Esta realidad por la pandemia ha obligado que la transición hacia a un
nuevo modelo educativo sea abrupta, generando un desafío para todos los
elementos de un sistema educativo; docentes, discentes, autoridades, y
representa una serie de medidas que han generado un consenso pedagógico
muy positivo de cara a las futuras políticas educativas en España, en torno a
“no dejar a nadie atrás”, la flexibilización del proceso educativo, la evaluación
como mejora, la potenciación del uso didáctico de las tecnologías o el apoyo y
el refuerzo educativo (Díez-Gutiérrez & Gajardo-Espinoza, 2020).
Bajo estas premisas surgió la idea de crear un escape room sobre el
Coronavirus COVID-19 en escolares de Educación Primaria desde el área de
Educación Física con el objetivo de mejorar los hábitos nutricionales y
competencia corporal para la salud del alumnado desde el hogar ya que existía
cierta evidencia científica que avalaba el potencial de la gamificación como
herramienta facilitadora de la inclusión educativa y la mejora del proceso de
enseñanza-aprendizaje en el sistema educativo (Jiménez, Navas-Parejo,
Villalba, y Campoy, 2019). En este sentido, la primera sesión tuvo excelentes
resultados en escolares de 10 a 13 años de la Isla de Fuerteventura, hallando
que fue una experiencia muy valorada por los alumnos y alumnas, aumentó su
motivación e interés para resolver las distintas tareas que se le proponían y
mejoró sus conocimientos nutricionales (Carrillo-López, García-Cantó, & Rosa
Guillamón, 2021).
En este contexto, surge generar una propuesta de escape room II “Coronavirus
COVID-19” en escolares de Educación Primaria para la adquisición de los
contenidos educativos del ámbito físico; actividad física leve, modera e intensa,
frecuencia cardiaca, CORE y alineación del raquis. Estos contenidos
propuestos aparecen recogidos en el Real Decreto 89/2014, de 1 de agosto, de
Canarias. Asimismo, aparecen recogidos en el Plan de acción mundial de la
Organización Mundial de la Salud sobre la actividad física 2018-2030, el cual
pretende conseguir personas más activas para un mundo más saludable, ya
que al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física
necesaria para obtener beneficios para la salud. Esto se debe en parte a la
insuficiente participación en la actividad física durante el tiempo de ocio y a un
aumento de los comportamientos sedentarios durante las actividades laborales
y domésticas (OMS, 2020). Situación que parece agravarse tras el