Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XVII Vol. 17 (2) Julio-Diciembre de 2017 ISSN: 1695-324X
https://revistaseug.ugr.es/index.php/eticanet
DOI: http://dx.doi.org/10.30827/eticanet.v17i2.11908
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EL AUTOCONCEPTO EN ALUMNOS DE EDUCACIÓN
INFANTIL (3-6 AÑOS) SEGÚN EL GÉNERO
Self-conceptin children’s education (3-6 years) by gender
Eu em estudentes educação na primeira infância (3-6), por sexo
Laura Aparicio González
Lauraaparicio74@gmail.com
Elfy Kindergarten (España)
Margarita Alcaide Risoto
malcaide@ucjc.edu
Universidad Camilo José Cela (España)
Recibido: 04/09/2017
Aceptado: 05/12/2017
Resumen
El objetivo de este trabajo es comprobar el nivel de autoconcepto total en la
Etapa de Educación Infantil (3-6 años) según el género.
En este estudio han participado 68 sujetos (32 niñas y 36 niños) cuyas edades
oscilaban entre los 3-6 años. Estos datos fueron recogidos en un colegio de
Madrid.
El instrumento utilizado fue la Escala de Percepción del Autoconcepto Infantil
(PAI), desarrollado por Villa y Auzmendi (1999) con el objeto de evaluar el
constructo general del autoconcepto y diez aspectos constitutivos de la
autoestima, elementos muy importantes en dicho período.
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Los resultados obtenidos muestran que las niñas tienen un autoconcepto total
menor que los niños. Dando unos valores de 61,41 en niñas y 62,57 en niños.
Respecto a la dimensión de sentimientos afectivos se observa que existen
diferencias significativas entre los niños y las niñas, teniendo una puntuación
más alta los niños.
Abstract
The aim of this work is to check the level of complete self- concept in Children’s
Education (stage 3-6) based on the gender.
Sixty-eight individuals have taken part in this study (32 girls and 36 boys) from 3
to 6 years old. These data were gathered at a school in Madrid.
The instrument that it has been used was The Scale Perception of Child Self-
Concept (Escala de Percepción Del Autoconcepto Infantil, PAI).
This instrument was developed by Villa and Auzmendi (1999) in order to
evaluate the general construct of self- concept and ten aspects that form the
self- esteem, something very important for children of this age.
The achieved results show that the girls have a smaller complete self-concept
than the boys. The values for girls are 61, 41 and 62, 57 for boys.
About emotional feelings it can be observed that there are meaningful
differences between girls and boys. The boys have a higher score than the girls.
Palabras Clave: Autoconcepto, alumnos de infantil, género.
Keywords: Self-concept, students of child, gender.
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Introducción
Según Hamachek (1981, citado por Machargo, 1991, p.24) define autoconcepto
como: “el conjunto de percepciones o referencias que el sujeto tiene de
mismo; conjunto de características, atributos, cualidades y deficiencias,
capacidades y limites, valores y relaciones que el sujeto conoce como
descriptivos de si y que percibe como datos de su identidad.”
Por otra parte, también Papalia y Wendkos (1995, p.459) manifiestan que: “El
autoconcepto es el sentido de mismo. La base del autoconcepto es
nuestro conocimiento de lo que hemos sido y hecho; su función es guiarnos a
decidir lo que seremos y haremos en el futuro. El autoconcepto, entonces, nos
ayuda a entendernos a nosotros mismos y, también, a controlar o regular
nuestra conducta.”
Estas autoras también definen otros conceptos relacionados con el
autoconcepto:
- Autoconciencia: se refiere a la comprensión que se inicia en la infancia
acerca de nuestra independencia de otras personas, lo que nos permite
reflexionar sobre nuestras propias actitudes, en relación con los estándares
sociales.
- Autorreconocimiento: es la habilidad para reconocer nuestra propia
imagen.
- Autodefinición: son las características físicas y psicológicas que la
persona considera importantes para definirse a sí misma.
- Yo Real: es el concepto de la persona sobre cómo es.
- Yo Ideal: es el concepto de la persona sobre lo que desea ser.
Es muy importante también la distinción que hace Burns (1979) sobre el
autoconcepto y la autoestima. Tanto autoconcepto como autoestima son dos
conceptos que dependen de la personalidad y del impacto social de la persona,
pero hay que matizar que existen pequeñas diferencias entre estos dos
términos. Siendo así, autoconcepto lo definimos como la descripción que hace
una persona de mismo, tanto de su aspecto físico, sus aptitudes o de su
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personalidad, y que no tiene porque coincidir con lo que los demás perciben.
Por ejemplo, una persona se puede ver delgada, buena estudiante… y los
demás no tener esa misma visión ni opinión.
Podemos ver un ejemplo claro en la anorexia. Mientras que autoestima es lo
que pensamos, de forma global, sobre nosotros mismos. Este pensamiento
puede estar influido por el autoconcepto. Si tenemos un autoconcepto negativo
es probable que influya en que esa persona desarrolle una autoestima
negativa.
Existen características que definen a los sujetos que tienen una autoestima alta
o baja.
Aquellas con una autoestima alta son personas que ante una amenaza siguen
teniendo una visión positiva de mismo, confían en sus capacidades y
virtudes, son positivas, motivadas por el éxito y tienen una buena habilidad
para conseguir lo que se propongan. Por el contrario, las personas con una
autoestima bajo suelen ser débiles ante cualquier amenaza, tienen dificultad
para afrontar los problemas, evitan llamar la atención y son más sensibles y
precavidos al ambiente social.
Según la teoría de la identidad social, el autoconcepto se divide en dos partes:
- La identidad personal: la cual se refiere a la forma de ser de cada
individuo, que hace que cada persona sea diferente al resto y que
sea única.
- La identidad social: depende de factores más externos como pueden
ser la religión, la comunidad a la que pertenezcas….
