Villuendas Sabaté, Blanca (2020) Onirocrítica islámica, judía y cristiana en la gueniza de El Cairo. Edición y estudio de los manuales judeo-árabes de interpretación de sueños. Colección Estudios Árabes e Islámicos. Serie Estudios Árabes e Islámicos. Monografías 23. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 485 pp. (477-485 apéndice ilustrativo). ISBN 978-84-00-10561-7

José Martínez Delgado

pdelgado@ugr.es
Universidad de Granada

Este volumen, subtitulado Edición y estudio de los manuales judeo-árabes de interpretación de sueños, es mucho más que eso. En realidad, en su conjunto, es un manual introductorio al estudio dedicado por las culturas semitas y mediterráneas (desde el Antiguo Oriente hasta el siglo XV) a una función natural del cuerpo humano como es el sueño. De esta manera, la autora entronca toda la actividad literaria y académica medieval en torno al mundo de los sueños, que cuenta con una tradición tan antigua como la escritura, y demuestra, además, que los judíos medievales no solo se conformaban con su propia tradición y conclusiones, sino que además consumían las de musulmanes y cristianos, pues a todos les unía esta actividad. Téngase en cuento que la interpretación de sueños en el mundo árabe medieval se consideraba una disciplina vinculada a la exégesis e incluida en el catálogo de las ciencias religiosas, pues los sueños (como demuestran los textos sagrados) contienen parte de la revelación.

Desde esa perspectiva, es la divinidad quien inspira las visiones durante el sueño. Sin embargo, la opacidad de esas visiones exige una interpretación que corresponde a personas con un don para ello. Este es el principio que da vida a todo el primer bloque de este impresionante volumen. La onirocrítica una convención literaria que se remonta al Oriente Próximo Antiguo y así, y sin que existiese una sistematización general previa, la autora recoge y revisa las principales conclusiones académicas sobre este género literario (Oppenheim) y prefiere centrarse en series o listas de visiones y tratados, descartando las narraciones de sueños, para analizar toda esta producción literaria diacrónicamente.

Como puede imaginarse, se trata de un libro muy complejo -a mi resultaría muy difícil titularlo por la amplitud de periodos y obras que abarca (el título a mi parecer se queda corto para describir sus contenidos)- en el que se reúnen de manera concienzuda y muy generosa materiales que por separado hubiesen dado para diferentes publicaciones pero que reunidos en un solo volumen ofrecen una perspectiva muy sincera de un género que en castellano carecía de estudios tan completos como el presente y se le da cuerpo a todo el género literario de la onirocrítica mediterránea desde la Antigüedad hasta finales de la Edad Media. Para ello se han empleado 82 manuscritos procedentes de la Guenizá de El Cairo sin más objetivo que compensar la ausencia de estudios. Esta carencia es la que llevó a su autora a comparar estos materiales con un amplio «corpus espejo» compuesto por 15 obras que van desde Artemidoro (s. II d.C.) hasta Hāy Gaón (s. XI) o Salomón Almolí (su familia abandonó España cuando tenía dos años tras el decreto de expulsión de los católicos). De esta manera se muestra la interacción cultural entre las distintas comunidades.

El primer capítulo Antecedentes en el Oriente Próximo muestra el arraigo de este género literario en la cultura semita, en todo el Oriente Próximo y a lo ancho del Mediterráneo desde hace más de cuatro milenios: desde Mesopotamia, Egipto, la Biblia, Artemidoro y el Talmud de Babilonia hasta el manual bizantino Somniale Danielis. Todo ello acompañado de descripciones muy completas de cada obra y de la bibliografía académica que las rodea. Otro tanto puede decirse del segundo capítulo dedicado a la onirocrítica árabe clásica donde se estudia desde el periodo formativo del género hasta su fragmentación y sin olvidar su impacto en otras lenguas y culturas. El tercer capítulo dedicado a la onirocrítica hebrea medieval de contexto islámico cierra este primer bloque. Tan completo como el resto, es el más original y pretende, consiguiéndolo con creces, motivar y facilitar investigaciones sobre manuales de onirocrítica judía medieval. Todo este bloque, por sí mismo, podría ser un volumen independiente de gran valor.

La segunda parte, manuales judeo-árabes de onirocrítica de la gueniza, es incluso más imponente que la primera pues se desarrolla a partir de la edición y estudio de 82 manuscritos custodiados en Cambridge (56 fragmentos), San Petersburgo (10), Nueva York (9), Londres (2), Oxford (2), Manchester (1), Budapest (1) y Filadelfia (1). No ha quedado rincón de la Guenizá sin mirar. La edición es diplomática. En el estudio lingüístico, muy completo, se echa a veces en falta más referencias a la gramática de Blau, que ayudaría mucho a ubicar numerosos fenómenos que afectan, por ejemplo, a las consonantes.

Las muestras en grafía hebrea identificadas por la dra. Villuendas incluyen autores judíos, musulmanes y cristianos. Este último además es nada menos que el comienzo de Kitāb Taʿabīr al-ruʾyā de Abū Sahl ʿīsā al-Masīḥī, libro que se daba por perdido y que pone claramente de manifiesto una vez más lo maravillosa que es la inagotable Guenizá de El Cairo y la importancia de los textos judeo-árabes para el estudio de la literatura medieval en general. Cuando los textos se han prestado a ello se han podido comparar de manera sinóptica las diferentes versiones y tradiciones. Cuando no ha sido viable se ha optado por una exacta transcripción al árabe que a mi gusto es tan innecesaria como cubrir la desnudez en un cuadro o castrar a una estatua clásica. Las cosas son como son y hay que aprender a apreciarlas y disfrutarlas tal y como sus autores las concibieron e idearon para su público. Hacerlo en aras de la difusión no me parece un pretexto que encaje en el mundo académico, son solo 22 letras lo que hay que aprender para poder leer estos textos. Intuyo otros motivos ocultos que me sugiere mi experiencia leyendo y enseñando a leer este tipo de textos aljamiados. A cambio, echo en falta una traducción de estos textos, algo que hubiese permitido a su autora comenzar a fijar la terminología más apropiada para ellos. Quizá es porque este libro es tan generoso y me ha dado tanto como lector que me he llegado a creer con derecho a ello y a exigir más y más a un trabajo redondo que, como he dicho al principio, se podría haber desgajado en numerosísimas publicaciones en diferentes formatos, tan necesarios en estos tiempos que corren sobre todo para las personas que están comenzado su carrera investigadora. Es ello un indicio claro de la generosidad y sabiduría de su autora, más preocupada por dar todo lo que sabe a todos los posibles perfiles de lectores de su obra, que por ella misma.