Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XV Vol. 15 (2) Julio-Diciembre de 2015 ISSN: 1695-324X
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DOI: http://dx.doi.org/10.30827/eticanet.v15i2.11951
207
USO DE TELEFONÍA, REDES SOCIALES Y
MENSAJERÍA ENTRE ADOLESCENTES GRANADINOS
DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
Use of mobile phones, social networks and texting among teenagers from
Granada of Secondary Education
Helena Chacón-López
helenachacon@ugr.es
Yolanda Aragón-Carretero
yaragon@ugr.es
Juan Francisco Romero-Barriga
jfromer@ugr.es
María Jesús Caurcel-Cara
caurcel@ugr.es
Universidad de Granada (España)
Recibido: 14/10/2015
Aceptado: 15/11/2015
Resumen
El presente estudio de tipo descriptivo, cuantitativo, no experimental, aborda el
uso del teléfono móvil, la mensajería, la frecuencia con la que lo hacen, los
mensajes que envían, las redes sociales a las que acceden, las más usadas,
etc.; en el que participaron 335 estudiantes granadinos de E.S.O. (179 chicos y
156 chicas) de 12 a 16 años; con el propósito de orientar a padres y docentes.
Los resultados muestran que casi la totalidad de los participantes poseen móvil
propio (o pueden acceder al de sus allegados), con los que intercambian
imágenes o videos más del 90%; asimismo, se constata la gran actividad de
interacción que mantienen a través de la mensajería instantánea tanto chicos
como chicas, llegando a enviar más de 80 mensajes diarios (utilizando
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preferentemente WhatsApp), por encima del 30% de la muestra. Dado que son
prácticas similares en ambos sexos, se considera necesario hacer una llamada
de atención acerca de la conveniencia de formarles e informarles en el uso
responsable y adecuado de estos instrumentos, evitando los riesgos que
ocasionalmente conllevan al sobreexponerse innecesariamente.
Palabras clave: Telefonía móvil, redes sociales, mensajería instantánea,
Adolescentes.
Abstract
The present descriptive study, quantitative, non-experimental, discusses the
use of the mobile, texting, the frequency with which they are using them, the
messages they send, the social networks that are being accessed, the most
commonly used, etc., in which 335 E.S.O. students, from 12 to 16 years old,
have participated (179 boys and 156 girls); with the purpose of informing
parents and teachers. The results show that almost all of the participants have
their own mobile (or can gain access to the their relatives), with which they can
exchange images or videos more than 90%; as well, the results confirm the
great activity of interaction that teenagers maintained through texting, sending
more than 80 texts per day (preferably using WhatsApp), above the 30% of the
sample. Since there are similar practices in both sexes (confirmed by the
statistical analysis carried out), it was considered necessary to make a call for
attention to parents and teachers about the desirability of educate and inform
them in the proper and responsible use of these instruments, avoiding the risks
that occasionally lead to an unnecessary overexposure.
Keywords: Mobile phones, Social Networks, Texting, Teenagers.
1. Introducción
En el momento presente el uso del teléfono vil, las redes sociales y la
mensajería web entre adolescentes se han convertido en prácticas habituales y
herramientas casi imprescindibles en su vida, en los intercambios de
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información (incluyendo imágenes) y en las relaciones que establecen con sus
iguales. En el año 2006, los datos del Eurobarómetro del mes de mayo
reflejaban que el 70% de los adolescentes de 12 y 13 años tenían teléfono
móvil propio y un 23% de niños de 8 y 9 años también, alertando de los riesgos
que puede conllevar para su seguridad la exposición a contenidos nocivos para
ellos, como: la distribución de mensajes o fotos inadecuadas, su mayor
exposición a episodios de pederastia, el acoso psicológico, o el riesgo a un
gasto excesivamente alto en telefonía (García y Monferrer, 2009). Un estudio
sobre Seguridad y Privacidad en el uso de los servicios móviles en España,
realizado por el Observatorio de seguridad de la información (en colaboración
INTECO-Orange), publicado en el año 2010, destaca que 8 de cada 10
adolescentes de 15 y 16 años tiene móvil propio; con el que hacen fotos más
del 88%, que envía a otros el 48.2% y que un 20.8% publica en Internet. En la
franja de 10 a 16 años, el referido estudio señala que 2 de cada 3 tiene móvil,
el 4% se hace a mismo fotos o vídeos en postura provocativa, aunque no
quiere decir que sean desnudos o fotos eróticas; y el 8.1% declara haber
recibido estas fotos de conocidos. Ciertamente, en los últimos años se ha
detectado que está en auge entre los menores y jóvenes producir y enviar
contenido mediático de corte pornográfico/erótico a través de los teléfonos
móviles, las redes sociales y otros medios electrónicos (Chalfen, 2009; Dir,
Cyders y Coskunpinar, 2013; Mitchell, Finkelhor, Jones y Wokal, 2011);
alertando, incluso, de que algunas de las imágenes que los menores producen
pueden ser consideradas pornografía infantil (Mitchell et al., 2011).
