Mensaje de la dirección de Impossibilia

Alana GÓMEZ GRAY



En 2010, siendo estudiante de doctorado, me convertí en fundadora de Impossibilia. Revista Internacional de Estudios Literarios. No imaginaba en ese momento que aquel plan, nacido un año antes en una alegre comida con Sarah Malfatti y Antonia María Mora Luna, se consolidase de tal manera y alcanzase las proporciones que muestra hoy de internacionalidad, solvencia y seriedad.

Con gran satisfacción por lo logrado, es mi deseo informar que con este número 24 concluyo una etapa de mi desempeño profesional y que me despido de mi puesto de directora de Impossibilia, cargo que he ostentado durante la mitad de su vida editorial, que suma ya doce años de andadura. El testigo queda en manos de María Ángeles Grande Rosales, que generosamente aceptó tomar el relevo, y a quien acompañará un nuevo y nutrido equipo de redacción.

Me permito agradecer a todas las personas que han colaborado de una u otra manera en la existencia de esta revista y en mi labor dentro de ella; en particular a articulistas, árbitros, coordinaciones invitadas, público lector, integrantes del Comité Científico; a Sarah Malfatti, Antonia María Mora Luna, Davinia Rodríguez Ortega y Joao Pedro Vicente Faustino, mis compañeras y compañero de doctorado con los que se inició este proyecto; a Diego Palacio Enríquez, a Ana Laguna Martínez, a Francesca Pisanu y, muy en especial, a Florie Krasniqi.

Esta experiencia editorial me deja una profunda huella y la satisfacción de haber formado parte de un equipo movido por la finalidad de contribuir a que las y los especialistas en la materia contasen con un medio donde publicar los resultados de sus estudios, a menudo con temas novedosos o poco abordados.

A hacer posible lo imposible, en definitiva.

La tarea continúa ya en el seno de la Universidad de Granada y, estoy segura, en mejores manos.



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