Prats, Arturo (2020) El cancionero de Šelomoh ben Reuben Bonafed (s. XV). 2 vols. Colección “Textos y culturas judías”. Granada: Editorial Universidad de Granada, 734 pp. ISBN 978-84-338-6634-9

Aurora Salvatierra Ossorio

aurora@ugr.es
Universidad de Granada.

No son muchas las ocasiones en que se te ofrece la oportunidad de reseñar una obra que supone un importante avance en la investigación, en este caso, en el campo de la literatura hebrea medieval. Por sus aportaciones, su solidez y su mirada innovadora es un motivo de alegría la aparición de un libro como el que Arturo Prats dedica a Reuben Šelomoh Bonafed, uno de los últimos poetas hebreos de Sefarad y, hasta hoy, con gran parte de su obra inédita o publicada de manera incompleta. Grandes investigadores se habían acercado a su figura interesados por aspectos históricos (Baer), histórico-literario (Schirmann, Fleischer) o literario-culturales (Scheindlin, Saénz Badillos, Gutwirth) pero, a diferencia de lo que sucede con los poetas de al-Andalus, aún no contábamos con una monografía que abordara de manera conjunta el contexto literario, social y político del autor y nos ofreciera una edición crítica de todos sus textos desde nuevos presupuestos teóricos.

Los dos volúmenes en que se divide este libro son resultado de una profunda reflexión en torno a la compleja tarea de comprender y editar textos medievales sin conformarse con asumir propuestas previas. La propia elección del título anticipa un cambio sustancial en la manera de acercarse a la figura y legado de Bonafed: el conjunto de sus textos recibe el nombre de «cancionero», una opción terminológica que implica una comprensión diferente del corpus literario de este autor y lo enmarca en una encrucijada de tradiciones. El poeta no es visto solo como un miembro destacado del llamado «círculo de poetas de Zaragoza», grupo de intelectuales encabezado por Šelomoh de Piera, sino que sus textos se proyectan en el escenario más amplio de la cultura literaria bajomedieval del reino de Aragón.

Prats se acerca a la obra de Bonafed, al que ya había dedicado algunos trabajos previos, con preguntas que cuestionan la misma naturaleza de este corpus y su trasmisión a través del tiempo. El capítulo dedicado a estas cuestiones («Los textos y su transmisión») es, en mi opinión, de especial interés pues en estas páginas se plantean y deciden opciones metodológicas que definen esta investigación. Tras décadas de ediciones de textos hebreos medievales que buscan el texto ideal (o, al menos, el mejor texto posible), Prats incorpora, propuestas de la «nueva filología» y la «filología material» para entender los escritos de Bonafed como inseparables del codex, del manuscrito en que fueron escritos y circularon.

En esta línea Prats analiza con detalle los materiales y formatos en que los textos fueron creados y copiados y nos permite seguir su evolución al trazar un completísimo mapa de los distintos estadios de la formación de este cancionero hebreo. Vemos así cómo estas piezas literarias empezaron siendo cartas intercambiadas con amigos y poetas coetáneos, pasaron a ser cancioneros individuales o de autor, se incluyeron más tarde en cancioneros colectivos y acabaron dando paso a las ediciones modernas y actuales.

El modo en que se reconstruyen las distintas fases por las que pasaron los textos de Bonafed hasta llegar a nuestras manos es apasionante. El lector puede seguir un proceso de transmisión que se inicia en el medievo y llega hasta al presente y observar cómo en cada momento los textos poseen un valor y un significado propio al relacionarse con contextos y cotextos diferentes. Prats cambia nuestra manera de ‘mirar’ la obra de Bonafed. Nos permite ver cómo esta se transforma a través de los siglos y nos previene de lecturas, a veces demasiado reduccionistas, que olvidan la forma cambiante y el contexto manuscrito diverso de esta literatura.