Para Rogers (1985) el grado en el que el autoconcepto coincide con la realidad
determina el grado de congruencia e incongruencia. Refiriéndonos a
incongruencia cuando una persona recibe algo positivo si se lo ha ganado o si
cumple las expectativas propuestas por otra persona, esto provoca que en un
futuro estas personas distorsionen y modifiquen sus recuerdos para que otras
personas lo acepten. Y hablamos de congruencia cuando todo lo que recibe
positivamente es incondicional y no depende de las expectativas que otro
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individuo forme de ti, esto hace que no tenga la necesidad de falsear sus
recuerdos para que otros lo acepten como realmente son.
Para este autor el concepto de sí mismo lo forman tres factores:
- La imagen de ti mismo: esto no siempre coincide con la realidad.
Puedes tener una auto-imagen inflada y creer que las cosas son
mejores de lo que son o tener una imagen de ti negativa la cual llega
a exagerar los defectos o debilidades.
- La autoestima: aprecio y valoración que uno tiene por si mismo
ayudándonos a formar nuestra personalidad. La autoestima de cada
uno influirá de forma positiva o negativa en casi todo lo que uno
haga, como, por ejemplo, en la toma de decisiones, aspiraciones,
gustos…
- El Yo ideal: tiene sentimientos contrapuestos con el Yo real, ya que a
veces formamos una imagen de nosotros no real, que nos gustaría
tener. Esto provoca que no nos conformemos con lo que somos y
que aspiremos a ir a más.
Estudios sobre el autoconcepto dicen que el género puede llegar a influir, sobre
todo en la adolescencia, en la construcción del autoconcepto.
Las investigaciones realizadas sobre la diferencia de género en la construcción
del autoconcepto son muy diversas; se llega a la conclusión de que existen
ciertas diferencias, afirmando que los hombres son s independientes, es
decir, las opiniones que tienen los demás sobre él van separadas a lo que
opina él sobre mismo, no le llegan a influir; mientras que las mujeres son
más dependientes, es decir, les llega a influir más las opiniones que tienen los
demás y son más valoradas a aquellas que tiene de sí misma.
Hay que tener en cuenta que la edad juega un importante papel a la hora de
una construcción positiva sobre mismo. Según Orenstein (1994) la
percepción que tienen las niñas sobre si mismas antes de los 12 años es
positiva mientras que entrados en los 12 años este autoconcepto positivo va
disminuyendo, siendo así que la visión de su propia imagen se va haciendo
más negativa.
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Esta visión negativa se da por los cambios físicos y corporales que se
producen en la pubertad. Estos cambios son más notables en las chicas que en
los chicos, llegando a influir más en el desarrollo del autoconcepto.
Desarrollo evolutivo y Autoconcepto
A continuación, explico el desarrollo evolutivo en la etapa de 0-6 años; los
diferentes tipos de desarrollo (afectivo, emocional y social); así como las
diferentes dimensiones que pueden influir en la construcción del autoconcepto.
Desarrollo evolutivo de 0-6 años
Los cambios que se producen en esta etapa son muy importantes. El niño va
adquiriendo, poco a poco, habilidades que se manifiestan de manera clara.
Estos cambios empezaran por el crecimiento físico, mayor dominio en las
habilidades motrices, aumento de sus conocimientos, soltura en el lenguaje y
en la forma de expresarse y comunicarse, así como un mayor conocimiento de
sus propias emociones y la de los demás.
Desde que nacemos estamos marcados por todo lo que nos rodea (contexto
biológico, afectivo, social y lingüístico). El valor que le demos al desarrollo
infantil influirá de forma significativa en su aprendizaje y en su desarrollo social.
Todo ello nos va a influir, de forma directa o indirecta, en el desarrollo evolutivo;
por lo que las experiencias vividas en los primeros años son fundamentales
para su progreso en un futuro (Piaget 1981).
En la primera etapa que abarca de 0 a 3 años el niño debe tener cubiertas sus
necesidades básicas (alimentación, higiene, seguridad y juego); a través de
todo esto llegará a identificarse de forma individual. En esta etapa se deberá de
conseguir una cierta autonomía.
En la segunda etapa, de los 3 a los 6 años se observa un notable avance en el
lenguaje muy significativo. En esta etapa nos centramos en la confianza,
autoestima y seguridad en sí mismo.
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Desarrollo social
Es importante que se empiece en la etapa de educación infantil a favorecer el
desarrollo integral y social. A través de la socialización el niño aprende normas,
valores y actitudes necesarias y adecuadas para el contexto en el que se
desarrolla.
La socialización depende de las características del individuo, algunas personas
son más sociables que otras, esto puede estar influenciado por el ambiente o
puede ser un rasgo heredado. Por ejemplo, los niños que desde pequeño
pasan más tiempo con otros suelen ser más sociables que otros que apenas
interactúan, desde pequeños, con otros niños. Y también depende de los
agentes socializadores (familia, escuela, compañeros y medios de
comunicación). Estos agentes serán de mayor importancia teniendo en cuenta
la etapa en la vida del sujeto, la posición en la escala social y las
características de la sociedad.
Según Morales y Abbad (1996) podemos observar varios tipos de socialización:
- Primario: se desarrolla en los primeros años de vida, es la primera
introducción del niño en la sociedad. Imitan a las personas que tienen a su
alrededor. Aun no tienen roles, ni actitudes ni valores propios, por lo que se
identifican con las personas que son importantes para ellos (padres, hermanos,
maestros…) aceptando las normas sociales que les ofrecen.
- Secundario: aquí es donde el niño se da cuenta que existen otras
realidades distintas a las conocidas en la socialización primaria. Aquí tienen la
capacidad de elegir sus roles, actitudes y valores observando e interactuando
con más personas.
- Terciario: se refiere a la integración del individuo a otra sociedad o
cultura diferente a la ya adquirida, a esto se le llama “transculturación”.
Agentes socializadores
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Según Barroso y Morente (2010) existen varios agentes de socialización que
son:
La familia: es el primer modelo a imitar que tiene el niño desde pequeño, los
cuales le van a enseñar el lenguaje, las actitudes, normas morales y sociales
necesarias para una buena integración y adaptación en la sociedad.
El bebé desde el principio busca contacto físico y el acercamiento del adulto
para sentirse protegido, es aquí donde la familia interviene desde el principio y
donde se empiezan a desarrollar los primeros signos de socialización. En este
ámbito son muy importantes los distintos miembros de la familia. La madre
suele ser siempre la figura de apego, con la cual establece un vínculo
emocional duradero proporcionando al bebe seguridad, confianza y
sentimientos positivos.
Fue Bowlby (1958) quien desarrollo la teoría del apego, basándose en cuatro
sistemas de conductas:
- Sistema de conductas de apego: conductas que se encuentran al
servicio del mantenimiento de la proximidad y el contacto de la figura de apego
como pueden ser lloros, sonrisas…
- Sistema de exploración: está unido al sistema de conductas de apego,
ya que si activas la del apego disminuye la del entorno.
- Sistema de miedo a los extraños: este sistema conlleva a aumentar las
conductas de apego disminuyendo aquellas de exploración.
- Sistema afiliativo: capacidad para mantener una relación de proximidad
con personas que con las que no ha tenido ningún tipo de vínculo afectivo.
La relación con el padre también es importante ya que ofrece protección y
tranquilidad a la madre respecto al cuidado del bebe. Entre los 3 y los 5 años
puede aparecer el Complejo de Edipo, se produce una modificación de
conducta, idealizando a la madre y sintiéndose competitivo con cualquier otro
varón que le quite su atención; creando sentimientos de odio y alejamiento. El
niño se siente acaparador con la madre y necesita toda su atención (Freud,
1924).
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Los hermanos también colaboran en el aprendizaje del bebe, ya que son el
modelo a seguir y de los que aprenden e imitan conductas que ven en ellos.
Y por último, los abuelos, los cuales ofrecen valores muy diferentes que los que
pueden aportar los padres, por la diferencia de edad y por todo lo que llevan
vivido.
La escuela: este agente socializador ofrece situaciones, vivencias y relaciones
distintas a las del agente familiar. Este ámbito pretende conseguir que las
personas se relacionen positivamente con los demás, se adapten a las normas
de comportamiento establecidas, se relacionen con distintas personas
indiferentemente de la edad o procedencia social, que aprendan a resolver
conflictos que aparecen en el día a día…
Están en continuo contacto con diversas personas, de diferentes tipos y clases,
que le pueden transmitir un amplio vocabulario y habilidades comunicativas que
serán beneficiosas para alcanzar un rendimiento escolar positivo, favoreciendo
un crecimiento personal y grupal.
Es en la escuela donde comienzan las relaciones sociales y es ahí donde el
niño empieza a relacionarse con sus compañeros afianzando su personalidad y
su carácter; para ello es necesario que la escuela integre grupos y personas
diferentes para que las experiencias sociales sean más ricas y variadas.
El papel de la escuela es muy importante, para que el niño adquiera una serie
de normas y valores, todo ello ayudándole a vivir en grupo e integrarse en la
sociedad. También les proporciona la oportunidad de lograr y afianzar el
sentido de “yo”.
Como defiende Dewey (1894) el ambiente es el que educa, y plantea dos
ideas: para poder educar hay que enseñar a pensar, ya que se nos plantean
problemas que deben ser resueltos; la educación debe ser activa, basada en la
práctica y la experiencia.
Compañeros: las diferentes personas que forman el entorno del niño son las
que van a contribuir a que el sujeto tenga diferentes experiencias, las cuales
les serán útiles para ir afianzando su personalidad y la construcción del “yo”.
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La existencia de relaciones amistosas con otros de la misma edad y mismas
condiciones van a ser de un gran apoyo. Con ellos aprenden a relacionarse,
adaptarse y amoldarse a diferentes situaciones que tal vez no son de su
agrado o interés; también les favorece para adquirir habilidades sociales, a
obedecer normas…
En la etapa de la adolescencia, este agente se vuelve muy importante ya que
va a influenciar mucho s lo que digan sus amigos que cualquier otra
persona, ya sea de la familia o profesores.
El grupo de amigos va a influir, en cierto modo, en la personalidad del niño; si
es valorado y lo perciben positivamente influirá en cómo se comporte y se
exprese. Por el contrario, existen chicos que buscan constantemente la
aceptación del grupo y muchas de las veces sin recibir nada a cambio por lo
que puede llegar a influir en su personalidad y en la construcción del “yo”.
Los medios de comunicación: en la sociedad actual en la que vivimos este
agente es una herramienta socializadora muy fuerte. Los medios de
comunicación funcionan como sistemas (recopilan, procesan y difunden la
información compartiéndola con todo el mundo); como actividad (intercambio,
recopilación, procesamiento de la información para después difundirla); y como
agente socializador (ofrece información o intervenciones sobre un tema
influyendo en la vida social. La información que transmiten tiene un objetivo y
es crear opiniones sobre un tema).
Desarrollo de las conductas sociales
El desarrollo de estas conductas se hace a través de tres procesos:
Descubrimiento: en donde el niño empieza a descubrir a las personas que le
rodean; en un principio diferencian entre personas conocidas y desconocidas y
aunque prefiere a las que conoce no rechaza a las no conocidas. Es más
adelante cuando se observan cambios y siente desconfianza y miedo hacia los
desconocidos.
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Después, a partir del año, descubre a sus iguales, puede surgir en el mismo
ámbito familiar (hermanos mayores) o en la escuela. Y es a través del juego y
de la interacción donde conoce las características de los demás niños
(Durkheim, 1973).
Vinculación: en este proceso encontramos el apego y la amistad infantil. El
apego donde el bebé crea un lazo afectivo con aquellas personas que le cuidan
y que les proporcionan lo que necesitan. El niño necesita ser aceptado y
protegido plenamente para que se sienta seguro a la hora de explorar su
entorno. La amistad infantil, donde existe un afecto mutuo entre varios niños.
En edades más pequeñas las amistades con otros niños son poco sólidas y
variables, a medida que van creciendo, alrededor de los tres años, las
relaciones se van consolidando por lo que van surgiendo más conflictos entre
ellos (Mischel, 1966).
Aceptación: es a partir de los tres años donde empiezan a seleccionar a sus
amigos. En un principio eligen aquellos que tienen sus mismas preferencias de
juego y poco a poco van seleccionando, teniendo en cuenta la forma de ser y el
sexo. Aquí es donde surge la percepción de sus iguales llevándoles a
diferenciar entre preferidos y rechazados (Kekelis, 1992).
Desarrollo afectivo
Desde que nacemos tenemos la necesidad de crear vínculos afectivos con las
personas que nos rodean. Es un proceso por el cual establecemos unos
afectos y una manera de vivir que van a estar influenciados por nuestro
entorno. El desarrollo afectivo son cualidades con las que nacemos; es
necesario que estas cualidades, emociones, estados de ánimo, sentimientos…
sean positivas para conseguir un pensamiento, una conducta o forma de
relacionarse buena. Todas las emociones que experimentamos surgen de
manera involuntaria dependiendo de las situaciones que nos tocan vivir y
experimentar. Lo que podemos decidir es la actitud que queremos adoptar ante
dichas emociones, el cómo controlarlas.
Manifestaciones afectivas
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Emociones: reacción afectiva que surge ante un estímulo, en un entorno
específico y que originan cambios fisiológicos relevantes; tienen una duración
corta. Estas emociones pueden ser pasivas o activas. Cuando se produce un
aumento de la actividad se le llama emociones activas y cuando hay una
disminución de la actividad del sujeto se denomina emociones pasivas.
Los componentes de las emociones pueden ser subjetivos (respuestas
externas que pueden generar emociones, estados de ánimo… Ejemplo estar
nervioso, alegre…); fisiológicos (en este componente el sistema endocrino es
importante por ejemplo que nos suden las manos); y la conducta expresiva
(expresiones que exteriorizan lo que vivimos y como nos sentimos ejemplo:
grita, llorar…).
La teoría de James (1884 Pág. 189) dice que “los cambios corporales se
siguen directamente por la percepción del hecho que ha producido la
excitación, y que nuestra percepción de estos mismos cambios tal como
ocurren es la emoción”. James diferencia dos tipos de emociones: las
manifestaciones corporales s intensas como la ira, el odio, el miedo, la
alegría, la vergüenza y el orgullo; y otras, como las reacciones corporales
menos intensas, la reacción moral, intelectual y estéticas.
En la teoría de Lange (1887) sostiene que: nuestra experiencia de la emoción
es la conciencia de nuestras respuestas fisiológicas a los estímulos que
motivan la emoción.
Ambos llegaron a una conclusión semejante, la cual decía que las acciones
anticipan a las emociones y el cerebro las analiza como emociones, por
ejemplo: nos sentimos tristes por que lloramos.
Sentimientos: este concepto está relacionado con las emociones, ya que los
sentimientos es algo que surge de una emoción. Los sentimientos son estados
anímicos o experiencias internas que nos afectan ante un suceso, suelen ser
de larga duración.
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Para sentirnos mejor y aumentar nuestro bienestar es necesario que
aceptemos, entendamos y sepamos expresar correctamente nuestros
sentimientos.
Pasiones: podemos definirlo como procesos afectivos muy intensos que surgen
por otras personas, por algún deporte, actividad o idea. La persona se siente
dirigida o dominada por estos procesos afectivos; las decisiones se suelen
tomar por impulsos y te dejas llevar por ellos, provocando cambios
psicológicos. Sus ideas suelen deformar valorando solo aquellas que interesan
o están de acuerdo con la pasión que se experimenta, mientras que aquellas
ideas que están en desacuerdo son eliminadas o se vuelven indiferentes.
Teoría explicativa de la afectividad infantil según Erikson (1987)
Su teoría consiste en el desarrollo de la personalidad, que la llamo “teoría
psicosocial”.
Formuló que el desarrollo del “yo” dura toda la vida; Erikson describe ocho
etapas en las cuales surgen conflictos de tipo psicosocial, la superación de
estos conflictos hará que se avance en el desarrollo afectivo.
Fase 1: “confianza frente a desconfianza”: esta fase suele superarse alrededor
del año y medio. Es importante, que el niño en esta edad adquiera seguridad y
confianza en las personas que le rodean. Estos sentimientos serán
determinantes para que en un futuro establezcan vínculos con otras personas,
sin esa confianza les costará más establecer estas relaciones.
Fase 2: “autonomía frente a vergüenza”: se supera en el tercer año. Aqse da
cuenta que puede ser independiente del adulto y que puede ir tomando sus
propias decisiones. Es importante que tenga confianza en mismo y no
exigirle cosas de las que aún no está capacitado para hacer.
Fase 3: “iniciativa frente a culpa”: hasta los cinco años aproximadamente. En
esta fase el niño desarrolla la iniciativa de hacer las cosas por si solo. Es
importante apoyarle y hacerle ver que si sale mal (si hay fracaso) se vuelve a
intentar, sin darle mayor importancia.
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Fase 4: “laboriosidad frente a inferioridad”: va desde los seis años hasta la
pubertad. El niño aprende habilidades que empieza hacer por si solo y los
compara con sus iguales. Estas comparaciones pueden llevar al fracaso y
desarrollar una sensación de inferioridad.
Fase 5: “identidad frente a difusión de identidad”: abarca desde los 13 a los 21
años aproximadamente. Se experimenta búsqueda de identidad y una crisis de
identidad, que reavivará los conflictos en cada una de las etapas anteriores.
Fase 6: “intimidad frente a aislamiento”: esta etapa supone la facilidad de estar
cerca de otros, sin aislamiento y sin miedo a perderte; dominas el sentimiento
de saber quién eres. Abarca desde los 21 a los 41 años.
