Álvarez Barredo, Miguel, (2012) El libro de Malaquías. Dependencia terminológica y fines teológicos, Murcia: Publicaciones del Instituto Teológico de Murcia, 268 pp. ISBN 978-84-85888-13-9

Jaime Vázquez Allegue

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Durante mucho tiempo, una parte de la tradición judía consideró que con el libro del profeta Malaquías se cerraba el cuerpo profético de la Biblia Hebrea y que con su figura se terminaba la profecía, al menos en forma literaria. Después de Malaquías, nada ni nadie, volvería a hablar ni escribir sobre los profetas y la profecía. Aquella tradición desconocía, entre otras, la literatura de Qumrán (s. ii a.C.-70 d.C.) y la opinión de una buena parte de la literatura rabínica y de los comentarios posteriores. La obra bíblica es plenamente acrónica, no contiene ninguna fecha. Es anónima, no figura el nombre del autor o autores del texto. Sólo una tradición antigua coincide en atribuir la autoría del escrito a un profeta que predicó hacia el año 460, poco antes de las reformas de Esdras y Nehemías.

Miguel Álvarez Barredo es profesor de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia Antonianum (Roma) y en el Instituto Teológico de Murcia. Hace casi veinte años que sigo de cerca los escritos de este exégeta. Entre sus obras destacan: Relecturas deuteronomistas de Amós, Miquéas y Jeremías (Roma 1994); Habacuc. Un profeta inconformista. Perfiles literarios y rasgos teológicos del libro (Murcia 2007); Los orígenes de la monarquía en Israel (Murcia 2009). He tenido el placer de reseñar y recensionar algunas de sus obras: Las narraciones sobre Elías y Eliseo en los libros de los Reyes (Murcia 1996); La iniciativa de Dios. Estudio literario y teológico de Jueces 1-8 (Murcia 2000); La iniciativa de Dios. Estudio literario y teológico de Jueces 9-21 (Murcia 2004). Álvarez Barredo es uno de los grandes conocedores actuales en el mundo hispano de la literatura histórica y profética de la Biblia Hebrea.

El libro de Malaquías. Dependencia terminológica y fines teológicos, de Álvarez Barredo, nos acerca al texto bíblico siguiendo el método clásico de la exégesis bíblica. Sin embargo —ésta es, quizás, la gran novedad— incorpora al estudio los resultados de las investigaciones que sobre el texto bíblico se están haciendo desde otras disciplinas científicas. Al estudio filológico y teológico del texto se añaden las aportaciones de la sociología del contexto del texto, la antropología cultural del judaísmo del momento, la psicología de los personajes que aparecen en el texto y otras muchas lecturas y acercamientos que ayudan a situar el texto en su contexto y a descubrir el pretexto que movió al autor a poner por escrito la obra.

La obra de Álvarez Barredo comienza con una introducción que nos presenta el ámbito histórico del libro de Malaquías. Su objetivo es situar el escrito y su mensaje en el marco de la tradición profética anterior. Con esta intención, el autor esboza un riguroso estudio sobre la repercusión del imperio persa en la sociedad judía de la época. A continuación, Álvarez Barredo presenta el núcleo primitivo de la obra bíblica y sus relecturas sucesivas. En este apartado nos ofrece una serie de aspectos que considera liminares en la confección del libro y nos ofrece una de las primeras claves de interpretación y el contenido teológico base del libro bíblico que encontramos en los textos 1,2-5; 1,6-2,9 y 3,6-12. En ellos, el hagiógrafo hace su declaración profética (1,2-3) y muestra la reacción de Edom (1,4-5). A continuación, el reproche a los sacerdotes por la perversión cultual, supone la acusación de fondo que determina la deshonra del propio culto (1,6-8a) y el consiguiente anuncio de un culto universal al Dios de Israel (1,11-14). Siguen el testimonio divino contra los sacerdotes culpables de la perversión cultual (2,1-9) y lo referente al fraude del pueblo sobre los diezmos (3,6-12). En medio, la añadidura exhortativa en torno a los matrimonios mixtos y lo relativo al divorcio (2,10-16). Tras este estudio detallado y metódico, Álvarez Barredo propone la existencia de un segundo estrato literario, una nueva etapa redaccional. Esta etapa sería la última y definitiva, y vendría marcada por la inclusión de una serie de perícopas como la del juicio divino a los impíos (2,17-3,5) y el relato de las perplejidades de los justos ante la sentencia divina en el día del Señor (3,13-21). En este apartado, el autor del comentario fundamenta de forma convincente que tanto la introducción como los dos apéndices finales forman parte de una serie de retoques realizados en la última etapa redaccional de la composición del texto.

La obra de Álvarez Barredo intenta delimitar las variadas épocas, a las cuales se dirige este escrito profético y, al mismo tiempo, pretende concretar sus preocupaciones por clarificar las tesituras o desvaríos de la comunidad del postexilio en la época persa y helenista pero, al mismo tiempo, quiere responder en ciertos estratos a las inquietudes apocalípticas que están surgiendo. Este estudio analiza el lenguaje, la terminología, los giros y expresiones así como las múltiples influencias externas que confluyen en el texto. Como afirma el mismo autor, el libro ha sido confeccionado con una gran dependencia literaria, y en este sentido, es deudor de la tradición en su modo de razonar e interpretar los acontecimientos históricos del Judá postexílico.