Las prácticas referidas y el uso de estas herramientas no dejan indiferentes a
padres y docentes, que manifiestan reiteradamente su preocupación por la
seguridad de los jóvenes debido a la exposición, a veces peligrosa, a un mundo
sobre el que en raras ocasiones puede ejercerse algún control, máxime cuando
se ha señalado que estas prácticas se utilizan en determinados casos para
ejercer acoso, abuso, etc. Preocupación bien fundamentada si se atiende a los
datos de publicaciones como la de Almansa, Fonseca y Castillo (2013), que
pone de relieve la sobre-exposición a la que algunos adolescentes de entre 12
y 15 años de edad se someten, por ejemplo al aceptar como amigos en
Facebook a personas que no conocen, a pesar de saber que es peligroso; al
usar su nombre real un buen número de ellos; al colgar imágenes o fotos sin
retocar (más aún las chicas), siendo las imágenes las que dan lugar al
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comienzo de la conversación; publicar información sobre mismos y datos de
contacto; si tienen relaciones amorosas, etc. En este mismo estudio se alude a
los nuevos códigos de escritura que utilizan en estos intercambios, en los que
no se respetan las reglas gramaticales y ortográficas, lo que al trasladarse a la
práctica escolar podría repercutir negativamente en su rendimiento. El estudio
de García y Monferrer (2009) añade nuevos riesgos potenciales que conlleva la
reciente tecnología 3G (videollamadas, acceso a Internet de banda ancha,
MMS u otras) como son: el fomento de conductas adictivas y/o compulsivas y
su consiguiente elevado gasto económico, la facilidad de grabación y
distribución de imágenes susceptibles de ser empleadas para hacer bullying, el
acceso sin restricciones a contenidos audiovisuales no adecuados (pornografía
o violencia extrema); el rastreo de menores vía GPS o SBL (sistemas basados
en la localización) y el acceso sin autorización a datos del móvil de otras
personas mediante códigos maliciosos, lo que a su vez podría dar lugar a
responsabilidades jurídicas, civiles y penales. Aún considerando estos posibles
efectos negativos y la escasa formación e información acerca de sus
consecuencias (Livingstone, 2004), actualmente los móviles son herramientas
frecuentemente usadas por los jóvenes, que casi todos poseen (sobre todo
porque realizan múltiples funciones); que han propiciado el surgimiento de una
cultura juvenil móvil basada en redes peer-to-peer, con su propio lenguaje y
valores (Castells, Fernández-Ardèvol, Qiu y Sey, 2006).
Aparte de los inconvenientes que poseen estas herramientas, máxime si no se
adoptan medidas de protección, también tienen innumerables ventajas siendo
indiscutible que han cambiado la forma de relacionarse de la población
adolescente (Varas-Rojas, 2009). Además, no se debe olvidar que esta
tecnología puede ayudar considerablemente en el aprendizaje y en el
desarrollo de relaciones adecuadas, deseables, incluso pro-sociales. Es más,
se ha destacado que el uso de Internet con un propósito de incrementar el
conocimiento y la búsqueda de información, predice estilos de vida saludables
en adolescentes; a pesar de que la dedicación excesiva en tiempo, el acceso a
la barra de Internet, o el uso de éste como descarga emocional, está
relacionado con pobres estilos de vida (Wang, Luo, Luo, Gao y Kong, 2012).