Fase 7: “generatividad frente a estancamiento”: en esta etapa, de los 40 a los
60 años, las personas sienten la necesidad de sentirse útiles y productivas y
llega un momento en que no se pueden permitir nada de tiempo para sí
mismos, para relajarse y descansar. Al final, estas personas tampoco logran
contribuir algo a la sociedad, sintiéndose estancada.
Fase 8: “integridad del yo frente a desesperación”: surge un sentimiento de
inutilidad ya que tu cuerpo no responde igual que antes; aparecen las
preocupaciones relativas a la muerte.
Desarrollo emocional
Llamamos emoción a aquella variación o cambio en nuestro ánimo, suele ser
breve y profundo, agradable o desagradable, y que aparece ante un
acontecimiento. Relacionadas con una situación específica que la ha
desencadenado.
Las emociones es algo habitual que solemos experimentar día a día y con las
que aprendemos a resolver los problemas que surgen y a adaptarnos a los
distintos acontecimientos que aparecen.
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A través de la experimentación y vivencia de las emociones actuamos de una
manera u otra, ante determinadas personas, cosas u objetos o respecto a
nuestro entorno.
Alguna de nuestras emociones son innatas, nacemos con ellas y otras son
adquiridas, nuestra función es saber controlarlas de manera adecuada para
que nos sean útiles. La mayoría de las emociones se aprenden por la
observación de las personas que nos rodean, otras se aprenden por la
experiencia (Darwin, 1872).
Las emociones, tanto buenas como malas, dependerán de aquello que
queramos conseguir u obtener, de nuestros propios objetivos. Estos objetivos
pueden ser pasajeros o permanentes; simples o complejos; conscientes o
inconscientes…
Esto significa que aquello que yo deseo no tiene por qué ser igual para el resto
de las personas, y que las emociones serán distintas para uno que, para otros,
por ejemplo, yo puedo desear una cosa y si no la tengo mi emoción será
negativa y el resto de las personas no tienen por qentender por qué actúo
así (Bisquerra, 2004).
Desde pequeños, los niños expresan y experimentan diferentes emociones,
que en un principio son generales y poco a poco se hacen más precisas.
Entre los dos y los tres años descubren emociones autoconscientes
relacionadas con el reconocimiento de mismo y emociones socio-morales
que hace referencia a la relación con los demás. Para que experimenten estas
emociones es importante que conozcan valores y normas y que sean capaces
de reconocer si las ha hecho bien o no para que por solos puedan
experimentar el éxito o el fracaso (Shaffer, 2002).
Entre los tres y los seis años tienen mayor capacidad de expresar y
comprender las emociones incluso de llegar a controlarlas. La adquisición y
dominio del lenguaje en estas edades contribuyen al desarrollo emocional, ya
que son capaces de expresarlas hablando. Es aquí también cuando surge el
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juego simbólico, los niños se toman a mismos como referencias y asumen
las cualidades de las personas a las que imitan o representan (Harris, 1989).
Es importante enseñar a los niños a regular y controlar sus propias emociones,
para ello el papel que desempeñan los padres y profesores es muy significativo
y valioso, ya que pueden conseguir, que, desde pequeños, aprendan a manejar
y desarrollar adecuadamente sus emociones a través de conductas que
observan y aprenden de los mayores.
Emociones básicas
Según Campos (1983) las emociones básicas son cambios en nuestro estado
de ánimo causadas por recuerdos, pensamientos, pasiones, recuerdos
provocando cambios psicológicos, fisiológicos y psicosomáticos. El grado de
estas emociones depende de cómo nos sintamos en ese momento, de nuestra
personalidad etc.
Las emociones básicas son:
Miedo: es una respuesta natural ante un peligro, real o imaginario. Es algo
desagradable que ha pasado o podría pasar.
Sorpresa: esta emoción surge por algún suceso inesperado, algo que no
estaba previsto. Puede ser una emoción que provoque satisfacción,
sentimientos desagradables o simplemente producir efectos de carácter neutro.
Aversión: hace referencia a sentimientos negativos que se puede tener ante
una persona, objeto, situación…
Ira: es un sentimiento negativo que genera enfado, disgusto, irritación… que
puede aparecer ante un suceso ocurrido en el pasado y que aún no has
superado como por ejemplo el maltrato sufrido de pequeño o por un suceso
que ha tenido lugar en el presente, por ejemplo, cuando las cosas no salen
como teníamos previsto. Puede ser una emoción de gran utilidad para
ayudarnos a resolver o cambiar una situación difícil.
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Alegría: esta emoción aparece cuando nos sentimos bien y estamos cómodos
ante diferentes situaciones. Es un estado de ánimo positivo que en cada
persona se exterioriza de forma diferente.
Tristeza: genera sentimientos de angustia, disgusto, preocupación. Puede ser
un estado de ánimo que surge de vez en cuando, pasajero, breve dependiendo
de la situación que se viva; también depende de cada individuo, de cómo se ve
afectado por ese acontecimiento, ya que una situación puede producir gran
sentimiento de tristeza en alguien y no tener las mismas consecuencias en
otras.
Investigaciones sobre Autoconcepto
El estudio realizado por Gabelko (1997) consiste en observar las diferencias de
género en el autoconcepto global, académico, atlético y social en niños de 12 a
18 años. En él destaca como los chicos tuvieron un autoconcepto global y
atlético más alto que las chicas, mientras que éstas tuvieron mayor puntuación
en lo que se refiere al ámbito social.
Al mismo tiempo, Amezcua y Pichardo (2000) en su estudio realizado a niños
de edades comprendidas entre los 11 y los 14 años, dice que el autoconcepto
emocional y global en los chicos es mayor que en las chicas de su misma
edad, mientras que las chicas tienen un mayor autoconcepto familiar.
