Sánchez, R. (2015), Los géneros dialogales judeoespañoles: Oralidad fingida y variación lingüística, Barcelona: Tirocinio, 363 pp. ISBN: 978-84-942925-2-1

Paloma Díaz-Mas

paloma.diazmas@cchs.csic.es
Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del CSIC

Este libro constituye una absoluta novedad en el panorama de los estudios sefardíes, ya que es el primero dedicado monográficamente al análisis lingüístico de los géneros dialogales en judeoespañol.

El estudio se basa en un amplio corpus de más de cincuenta textos literarios que incluyen diálogos que simulan o evocan la oralidad. La mayoría de ellos se publicaron en libros o periódicos aljamiados , entre 1862 y 1940, aunque hay también alguno en caracteres latinos, entre ellos dos textos que vieron la luz en fechas tan recientes como 1981 y 1998. Se produjeron y difundieron en distintas comunidades sefardíes de Turquía, los Balcanes y el Mediterráneo Oriental, como Salónica, Esmirna, Estambul, Jerusalén, El Cairo, Sofía, Plovdiv y Shumen (Bulgaria), Bucarest y Sarajevo , además de en Viena, por lo cual ofrecen también un amplio muestrario de la variación diatópica del judeoespañol.

La mayoría de los textos analizados son obras de teatro, entre las que encontramos dramas originales de tema histórico, moral o bíblico, traducciones de otras lenguas (del hebreo, del polaco y, sobre todo, del francés), o piezas breves cómicas y satíricas de las que tanto abundaron en el teatro sefardí. En el corpus de estudio se han incluido también, con acierto, diálogos humorísticos publicados en la prensa periódica, cuya finalidad no parece haber sido nunca la representación teatral.

Tanto las piezas de teatro breve satírico como los diálogos humorísticos de los periódicos resultan especialmente fecundos como fuente de información sobre usos lingüísticos . Son obras literarias que pretenden imitar de forma verosímil la lengua hablada, utilizando una serie de recursos que debían de resultar perfectamente reconocibles para los destinatarios (fuesen espectadores o lectores de prensa) y que incluyen juegos de palabras, empleo de distintos registros, malentendidos basados en la paronomasia o la polisemia, imitación de hablas específicas (como la de los judíos afrancesados), cambios de código lingüístico, inserción de refranes, dichos y rasgos del lenguaje popular, etc. Con frecuencia la comicidad de las obras se sustentaba en los recursos lingüísticos utilizados y para que esa comicidad funcionase resultaba fundamental que la oralidad fingida en los textos fuese identificable y creíble como representación de la oralidad real por los espectadores o lectores.

El libro está clara y ordenadamente estructurado. Se organiza en ocho apartados, cada uno de ellos con varios subapartados, que están minuciosamente detallados en el índice de contenido inicial, lo cual resulta de gran utilidad para buscar temas y datos concretos en el cuerpo del libro.

Tras la presentación del trabajo, se dedica un primer apartado a analizar a grandes rasgos la situación histórica y sociocultural de los sefardíes del Mediterráneo Oriental desde mediados del siglo xix hasta mediados del xx, lo cual permite situar en su contexto las obras que van a estudiarse. Sigue un apartado sobre «El teatro sefardí de Oriente», en el que, además de información sobre el género dramático y los diálogos publicados en la prensa, se ofrece un estado de la cuestión de estudios sobre el teatro sefardí.

El tercer gran apartado se dedica a situar las obras en su contexto lingüístico, ofreciendo una información general sobre la situación del judeoespañol en esa época, un estado de la cuestión de investigaciones sobre la variación lingüística en judeoespañol (separando los estudios sobre variación diatópica, diastrática, diafásica y sobre el judeoespañol hablado) y valorando el interés de los géneros dialogales como fuente para estudios lingüísticos.

En el apartado iv se describen el corpus, los criterios de transcripción y se explican los criterios del glosario.

El apartado v se dedica a describir la metodología utilizada, que se encuadra en los estudios de pragmática y, concretamente, en la teoría sobre la lengua hablada y sus diferentes manifestaciones desarrollada por los romanistas alemanes Peter Koch y Wulf Oesterreicher, explicando el concepto de oralidad fingida y cómo el modelo de estos investigadores se aplica a los géneros dialogales .

Los apartados vi al viii constituyen el estudio lingüístico del corpus, que empieza (apartado vi) atendiendo a los rasgos de inmediatez comunicativa en los géneros dialogales: interjecciones (de distintos tipos y procedencias: hispánica, francesa, turco-balcánica), onomatopeyas, partículas demostrativas, fórmulas de tratamiento, construcciones expresivas (entre ellas, el uso del gerundio, del participio y de sustantivos con valor de imperativo, las construcciones interrogativas o las reduplicaciones). Se analizan también macroestructuras discursivas (como la narración oral, el discurso referido o las reduplicaciones), la ficción conversacional o las representaciones gráficas de fenómenos fónicos.

El apartado vii se dedica a los tópicos lingüístico-literarios, y entre ellos los elementos de la cultura popular (inserción de refranes, bendiciones, maldiciones, eufemismos, juegos de palabras tradicionales). Especial interés tiene el análisis de cómo se reflejan en los textos los procesos de modernización del judeoespañol, el plurilingüismo y la entrada de influencias de otras lenguas (y singularmente del francés), lo cual da pie a numerosos efectos humorísticos basados en deformaciones paródicas de las palabras, paronomasias, confusión de acepciones, alternancias de código o malentendidos lingüísticos.

En el apartado viii se describen algunos de los personajes típicos y tópicos de los géneros dialogales judeoespañoles, como el franquito o joven afrancesado, el joven ilustrado, los miembros de anteriores generaciones (padres o abuelos) y los personajes femeninos (jóvenes modernas, mujeres tradicionales y criadas). En los textos, cada uno de los personajes (varios de los cuales, según señala la autora, tienen a su vez paralelos en el teatro europeo occidental y en el teatro de sombras turco Karagöz) está caracterizado por su forma de hablar, lo cual ofrece una información impagable acerca de cómo los autores y lectores/espectadores sefardíes percibían los rasgos lingüísticos específicos de cada uno de esos grupos sociales.

Tras un apartado de conclusiones y la lista de bibliografía citada, se ofrece la edición de una selección de catorce textos representativos y un útil glosario.

El libro se enriquece con varias páginas de ilustraciones: grabados que representan personajes del Karagöz o tipos populares sefardíes (así en pp. 195-196) y, sobre todo, unas pocas pero interesantísimas (y, creemos, hasta ahora inéditas) fotografías de actividades teatrales de los sefardíes de Salónica entre 1916 y 1932, procedentes de la colección de Enrico Isacco, en las cuales pueden verse detalles como la escenografía, el vestuario o la presencia de mujeres actrices en escena.