Cabero, Duarte y Barroso (1997), la introducción de las tecnologías de la
información y comunicación en el contexto educativo pasa porque el profesor
tenga actitudes favorables hacia las mismas y por su adecuada capacitación.
Gracias a la formación para el uso de las TIC lograremos no sólo que el
profesorado se encuentre más cómodo trabajando con las mismas, sino que
además sea capaz de realizar usos cada vez más innovadores de las mismas,
aprovechando el potencial educativo que éstas tienen con todo tipo de
alumnado. No obstante, es preciso insistir en la necesidad de que la formación
no sólo debe ser instrumental, es decir, consistente en saber cómo utilizar la
tecnología, sino que debe ir más allá, fomentando la reflexión del profesorado
acerca de su uso. No se trata de utilizar la tecnología por utilizarla, sino de
utilizarla en los casos en los que esté indicada, pues al igual que un role
playing o un debate no siempre son indicados, un recurso tecnológico no tiene
porqué serlo siempre. Si esta reflexión acerca del uso de la tecnología es
necesaria al trabajar con un grupo homogéneo (dificilísimo de encontrar) aún lo
es más si pensamos en un grupo en el que existen diferentes capacidades,
estilos de aprendizaje… pues cada persona necesitará un tipo de apoyo
diferente: es posible que en un tema no necesitemos hacer uso del ordenador
con la mayoría de alumnos, pero sí con una pequeña minoría, o viceversa. En
esta línea de pensamiento encontramos a Marqués Graells (2001), para quien
el profesorado necesita, además de competencias instrumentales para el uso
de la tecnología, competencias para el uso didáctico de los medios, pues la
eficacia de su utilización dependerá de que se utilicen en los momentos
oportunos y de la manera más adecuada.
Actualmente, se encuentran a disposición del profesorado gran cantidad de
materiales digitales y audiovisuales comercializados para trabajar con
alumnos/as con necesidades específicas de formación, pero es preciso insistir
en que cada alumno y cada entorno es diferente y, por tanto, es muy posible
que requiera de recursos diferentes que den respuesta a sus necesidades
específicas. En este sentido, la formación del profesorado para el uso de las
TIC en contextos inclusivos debe incidir en la necesidad de reflexionar sobre la
conveniencia o no de usar cada tipo de recurso. Quizá sea éste uno de los