Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XIX Vol. 19 (1) Enero-Junio de 2019 ISSN: 1695-324X
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INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN CIENTÍFICA:
¿MEDIR RESULTADOS O MEDIR PROCESOS?
NECESIDAD DE UN CAMBIO DE PARADIGMA
Scientific Communication: measure results or measure processes? Need for a
paradigm change
Comunicação científica. Medir resultados ou medir processos? Necessidade de uma
mudança de paradigma
Danays D. Perera López
dpdanita50@gmail.com / danays@academiaciencias.cu
https://orcid.org/0000-0001-8462-2701
Directora de Gestión del Patrimonio y Museología
Academia de Ciencias de Cuba (Cuba)
María Aurora Soto Balbón
maria.aurora1@gmail.com / maurora@academiaciencias.cu
https://orcid.org/0000-0003-2762-2785
Jefa Grupo de Atención a Sociedades Científicas
Academia de Ciencias de Cuba (Cuba)
Recibido: 17/10/2018
Revisado: 01/04/2019
Aceptado: 30/05/2019
Resumen
Se analiza la necesidad de una medición de impactos de la información y la
comunicación científica, en relación con los modelos de información,
comunicación y niveles de participación de los actores que la construyen,
desde nuevos paradigmas que busquen cambios en el estado actual de su
situación.
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Los datos y reflexiones que se aportan en este artículo son tomados del
ejercicio de oponencia a la Tesis en opción al grado académico de Máster en
Ciencias de la Comunicación, titulada “Asociaciones científicas. Diálogo de
saberes para el Desarrollo”, defendida como parte de la XIV Edición, de
Excelencia, de la Maestría en Comunicación, de la Facultad de Comunicación
Social de la Universidad de la Habana, 2016.
Es una de las bases conceptuales para la construcción de un modelo de
gestión infocomunicacional a nivel nacional.
Abstract
The need for a measurement of the impacts of information and scientific
communication is analyzed, in relation to the models of information,
communication and levels of participation of the actors that build it, from new
paradigms that seek changes in the current state of their situation.
The data and reflections that are provided in this article are taken from the
Opposition to the Thesis exercise in option to the academic degree of Master in
Communication Sciences, entitled "Scientific Associations. Dialogue of
knowledge for Development", defended as part of the XIV Edition, of
Excellence, of the Master's in Communication, of the School of Social
Communication of the University of Havana, 2016.
It is one of the conceptual bases for the construction of an infocomunicational
management model at the national level.
Palabras Clave: información y comunicación científica, diálogo de saberes,
medición de impactos, modelos de comunicación, sociedades científicas.
Keywords: information and scientific communication, dialogue of knowledge,
measurement of impacts, communication models, scientific societies.
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Introducción
Divulgar y popularizar la ciencia es un acto de democracia por lo que se debe
cuestionar las maneras en que se llevan a cabo los procesos de información y
comunicación, a la luz de los nuevos enfoques infocomunicacionales que se
desarrollan actualmente, para propiciar el desarrollo humano. De tal manera
que para un diálogo de saberes hay que establecer comunicaciones que
Guadalupe Zamarrón (2006) llama no funcionalistas- donde la comunicación
no se desde el emisor de una manera mecanicista e instrumental - sino
llevar a cabo una comunicación de carácter orientador, participativa y
dialogante con el o los receptores. También dice que los procesos de
comunicación actualmente afectan no sólo la vida cotidiana de las personas
sino los mercados, las ideologías y las culturas de los pueblos.
La información, la comunicación y divulgación científicas, en una sociedad que
busca superar los escollos del subdesarrollo por medios idóneos, deben cerrar
la brecha del saber de tal manera que la sociedad se convierta en asociado y
beneficiario de la causa. No se debe olvidar que dentro de propuestas de
democratización de los asuntos públicos, los vínculos entre la sociedad civil y el
estado se constituyen en vehículos para la formulación de políticas públicas.
Las políticas científicas y, por ende, la información, la comunicación y la
divulgación científicas deberán construirse, asumiendo un paradigma más
dialógico entre los diferentes actores de la sociedad y sus saberes, sin
enfoques excluyentes de sectores y actores sociales, de disciplinas o saberes,
ni de otra índole.
Lograr ese estado deseado no será posible con los modelos mecanicistas y
positivistas actuales. (figura 1)
Las autoras proponen un acercamiento a un tema imprescindible y no agotado:
la importancia de la medición de los impactos de la información, la
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comunicación y la divulgación científicas, a partir de un cambio en los niveles y
modelos de participación de sus actores.
Fig. n
o
. 1 Modelo mecanicista
De formar parte a tomar parte. Cambio de paradigma para la medición de
los impactos de la información, la comunicación y la divulgación
científicas.