Álvarez Barredo sostiene que el texto refleja un ambiente social degenerado y completamente desesperanzado. De ahí que el libro, precedido por el título massâ, esté compuesto por media docena de controversias que determinan su propia estructura: a) crítica del profeta; b) réplica de los destinatarios y c) explicación de la afirmación inicial. Un género literario, el de la controversia, que bien podría reproducir discusiones reales con sustrato histórico. Estas controversias nos acercan a diferentes temáticas —no mantienen un mensaje unitario o simple— que nos sitúan ante problemas cultuales y conflictos relacionados con la justicia. Las tres primeras controversias son condenatorias de delitos concretos. Las tres últimas abren a la esperanza. En medio se encuentra la polémica generada por la perversión sacerdotal. El autor del libro profético pretende convencer de que en la salvación futura los sacerdotes no tienen ningún papel importante que desempeñar.

Concluido el estudio interdisciplinar del texto, Álvarez Barredo presenta un excursus sobre la modalidad literaria del libro de Malaquías a la luz de las principales contribuciones que se realizaron en el siglo xx sobre la forma literaria y narrativa del mal. A continuación, analiza las disputas que se van desarrollando a lo largo de toda la obra bíblica como respuestas escalonadas de Dios a su pueblo en tesituras de perplejidad y duda. Estas disputas están muy bien estructuradas y muestran el interés social que contenían. Las seis disputas abordan temas candentes sobre los que la sociedad esperaba una respuesta. Así, la elección de Israel como una mirada permanente de Dios hacia su pueblo, sería la temática de la primera disputa (1,2-5). La segunda estaría determinada por el desprecio y la deshonra de Dios con las víctimas de la liturgia (1,6-2,9). La tercera disputa afronta dos cuestiones polémicas: el divorcio y los matrimonios mixtos (2,10-16). La cuarta tiene que ver con las dudas sobre la justicia divina o el cuestionamiento del Dios justo (2,17-3,5). La quinta refleja el contraste de dos actitudes, la fidelidad de Dios y el engaño del pueblo (3,6-12). La sexta y última disputa refleja la ulterior difidencia de los justos ante Dios y su puntual respuesta.

Este comentario al libro de Malquías concluye con una relectura del final de los dos apéndices redaccionales que cierran la obra (3,22-24). El primero gira en torno a la figura de Moisés (3,22) y tiene una intención esperanzadora animando a proyectarse en el pasado para sobrellevar el presente y mirar al futuro. El segundo apéndice se concentra en la figura de Elías (3,23-24) que ejerce como precursor de la venida del Señor para purificar a Israel en medio de las naciones paganas. Estos dos apéndices centran una buena parte de la dimensión teológica del libro bíblico. La perspectiva de una escatología judía que ya había estudiado en profundidad Émile Puech en su obra Immortalité, résurrection, vie éternelle? Histoire d’une croyance dans le Judaïsme ancien (Études Bibliques, NS, 22, Gabalda, Paris 1993). Con las imágenes de Moisés y Elías, el autor del libro bíblico destaca el valor permanente de las mediaciones divinas con el pueblo de Israel y su repercusión en la historia.

El trabajo de Álvarez Barredo es riguroso, como lo fueron sus publicaciones anteriormente referidas. Su forma de trabajar los textos bíblicos refleja un enorme conocimiento de la literatura judía sagrada sin interferencias tipológicas cristianas ni del Nuevo Testamento. Me gustaría, no obstante, aportar un pequeño grano de arena a esta obra con un par de referencias que pueden ayudar al lector a encontrarse con las fuentes del libro bíblico a través del hebreo original. El texto hebreo del libro de Malaquías aparece en la literatura de Qumrán en dos manuscritos. El primero es un fragmento del texto bíblico (4q76 [4qxiia]) y el segundo un pesher (5q10 [5qpMal]). El primer documento, el formado por los fragmentos de la cueva 4 de Qumrán [PAM 43.099] contiene el texto hebreo del libro de Malaquías (4q76 [4qxiia]) distribuido de la siguiente manera: 4q76 [4qxiia] 1,i (Mal 2,10-14); 4q76 [4qxiia] 1,ii (Mal 2,15-3,4); 4q76 [4qxiia] 1,iii (Mal 3,5-15); 4q76 [4qxiia] 1,iv (Mal 3,14-24). Para su estudio, recomiendo el análisis comparado entre el texto hebreo de Qumrán y el Texto Masorético que hace R. Fuller, «Text-Critical Problems in Malachi 2,10-16», JBL 110 (1991): 47-57. Así como los recientes análisis de George J. Brooke y Arndt Neinhld. El segundo documento con el texto hebreo de Malaquías lo encontramos en el pesher 5q10 [PAM 42.316]. Jean Carminac identificó las cinco escuetas líneas del fragmento de Qumrán con frases literales tomadas del prólogo del libro bíblico en «Vestiges d’un pesher de Malachie», RevQumran 4/13 (1963): 97-100.

El comentario de Álvarez Barredo termina con una bibliografía específica y actualizada en la que podemos encontrar desde los comentarios clásicos hasta los últimos estudios que se han realizado sobre el libro profético. Desde estas páginas quiero felicitar al autor por esta obra y agradecerle el trabajo realizado. Este tipo de libros no pasan de moda y constituyen el bagaje bibliográfico que siempre ha de acompañar a los textos bíblicos.