Wilgenbusch y Merrell (1999) basándose en sus estudios afirman que existe
diferencia entre ambos sexos y que dependen de la edad. Por ejemplo, a los 6
años el autoconcepto global, académico, relación con los padres y coordinación
motora es s alto en los niños, mientras que en relación al autoconcepto
verbal y musical las niñas puntúan más alto. De los 7 a los 12 años, los
estudios afirman que los chicos tienen mayor nivel de autoconcepto en lo que
concierne a lo emocional o afectivo, coordinación psicomotora, apariencia
física, en el ámbito musical, matemático y competencia en el trabajo. Por otra
parte, las chicas de esta misma edad, tienen mayor nivel de autoconcepto en lo
relacionado al ámbito verbal, de la amistad, honestidad y moral.
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Infante (2002) habla del autoconcepto prosocial y el autoconcepto agresivo en
estudiantes de la ESO. Afirma que las chicas tienen valores más altos en
autoconcepto prosocial y los chicos en autoconcepto agresivo. Similar es el
estudio que encontramos de Calvo, González y Martorell (2001) en el que las
chicas muestran mayor empatía, se preocupan y ayudan a los demás, es decir
son más prosociales; y por el contrario los chicos tienen más comportamientos
de agresividad, por lo tanto, más antisociales.
Podemos concluir, después de las investigaciones analizadas, que en las
chicas se observa puntuaciones s bajas que en los chicos respecto a los
puntos analizados (autoconcepto global, físico, académico y emocional).
Diferentes dimensiones del autoconcepto
García y Musitu (2001) abordaron el estudio del autoconcepto considerando en
él cinco dimensiones, las cuales son:
Autoconcepto académico: hace referencia a como se ve el individuo en el
ámbito académico, como estudiante. El autoconcepto académico será positivo
siempre que los resultados sean buenos, haya aceptación y estima por parte
de los compañeros…; por el contrario, este autoconcepto puede ser negativo si
no obtiene resultados buenos, no es aceptado y ve que su dedicación y
esfuerzo no tiene recompensa. Para ello es muy importante el apoyo del ámbito
familiar y escolar. Tanto los padres como los profesores tienen que motivarles y
hacerles ver que pueden, con esfuerzo y dedicación, tener un rendimiento
académico bueno.
Según Hernández (1991) el rendimiento académico depende de tres variables:
el poder (inteligencia y aptitudes), el querer (motivación) y el modo de ser
(personalidad).
Autoconcepto social: podemos definirle como la capacidad que tiene el
individuo para desenvolverse en situaciones sociales de la vida cotidiana. La
percepción que se tiene sobre cómo le aceptan otras personas. La
personalidad de una persona, si eres simpático o antipático, amigable,
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agresivo, alegre, vergonzoso… puede influir en esta dimensión; ya que si eres
más tímido o vergonzoso te costara más relacionarte e integrarte en el grupo
que a una persona que sea más extrovertida.
Autoconcepto emocional: esta dimensión hace referencia a como el individuo
percibe su estado emocional y como responde a situaciones específicas y
generales. Es importante que el individuo controle sus emociones y las
situaciones de forma adecuada en los diferentes momentos de su vida para
conseguir un autoconcepto emocional alto.
Autoconcepto familiar: en esta dimensión hablamos de cómo se siente el
individuo en el ámbito familiar. Si está a gusto, se siente aceptado y querido por
los demás miembros de la familia. También es importante que se sienta
implicado y que participe en las tareas familiares.
Para ello los miembros de la familia deben darle confianza y afecto para que se
sienta feliz y a gusto y para conseguir un autoconcepto familiar positivo.
Autoconcepto físico: nos referimos a la percepción que tiene el individuo de su
aspecto y apariencia física. Para conseguir un autoconcepto físico positivo es
necesario cuidarse, realizar deporte etc. Esto influirá en su salud, su bienestar
consiguiendo que su percepción física sea positiva.
Según Adell (2002) la familia es la organización social más importante, donde
se constituyen las primeras relaciones de aprendizajes sociales, se forman las
pautas de comportamiento y donde comienza el desarrollo de la personalidad
del hijo.
Después de analizar las cinco dimensiones puedo concluir que el ámbito
familiar es el que más influye respecto a las otras dimensiones, ya que es
donde primero aprendemos las relaciones sociales.
Autoconcepto en Educación Infantil
Como bien hemos explicado anteriormente, hablamos de autoconcepto a
aquello que el individuo percibe de mismo. Como dice González y Touron,
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(1992) es un conjunto de aquellas imágenes de lo que somos, de lo que
queremos ser y de lo que transmitimos a los demás.
La creación del autoconcepto es un proceso activo, con el que no nacemos, el
cual debemos ir construyendo a lo largo de todo el desarrollo evolutivo.
Para Shavelson, Hubner y Stanton (1976) el autoconcepto va creciendo y
desarrollándose con la edad y la experiencia y cada vez se va volviendo más
diferenciado.
Harter (1985) deduce que la concepción del yo pasa por aspectos muy
concretos, de los comportamientos que se pueden observar en la primera
infancia, a aspectos más abstractos observados en la adolescencia.
Poco a poco los niños van desarrollando su propia percepción del mundo y
cada vez piensan más sobre ellos mismos. Según Rosenberg (1979) en edad
infantil el autoconcepto se centra en características concretas y con el tiempo
van estructurando sus conductas de las que son conscientes y pueden
comentar con otros. En edades más avanzadas, entre los 8 y 10 años,
empiezan a mencionar rasgos de la personalidad y en la adolescencia ponen
más interés en virtudes sociales y en ser aceptado por los demás.
Según los estudios realizados sobre la creación y definición del autoconcepto
por Elexpuru y Garma (1999); Amescua Y Pichardo (2004) podemos diferenciar
etapas y características en edad infantil, escolar y adolescencia.
Nos centramos en comentar aquellas etapas y características que abarcan el
punto a tratar que es en edad infantil (de 0-6 años). Describen el autoconcepto
de manera global formado por cualidades externas injustificadas y variables,
que varía según los adultos significativos que hay a su alrededor. Estos autores
dividen este periodo en tres etapas:
- En los dos primeros años los adultos más cercanos son quienes les
transmiten información para que puedan tomar conciencia de su propio cuerpo
desarrollando su imagen corporal.