La comunicación, vista como soporte material del intercambio social y
herramienta de interlocución, sin excluir su papel como campo dentro de las
ciencias sociales, muestra a lo largo de su evolución igual ciclo de desarrollo
que otros campos y disciplinas que ella atraviesa.
De tal modo, ha evolucionado desde un modelo que pone énfasis en los
contenidos y busca transmitir informaciones, ideas, emociones, a modo de un
“monólogo”, según Steiner (1964) o comunicación o educación bancarias. Acá
solamente encontramos a un emisor activo (Ego) y a un receptor (Alter),
prácticamente pasivo del que no interesa conocer sus valoraciones sobre el
proceso de comunicación o educación del cual es sujeto que solo asiste, usa
un servicio, concurre a un llamado o movilización, etc.
Apelando a los niveles de participación de José Luis Rebellato (2000), en este
modelo infocomunicacional se da un nivel de participación donde los actores
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solamente forman parte” del acto comunicacional, o sea, solamente asisten a
éste.
1
Un segundo escaño en ese desarrollo, lo encontramos en el modelo que pone
énfasis en los efectos, donde aparece un elemento nuevo a tener en cuenta: el
sujeto Ego se interesa en conocer cómo llega la información, sus ideas,
emociones…al sujeto Alter, a quien, entonces, se da una participación en la
comunicación como herramienta de interlocución. Ya no es un monólogo, sino
un diálogo, pero un diálogo que sigue siendo iniciado desde un sujeto a otro, en
el que, el que inicia el intercambio solamente quiere conocer cómo llegan las
informaciones transmitidas al otro sujeto (figura 2).
Fig. n
o
. 2 Modelo que pone énfasis en los efectos
Retomando a Rebellato (ídem), se puede afirmar que este modelo permite a los
actores tener parte del proceso, aún de manera pasiva, pero sus opiniones son
tenidas en cuenta en los procesos de retroalimentación de los emisores.
Un nivel de participación superior, que Rebellato (ídem) llama tomar parte,
donde los actores son parte de todo el proceso comunicacional, deciden y
construyen el cambio, se logra en el modelo de comunicación que pone énfasis
en los procesos (figura 3). Este modelo permite prácticas comunicativas en las
que los sujetos construyen una comunicación verdaderamente democrática, en
la que medir los impactos de significantes, expresiones e instrumentos, que
componen un modelo sistémico de comunicación, es perfectamente viable.
2
1
Según José Luis Rebellato, existen tres niveles de participación, que él enuncia como “formar parte”,
“tener parte” y “tomar parte”. Acá los traemos para explicar cómo se da la participación, en cada modelo
comunicacional, de los actores que en ellos participan.
2
Junto a “actores”, son los componentes del Modelo Dialéctico de Martín Serrano (1986).
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Fig. n
o
. 3 Modelo que pone énfasis en los procesos
No podrán medirse los impactos de la comunicación de la ciencia, si el acto
propio de edificarla, de construirla, no se basa en un modelo que permita a los
actores sociales, aunque no sean especialistas, incorporarse al debate sobre la
legitimidad y utilidad de lo que se está produciendo. Esto sería, sin dudas, un
salto cualitativo que permitiría la medición, no sólo de los resultados, sino ir
diseñando indicadores para evaluar cada paso de la gestión de la información y
posterior comunicación científica.
Esto sólo se logra con la aplicación del método científico, o sea, que cierre el
ciclo de Diagnóstico (estado actual de la situación que se investiga),
Planeación (estratégica de cómo actuar para cambiar ese estado, construcción
de indicadores de medición), Implementación (del hecho comunicacional de los
resultados científicos) y Evaluación (del propio hecho científico y el proceso per
sé), alejándonos de posiciones positivistas que aún persisten en la medición,
que responden a la pregunta de “¿cuántos libros tengo publicados?, ¿Cuántas
personas asistieron, o incluso, participaron en el hecho infocomunicacional?,
¿Cuántas máquinas o computadoras per cápita se tienen en un país?, pasando
a responder ¿Quién gestiona la información científica? ¿Quién hace la
comunicación científica? ¿Con quiénes se construye el conocimiento? ¿Para
quién es importante el conocimiento que se construye?”
Se hace imprescindible, entonces, que se den tres condicionantes para poder
medir el hecho comunicacional:
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1. Tener un modelo de comunicación que ponga énfasis en los
procesos.
2. Basarlo en un modelo participativo que permita a sus actores
tomar parte en todo el proceso.
3. Diseñar, a partir de la aplicación del método científico, indicadores
precisos y coherentes con el hecho comunicacional a medir.
