ingeniería de sistemas, necesitan instruirse en la programación de soluciones
algorítmicas a problemas computables, utilizando diferentes modelos con una
variedad de lenguajes y herramientas de programación. Muchos de estos
estudiantes extienden estas dificultades a lo largo de todos sus estudios.
Generalmente surge la duda con respecto a quien falla en un mal proceso de
aprendizaje, si el estudiante o el docente (Silvera, Corredor, Pineda-Carreño,
Pérez, y Salazar, 2016). Ante esta situación, juega un papel importante el
tratamiento didáctico pedagógico en el desarrollo de las competencias
necesarias para el desarrollo de las habilidades para implementar algoritmos
como respuesta a problemas ingenieriles.
Es importante darse cuenta, de cómo el mundo cambia velozmente y el
sistema educativo lo hace lentamente, como la juventud parece ejercer su
libertad de percibir y pensar, sentir y reflexionar, no obstante, con ciertas
condiciones favorables todo podría ser mejor (Fernández Poncela, 2016).
Según Nieva y Arellano (2012), Explican que generalmente, la forma más
habitual de enseñar de los docentes, es forzar al estudiante a resolver una gran
cantidad de ejercicios y métodos de codificar, probar y corregir hasta que el
programa de los resultados correctos, dejando de lado la importancia de
entender a cabalidad el problema para concebir un algoritmo. También plantea
una metodología en dos dimensiones, que son la capacidad de abstracción y la
de resolver problemas y que no solo basta con que el docente pueda
proveerles de material informativo para que atreves del método constructivista
el estudiante pueda alcanzar la habilidad para desarrollar problemas a través
de algoritmos. La dimensión de resolución de problemas debe estar
complementado por la estructura general de un prototipo de software en base a
las etapas de la heurística de Polya, el cual está compuesta por: Análisis del
problema, planeación de una solución, diseño de un algoritmo y la prueba del
algoritmo (Nieva & Arellano, 2009). (Perez, 2008), resalta que la importancia de
una plataforma en la enseñanza es fundamental puesto que facilita el logro de
los objetivos, experiencia, ayudando al profesor y al estudiante en su proceso
de enseñanza-aprendizaje. Siendo uno como facilitador y el otro como
generador de su propio conocimiento.
Saez, Ciudad, y Puentes (2015), afirman que para garantizar un proceso de
formación que se desarrolle de forma continua es necesario tener en cuenta los
componentes inductores o afectivos, gnoseológica o de programación y el
componente ejecutor o teórico el cual es fundamental si se es acompañado por
un subconjunto de métodos teóricos principales como lo son: método de