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- Entre los dos y los tres años su propio autoconcepto va modificándose
gracias al juego simbólico y el desarrollo del lenguaje.
- De los tres años hasta los seis el autoconcepto va más allá gracias a
que adquieren la identidad sexual.
Después de los explicado anteriormente, podemos concluir que en cada edad
ocurren distintos sucesos (experiencias, valoraciones de otras personas,
comparaciones…) que son de suma importancia para el desarrollo del
autoconcepto.
También es un factor importante las personas más cercanas y significativas en
dichas edades para el desarrollo de sí mismo (Machargo, 1991).
Método
El estudio se lleva a cabo en el Colegio blico Carpe Diem, es un colegio
bilingüe de Educación Infantil y Primaria dependiente de la Comunidad de
Madrid, situado en el municipio de Villanueva del Pardillo. Cuenta con un
profesorado bien formado y cualificado.
Con estos datos significativos, la investigación tiene como finalidad conocer si
el autoconcepto total, a como las distintas dimensiones que lo conforman
(autonomía, relaciones sociales, sentimientos afectivos, familia, aspecto físico,
valía en la competición, Autovalía/competencia propia, seguridad/ confianza en
uno mismo, aula y sentimiento de posesión) varía en función del género de los
alumnos de 3-6 años.
Objetivos
Comprobar el nivel de autoconcepto total en los niños de 3-6 años según el
género.
Comprobar el nivel de autoconcepto (autonomía, relación social, sentimiento
afectivo, familiar, aspecto físico, valía en la competición, autovalía/competencia
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propia, seguridad y confianza en uno mismo y sentimiento de posesión) en los
niños de 3 a 6 años en relación con el género.
Hipótesis
En función del objetivo planteado se formulan las siguientes hipótesis:
H1. El autoconcepto total es más alto en niñas que en niños.
H2. El nivel de autonomía es más alto en niñas que en niños.
H3. El nivel de relación social/ aula es más alto en niñas que en niños.
H4. El nivel de sentimiento afectivo es más alto en niñas que en niños.
H5. El nivel familiar es más alto en niñas que en niños.
H6. El nivel de aspecto físico es más alto en niños que en niñas.
H7. El nivel de valía en la competición es mayor en niños que en niñas.
H8. El nivel de autovalía/ competencia propia es mayor en niños que en
niñas.
H9. El nivel de seguridad y confianza en uno mismo es mayor en niños
que en niñas.
H10. El nivel de sentimiento de posesión es mayor en niñas que en
niños.
Diseño y tipo de investigación
De acuerdo con el objetivo planteado, el estudio sigue el método descriptivo
que permite realizar una comparación entre los datos recogidos.
Población y muestra
La población objeto de estudio ha sido el primer y segundo ciclo de Educación
Infantil, concretamente los alumnos y alumnas del C.E.I.P. “Carpe Diem”,
centro público dependiente de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes
de la Comunidad Autónoma de Madrid, situado en Villanueva del Pardillo,
municipio de la provincia de Madrid.
Para la recogida de información se tuvo en consideración a 68 alumnos,
los cuales 32 eran niñas y 36 niños. (Ver gráfico 1)
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30
31
32
33
34
35
36
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 1: alumnos.
Técnica e instrumentos de recogida de datos
En esta fase del trabajo de investigación se han empleado cnicas
cuantitativas.
Como variables tenidas en cuenta:
Variable principal: autoconcepto.
Variable complementaria: género.
El instrumento que se utilizó para medir el autoconcepto total fue “Escala de
percepción del autoconcepto (PAI)” de Villa y Auzmendi (1999). La prueba
consta de 34 imágenes; en cada imagen aparecen dos dibujos de los cuales,
los sujetos a los que se le ha pasado la prueba, se tienen que identificar con
uno de ellos y poner una cruz en la imagen correspondiente. Para ello,
previamente se les ha ido explicando que es lo que representa cada imagen, a
través de unos ítems que ofrece este instrumento de mediación. (Ver anexo 1)
Los elementos relacionados con los ítems son:
- Autonomía.
- Relaciones sociales.
- Sentimientos afectivos.
- Familia.
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- Aspecto físico.
- Valía en la competición.
- Auto-valía, competencia propia.
- Seguridad/ confianza en uno mismo.
- Aula.
- Sentimiento de posesión.
Procedimiento
Se contactó con los profesores de la etapa de Educación Infantil 3-6 años para
informarles de cómo era el tipo de test que se quería realizar con los alumnos.
Una vez dada la autorización se realizó el cuestionario en tres aulas, una de 3-
4 años, otra de 4-5 años y la última de 5-6 años.
En primer lugar, iniciamos la prueba con los alumnos de 6 años, su
participación fue activa y el resultado positivo, sin embargo, se observó que con
los niños de 3 años fue más complicado pasar la prueba debido a que se
cansaban y se necesitó la ayuda de la educadora del aula. Al final se consiguió
pasar la prueba y todos los niños la finalizaron.
El cuestionario se realizó el 7 de octubre del 2014. Una vez recogidos los datos
se comenzó a realizar el estudio descriptivo.
Recogida y análisis de datos
A continuación, se exponen los resultados obtenidos tomando las diferencias
de género en cuanto a las dimensiones del autoconcepto. (Ver gráfico 2)
GÉNERO
MEDIA
Varón
62.57
Mujer
61.41
Varón
5.23
Mujer
4.75
Varón
13.18
Mujer
13.13
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Varón
9.49
Mujer
9.13
Varón
7.03
Mujer
7.06
Varón
7.64
Mujer
7.47
Varón
3.51
Mujer
3.47
Varón
5.41
Mujer
5.19
Varón
3.74
Mujer
3.72
Varón
7.48
Mujer
7.50
0
10
20
30
40
50
60
70
AT A RS/A SA F AF VC A/CP SC SP
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 2: Diferencias de género en cuanto a las dimensiones del autoconcepto.