Ello es coherente con las recomendaciones de la Red de Indicadores de
Ciencia y Tecnología (del Programa CYTED), dirigidas a que los ejercicios de
medición se centren en los procesos más que en los resultados, es decir, que
describan los esfuerzos y las capacidades, además de los logros alcanzados.
Ahora bien, no podrá hablarse de un acto de democracia sin la participación de
la sociedad civil, en este caso las sociedades científicas, como herramienta del
Estado y gobierno para la toma de decisiones, también, en lo que a política
científica se trata.
De la comunicación al desarrollo. Papel de las sociedades científicas y el
diálogo de saberes en el proceso.
Las sociedades científicas, por su propia esencia y objetivos sociales, no son
ajenas a los contextos que se mencionan, o sea, tributan a la investigación y a
la enseñanza de las ciencias desde los espacios no formales donde actúan, y
comunican y divulgan los resultados de sus investigaciones, tanto a la
comunidad que les integra, como a otros públicos con los que mantienen
interacciones comunicativas, que logran, a través del diseño de eventos
propios como los talleres, las jornadas científicas, los simposios,
presentaciones de libros, edición y distribución de boletines, entre otros medios
y canales de comunicación que les son propios.
Si se asume el concepto de popularización de la ciencia, como la integración
de acciones conjuntas “…de diversos espacios e instituciones, considerando
previamente cuáles son las condiciones de los receptores a los que
consecuentemente hay que acceder a través de lenguajes y metodologías
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particulares de cada situación y público” (Mazzaro, 2016), entonces el papel de
las sociedades científicas adquiere una connotación especial por su capacidad
movilizativa, la personalidad jurídica que poseen como organizaciones no
gubernamentales (que confiere cierta independencia) y a la vez, por la misma
composición de su membresía. Quiere decir que, como a ninguna otra
organización le es dada la posibilidad de diseñar proyectos y buscar sinergias
con otras organizaciones e instituciones gubernamentales en el diseño de
espacios como Festivales de la Ciencia, Concursos sobre diversos hechos y
figuras científicas relevantes, convocatorias a Premios, diseño de boletines y
revistas con un lenguaje que maneje códigos y mensajes cercanos a los
públicos receptores de éstos.
Es indiscutible que estas acciones tributan al desarrollo de la cultura científica
de los públicos receptores y participantes en cada una de ellas, pero si se obvia
la importancia de lograr diálogos (más que monólogos), con los saberes de los
actores sociales con quienes, o para quienes, se construyen estos espacios,
como variable indispensable, no habrán posibilidades para la percepción, la
apropiación y desarrollo de la cultura científica, o en su sentido más abarcador,
desarrollo social.
Para que la variable diálogo de saberes juegue su verdadero papel de medio
para la comunicación, deberá ser edificado, atenido a ciertos principios básicos,
según nuestro criterio, lo siguiente:
Deberá estar basado en un modelo comunicacional con enfoque
en los procesos,
Ser asumido con respeto de una disciplina por otra y entre
quienes toman parte en la interacción comunicativa,
Ser integrador, independientemente de su enfoque (inter, trans o
multidisciplinario),
Verse como fundamento y método en todas las acciones
encaminadas al desarrollo socio-económico y de una cultura
científica.
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Para alcanzar los otros niveles de esa “escalera ascendente”
3
, las sociedades
científicas deberán construir un diálogo entre sus saberes, consensuar cuáles
serán los principios que le rijan, y aplicar el método científico en el diseño de
sus acciones, sean éstas de información, comunicación, divulgación o
popularización de la ciencia (ver figuras 4 y 5).
Fig. n
o
. 4 Diálogo de saberes
3
Las autoras se refieren a la escalera: información científica comunicación divulgación
popularización percepción apropiación cultura científica desarrollo.
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Fig. no. 2 Escalera de progresión desde la información científica hasta el desarrollo.
La comunicación de la ciencia. ¿Periodista, comunicador o científico?.
Otro dilema con necesidad de cambio de enfoque.
Somos de la opinión que, no sólo los científicos, sino los comunicadores, las
asociaciones científicas y otros actores, con ciertas responsabilidades en la
ciencia y en la formación de una cultura científica, deben prepararse para
participar en la divulgación y comunicación pública de la ciencia, respondiendo
a la necesidad de mejorar el acceso a la ciencia del público en general. La
divulgación científica es un instrumento para la democracia, ya que conduce al
reparto del saber. (Cadaux, 2016)
“Los investigadores hemos de contribuir a resolver esta situación, pero para
ello tendríamos que tener mejores capacidades de comunicación. La
comunicación científica debería ser parte de nuestro proceso formativo como
investigadores, pero lamentablemente no lo es”, (Carlos Duarte, premio
especial del jurado en el II Certamen Fecyt de Comunicación Científica).