También se ha investigado el desarrollo de habilidades cognitivas (solución de
problemas, toma de decisiones, pensamiento crítico o creativo, entre otras) con
aprendizaje móvil (mLearning) en alumnado universitario (Ramos, Herrera y
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Ramírez, 2010), concluyendo que el uso de los recursos mLearning, bajo la
supervisión del profesorado, modifica favorablemente el ambiente de
aprendizaje al convertirlo en innovador y colaborativo. Otros estudios se han
centrado en la alfabetización mediática para fomentar la conciencia crítica en
su uso y el empoderamiento en los universitarios (Moeller, Powers y Roberts,
2012); o en la dependencia de los jóvenes respecto a sus dispositivos móviles,
principalmente a través de las aplicaciones de redes sociales, puesto que cada
vez resulta más difícil distinguir las relaciones que existen en la vida presencial
de la virtual (Mihailidis, 2014).
En relación con la utilización de las redes sociales se ha analizado la
frecuencia con la que se conectan, los usos preferentes y las motivaciones de
jóvenes andaluces con edades comprendidas entre 13 y 19 años (Colás,
González y de-Pablos, 2013), mostrando que el 90% hacen uso habitual de
éstas con el propósito de compartir experiencias con los amigos, conocer lo
que dicen de las fotos que cuelgan o para hacer nuevos amigos. Se ha
constatado que Facebook es la que utilizan la mayoría de los adolescentes de
12 a 15 años para relacionarse y comunicarse con sus amigos (Almansa et al.,
2013), comprobándose que los adolescentes de 11 a 14 años están dispuestos
a hacerlo virtualmente de forma adecuada, usando una red social privada
(Stornaiulo, DiZio y Hellmich, 2013). Ello permite que éste sea un espacio
orientado al logro de una interacción, ofreciendo oportunidades de participación
y de intercambios educativos de imágenes, textos y música de forma
respetuosa, ética y crítica. También es importante resaltar que gracias a las
socializaciones e interacciones que se producen en las redes sociales, se
facilita la construcción de identidades (Muros, Aragón y Bustos, 2013), el
desarrollo del sentido de pertenencia a un grupo con cultura, objetivos y
aprendizajes compartidos (Hampton y Wellman, 2001; Reid, 2011), la
satisfacción de intereses individuales a través del espacio común creado
(Hayes y Gee, 2009), el desarrollo de la competencia mediática como eje para
el crecimiento personal, social y cultural (Aguaded, Ferrés, Cruz, Pérez,
Sánchez y Delgado, 2011; Ferrés y Piscitelli, 2012) y la capacidad crítica
(Jenkins, Purushotma, Weigel, Clinton y Robison, 2009; Tucho, 2005). Razones
que justifican la conveniencia de considerar las redes sociales de interés para
el aprendizaje escolar (Hutchison y Reinking, 2011), al dar la posibilidad de
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aprender unos de otros y de mismos (Stornaiulo, DiZio y Hellmich, 2013),
teniendo un carácter más social y ameno (Shand, Li, Wu y Hou, 2011).
Concebido de este modo los adolescentes deben tener una formación
suficiente, que les lleve a utilizar estas vías sin asumir riesgos, adoptando una
postura crítica, de búsqueda de ayuda y de interacciones deseables, evitando
los riesgos y la sobreexposición a la que se ha aludido (Almansa et al., 2013).
1.1. Objetivos del estudio
Las conclusiones de las investigaciones referidas ponen de relieve que cada
vez es más habitual entre los chicos y chicas de nuestro entorno recurrir al
móvil (sobre todo porque lo poseen mayor número de ellos y a una edad más
temprana), a las redes sociales y a la mensajería para comunicarse y entablar
relaciones sociales, incluso con desconocidos. Sin embargo, no es difícil de
entender que dependiendo del uso que se dé a estas herramientas, la
frecuencia con la que se utilicen y la formación que posean los usuarios, estas
prácticas podrían suponer cierto riesgo a edades tempranas por la
sobreexposición que, a veces, conllevan; pero también es posible argumentar
que el uso responsable y adecuado de estos instrumentos puede constituir una
ayuda de gran valor para el aprendizaje. Aunque existen estudios que aportan
datos interesantes en ambos sentidos, centrados sobre todo en el uso de los
teléfonos móviles y de las redes sociales, son más escasos los que abordan el
uso de la mensajería, la frecuencia con la que lo hacen, los mensajes que
envían, las redes sociales a las que acceden, etc., chicos y chicas estudiantes
de E.S.O. De ahí que creamos de utilidad indagar en la utilización que hacen
de estas herramientas, con el propósito de sugerir algunas recomendaciones a
padres y docentes que les oriente en la toma de medidas adecuadas. Por esta
razón, los principales objetivos que persigue el estudio son:
1.- Conocer el porcentaje actual de adolescentes granadinos (chicos y
chicas), estudiantes de E.S.O., que poseen teléfono móvil (y
concretar si existen diferencias en función del sexo), desde qué edad
lo tienen, si lo utilizan para intercambiar mensajes de texto, imágenes
o vídeo; el número de personas con las que intercambian
información.
