En base a las teorías sociales de aprendizaje, aprendizaje colaborativo y las
funciones que las TIC deben perseguir, no podemos ignorar la necesidad que
nuestros alumnos presentan de adquirir nuevas competencias y nuevas formas
de desarrollo en la sociedad actual. La globalización, tanto económica como
social y educativa, suponen retos muy importantes a nuestros sistemas
educativos y nuestras aulas; la negociación de significados, el equilibrio
afectivo-social, el talante constructivo, el trabajo en equipo, los idiomas, la
capacidad de autoaprendizaje y de adaptación al cambio, la actitud creativa e
innovadora, la iniciativa personal y la perseverancia, son sólo una muestra de
las competencias que se les exige a nuestros alumnos en un aprendizaje por y
para la vida, por otro lado, aprendizajes que cada día vemos con más
asiduidad en el marco de la educación escolar.
Tanto TIC como NTIC representan, por tanto, los recursos necesarios para
desarrollar los procesos de encontrar, transmitir, administrar, convertir y
almacenar la información, nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje
interdisciplinario y colaborativo.
Beltrán (2003) sugiere además que para que las TIC desarrollen todo su
potencial de transformación, deben integrarse en el aula y convertirse en un
instrumento cognitivo capaz de mejorar la inteligencia y potenciar la aventura
de aprender.
La importancia del juego en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
El juego es una de las actividades más agradables de las que realiza el ser
humano y como dicen Bhuler, Chateau, Erikson y Piaget el juego es
importante en el desarrollo infantil.
Cañeque (1993) defiende que el jugar tiene un lugar y un tiempo, jugar es
hacer y en él, y quizás sólo en él, los seres estamos en posesión de libertad
que nos permite ser creadores.
También Cañeque (1993) citando a Freaud señala tres aspectos relativos al
juego: