metro: versos 1-2: monorrimos, sin metro; versos 3-39: ha-merubbeh; el primer hemistiquio rima con el final de cada verso.

Acepta esta ofrenda 72

Recibe esta ofrenda, ponla a modo de lazo 73, hijo mío,

Pues está perfumada con precioso bálsamo 74

Contiene gloria excelsa – Aunque es pequeña como

La palma de la mano, ¡qué buena es una palma llena de holgura! 75

Ṣaddiq, hijo mío, toma esta ofrenda tendida

Ante ti, ungida con buen aceite 76.

La ha dispuesto para ti el padre que te ha dado la vida

Cuyo amor por ti le colma el corazón,

5

En una copa de oro, llena de instrucción,

Del mismo oro del intelecto extraída,

Para enderezarte y alegrarte el corazón

En el tálamo nupcial, en momento de regocijo y alegría,

En día de gozo, día de salvación y festejo,

En momento de contento, de tranquilidad y reposo,

De luz y resplandor. Que brillen esas diez [alegrías] 77,

Y la justicia reine con la llegada del Mesías 78.

Recuerda a tu creador y reza ante él

Cada mañana, en el momento en que sale el sol,

10

Y por la tarde dispón la [oración],

A mitad del día eleva la minḥah.

Ten el corazón preparado en todo momento para Él,

Que tu alma confíe en su inmensa misericordia,

Que de los principios de su fe

Estén siempre tus ojos pendientes:

Es aquel cuya existencia es manifiesta,

Que por su gran bondad ha creado a todo ser vivo 79.

Él es Uno, y no hay otro aparte de Él 80,

[Solo] a Él se ha de adorar y alabar 81,

15

Es eterno 82 e inmortal, pues no tiene cuerpo 83,

Suyo es todo el conocimiento, libre está de falta u olvido 84.

Hace hablar a los profetas con la profecía

De Moisés extendida sobre todos ellos 85.

La Torah, del cielo ha sido dada,

Y por su propia fuerza se sostiene, sin cambio alguno 86.

A los de buen corazón hará el bien para siempre

En el jardín del Edén, donde tendrán descanso eterno 87,

Y a los transgresores pagará

De acuerdo con sus actos abriéndoles la gehena.

20

Enviará al Mesías a su pueblo,

Que los hará morar con holgura y sosiego 88.

En el futuro hará levantarse de la tierra

A los enterrados en tumbas y sepulturas 89.

Que estén estos [principios] presentes en tu corazón

Que con ellos estará tu alma reposada y tranquila.

Tu nombre es Ṣaddiq (el justo), ama la justicia,

Y condúcete por el camino recto.

Guarda la Torah, lee cada miqra’ con el comentario

Del Raḇ Šelomoh, que es flor de harina,

25

Estudia con la guía de un maestro,

Y en los pasajes de la Torah […]

Aprende gramática y dedícate a los poemas

Que son la puerta para alentar los corazones.

Júntate con los instruidos, de recto corazón,

Y de los malvados huye.

Alaba [al prójimo] con todo aquello que sea verdadero

Y no escojas exaltar[lo] con palabras vanas.

Los negocios – con justicia,

Y de acuerdo a los usos que corresponden a quien da y toma.

30

Prefiere ser cola de león

A ser caudillo de zorros.

La maledicencia y al que la dice

Aleja de ti, considera […] ladrido.

De falsos, maledicentes y depravados

Purifícate bañándote y lavándote.

Recibe a todas las personas con alegría,

Que para todas esté tu alma sosegada y radiante.

No te interese el secreto de los pendencieros,

Pasa por alto el error, ten perdón para cada pecado.

35

En tres cosas piensa únicamente:

Circuncisión, escritura, y sacrifico ritual 90.

Honra a todos tus familiares, que por todos

Será tu casa honrada y estará en paz.

A quien pide, da, y si no tienes nada que darle,

Pon tu palabra como ungüento en su herida.

En tu amada complácete doblemente, en la alegría

Y también en la tristeza, la pena y el lamento 91.

Que Dios te ponga entre los hombres como alabanza

Sé su guía y gozosa madre de hijos 92.

3. Bibliografía

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1. Aparece también mencionado como Alḥadib, Alḥadab y Al-Aḥdab. El estudio bio-bibliográfico más actualizado y completo sobre este autor es el de Mandalà (2012).

2. Schirmann (1954-1960, 2: 582-585: poemas # 5, 32 y 44).

3. Schirmann, ed. con añadidos y notas de Fleischer (1997: 548, n. 17 y 618-624). Sobre este aspecto, véase también Doron (2000).

