Sánchez-Pérez, María (2019), El Quijote en judeoespañol. Estudio y edición de los fragmentos publicados en los periódicos sefardíes El Amigo de la Familya (Constantinopla, 1881) y La Boz de Oriente (Estambul, 1931), «Fuente clara. Estudios de cultura sefardí», 38. Barcelona: Tirocinio, 224 pp. ISBN 978-84-942925-9-0.
Elisa Martín Ortega
elisa.martin@uam.es
Universidad Autónoma de Madrid
Los lazos que unen a la diáspora sefardí –tras la expulsión de 1492 y la dispersión de los judíos que vivían en la Península Ibérica– y la cultura hispánica han despertado el interés de filólogos e investigadores desde finales del siglo xix. Hoy asistimos a un nuevo hito en el estudio de dicha relación, compleja y por largo tiempo soterrada, de la mano de María Sánchez-Pérez. La autora presenta en este volumen el resultado de un espectacular hallazgo: las primeras traducciones que se conocen del Quijote al judeoespañol, aparecidas en la prensa periódica sefardí de Estambul entre 1881 y 1931.
El Quijote, además de ser una obra emblemática en la historia de la literatura española, es uno de los libros más traducidos del mundo. Hasta ahora se pensaba que los sefardíes habrían accedido a su conocimiento únicamente a través de la edición original o de su traducción a otras lenguas europeas (fundamentalmente el francés). En El Quijote en judeoespañol se nos ofrecen las traducciones originales y un estudio acerca de su génesis, adaptación y recepción entre el público sefardí.
La obra se abre con un prólogo de Paloma Díaz-Mas, al que siguen una amplia Introducción de la autora y la Edición de los textos, acompañada de un cuidado y extenso glosario. La Introducción se divide a su vez en cuatro partes, una primera aproximación al tema «El Quijote y los sefardíes», dos estudios dedicados respectivamente a los textos del Quijote publicados en los periódicos El Amigo de la Famiya (1881) y La Boz de Oriente (1931), y una explicación detallada de los criterios de edición.
María Sánchez-Pérez comienza poniendo de relieve el escaso o nulo conocimiento que se tuvo del Quijote en las comunidades sefardíes del Antiguo Imperio Otomano hasta aproximadamente mediados del siglo xix. En efecto, los contactos culturales y lingüísticos entre la Península Ibérica y los sefardíes de la diáspora fueron cada vez más escasos a partir del siglo xvii y no se reanudaron hasta bien entrado el siglo xix. La autora aporta interesantes te-stimonios de algunos de los primeros lectores sefardíes del Quijote: Moisés Fresco y Micca Alcalay de Gross, que intercambiaron correspondencia con Ángel Pulido, el médico y senador español que, a comienzos del siglo xx, inició una campaña de acercamiento a los sefardíes. Ambos eran representantes de la burguesía sefardí ilustrada, y habían leído la obra de Cervantes en francés y español. Sin embargo, tal y como señala la investigadora, todo hace suponer que el conocimiento del Quijote entre el conjunto de la población sefardí fuese prácticamente inexistente aún en esa época.
Los primeros textos de la obra cervantina publicados en judeoespañol aparecieron en el periódico El Amigo de la Famiya (Estambul, 1881), una publicación divulgativa y literaria dirigida por el intelectual David Fresco. Fue precisamente él el autor de la traducción y adaptación de algunos fragmentos del Quijote, que aparecieron por entregas. Se trata de algunos capítulos de la primera parte de la novela: El curioso impertinente (capítulos 33-35) y la «Historia de Cardenio» (capítulos 23-36). Llama la atención que ambos textos pertenezcan a las llamadas historias intercaladas en la primera parte del Quijote. De hecho, en la publicación de El kuryozo marido desmeoyado, David Fresco no hizo ninguna mención a que la historia estuviera insertada en la obra de Cervantes. Tal y como él mismo explica, su intención no era otra que el divertimento del público gracias a una historia breve de temática amorosa que consideró cercana al gusto literario de su época. Tras el éxito de estas entregas, se decidió a publicar Kardenyo, varios números más tarde. En esta ocasión sí que se refirió explícitamente a su origen, incluyendo un prólogo con algunas explicaciones sobre el género de Los Libros de Caballerías y el personaje de Don Quijote.
Los textos de David Fresco no son meras traducciones al judeoespañol, sino auténticas adaptaciones de los textos originales, cuyo objetivo último era que resultasen sencillos y atractivos para los lectores de su periódico. Así, adapta los capítulos del Quijote resumiendo determinados fragmentos, obviando otros y, a veces, acortando drásticamente la obra. Este procedimiento de adaptación de los textos originales, basado en el resumen y abreviación de pasajes, era común entre los escritores y traductores sefardíes de la época. María Sánchez-Pérez nos ofrece, en este sentido, un amplio análisis comparativo de los pasajes del Quijote y las adaptaciones de David Fresco.
A continuación, nos encontramos con los textos del Quijote que el mismo David Fresco publicó unas décadas más tarde en La Boz de Oriente (1931), otro periódico de Estambul. En esta ocasión vuelve a aparecer El curioso impertinente, pero, sorprendentemente, el autor revisa la versión anterior y propone una nueva adaptación al judeoespañol, con un título ligeramente distinto: Un/El marido ekstravagante. Conviene destacar, en este punto, que María Sánchez-Pérez ofrece también en su estudio numerosos detalles acerca de las características lingüísticas de ambas traducciones.
El libro nos ofrece los textos íntegros de El kuryozo marido desmeoyado (pp. 75-112) y Kardenyo (pp. 115-181), aparecidos en El Amigo de Famiya (1881), así como un breve fragmento (el único al que se ha podido tener acceso, según relata la autora) de Un marido ekstravagante en La Boz de Oriente (pp. 135-193).
La edición, meticulosamente cuidada y anotada, va acompañada de un amplio Glosario. De este modo, el volumen El Quijote en judeoespañol, de María Sánchez Pérez, pone en manos de los estudiosos en literatura sefardí, y del conjunto de los hispanistas, un importante hallazgo que abre nuevos caminos en el estudio de las relaciones entre los sefardíes de Oriente y la cultura española.