- Autoconcepto total y género: los niños tienen un autoconcepto total
mayor que las niñas. El valor de los niños es de 62.57 y el de las niñas de
61.41. (Ver gráfico 3)
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426
60,5
61
61,5
62
62,5
63
AUTOCONCEPTO TOTAL
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 3: Autoconcepto total y género
- Autonomía y género: los niños tienen mayor autonomía 5.23 que las
niñas 4.75. (Ver gráfico 4)
4,4
4,6
4,8
5
5,2
5,4
AUTONOMÍA
NOS
NAS
Gráfico 4: Autonomía y género
- Relaciones sociales/ aula y género: una vez observados los resultados
se aprecia una pequeña diferencia en cuanto a las relaciones sociales/aula
entre niños 13.18 y niñas 13.13. (Ver gráfico 5)
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427
13,1
13,11
13,12
13,13
13,14
13,15
13,16
13,17
13,18
RELACIONES SOCIALES/
AULA
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 5: Relaciones sociales/ aula y género
- Sentimientos afectivos y género: los niños tienen unos niveles de
sentimientos afectivos de 9.49 mientras que los niveles de las niñas son de
9.13. (Ver gráfico 6)
8,9
9
9,1
9,2
9,3
9,4
9,5
SENTIMIENTO AFECTIVOS
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 6: Sentimientos afectivos y género
- Relaciones familiares y género: los niños tienen menor relación familiar
7.03 que las niñas 7.06. (Ver gráfico 7)
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428
7,01
7,02
7,03
7,04
7,05
7,06
RELACIONES FAMILIARES
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 7: Relaciones familiares y género
- Aspecto físico y género: los niños tienen un nivel de aspecto físico
mayor que las niñas. El valor de los niños es de 7.64 y el de las niñas de 7.47.
(Ver gráfico 8)
7,35
7,4
7,45
7,5
7,55
7,6
7,65
ASPECTO FÍSICO
Este
Oeste
Gráfico 8: Aspecto físico y género
- Valía en la competición y género: una vez analizados los resultados se
aprecia una diferencia entre niños 3.51 y niñas 3.47 en cuanto a la valía en la
competición. (Ver gráfico 9)
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429
3,45
3,46
3,47
3,48
3,49
3,5
3,51
VAA EN LA COMPETICIÓN
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 9: Valía en la competición y género
- Autovalía/competencia propia y género: los niños tienen un nivel de
autovalía/competencia propia mayor que las niñas. El valor de los niños es de
5.41 y el de las niñas de 5.19. (Ver gráfico 10)
5,05
5,1
5,15
5,2
5,25
5,3
5,35
5,4
5,45
AUTOVALÍA/ COMPETENCIA
PROPIA
NOS
NAS
Gráfico 10: Autovalía/competencia propia y género
- Seguridad y confianza en uno mismo y género: se observa una
pequeña diferencia en cuanto a la seguridad y confianza en uno mismo entre
niños y niñas; siendo mayor en los niños 3.74 que en las niñas 3.72. (Ver
gráfico 11)
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430
3,71
3,715
3,72
3,725
3,73
3,735
3,74
SEGURIDAD Y CONFIANZA EN
UNO MISMO
NOS
NAS
Gráfico 11: Seguridad y confianza en uno mismo y género
- Sentimiento de posesión y género: se observa una pequeña diferencia
en cuanto al sentimiento de posesión entre niños y niñas; siendo mayor en las
niñas 7.50 que en los niños 7.48. (Ver gráfico 12)
7,47
7,475
7,48
7,485
7,49
7,495
7,5
SENTIMIENTO DE
POSESIÓN
NIÑOS
NIÑAS
Gráfico 12: Sentimiento de posesión y género
CONCLUSIONES
Una vez planteadas las hipótesis se va a llevar a cabo el análisis de los
resultados.
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H1. Esta hipótesis no se cumple, porque una vez analizados los
resultados se observa que no hay diferencias significativas en el
autoconcepto total entre niños y niñas.
H2. Esta hipótesis no se cumple. Existen diferencias significativas en
cuanto a la Autonomía, teniendo los niños mayor autonomía.
H3. No se cumple la hipótesis, se ha observado que no hay una
diferencia significativa en cuanto a las relaciones sociales/ aula entre
niños y niñas, siendo algo más alta en los niños.
H4. Esta hipótesis no se cumple. Una vez analizados los resultados se
observa que si existe una diferencia significativa en cuanto a los
sentimientos afectivos, teniendo los niños mayor nivel.
H5. Esta hipótesis que se cumple. Se ha observado que no hay una
diferencia significativa en cuanto a las relaciones familiares entre niños y
niñas, siendo algo más alto en las niñas.
H6. Esta hipótesis que se cumple. Una vez analizados los resultados
se observa que no existe una diferencia significativa en cuanto al
aspecto físico entre niños y niñas, siendo un poco mayor en los niños.
H7. Esta hipótesis si se cumple, aunque no es significativa la diferencia,
en la media se observa que el valor es un poco más alto en niños que en
niñas respecto al nivel de valía en la competición.
H8. Esta hipótesis que se cumple. Una vez analizados los resultados
se observa que no existe una diferencia significativa en cuanto a la
autovalía/ competencia propia entre niños y niñas, teniendo los niños un
nivel más alto.
H9. Esta hipótesis si se cumple. Se observa que no existen diferencias
significativas respecto al nivel de seguridad y confianza en uno mismo,
siendo un poco más alto en los niños.
H10. Esta hipótesis que se cumple. Se observa que no existe una
diferencia significativa en cuanto al nivel de sentimiento de posesión,
teniendo las niñas un nivel más alto.
Referencias Bibliográficas
Adell, M. A. (2002). Estrategias para mejorar el rendimiento académico de los
adolescentes. Madrid, España: Pirámide.
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