4. Schirmann, ed. con añadidos y notas de Fleischer (1997: 548, n. 17 y 619, n. 67).

5. Cole traduce al inglés los poemas # 5, 13, 36, 38, 39, 45, 47 y 66.

6. Sobre el poema # 13, véase Gutwirth (1998: 152-154).

7. En este manuscrito se indica, al comienzo del primer poema: «Aspersorio de plata»; al final: «Aquí termina el aspersorio»; antes del verso 73: «Alabanza del aspersorio»; al final: «Aquí concluye y termina, gloria al Dios eterno, alabanza a Dios rey del universo». Ra‘anan solo usa el Ms. ebr. 171 como manuscrito base en su edición del primer poema para la «Alabanza del aspersorio» (versos 73-78), y para aquellos versos que no figuran en el Ms. Sassoon 778. Al comienzo del segundo poema se lee: «Otro. [Poema] 174. Copa de diez pesos de oro llena de la sahumadura de los perfumes de la retórica y de los aromas de la poesía, del muy elevado y justo, Rav Yiṣḥaq ben al-Aḥdab, para su hijo, el noble R. Ṣaddiq […] en el día de su boda y de la alegría de su corazón». Al final del poema se añade: “Aquí se termina y completa, gloria al Dios eterno, alabado sea Dios, rey del universo”.

8. Muy a mi pesar, no he podido consultar este último manuscrito. En su edición, Ra‘anan indica que el poema aparece copiado al término de la obra de metodología talmúdica Haliḵot ‘olam («Los caminos del mundo»), de Yešua‘ b. Yosef de Tremecén. Véase Solomon (1932, 690-691, # 778). Al comienzo se indica: «Aspersorio escogido de plata, obra del sabio R. Al-Ḥadib (Ḥadab), de bendita memoria, enviado a su hijo Abraham en el día de su boda, en el día en que está alegre su corazón (Ca 3,11)»; después del verso 2: «Con ayuda de Dios», y al final del poema: «Se completó y terminó, alabado sea Dios, creador del mundo». En este manuscrito hay dos colofones, uno al final de la p. 3 y otro en la p. 96. El copista es Yosef ben Seliman, que copia el texto en Bagdad en 1680. Ra‘anan lo usa como manuscrito base salvo para la sección «Alabanza del aspersorio» (versos 73-78) y los versos 16 y 22, segundo hemistiquio del verso 28, primer hemistiquio del verso 29, y versos 52, 58-61 y 64-65.

9. Davidson (1939: 112-16 [poema # 1] y 116-118 [poema # 2]).

10. Ra‘anan (1988: 37-43, # 7 [poema # 1 en este artículo], y 43-46, # 8 [poema # 2 en este artículo]). Los textos aparece también transcritos en Ma‘agarim, Diccionario Histórico de la Academia de la Lengua Hebrea, https://maagarim.hebrew-academy.org.il/Pages/PMain.aspx?mishibbur=136008&mm15=000000000001%2000 (poema # 1) y https://maagarim.hebrew-academy.org.il/Pages/PMain.aspx?mishibbur=136087&mm15=000000002040%2000&mismilla=13 (poema # 2).

11. Sobre esas atribuciones, véase Davidson (1939).

12. Sobre ediciones y traducciones de este poema, véase Forcano (1997: 69). En este artículo Forcano traduce el poema completo al catalán.

13. Nu 7,13: «Consistió su ofrenda en una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso y una copa argéntea de setenta siclos, conforme al siclo del Santuario, ambas llenas de flor de harina amasada con aceite para la oblación».

14. Sobre el sentido de esta expresión, véase infra, n. 17.

15. Así, por ejemplo, Klausner (1942/1943: 385), citado por Ra‘anan (1988: 24).

16. Forcano (1997: 69) interpreta también que en este poema el autor se posiciona en el debate saliendo en defensa de los estudios de la Torah y el Talmud.

17. A diferencia de Schirmann y Fleischer, que interpretaban Gan elohim en referencia a la cábala, Ben Shalom lo interpreta en referencia a la filosofía.

18. Sobre el término «aspersorio», véase infra, n. 70.

19. En este primer poema se refiere a ellos como yesodot dat («fundamentos de la ley»), y en el segundo como ‘iqqare emunato («principios de la fe»).

20. Escritos originalmente en árabe, serán objeto de tres traducciones al hebreo. Sobre los textos y sus ediciones, véase Kellner (2004: 218-219). Maimónides los incluye también, con una pequeña variante, en su Mishneh Torah. No tiene sentido citar aquí la extensísima bibliografía que existe en torno a los trece principios.

21. En Elbogen (1993: 77, 99) se dan detalles sobre el lugar que estos textos ocupaban en el servicio litúrgico de las distintas comunidades. Sobre las variantes en las versiones de Ani ma’amin, véase Gurfinkel (2010: 51-112); sobre las variantes en Yigdal, véase Allony (1972: 8-9). Kosman (1991: 337-348) compara los tres textos.

