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Guerrero, Isabel (2023). Festivalizar el teatro. Un recorrido a través de la celebración de William Shakespeare. Murcia: Ediciones de la Universidad de Murcia. ISBN 978-84-18936-80-7. 166 pp.

 

Jorge Braga Riera

Universidad Complutense de Madrid

jbragari@ucm.es

https://orcid.org/0000-0002-8957-1461

Recibido: 20/04/2024

Aceptado: 22/09/2024

https://doi.org/10.30827/impossibilia.282024.30571

 

 

“Festejar a Shakespeare” bien podría haber sido el título de la interesante publicación que, con el sello de Ediciones de la Universidad de Murcia, ha visto recientemente la luz de la mano de Isabel Guerrero, profesora con un extenso bagaje investigador en el ámbito de los estudios teatrales. No en vano “festejar” comparte con “festival” idéntica raíz etimológica, festus, palabro latino para designar “fiesta” o “día sagrado”, una asociación que da buena cuenta del potencial celebratorio del volumen.

Festivalizar el teatro. Un recorrido a través de la celebración de William Shakespeare nace motivado por el interés que, sobre todo a partir del siglo XX, suscitan los festivales de teatro en la sociedad occidental (tomando como germen la Grecia clásica), y muy especialmente los dedicados a la figura de William Shakespeare, tanto en su país natal como en Estados Unidos y Canadá. Lejos de flaquear, semejante atención ha ido in crescendo en la presente centuria, como muestran los variados eventos que, corporeizados en un encaje de representaciones, talleres, charlas, actuaciones en vivo y otras experiencias, han ayudado a mantener viva la producción del dramaturgo más internacional de todos los tiempos. Si bien es cierto que contamos con publicaciones que acentúan el valor de los festivales desde diversos ángulos, ya su poder revitalizador en determinados espacios (Gibson y Connell, 2011), ya su dimensión política (Harpin y Nicholson, 2016) o su influjo social (Algán, Tramvik y Ricci, 2023), entre otros estudios a los que la autora recurre convenientemente, no abundan las monografías que, de una manera expositiva y amena como esta —salpicada, además, de fotografías ad hoc, muchas de cosecha propia—, pongan sus miras en la experiencia holística intrínseca a un festival de teatro. En esta tarea se embarcan los dos bloques en los que se divide el libro: un total de cuatro capítulos a los que acompaña una breve introducción y unas conclusiones finales que preceden a la pertinente y no abultada lista de referencias bibliográficas.

Se equivocan quienes conciban esta aportación como un manual del perfecto festivalero, una suerte de pack que nos permita disponer de un inventario de conmemoraciones shakesperianas o averiguar qué se cuece en las muchas que proliferan por los circuitos teatrales de hoy en día, tanto las dedicadas al Bardo de Avon como a otros dramaturgos o épocas. Al contrario, sus más de 150 páginas perfilan detalladamente estos eventos promocionales echando mano, para ello, de la experiencia propia de la autora, pero sin que cierto personalismo sea óbice para una prolífica documentación no exenta de rigor académico. Y es que, aun cuando estemos familiarizados, en mayor o menor medida, con la envergadura, duración o tipo de contenido de un festival de teatro (como ocurre en otros ámbitos como la música, el cine o las ferias de libros), y resuenen en nuestros oídos los ejemplos de Almagro o Mérida, en España, o, ya en el contexto anglófono, los aclamados Edinburgh International Festival o el Stratford Shakespeare Festival, definir con tino este concepto no resulta tarea fácil. De ello se ocupa el Capítulo I, que parte de una reflexión etimológica y bibliográfica —a partir de aportaciones de diversos estudiosos— conducente a pergeñar qué se entiende por “festival” y qué lo diferencia de otras experiencias teatrales como “ciclo”, “circuito”, “jornadas” o “temporada”, por citar unas pocas. En este empeño entran en juego cuestiones lógicas como su duración, el número y naturaleza de las producciones, así como, claro está, el público para el que van pensadas. Partiendo de estas cavilaciones, se nos muestran los festivales como metaacontecimentos casi litúrgicos que, ubicados en un espacio y tiempo concretos, embeben al espectador —el sujeto del arte teatral— en un ambiente plenamente festivo.

Estos cuatro pilares —a saber, tiempo, espacio, público y show— constituyen el núcleo del Capítulo II, donde primeramente se invita al lector a adentrarse en las posibles localizaciones: desde las más tradicionales hasta las más alternativas —o democráticas—, desde espacios urbanos (bien en el centro de las ciudades bien discretamente en la periferia, constituyéndose en ocasiones en “ciudades festivales” como Aviñón) hasta las zonas rurales, buscando en todos los casos la ansiada comunión entre auditorio y escenario. Las características de este emplazamiento, comúnmente condimentado con ingredientes menos lúdicos como restaurantes o puestos callejeros que suman a la atmósfera ferial y, por qué no decirlo, a promocionar el espacio geográfico en cuestión, llevan a la autora a definir el festival como una heterotopía, esto es, “un espacio a la vez real y ficticio que solo existe mientras dura este acontecimiento” (p. 59). Otro elemento igualmente básico lo constituye el tiempo, aspecto este al que se acerca Guerrero (como antes hicieron investigadores de la talla de Pavis, Shoenmakers o Uberfeld) desde perspectivas semióticas y antropológicas. Un tiempo que no solo refiere a la duración cronológica, sino también a la fecha elegida (rememorar aniversarios, fechas especiales), y que, junto con el emplazamiento, puede incluso hacer las veces de destino de ocio para el asistente. Estaríamos, pues, ante una heterocronía, o multiplicidad de tiempos, que va más allá de la duración temporal objetiva de un festival.