La edición de los textos del poeta es el núcleo de esta monografía. Conviene recordar que todas las ediciones previas son parciales y que los poemas se habían ido publicando sin las secciones en prosa ni las demás unidades y paratextos que los acompañan en los manuscritos. La tarea de edición que se lleva a cabo está precedida de nuevo por una reflexión en torno al modelo más adecuado de presentar esta obra. Tras revisar las propuestas que se han hecho en el campo del hebraísmo, Prats presenta su trabajo como un primer paso del ambicioso proyecto de «reconstruir y editar lo que he considerado el corpus del cancionero hebreo del siglo XV» (pág. 80). Y comienza en este volumen por el cancionero individual de Bonafed en el que incluye a los autores que mantuvieron correspondencia con él como parte del mismo conjunto textual. Hasta donde sé es esta la primera vez que en el estudio de un corpus literario hebreo de tal envergadura se renuncia a entender el manuscrito como un mero soporte de textos y la obra como un continuum que llega, casi inalterada, desde que fue creada a nuestros días. Lo que Prats nos presenta es, pues, una fase concreta del devenir de estos textos asociados a un objeto cultural concreto (los cancioneros). Es una propuesta que, en línea con B. Cerquiglini, asume la idea de que «medieval writing does not produce variance; it is variance» (In Praise of the Variant: A Critical History of Philology, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1999, pág. 77).

Son seis los manuscritos que se utilizan como texto base en la edición, a los que se suman algunos cancioneros que han conservado escritos de Bonafed y dos grupos particulares de textos con una trasmisión distinta al resto y de especial complejidad (los ciclos de Françesc de San Jordi y la sátira contra los dirigentes de Zaragoza). Todos estos testimonios son descritos con detalle en el libro. La visión de conjunto que se ofrece en los cuadros que recogen los manuscritos que se emplean en la edición (págs. 81-83) permite hacerse una idea de la dificultad de la tarea que se ha afrontado. El resultado es una excelente edición cuidada en forma y fondo. Prats presenta este cancionero trascribiendo fielmente los textos base e incorporando las variantes en un aparato crítico. Frente a lo que sucede en ediciones previas, incluye los paratextos que acompañan al poema (las secciones en prosa rimada y las rúbricas) y respeta el orden en que aparecen en los manuscritos. Cada uno de los 161 conjuntos textuales que se editan incorpora, junto a las variantes, información a pie de página sobre la métrica y las referencias bíblicas empleadas. Los lectores que se acerquen a esta obra podrán acceder por primera vez a los textos completos del cancionero de Bonafed como fueron producidos en el s. XV: respetando las distintas secciones que lo componen y su frecuente carácter de intercambio epistolar. Y aunque pueda parecer una cuestión menor, la misma presentación material de la edición, reflejo de un trabajo muy meditado y de una atenta revisión de cada testimonio, facilita y hace grato el acceso a los textos.

En el segundo volumen de esta monografía se ofrece una traducción al castellano de este corpus literario, una decisión, en mi opinión, muy acertada. Por un lado, permite el acceso a este legado no solo a conocedores del hebreo sino también a medievalistas de otros campos; por otro, facilita y alienta la incorporación de Bonafed (y en general del corpus hebreo) a la literatura y la vida cultural de la Iberia Medieval de la que también forman parte quienes escribieron en lenguas no romances.

Las unidades textuales que se traducen vienen precedidas de un resumen amplio del contenido (págs. 33-119) que resulta de gran ayuda para la comprensión y contextualización de las mismas. Igualmente son de agradecer las notas aclaratorias que se introducen a pie de página y las referencias a los textos, principalmente bíblicos, que se insertan en estas composiciones.

Las dificultades para trasladar estos textos del hebreo al castellano no son pocas tanto por la complejidad lingüística como por un contenido y unos modos de expresión que pueden ser extraños al lector actual. Como toda traducción, que no deja de ser una interpretación, siempre es posible ofrecer alternativas y sugerir otras posibles lecturas a las propuestas en esta monografía. Pero, en todo caso, el texto resultante es sólido y hermoso. Prats consigue dar vida en castellano a versos y prosa rimada sin perder el sentido del original, sin exceso de literalismo y conservando el ‘tono’ que tienen en hebreo.

El autor de El cancionero de Šelomoh ben Reuben Bonafed (s. XV) recuerda al principio de su libro la tesis doctoral que realizó bajo la dirección del profesor Sáenz Badillos y que está en el origen de esta monografía. Desde entonces son muchos los años que Arturo Prats ha dedicado a este poeta y su legado. Pero, si atendemos al resultado, no podría haberse hecho de otro modo por la envergadura del trabajo realizado, su dificultad y las reflexiones que plantea a lo largo de sus más de 700 páginas. En mi opinión, este cancionero va más allá de una edición al uso de la obra de un poeta. Sus aportaciones marcan un punto de inflexión en nuestra manera de entender (y abordar) a Bonafed y nos cuestionan sobre el modo de acercarnos a los textos hebreos medievales. Enhorabuena por ello al autor y a la colección Textos y culturas judías de la Universidad de Granada por contar con este libro entre sus títulos.