22. Melamed (2009: 171-190) aborda la cuestión de la transmisión de los trece principios, atendiendo a la popularización, simplificación y particularización judía que se produce en el curso de ese proceso.

23. Kellner (2004: 80-81) ofrece una panorámica de la atención que reciben los trece principios en esos ámbitos. Atribuye el marcado interés por los trece principios al clima político y religioso en la Península Ibérica entre 1391 y 1418, clima que lleva a los líderes comunitarios judíos a defender al judaísmo frente a los ataques de la Iglesia, definir quién era judío frente a los conversos y fortalecer la fe de quienes no se convierten. Véase también Melamed (2009: 180). Kasher y Melammed (2016: 256-302) abordan las críticas de las que más tarde fueron objeto en ámbitos cabalísticos. En este artículo, ambos autores anuncian la próxima publicación de un libro que incluirá la edición de los poemas basados en los trece principios.

24. Sobre el lugar de excepción que los comentarios bíblicos y talmúdicos de Raši alcanzan en la Península Ibérica en este periodo, y la centralidad que cobran en el aprendizaje del texto bíblico, véase Lawee (2019: 51-52).

25. Sobre el uso de este metro, véase Schirmann (1997: 618, y los comentarios de Fleischer en la nota 67 de esa misma página).

26. El texto base para la traducción es la edición de Ra‘anan. No se hace aquí, salvo de forma excepcional, alusión a los testimonios manuscritos, uno de los cuales no se ha podido, además, consultar. Se sigue la numeración de versículos de la edición.

27. «Querer escucharme» (según Ez 3,7).

28. En alusión a los tres rezos diarios: šaḥarit, minḥah y ‘arḇit.

29. En sus notas, Ra‘anan remite a Ber 6b, donde se dice: «Rabbi Ḥelbo transmitió que Rav Huna había afirmado: “A aquel que tiene un sitio fijo para orar, el Dios de Abraham le ayuda” […]. ¿De dónde se deduce que Abraham nuestro padre fijó un lugar para orar? De lo que dice el texto bíblico: “Abraham, madrugando, se dirigió de mañana al lugar donde había estado de pie [ante Dios]” (Ge 19,27), pues “había estado de pie” significa que oraba, ya que se dice: “Pinḥas se puso en pie y oró” (Sal 106,30)». Ra‘anan interpreta que el poeta hace aquí alusión al principio 5, de entre los trece principios de la Ley judía. No resulta claro, porque el poeta comienza a enumerar los principios en el siguiente verso. En el segundo poema, también este principio está desplazado, aunque en ese caso figura incluido en la lista.

30. Principio 1 (versos 10-13).

31. Principio 2.

32. Principio 3.

33. Principio 10. Este principio se adelantará también en la versión sefardí del Ani ma’amin. Véase Kasher y Melammed (2016: 257).

34. «Su interior» (Sal 103,1).

35. Principio 4.

36. Principio 6.

37. «Él habló … querubines» (Nu 7,89). En alusión a los principios 7 y 8.

38. Principio 9.

39. Principio 11.

40. Principio 12.

41. Principio 13.

42. «Más dulces … miel» (Sal 19,11).

43. «Joya de oro puro» (Jb 28,17).

44. «A quienes se aferran a ella» (Pr 3,18), en referencia a la sabiduría.

45. «Y nosotros somos sus garantes» (Sebu 39a).

46. «Castillo amurallado» (Is 2,15).

47. «Deposita tu cuidado (yehaḇim)» (Sal 55,23).

48. Según Ra‘anan, la cantidad de versículos de la Biblia, según el pešat, que se fija y se destina al estudio, (TosTer 1,10).

49. La referencia es al exegeta del norte de Francia R. Šelomoh [b. Yiṣḥaq, Raši] (1040-1105).

50. «Hazte con un maestro» (Abot 1,6).

51. «Ni quebrantes tu palabra» (Nu 30,3).

52. «No te cuentes entre prestamistas y avalistas» (Pr 6,1).

53. «Y si te asalta la tentación» (Ge 3,13).

54. «El volverte a los arrogantes» (Sal 40,5).

55. «Que chismorrean en secreto» (Sal 101,5).

56. «Labios más suaves que la manteca» (Sal 55,22).

57. «El orgullo y la soberbia» (Pr 8,13).

58. Cf. Nu 13,33. En referencia, quizás, a quienes componen sátiras.

59. «Que no te sea grato el pan escondido, ni te resulten dulces las aguas robadas» (Pr 9,17). Después de interpretar «el pan escondido» en relación con el placer de yacer con una mujer casada, Rashi, ad loc. añade: «También, con referencia a la herejía (según otras ediciones, a los mandamientos) las aguas robadas con dulces, pues estos (los herejes), temiendo llevar a cabo (la herejía) en público, la hacen en secreto».

