Ramos, Silva & Ortega-Carrillo; García-Arango, Villarreal-Fernández, Ortega-
Carrillo, Cuéllar-Rojas & Henao-Villa; Ortega-Carrillo, Rendón-López, Fuentes-
Esparrell & Ortega-Maldonado; Domínguez-Castillo, Cisneros-Cohernour,
Ortega-Maldonado & Ortega-Carrillo).
En este contexto de verificaciones empíricas, resultados de otro conjunto de
investigaciones altamente valiosas han demostrado también que las
metodologías educativas orientadas a la creación de climas placenteros, felices
y productivos (HPWT- EDEPI), desarrollan el afecto, la cognición y el
entrenamiento de habilidades básicas (Lamb et al.); favorecen la
experimentación activa y el descubrimiento impulsando la aparición de flujos
emocionales (Lee & Hammer); despliegan la inteligencia emocional mejorando
la gestión emotiva; impulsan la curiosidad, la imaginación, la resiliencia, la
motivación intrínseca y extrínseca y el buen funcionamiento de redes de
colaboración, despertando el deseo de explorar y aprender de forma
permanente (Guerra et al.); ayudan a reactivar el interés del alumnado
mejorando de forma continuada su motivación (Lee & Hammer y Dichev &
Dicheva).
Igualmente, otro conjunto de investigaciones relevantes derivadas de la
aplicación de HPWT combinada con EDEPI a contextos educativos
presenciales y virtuales, además de divertir, propicia la construcción de
conocimiento (López); impulsa la adquisición de competencias profesionales
específicas y transversales (Villalaustre & del Moral & González; Ortiz; García),
desarrolla la colaboración, el autoaprendizaje y la creatividad (Caponetto et al.).
También en ayuda a poner en práctica de forma divertida y lúdica los
contenidos de las áreas curriculares, mejorando el clima educativo (Lamb et al.)
y entrena y mejora la capacidad de resolución de problemas, a la vez que
fortalece las destrezas de comunicación oral (Contreras & Eguia).
Desde el punto de vista de la maduración social y ético-solidaria, las
arquitecturas tecnológico-didácticas para el aprendizaje feliz, saludable y
productivo (HPWT- EDEPI) también promueven el respeto, la solidaridad y el
pensamiento crítico (Sierra & Fernández), aumentan la toma de conciencia
sobre problemas y déficit sociales, y desarrollan el pensamiento crítico, desde
la toma responsable de decisiones (Peña et al.). Igualmente permiten a quienes
aprenden lúdicamente entrenarse en la adopción de roles diferenciados, lo que