Añade que las virtudes dependen de nosotros, puesto que son voluntarias,
aunque acciones y hábitos “no son voluntarios de forma similar: de las acciones
somos dueños nosotros de principio a fin (…) en cambio, de los hábitos sí lo
somos de inicio, pero su incremento en particular no es reconocible, como pasa
con las enfermedades”. (Aristóteles, 2014, p. 127-128)
Las virtudes morales son: valentía, templanza, generosidad, magnificencia,
magnanimidad, mansedumbre, carácter medio, justicia, y amistad. Las
intelectuales son ciencia, técnica, prudencia, sabiduría, y entendimiento. A
continuación, daremos una breve descripción de lo que dice el autor de cada
una de ellas:
- Valentía: es el término medio entre miedo y la confianza. Valiente es aquel
que soporta los miedos, pues, aunque temerá cosas, “las soportará como
debe y como es razonable, por causa del bien, que éste es el fin de la
virtud.”(Aristóteles, 2014, p. 130). Además, el valiente soporta el dolor
cuando debe hacerlo porque obedece a un buen fin, o porque debe
hacerlo. El que se deja llevar por los medios es un cobarde, y el que no
tema a nada es un loco, un temerario.
- Templanza: referida a la condición intermedia de los placeres anímicos y
corporales, mientras que la intemperancia se centra en los placeres de los
que disfrutan los animales. Aquellos que se sacian más allá de la
necesidad son intemperantes, así como aquellos que se complacen con
cosas no debidas.
- Generosidad: “[…]es más propio del hombre generoso el entregar a
quienes debe, así como el tomar de donde debe y el no tomar de donde no
debe, pues es propio de la virtud más el obrar bien que el tomar bien, y el
realizar buenas acciones antes que no realizar las acciones malas.”
(Aristóteles, 2014, p. 146). El generoso da a quien debe y en la medida en
que debe, sin esperar nada a cambio, y por supuesto, no tomará de donde
no debe. Los extremos a este término medio, según el estagirita, serían la
avaricia por un lado (por defecto, ya que no se desprenden de sus bienes),
y la prodigalidad, por otro (por exceso, ya que dan demasiado), excesos
ambos, valga la redundancia, respecto de la generosidad.