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2.- Averiguar el porcentaje de la muestra que posee cuenta en alguna
red social (Facebook, Tuenti u otros), si existen diferencias entre
chicos y chicas, e indagar en cuáles son las empleadas con mayor
frecuencia en unos y otras.
3.- Determinar el porcentaje de la muestra que hace uso de la
mensajería instantánea (WhatsApp, Line, etc.) y cuáles son las más
empleadas. Asimismo, tratamos de investigar si existen diferencias
entre chicos y chicas en el uso del móvil para intercambiar imágenes
o vídeos.
2. Método
El estudio que se presenta es de tipo cuantitativo, descriptivo, no experimental
y no correlacional. Forma parte de una investigación s amplía en la que
colaboran los autores.
La muestra que ha participado en el mismo está constituida por 335
adolescentes: 179 chicos (53.4%) y 156 chicas (46.6%), estudiantes de E.S.O.
en 7 centros de Granada y provincia, seleccionados al azar. Todos los jóvenes
tenían edades comprendidas entre los 12 y los 16 años (M Edad= 14.28; DT=
1.109).
Para recoger los datos que constituyen el motivo del mismo, se recurrió al
apartado de variables sociodemográficas de la Escala de Conductas sobre
Sexting (Dir, 2012) que además de evaluar la frecuencia y prevalencia de
conductas como recibir y enviar sext (esto es, mensajes de texto o imágenes
con contenido provocativo o sexual) con el teléfono vil, mide el uso de las
redes sociales, para intercambiar o publicar mensajes o imágenes con
contenido sugerente, provocativo y sexual (Dir, Cyders y Coskunpinar, 2013).
La elección de este instrumento se debe a que no se ha encontrado ningún otro
en lengua española o traducido a ésta, que contemple las variables objeto de
análisis del estudio. Para su uso los ítems referidos a los datos que iban a
conformar el cuestionario fueron traducidos por una de las investigadoras y dos
profesionales de Ciencias de la Educación y de la Psicología, expertos en la
materia, con un excelente nivel de inglés. Se procuró mantener la estructura
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original, aunque se realizaron leves modificaciones, con la finalidad de que
mostrase mayor claridad en la exposición de los ítems. El contenido de éstos
se detalla en la Tabla 1.
Tabla 1.Contenido de los ítems
Ítem
10
¿Tienes teléfono móvil propio?
11
Si tienes teléfono móvil, desde qué edad lo tienes
12
Como no tienes teléfono móvil propio, ¿tienes acceso a alguno habitualmente?
13
En ese caso, ¿de quién es el teléfono móvil que utilizas?
14
En cualquier caso, ¿utilizas el teléfono móvil para intercambiar mensajes de texto,
imágenes o vídeos? (Si has contestado “Sí” a la pregunta anterior)
15
Aproximadamente, ¿cuántos mensajes, imágenes o vídeos intercambias al día? (Si has
contestado “Sí” a la pregunta anterior)
16
Aproximadamente, ¿con cuántas personas intercambias mensajes, imágenes o vídeos al
día? (Si has contestado “Ninguno” en la pregunta anterior, no contestes esta pregunta)
17
¿Tienes cuenta en alguna red social (Facebook, Tuenti, Twitter, Instagram, etc.)?
18
Marca todas las Redes Sociales en las que tienes cuenta
19
¿Utilizas algún sistema de mensajería como WhatsApp, Line u otros?
20
¿Qué sistema o sistemas de mensajería usas?
