Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XX Número 20 Vol. I Enero-Junio de 2020 ISSN: 1695-324X
https://revistaseug.ugr.es/index.php/eticanet
DOI: http://dx.doi.org/10.30827/eticanet.v20i1.15557
I
EDITORIAL
Por una cultura de teletrabajo emocionalmente positivo
e integralmente saludable
For an emotionally positive and integrally healthy telework culture
La improvisada extensión mundial del trabajo a distancia o teletrabajo a causa
del confinamiento preventivo impuesto para evitar la expansión y futuros
rebrotes del COVID-19, está generando nuevos escenarios de diálogo en
administraciones públicas, organismos y empresas que han optado por
producir y ofrecer sus servicios en línea.
Estudios anteriores a esta crisis sanitaria ya apuntaban a que la práctica de un
teletrabajo saludable aumenta la productividad, al evitar la pérdida de tiempo y
favorecer la disminución del cansancio propia de los desplazamientos a los
lugares de trabajo. Igualmente ha quedado patente que el teletrabajo reduce
sustancialmente el número de desplazamientos con la consiguiente
disminución de los niveles de polución atmosférica, especialmente en las
grandes ciudades.
Nos encontramos pues ante una oportunidad sin igual para generar
regulaciones laborales consensuadas que permitan humanizar y hacer
saludable este emergente y expansivo universo laboral. Tales regulaciones
habrán de abarcar ámbitos claves relacionados con la deslocalización y
ejercitación de las tareas productivas en los domicilios particulares. Entre ellas
destacamos la flexibilización de horarios respetando los tiempos de trabajo y de
descanso y la regulación de los tiempos de disponibilidad y aquellos otros que
garanticen el derecho a la desconexión (silencio digital). También habrá de
regularse el derecho establecer horarios compatibles con la conciliación familiar
contemplando la posibilidad de modificar e interrumpir de forma flexible la
jornada en circunstancias que así lo aconsejen y justifiquen.
Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XX Número 20 Vol. I Enero-Junio de 2020 ISSN: 1695-324X
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II
Otro aspecto para regular es el referido a la asunción de costos instrumentales,
de conectividad y energéticos por parte de las empresas y organismos y la
optimización de las condiciones ergonómicas necesarias para mantener
relación saludable “trabajador-máquina”.
La eclosión y vertiginosa evolución de la cultura digital ha sorprendido a gran
parte de los colectivos abocados de forma apresurada a practicar el trabajo a
distancia. Este fenómeno aconseja a que, en estas regulaciones legales, se
contemplen espacios de formación continuada en línea que garanticen el
ejercicio eficaz y saludable del teletrabajo. Además de optimizar la
alfabetización digital, estos planes de formación continuada habrán de incidir
en la poco conocida y apenas practicada alfabetización emocional, un ámbito
clave para el desarrollo armónico y equilibrado del trabajo en línea en una
atmosfera de bienestar y gozo productivo.
Por ello, desde estas páginas abogamos por la planificación y ejercitación de
un teletrabajo emocionalmente positivo, generador de experiencias óptimas y
estados de atención plena que coadyuven al establecimiento de estilos y
prácticas laborales optimistas, exitosas y felices.
La implementación de estos estilos de teletrabajo enfocados al bienestar ha de
basarse de una buena formación en la acción para la implementación de
Tecnologías “Humanizantes” Positivas “THP” (Ortega, Rendón y Ortega, 2020),
concebidas y especialmente desarrolladas para generar bienestar y felicidad a
las personas y las organizaciones que las usan y disfrutan.
Estas tecnologías debidamente integradas en modelos organizacionales
saludables, resilientes y optimistas “HERO” (Salanova, Llorens y Martínez,
2016) potenciarán un teletrabajo vivificante basado en el cultivo de virtudes y
fortalezas de carácter, en el desarrollo de la inteligencia emocional y del capital
psicológico, en la búsqueda continuada del sentido y significado vital y en la
consecución de experiencias laborales optimas derivada de estados
continuados de “engagement” (trabajo apasionado y feliz).
Las personas que practicando el teletrabajo saludable y emocionalmente
positivo cuiden y potencien estas cualidades serán capaces de generar de
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III
manera continua flujos emocionales positivos que deriven en estados de
optimismo y éxito, conducentes a un genuino disfrute laboral, generador de
crecimiento psicológico y social.
Urge pues diseñar, desarrollar y evaluar con rigor programas de Educación
Emocional Positiva Inclusiva “EDEPI” (Ortega, Rendón y Ortega, 2020) para el
mundo del trabajo a distancia. Programas especialmente diseñados para
conseguir optimizar la salud integral individual y organizacional, desde el
ejercicio de liderazgos transformacionales, “humanizantes” y positivos.
Desde estas páginas hacemos un llamamiento entusiasta y esperanzado al
surgimiento y desarrollo de estos programas “EDEPI”, cuyos resultados
estaríamos ilusionados que se difundieran en los próximos números de esta
publicación.
José Antonio Ortega Carrillo
Catedrático del área de Didáctica y Organización Escolar
y Director de Etic@net