Gruss, Susy (2020) Las novelas de Judá Haim Perahiá (Salónica 1886 – Xanthi 1970). Colección Fuente Clara. Estudios de cultura sefardí. Barcelona: Tirocinio, 394 pp. ISBN 978-84-949990-3-1

Cristóbal José Álvarez López

cjalvarez@upo.es
Universidad Pablo de Olavide, Sevilla

Nos encontramos ante una publicación esperada y necesaria: esperada porque se cumple la voluntad de su autor, Judá Haim Perahiá (Salónica 1886 – Xanthi 1970), de ver conservadas y publicadas sus novelas; y necesaria porque constituye una fuente indispensable para el estudio de la cultura sefardí.

El volumen consta de tres bloques bien diferenciados: el «Estudio preliminar» (pp. 13-77), la «Transcripción de las novelas» (pp. 79-356) y los «Complementos» (pp. 357-394). Si bien la edición de las veintiuna novelas de Perahiá ocupa la mayor parte de la monografía, no por ello las otras dos partes son de menor relevancia; al contrario, ambas suponen la contextualización necesaria para que el lector lego pueda acercarse a estos textos literarios, a la par que ofrece, además, abundante información especializada para quienes se dedican al estudio de la cultura sefardí.

El estudio preliminar, a su vez, está dividido en diversos capítulos destinados a arrojar luz sobre la vida y la obra de Perahiá: «1. Datos biográficos sobre el autor» (pp. 15-20), «2. Las novelas de Perahiá» (pp. 21-24), «3. El tortuoso trecho desde los mecanoscritos en letra latina hasta su actual publicación: ¿El fin de un camino inconcluso?» (pp. 24-32), «4. Resumen de las novelas» (pp. 32-58), «5. La lengua de las novelas» (pp. 58-60), «6. Entre la escritura tradicional y la escritura en letras latinas» (pp. 60-61), «7. Los prolegómenos en las novelas» (pp. 61-64), «8. Sistema de transcripción» (pp. 65-70) y «9. Criterios de edición» (pp. 70-77).

Tras el estudio preliminar, el libro continúa con la edición de las veintiuna novelas de Perahiá. A la hora de ordenarlas, Susy Gruss no sigue el orden cronológico que consigna en las páginas 22-23, sino que sigue su propuesta de clasificación temática (p. 23), con lo cual, ofrece al lector una mayor unidad y coherencia en la lectura de las novelas.

De esta forma, en una primera sección titulada «La comunidad sefardí de Salónica a finales del siglo xix» (pp. 81-152) se editan dos novelas: Bimba y Récodros de la vida djoudia dé Salonique, fechadas en 1910 y 1930, respectivamente, pero, a pesar de la distancia en el tiempo, ambas «fueron escritas como primera y segunda parte de una misma obra» (p. 32), de ahí, nuevamente, la idoneidad se mantener el orden temático en la distribución de las novelas. La segunda sección lleva por encabezado «Episodios lejanos de la historia judía y de las comunidades asquenazíes» (pp. 153-190) y contiene otras dos novelas: El oultimo ezforso y Los ijos dé Ribi Chémouel. Una única novela, Dévora, es la que se incluye bajo el epígrafe «El movimiento sionista y sus actividades» (pp. 191-200).

Las dos últimas secciones recogen las agrupaciones que el propio Perahiá hizo en dos cuadernos: «Novellas diversas. Cuestiones relativas a las actividades financieras y comunales de Perahiá» (pp. 201-265), que contienen las novelas Biniamin Vénézia, Estréillica Aélion, Goulielmo Arditty, Zoulfékiar, Assiménia, Aglaya Zahriades y Azriel Saporta; y «Las relaciones interpersonales y los valores morales en la sociedad moderna: En la vida moderna – Epizodès conjugalès» (pp. 267-356), donde están incluidas En Alexadria, Oun souisidio en baldès, Victima dé si mezmo, Marco Avigdor, Alberto Assaël, Rozina Carasso, Marianna Matéo, Margueritte Souléma y Dos epizodès.

Se cierra el volumen con cuatro valiosos complementos aportados por la autora: un «Glosario» (pp. 359-377) de aquellas voces que puedan suponer algún escollo de interpretación a un lector medio, un «Índice de personajes e instituciones» (pp. 378-384) y otro «Índice de lugares» (pp. 385-387) y, finalmente, la «Bibliografía» (pp. 388-394) que ha servido como base del estudio.

De la lectura de las novelas y, sobre todo, a partir del minucioso estudio que realiza Susy Gruss, se infiere la particular importancia que este autor tiene en la historia de la literatura sefardí: «Perahiá fue testigo de los últimos momentos de la creación literaria en judeoespañol, siendo él mismo uno de sus últimos «escrividores» (‘escritores’), como solía autodenominarse» (p. 17). Sus novelas, protagonizadas mayoritariamente por personajes que él mismo conoció y ambientadas en los lugares donde él mismo estuvo, son un fiel reflejo — salvando las licencias literarias, por supuesto — de los tiempos que le tocó vivir, desde finales del xix hasta mediados del siglo xx. Si atendemos a la datación de las veintiuna novelas (pp. 22-23), entre Bimba (1910) y Dos Epizodès (1942) transcurrieron tres décadas caracterizadas por profundos cambios y, en este sentido, «Perahiá nos ha legado en sus novelas una valiosísima información sobre la situación de las comunidades sefardíes y de la lengua judeoespañola en el período comprendido entre las dos guerras mundiales» (p. 58).