2.1. Procedimiento
Como se ha comentado, para recoger los datos sociodemográficos objeto de
estudio se recurrió a la Escala de Conductas sobre Sexting (Dir, 2012), una vez
tomada la decisión acerca de la idoneidad del instrumento. Éste se rellenaba
online, de forma individual, utilizando un enlace web creado por los
investigadores para cumplimentarlo. La recogida de información se hizo a
través de la versión electrónica del instrumento mediante la aplicación online
“LimeSurvey” (v. 2.00+). En un primer momento se contactó por teléfono y/o
correo electrónico con los directores de distintos centros de E.S.O. de Granada
y su provincia, para explicar el objetivo de la investigación y solicitar su permiso
para participar. De estos centros se seleccionaron al azar 7 de ellos, que, tras
su aceptación, recibieron (vía correo electrónico) la autorización para que los
padres o tutores de los menores permitieran que participaran. Una vez
aceptada la participación de éstos, los centros optaron por dos cauces para
pasar la escala: mientras que en unos casos (5) fueron los propios
investigadores los encargados de realizar la pasación online; en otros (2),
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fueron docentes del centro los que la realizaron. Siempre se utilizó el aula de
informática de los centros, donde se siguió el mismo protocolo para su
cumplimentación. Éste consistía en presentar el cuestionario, explicar y dar
instrucciones al alumnado (dividido en varias tandas, de acuerdo con la edad y
el curso) acerca de cómo rellenarlo. En todo momento se les aseguró la
confidencialidad y anonimato de las respuestas, para que lo hicieran con total
sinceridad.
3. Resultados
En este apartado se presentan los resultados organizados en tres bloques,
para responder a los objetivos planteados.
3.1. Resultados en el uso de telefonía móvil
En el caso de los chicos se encuentra que el 95.5% (171) poseen móvil propio,
mientras que un 1.7% (3) usan el de los padres o hermanos y el 2.8 (5) no
tienen acceso a ninguno. En la Tabla 2 puede observarse la edad desde la que
lo tienen, destacando que el 19.6% (35) desde los 12 años y el 13,4% (24)
desde los 10 años. Las cifras son similares en las chicas, ya que posee móvil
propio el 94.9% (148), mientras el 3.2% (5) no, pero usan el de los padres o
hermanos; únicamente 1.9 (3) no tienen acceso. En relación con la edad desde
la que lo tienen (ver Tabla 2), destaca el 25.6% (40) desde los 12 años,
seguido del 18,6% (29) desde los 10 años.
Tabla 2. Edad desde la que tienen móvil chicos y chicas
Chicos
Chicas
Edad
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
8
4
2.2
3
1.9
9
7
3.9
10
6.4
10
24
13.4
29
18.6
11
17
9.5
18
11.5
12
35
19.6
40
25.6
13
20
11.2
20
12.8
14
15
8.4
10
6.4
15
38
21.2
18
11.5
16
11
6.1
-
-
Total
171
95.5
148
94.9
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Con el fin de determinar diferencias entre chicos y chicas en cuanto a si poseen
móvil propio, se realizó una prueba no paramétrica (U de Mann-Whitney), no
hallando diferencias entre ambos grupos (U = 13870; p = .778).
3.2. Resultados en el uso de las redes sociales (Facebook, Tuenti u
otros).
Al preguntar a los chicos se observa que el 92.2% (165) posee cuenta en
alguna red social, siendo 7.8% (14) los que no tienen cuenta. En la Tabla 3 se
detallan las redes sociales usadas y la frecuencia.
Tabla 3. Frecuencia y porcentaje de uso de las redes sociales usadas por chicos y chicas
Chicos
Chicas
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
Facebook
107
73.2
83
53.2
Twenti
131
59.8
110
70.5
Twitter
125
69.8
126
80.8
Instagram
47
26.3
67
42.9
MySpace
24
2.2
-
-
Ask
7
3.9
10
6.4
Datos parecidos se hallan en las chicas, pues refiere el 94.2% (147) que tiene
red social (Facebook) y el 5.8% (9) que no. En la Tabla 3 se detallan las redes
sociales usadas y la frecuencia.
De nuevo, para determinar posibles diferencias entre chicos y chicas en
relación a si poseen cuenta en alguna red social se llevó a cabo la prueba no
paramétrica U de Mann-Whitney, no hallando diferencias entre ambos grupos
(U = 13675.500; p = .459). Sin embargo, al comparar distintas redes sociales
usadas con mayor frecuencia se hallaron diferencias en la red Twiter (U =
12435; p = .021), e Instagram (U = 11635.500; p = .001), ambas más usadas
por las chicas.
3.3. Resultados en el uso de la mensajería instantánea
El 91.1% (163) de los chicos refieren que la utilizan, mientras el 8.9% (16) no.