60. «No comas el pan de los necios» (Pr 9,5: «Comed de mi pan y bebed el vino que mezclé para vosotros»).

61. En Os 3,1, Dios manifiesta a Oseas su amor por los hijos de Israel, a pesar de que «ellos se vuelven a otros dioses y se complacen en redomas de vino» (Os 3,1). Ra‘anan recuerda que David Kimḥi añade en su comentario a este pasaje: «En lugar de amar la Torah y los mandamientos … se quitaron el yugo de la Torah y se complacieron en los placeres mundanos, y quisieron beber vino; todo el que con él se enajena no puede ser sabio».

62. Ra‘anan remite aquí a Jb 24,11, donde la raíz ṣhr, en hif‘il, tiene, según Targum, Rashi, Abraham ibn ‘Ezra’, etc. el sentido de «prensar aceite», y así lo entiende también Ra‘anan en su edición. Esa acepción no parece adecuarse, sin embargo, a este contexto. La traducción que propongo aquí entiende la raíz ṣhr en el sentido de «llegar el sol a su mediodía», y relaciona el verso con la opinión de R. Dosa ben Harkinas, quien dice: “Dormir por la mañana, beber vino a mediodía, conversar con niños y sentarse en las casas de la gente ignorante, son todos [modos de actuar] que sacan al hombre del mundo” (Abot 3,11).

63. «Los que … pisan» (Jb 24,11).

64. «Destelle … pastos» (De 32,2).

65. A partir de Pr 24,22. Ra‘anan lo considera, sin embargo, de la raíz rw‘, cuyo sentido es «hacer ruido». En cualquier caso, hace referencia, como señala la editora, a inspirarse en la poesía de otros autores y copiarla. La imagen puede tener también una connotación polémica—aguas estancadas o de pozo, frente al agua viva.

66. «Con destreza» (a partir de Is 9,15).

67. Traduzco aquí de acuerdo con la variante del Ms. ebr. 171 (we-’im), que encuentro preferible a la del Ms. 778 (we-’al), usado como texto base en la edición. Así lo hacen también Schirmann y Fleischer (1997: 622 y nota 81 en esa página).

68. «Como a mujer … gonorrea» (cf. Le 15,33).

69. Entendiendo que we-‘am se ha de corregir por we-’im.

70. El término hebreo mizraq y su plural mizraqot, aparecen en Nu 7,13; 7,19; 7,25, y otros pasajes. Varios romanceamientos bíblicos (texto disponible en Enrique-Arias y Pueyo Mena [eds.], 2008–) lo traducen con el parónimo «esparzidera» o «esparzedera», voz común en traducciones bíblicas en ladino. En la elección del término mizraq podría haber una alusión a Ha-Ezobi, en el sentido de que el acetre y el hisopo (heb. ezoḇ) son aspersorios que se utilizan para bendecir en un contexto litúrgico cristiano.

71. «Aspersorio … siclos» (Nu 7,13; 7,19; y 7,25). La raíz šql significa pesar y escandir. La referencia aquí es al peso del aspersorio y a los 70 versos del poema.

72. Mantengo el título que le da Ra‘anan.

73. Esta traducción, en referencia a los principios que el poema expone, presupone un texto subyacente: simah ke-moserah. Sobre otras posibles lecturas, véase Ra‘anan (1988, 44, nota al verso 1) y Davidson (1939, 116).

74. «Perfumada… bálsamo» (2 Cr 16,14).

75. «Aunque es pequeña como la palma de la mano» (1 Re 18,44). «¡Qué buena es la palma llena de holgura!» (Qo 2,6).

76. «Ofrenda tendida» (Ge 32,19). «Ungida con buen aceite» (Ex 29,2).

77. Las que aquí se señalan en cursiva. Ra‘anan (1988, 44, n. al vs. 8), señala que también podría ser en alusión a las diez bendiciones de los esponsales. Véase Ket 8a.

78. Entendiendo el verso en referencia al Mesías, descrito como ṣemaḥ ṣaddiq («vástago legítimo», Je 23,5).

79. Principio 1.

80. Principio 2.

81. Principio 5. Al igual que en el poema anterior, este principio estaría desplazado.

82. Principio 4. En este poema los principios 3 y 4 estarían invertidos.

83. Principio 3.

84. Principio 10. Al igual que en el poema anterior, este principio estaría desplazado.

85. Principios 6-7.

86. Principios 8-9.

87. Principio 11.

88. Principio 12.

89. Principio 13.

90. Según Hull 9a, estas son las tres cosas que debe conocer el talmid ḥaḵam.

91. «Y también … lamento» (Is 35:10).

92. «Gozosa madre de hijos» (Sal 113:9).