Nada de esto trascendería, sin embargo, sin la ineludible presencia del espectador (o “participante”, en terminología de Shoenmakers, p. 71), quien por lo general se ve inmerso en un entorno recreativo, algo no necesariamente nocivo a priori si no fuera por la cada vez más frecuente disneyficación, o tipificación cultural capaz de servir interpretaciones históricas de determinadas épocas (el Renacimiento inglés, por ejemplo) bastante alejadas de la realidad, y que puede afectar, incluso, a las piezas exhibidas.

Estas y otras cuestiones, aunque centradas específicamente en la figura de Shakespeare, toman la palabra en los dos capítulos que conforman el Bloque II. El primero de ellos (Capítulo Tres), un recorrido histórico por los festivales dedicados al poeta —desde el llamado Jubileo de Garrick (1769) hasta la década de los cincuenta del pasado siglo, pasando por las obligadas celebraciones en Stratford-upon-Avon en el siglo XIX—, da buena cuenta de sus inicios y contenidos, su ubicación y tipo de auditorio. Tampoco se descuida la gradual importancia de estos festejos a la hora de acuñar al autor inglés —paradójicamente el gran olvidado en las primeras celebraciones— como eje patrio. Un Capítulo Cuatro igualmente bien documentado echa la vista atrás para tratar los rasgos inherentes a los festivales a partir de la Segunda Guerra mundial, eso sí, en los entornos británico y norteamericano. Desde los Estados Unidos no podía faltar el pionero Festival Shakespeare de Oregón ni los llamados “festivales vacacionales”, capaces de atraer miles de turistas. Actividad empresarial aparte, los más contemporáneos son la consecuencia natural de un viaje ideológico en el transcurso del cual ha ido perdiendo fuelle el tufo nacionalista de los inicios para abrazar visiones surgidas en diferentes culturas e idiomas (caso del World Shakespeare Festival, celebrado en Reino Unido con motivo de los Juegos Olímpicos de 2012), en aras de su universalización. Este foreign Shakespeare sería aún más positivo si lograra afianzarse en la programación regular británica aun cuando —lamenta la autora— se prime en estos casos el efecto visual como fórmula para solventar la barrera lingüística.

Son muchas, pues, la virtudes de esta monografía que aúna reflexiones personales y de voces autorizadas y que, aun sin escatimar alabanzas hacia los festivales como motores culturales, no oculta sus contrariedades o el perjuicio que puede suponer distorsionar dramaturgos, obras o épocas. Además, su contenido abre la puerta a estudios venideros que se animen a cruzar las fronteras anglosajonas para adentrarse en otras realidades teatrales, como pudieran ser la hispanoamericana o la oriental. Con todo, dicho enfoque no debería descuidar el potencial del fenómeno como fórmula de diseminación ideológica más allá de la lengua y cultura inglesas, abriendo la puerta al ejercicio traductor como puente comunicante hacia destinos menos convencionales. Sin descartar la relevancia que tienen los festivales para actores, productores y otros agentes del hecho teatral, incluido el acicate político y económico que supone situar en el mapa una localidad o comarca concretas como meca de entretenimiento. También da pie este libro a futuras reflexiones sobre la presencia de Shakespeare (bastante recurrente, por otro lado) en festivales de corte más general, algunos de los cuales se apuntan de pasada, caso del madrileño “Festival de otoño a primavera”. Sí se echan de menos, en cambio, cuestiones de corte más funcional como quiénes son los responsables de seleccionar las producciones y cuáles sus motivaciones, así como el perfil de los asistentes, aspecto este último no exento de complejidad metodológica. Y ya desde una perspectiva meramente editorial, el uso de fotografías en color (no solo en blanco y negro) habría potenciado su efecto.

Sea como fuere, este volumen supone una rica aportación a las artes dramáticas, al frecuentar un tema no muy visitado en la disciplina. Queda por ver si, en un futuro próximo, la inclusión de lenguas y culturas más exóticas, las facilidades técnicas mediante sobretítulos o los avances de la inteligencia artificial en materia escénica abrirán nuevas vías que salvaguarden el concepto de festival y, de paso, impulsen estudios que desentrañen sus interioridades de una manera tan lúcida y reveladora como el que nos ocupa.

 

 

REFERENCIAS

Algán, Raúl S.; Tramvik, Paula; y Ricci, Paulo (2023). Los festivales en la pandemia. Voces para la reconstrucción del entramado escénico iberoamericano. Bogotá: EAN Universidad.

Gibson, Chris; y Connell, John (eds.) (2011). Festival Places: Revitalising Rural Australia. Bristol: Channel View Publications.

Harpin, Anna R.; y Nicholson, Helen (eds.) (2016). Performance and participation practices, audiences, politics. Londres: Palgrave Macmillan.

 

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