Otro aspecto destacable de estas novelas es la paradoja de que muy pocas fueron publicadas antes del Holocausto — la última, en 1915 —, cuando Perahiá era un colaborador activo en la prensa sefardí; mientras que, cuando preparó los textos para que vieran la luz — previsiblemente a comienzos de la década de los 60 —, «no tuvo los medios ni las fuerzas para hacerlo, pero, sobre todo, no quedó público que pudiera interesarse por sus escritos» (p. 32). Aquí surge el gran interrogante de por qué no las dio a la imprenta durante las tres décadas en las que las redactó. Pero no es fácil responder a esta cuestión: «Nos queda conjeturar que sus ocupaciones profesionales no le permitieron dedicarles el tiempo necesario para pulirlas para su edición o que le preocupaba que las personas involucradas en sus narraciones se «descubrieran» en sus flaquezas» (p. 25).

En cuanto al sistema gráfico empleado por Perahiá, las pocas novelas que publicó antes del Holocausto — entre 1913 y 1915 — aparecieron en escritura aljamiada y «fueron publicadas en imprenta bajo el auspicio de la Agudat Or Sion de Cavalla: Dévora, Los ijos dé Ribi Chémouel y El oultimo ezforso» (p. 65). Esta última fue transliterada en caracteres latinos y se encuentra en los documentos que se conservan en el Archivo Perahiá del Instituto Ben Zvi de Jerusalén, donde también se hallan copias escritas a mano de algunas de las novelas, en estos casos usando la grafía tradicional manuscrita del judeoespañol, el solitreo. Todo ello dificulta mucho más la labor de edición de las novelas y aporta a cada texto una casuística particular a la que la investigadora ha tenido que enfrentarse. Por suerte, a pesar de que algunas novelas conocen varios testimonios — a veces en diferentes sistemas gráficos —, la mayor parte de las novelas que se conservan en el Archivo Perahá ya conocen una versión transliterada en caracteres latinos — con una grafía de clara influencia francesa —, puesto que «Perahiá decidió preparar los mecanoscritos en letras latinas para darlas a la imprenta y perpetuar así la memoria de las comunidades extinguidas durante el Holocausto» (p. 65). Sin embargo, de las tres novelas publicadas en aljamía hebraica, solamente la última, El oultimo ezforso, está incluida en los cuadernos del Archivo Perahiá. «Respecto a las dos obras de texto impreso, Los ijos dé Ribi Chémouel y Dévora, hemos decidido transliterarlos según pensamos lo hubiera hecho Perahiá» (p. 70), es decir, Susy Gruss ha realizado una auténtica obra de orfebrería para transliterar también en letras latinas con influencia francesa estas dos novelas siguiendo el modelo gráfico de las otras diecinueve. Con este esfuerzo que ha realizado la autora de este volumen se consigue completar la tarea iniciada por Perahiá, a la par que se dota de homogeneidad gráfica al conjunto de novelas. Por otra parte, el cambio de grafías — de la tradicional aljamía a los caracteres latinos — aporta más valor, si cabe, a los textos de Perahiá, ya que no solo documentan la vida de unas comunidades que, por desgracia, fueron prácticamente aniquiladas durante el Holocausto, sino que, además, son el reflejo de cómo la lengua de los sefardíes iba cambiando y adaptándose a sus nuevos usos. En este sentido, es destacable que, a pesar de que tenía varias de sus novelas escritas en aljamía impresa o en aljamía manuscrita, decidió preparar sus textos mecanografiados en caracteres latinos. No queda, sin embargo, claro por qué Perahiá tomó esta decisión: «Es posible que las razones fueran simplemente pragmáticas o por comodidad. Otra hipótesis nos lleva a pensar que este ilustre sefardí supo leer el perfil de su público y apuntó hacia las expectativas y las capacidades de los lectores potenciales en el futuro» (p. 60).

Por último, merece la pena destacar que este volumen se complementa con un elevado número de ilustraciones diversas que aportan más valor al libro y que cumplen una importante función de contextualización para los lectores. Muchas de estas imágenes son del propio Perahiá, de sus viajes, de sus actividades comerciales, del árbol genealógico de su familia, etc.; y otras muchas son diferentes portadas de sus novelas, donde se puede apreciar la gran diversidad de grafías empleadas por el autor, con portadas en aljamía hebraica impresa — en letras cuadradas y letras rasíes —, con textos en la grafía hebrea manuscrita sefardí y con textos de las novelas escritos en caracteres latinos.

En definitiva, no cabe la menor duda de que este libro es una edición por largo tiempo esperada, puesto que cumple la voluntad de Perihiá de ver publicadas sus novelas en letras latinas, tal cual las preparó –si bien no consiguió llevar a cabo su propósito en vida–; y, además, es una publicación necesaria para el avance en el conocimiento de las comunidades sefardíes de antes del Holocausto.