Al preguntarles si usan el vil para intercambiar imágenes o vídeos 94.4%
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(169) afirman que sí, mientras el 5.6% (10) no lo hacen. A continuación (ver
Tabla 4) se detalla, distribuido por intervalos, el número de mensajes,
imágenes o vídeos intercambiados por día.
Tabla 4.Frecuencia y porcentaje de mensajes, imágenes o vídeos que chicos y chicas
intercambian al día
Chicos
Chicas
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
Ninguno
3
1.7
8
5.1
1-10
53
29.6
42
26.9
11-25
12
6.7
17
10.9
26-40
36
20.1
15
9.6
41-60
9
5.0
7
4.5
61-80
11
6.1
14
9.0
Más de 80
55
30.7
53
34.0
Al preguntarles con cuántas personas intercambian por día, se obtienen los
siguientes resultados (ver Tabla 5):
Tabla 5. Frecuencia y porcentaje de personas con las que chicos y chicas intercambian
mensajes diariamente
Chicos
Chicas
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
1-2 personas
65
36.3
70
44.9
3-5
97
54.2
68
43.6
6-10
7
3.9
13
8.3
Más de 10
10
5.6
5
3.2
En relación con las chicas se encontró que el 98.1% (153) usa mensajería,
1.9% (3) no lo usan; intercambian imágenes o vídeos el 92.3% (144), mientras
que el 7.7% (12) no lo hacen. En la Tabla 4 se detalla, distribuido por
intervalos, el número de mensajes, imágenes o vídeos intercambiados por día,
observándose que los porcentajes más altos se hallan en puntuaciones
extremas: el 34% (53) envían más de 80 mensajes y el 26.9 (42) envían entre 1
y 10. En la Tabla 5 puede apreciarse el número de personas con las que
intercambian mensajes diariamente, obteniendo el porcentaje más alto el
intercambio con 1 ó 2 personas 44.9% (70).
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De nuevo, para determinar diferencias entre chicos y chicas acerca de si usan
el móvil para intercambiar imágenes o vídeos se llevó a cabo la prueba no
paramétrica U de Mann-Whitney, sin hallar diferencias entre ambos grupos (U =
13144; p = .335).
El último apartado motivo de análisis se refiere al porcentaje de los chicos y
chicas participantes que hacen uso de la mensajería instantánea (WhatsApp y
otras) y cuáles son las empleadas con mayor frecuencia, encontrando que
tanto los chicos (91.1%) como las chicas (96.2%) prefieren WhatsApp en
primer lugar. En la Tabla 6 pueden observarse los resultados en cuanto a
preferencia de uso:
Tabla 6. Uso de mensajería instantánea.
Chicos
Chicas
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
WhatsApp
163
91.1
150
96.2
Line
19
10.6
19
12.2
Viber
4
2.2
5
3.2
Chaton
3
1.7
-
-
KitMessenger
3
1.7
5
3.2
Spotbros
2
1.1
-
-
4. Conclusiones
De acuerdo con el análisis efectuado en el estudio que se presenta se constata
que, respecto a otros anteriores (García y Monferrer, 2009; INTECO-Orange,
2010), se ha producido un incremento en el número de chicos y chicas de entre
12 y 16 años que poseen móvil propio, o que pueden acceder a él. Son datos
coincidentes con los hallados en otras investigaciones (Almansa et al., 2013;
Stornaiulo et al., 2013) que reflejan el nivel de comunicación que realizan estos
adolescentes a través del móvil, indicativo del cambio que se ha producido en
su forma de relacionarse (Varas-Rojas, 2009). Si se comparan los datos del
Eurobarómetro extraídos en el o 2006, con los el Observatorio de Seguridad
de la Información (en colaboración INTECO-Orange), publicado en el año 2010,
y los datos de nuestro estudio se comprueba que ha aumentado
considerablemente el mero de adolescentes que poseen móvil; si bien en el
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año 2010 se indicaba que 2 de cada 3 chicos y chicas de 10 a 16 años lo
tenían, en el momento actual encontramos un porcentaje en torno al 95% de
aquellos con edades entre los 12 y 16 años, pudiendo acceder al móvil casi el
100%. Cifras parecidas en ambos sexos, como se deriva del análisis efectuado.