Es importante añadir que, si deseamos comunicadores especializados en
temas científicos, deberían vincularse, como parte de su formación profesional,
a centros, instituciones y otras organizaciones de la Sociedad Civil, como
actores de los procesos de producción científica.
Es imprescindible, entonces, una visión sistémica de cómo se gestiona la
comunicación, o sea, es preciso formular interrogantes tales como: ¿quiénes
son los actores sociales que van a comunicar?, ¿con quiénes van a construir la
comunicación?, ¿para quién o qué propósito se va a comunicar?, ¿cuáles son
los instrumentos, canales, códigos, modelo comunicacional, en que se va a
apoyar para planear la comunicación?, ¿qué principios van a guiar el diálogo
entre esos actores?, ¿están capacitados los actores que van a
comunicar?...esas son las incógnitas que habría de plantearse, más que
¿quién debe comunicar: si el investigador, o el periodista..?
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Existen ejemplos en Cuba de investigadores que son excelentes
comunicadores: Luis Alberto Montero Cabrera, Augusto Oscar Álvarez
Pomares; de profesionales de los medios que comunican la ciencia: Orfilio
Peláez Mendoza, Mara Roque González, que han sabido buscar un diálogo
entre los saberes científicos de sus campos disciplinares y la comunicación,
pues participan en los procesos de producción científica y comunicacional.
Finalmente, si realmente queremos ascender como sociedad hacia el peldaño
más alto de esa “escalera”, será necesario:
1) Tener un pensamiento sistémico de la comunicación y divulgación
científicas,
2) Identificar a los actores sociales que sientan una necesidad
fundada de tomar parte en el proceso de edificación de ese sistema
de gestión de comunicación,
3) Construir un modelo ajustado a la comunicación que deseamos,
4) Construir los principios estratégicos que guíen el diálogo entre los
saberes de los actores que participan en el Sistema,
5) Aplicar el método científico en cada paso de la construcción y luego
de la gestión de ese sistema de comunicación,
6) Consensuar el modelo epistemológico que servirá de fundamento
teórico a todo el proceso y, por último,
7) Que sea inclusivo de toda la sociedad civil: sean organizaciones
sociales, asociaciones científicas o de otro carácter, entidades e
instituciones del Estado y el Gobierno.
A manera de conclusiones
Cambiar modelos, paradigmas, concepciones de cómo se está comunicando la
ciencia, sus resultados y cómo dialogamos entre actores y saberes para ir
ascendiendo hacia enfoques coherentemente integradores, deberá partir de, en
primer lugar, de consensuar las políticas que regirán las articulaciones entre los
actores y, en segundo lugar, de asumir el modelo de diálogo transdisciplinar,
por su intento de desmarcarse del abordaje por sumatoria, por colaboración de
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disciplinas que conservan de todas formas su relativa autonomía, donde se
funden los saberes, se desdibujan los límites y se diseñan procesos de
investigación apropiados al problema de estudio y no a la metodología
estrictamente disciplinar (Espina, 2007).
Dejamos, entonces, planteados algunos principios estratégicos que podrán
fundamentar el diseño de futuros modelos de gestión de comunicación
científica entre diferentes actores sociales y las políticas que les sustenten.
1. La comunicación científica será entendida por sus actores como el
mecanismo para dar a conocer la información científica y de
divulgación que gestionan y generan las organizaciones, en los
espacios donde tienen lugar sus prácticas comunicativas.
2. El diálogo de saberes entre las organizaciones debe ser edificado
como un proceso en el que se construyan significados, sin
menosprecio de unas disciplinas por otras, desde un enfoque
integrador y alejado de las concepciones positivistas que hoy rigen
relaciones entre organizaciones, campos y disciplinas científicas.
3. El diálogo de saberes tendrá un enfoque inter, trans o
multidisciplinario, dependiendo de los objetivos de las acciones de
comunicación científica que se diseñen.
4. El diálogo de saberes deberá tener, como modelo comunicacional,
un enfoque basado en los procesos, que propicie una verdadera
participación de todos sus actores.
5. El diálogo de saberes, como fundamento de la comunicación
científica, se reconoce como no privativo de las relaciones entre las
instituciones de investigación, académicos y otras entidades
estatales y/o gubernamentales.
6. El diálogo de saberes es una posición ontológica fundamentada en
el respeto y en la práctica de relaciones horizontales y democráticas
entre las organizaciones que interactúen.
7. El diálogo de saberes será entendido, además, como un espacio
donde se diagnostican, se planifican, se diseñan y evalúan
soluciones a problemáticas, previamente identificadas.
8. El diálogo de saberes seel fundamento para todas las acciones
encaminadas al desarrollo local y de una cultura científica en el país.
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