siguiente aseguraba que «en Cádiz el Carnaval no es carnaval, es el fin de la
tontera y el principio del desaliento. Pocas comparsas y malas, un tablado en la
plaza de San Antonio que parecía un patíbulo para dar garrote al carnaval»
(OSUNA, 2009: 75-76).
En 1867 se publica el primer número del periódico que más larga existencia
acumula: Diario de Cádiz y su Departamento. El que fuera el punto de partida
del actual Grupo Joly. Un medio que siempre consideró mediáticas las
informaciones relativas al carnaval gaditano y que, además, se mostró
interesado en el desarrollo de la modalidad de «comparsa».
Este recorrido por la prensa gaditana del siglo XIX es un ejemplo de que Cádiz
era una de las ciudades españolas más prolíficas en cuanto a publicaciones
periodísticas. La investigadora Aurora Labio Bernal detalla la relevancia
informativa de la ciudad de Cádiz en el contexto mediático español:
Una estadística publicada en 1870 en el Anuario estadístico de España
para 1866-1867, situaba a Cádiz como la tercera ciudad de España con
mayor número de periódicos, representando un 3,75% del total de los
impresos del país. Esta estadística se verá completada con otra aparecida
en la Gaceta de Madrid en 1872, que se refiere a los datos de 1868, 1869,
y 1870, y se centra sobre todo en la clasificación y fecha de la prensa
política de estos años. Cádiz vuelve a estar a la cabeza de las ciudades
con más títulos, con una media de veinte periódicos en la calle durante
esta etapa (LABIO, 2000: 64).
A medida que transcurre el siglo, el alto contenido comercial de los periódicos
se va equilibrando con otros criterios editoriales como los ideológicos, los
religiosos o los sociales, siendo los medios más conservadores los más
beligerantes con la existencia del carnaval.
Al tiempo que la prensa va adoptando tintes ideológicos, la crítica política se
hace patente también durante el carnaval, Javier Osuna hace referencia a una
noticia publicada el 14 de febrero de 1872 en el periódico El Comercio, en la
que se da cuenta de una parodia callejera donde un grupo de personas,
ataviadas con unos sombreros con una letra impresa cada uno, se ordenaban
de una determinada manera que podía leerse la palabra «A.M.A.D.E.O» [en
referencia al rey Amadeo de Saboya]. Ese mismo año el periódico La