En este contexto se constata que la rapidez con que cambia la tecnología hace
necesario investigar nuevos modelos y estrategias de enseñanza-aprendizaje
que faciliten al individuo la asimilación en el menor tiempo posible de los
cambios tecnológicos y lo capaciten para las nuevas demandas del mercado
laboral. De ahí surge toda una línea de trabajo en torno a las competencias
digitales con una importante profusión de modelos (DigComp, DigCompEdu,
DigCompOrg, por poner ejemplos desarrollados en Europa) y numerosos
trabajos de investigación al respecto, entre los que destacan los de Petterson,
Prendes, Gutiérrez y Martínez y Canero, entre otros.
La denominada ciber-pedagogía interactiva, en franco proceso de expansión,
llama a voces a una urgente transformación de las organizaciones educativas
si no quieren sucumbir definitivamente ante el fenómeno emergente del
aprendizaje informal interactivo descentralizado, generador de nuevas
identidades, que están surgiendo con fuerza de las prácticas ciber-
comunicativas en franca expansión en las nuevas generaciones de alumnado
digital, que puebla el conjunto de entornos educativos analógicos tradicionales,
desde la educación primaria a la universitaria y en sectores de población de
edades intermedias, que también se han venido integrado activamente en el
universo digital.
En esta ciber-pedagogía interactiva, el ejercicio del diálogo se ha convertido en
un elemento clave e indispensable en el aprendizaje formal y no formal. Tan
innovador aprendizaje es el resultado de las interacciones que produce un
diálogo igualitario establecido entre diferentes personas que aportan
argumentos en condiciones de horizontalidad, para llegar a consensos válidos
y útiles.
Tal aprendizaje desarrolla la denominada Inteligencia cultural que engloba a la
inteligencia académica y práctica, y las demás capacidades de lenguaje y
acción de las personas, que les permiten llegar a acuerdos.
Tal como platea Elboj et al., el aprendizaje dialógico se lleva a cabo de una
forma solidaria, ya que todos los agentes que forman parte de la comunidad
educativa participan de las decisiones mediante sus aportaciones,
democratizando la escuela a través de un diálogo igualitario y compartiendo un
interés común. Este autor, acota conceptualmente el principio de solidaridad