Pese a lo anterior, para convertirse en investigador se deban asumir posturas
dentro de lo que es llamado paradigma científico. En este sentido, Medina,
(2001) señala dos (2) caminos, el cuantitativo y el cualitativo. El primero, invita
a asumir procedimientos del paradigma positivista, el cual conlleva al uso de un
patrón de investigación que impide al investigador salirse del razonamiento
deductivo y lógico y de la forma preestablecida para la recolección y análisis de
datos. El segundo, estimula el uso de métodos de los paradigmas
pospositivistas emergentes donde la manera para recolectar y analizar los
datos, sin dejar de ser científica, dependerá más de la creatividad del propio
investigador.
Dentro de un mismo camino de investigación se pueden encontrar
divergencias. Por ejemplo, en la investigación cualitativa, en lo que respecta a
la obtención del conocimiento, ocurre una diferencia marcada entre lo que
pudiera llamarse las tres vertientes cualitativas o pospositivistas: el paradigma
interpretativo, el socio- crítico y el ecológico. Según Ricoy (2006), en el primer
caso, el investigador no pasa de la reflexión pura sobre aquello que conoce,
mientras que, en el segundo caso, el investigador intenta cambiar o transformar
una realidad utilizando el conocimiento obtenido. En el último caso, el
investigador trata de renovar la relación de interdependencia
hombre/sociedad/medio (Rodríguez, 2007).
Es evidente, que la forma como se obtiene el conocimiento y lo que se
pretenda hacer con él una vez alcanzado, no solo amplía la distancia entre los
paradigmas más reconocidos (positivista y pospositivista), sino también dentro
de un mismo sistema paradigmático. Así, se nota cómo en el propio enfoque
cualitativo, por ejemplo, existen diferencias marcadas, especialmente en cuanto
a qué hacer con el conocimiento obtenido.
Estableciendo una analogía entre dos de las vertientes cualitativas
mencionadas, se pudiera relacionar el paradigma interpretativo con la acción
de conocer y el paradigma socio crítico con la acción de hacer. En este sentido
conocer y hacer, aunque tienen una que ver con la otra, se presentan como
dos (2) acciones diferentes y separadas. Sin embargo, para Maturana (citado
en Echeverría, 1997, p.41), “conocer es acción efectiva,todo hacer es conocer
y todo conocer es hacer”. Así, los términos conocer, acción y hacer tienen que