Vázquez Allegue, Jaime (2019) Guía de la Biblia. Introducción general a la Sagrada Escritura. Estella: Verbo Divino. 346 págs. ISBN 978-84-9073-474-2.

Junkal Guevara Llaguno

junkalguevara@yahoo.es
Facultad de Teología de Granada

Todo viaje que se precie, enriquece sus posibilidades de éxito y disfrute cuando cuenta con una buena guía que, además de las cosas de interés general, se adentra en los rincones escondidos y lo hace con suavidad, y con buenas pistas. Así, esta Guía de la Biblia que ha preparado el profesor Jaime Vázquez, es el fruto de muchos años de docencia, conduciendo a los alumnos en el apasionante viaje del conocimiento de la Biblia: «para descubrir la riqueza que contienen sus páginas y la grandeza de su mensaje, recordando las palabras del papa Francisco: “Es necesario adquirir confianza con la Biblia: leerla a menudo, meditarla, asimilarla”» (p. 13).

El camino de esta guía se desarrolla a lo largo de cuatro partes que abordan las claves fundamentales de cualquier estudio de la Biblia: la tierra, el texto, los libros y la condición inspirada de la misma.

En la primera parte, se incluyen tres capítulos: geografía, arqueología e historia. Hay que destacar la claridad con la que se explican los datos fundamentales de la arqueología bíblica, un asunto, todavía hoy, confuso y discutido. Además, hay que alabar que el autor se haya detenido a reseñar las aportaciones de los arqueólogos españoles; por otra parte, otro asunto difícil y polémico, la historia de Biblia, se sintetiza con acierto, consiguiendo el autor aquilatar un fino equilibrio entre historia sagrada e historiografía en el sentido más contemporáneo del término.

En la segunda parte, se incluyen seis capítulos: texto, lenguas, escritura, soportes, versiones y canon. Todos los temas son fundamentales a la hora de conocer la Biblia, y, además, resultan atractivos por el desconocimiento general de la materia. El libro los aborda con sencillez y profundidad. Merece ser destacado el tratamiento de los tipos de escritura y los soportes, que, además, se acompañan de algunas fotografías. El capítulo dedicado al canon, no se introduce en cuestiones relativas a la inspiración que se dejan para la última parte del libro donde se explica la Biblia como «palabra de Dios». También aquí hay que notar la atención que el autor presta a las ediciones actuales de la Biblia en lengua castellana, incluyendo las ediciones en otras lenguas oficiales del Estado español.

En la tercera parte hay que destacar la capacidad del autor para sintetizar una suficiente presentación de las colecciones bíblicas, y de cada uno de sus libros, así como la atención de un capítulo completo a la literatura del periodo intertestamentario. Es un capítulo muy útil como subsidio de cualquier curso introductorio, incluso de carácter muy divulgativo o catequético.

Por último, la cuarta parte, difícil de escribir porque obliga a un biblista a afinar bien en cuestiones de calado dogmático, porque, como ya se recordaba en el último documento de la PCB «No es tarea de la Comisión Bíblica, a quien se ha pedido manifestarse sobre esta temática, ofrecer una doctrina sobre la inspiración, que pretendiera competir con lo que se presenta habitualmente en los manuales de teología sistemática» (n.º 138). A pesar de todo, el profesor Vázquez se introduce en las complejas cuestiones dogmáticas de la inspiración, la verdad y los métodos de interpretación de la Biblia y consigue apuntar bien las cuestiones, muy particularmente la del carácter inspirado del texto.

Hay que valorar el esfuerzo editorial al aceptar incluir en los distintos apartados, fotografías, mapas, maquetas y tablas a todo color, que evitan al alumno la incómoda tarea de recurrir a anexos e índices, y que visualizan mejor las explicaciones del autor (por ejemplo, en todo lo relativo a la orografía, o la delimitación de fronteras).

En conjunto, una verdadera guía que otros profesores agradecerán mucho pero que, también aprovecharán los miembros de grupos de divulgación de la Biblia si tenemos en cuenta que «el tesoro del mismo texto bíblico, que, aunque pertenece a la Iglesia, ha sido capaz de atravesar todas las fronteras culturales y religiosas, y adquirir, en nuestras sociedades secularizadas, el estatuto de un texto «revelador» o de «identificación» (C. Théobald).