Atendiendo a los datos obtenidos en el uso de redes sociales, los resultados
muestran una incidencia similar entre chicos y chicas, pero destacando que el
92.2% de los primeros y el 94.2% de las segundas las utiliza. Aunque las cifras
están próximas, lo que explica la ausencia de diferencias significativas en la
prueba no paramétrica efectuada, no obstante, se detectan preferencias
distintas puesto que los chicos usan Facebook en primer lugar (73.2%),
seguido de Twitter (69.8%) y de Tuenti (59.8). Mientras que las chicas señalan
Twitter (80.8%) en primer lugar, seguida de Tuenti (70.5%) y Facebook
(53.2%). El dato de la frecuencia de Facebook entre los chicos coincide con el
obtenido por Almansa et al. (2013) y con el estudio realizado por el Instituto
Nacional de Estadística (INE) en el año 2014, pero difiere de éstos en el caso
de las chicas, las cuales se inclinan más por usar Twitter e Instagram,
preferencias que llegan a resultar estadísticamente significativas.
Los resultados en relación al uso de mensajería instantánea muestran que las
chicas hacen mayor uso de ésta (98.1%) que los chicos (91.1%), pero las
diferencias se acortan cuando intercambian imágenes o vídeos, siendo algo
más alta la frecuencia entre los chicos (94.4%) que entre las chicas (92.3%).
En cambio, las cifras son similares en el número de mensajes enviados por día,
llamando la atención que obtienen mayor puntuación intervalos extremos: esto
es, tanto chicos como chicas concentran mayor frecuencia de uso en el envío
de más de 80 mensajes diarios (30.7% los primeros y 34% las segundas),
seguido del intervalo comprendido entre 1 y 10 mensajes diarios (29.6% los
primeros y 26.9% las segundas). En cuanto al número de personas con las que
intercambian por día, la mayor frecuencia entre los chicos se presenta con 3 y
5 personas (54.2%); mientras en las chicas se da con 1 ó 2 personas (44.9%),
si bien está muy cercana a la 3ª opción: entre 3 a 5 personas (43.6%).
Las cifras a las que se ha hecho alusión ponen de relieve que casi la totalidad
de los participantes en el estudio poseen móvil propio (o pueden acceder
fácilmente al de sus allegados), con los que intercambian imágenes o vídeos
más del 90%, dato acorde con el destacado por el Observatorio de Seguridad
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de la Información publicado en el año 2010. Asimismo, se constata la gran
actividad de interacción que mantienen chicos y chicas adolescentes españoles
de entre 12 y 16 años a través de la mensajería instantánea, de hecho, no
existen diferencias significativas entre ambos sexos (utilizando preferentemente
WhatsApp para este cometido); resultando especialmente llamativo que más de
30% de los chicos envía 80 mensajes o más diariamente, casi 30% envía entre
1 y 10; mientras que por encima de 20% envía entre 26 y 40 mensajes. Cifras
similares se presentan entre las chicas, puesto que por encima de 30% de ellas
envía 80 mensajes o más diariamente y casi el 27% envía entre 1 y 10. Son
datos que dejan entrever las preferencias de adolescentes de estas edades por
la mensajería instantánea, frente a la interacción telefónica o con presencia
física del interlocutor, tal como apuntaba Schwarz (2011).
Ante el incremento de adolescentes que poseen móvil, que lo tienen a una
edad temprana (el mayor porcentaje entre las chicas se da en los 12 años,
seguido de los 10), la frecuencia de uso de éste y de las redes sociales, o el
intercambio de vídeos o imágenes que realizan diariamente; se considera
necesario hacer una llamada de atención a padres y docentes acerca de la
importancia que tiene su formación e información en el uso responsable, ético,
crítico, respetuoso y adecuado de estos instrumentos. Ello permitirá que
adopten medidas de protección y sepan aprovechar sus beneficios educativos,
personales y sociales, evitando los riesgos que en muchas ocasiones conllevan
estas prácticas al sobreexponerse innecesariamente por falta de formación, o
por exceso de confianza. Finalmente, debemos señalar que estamos seguros
de que, si se utilizan correctamente, los instrumentos aludidos pueden suponer
una ayuda útil en el desarrollo global y en las relaciones que establecen chicos
y chicas de estas edades, punto de vista acorde al defendido por Colás et al.
(2013).
Si bien queremos destacar que el estudio se ha llevado a cabo en una muestra
(elegida al azar) de estudiantes granadinos de ESO, no obstante, creemos que
los resultados son interesantes al aportar datos novedosos que completan, en
parte, los de otras investigaciones realizadas.
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