Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XIX Número 19 Vol. I Enero-Junio de 2019 ISSN: 1695-324X
http://www.eticanet.org
I
EDITORIAL
Trascendencia de la comunicación emocional positiva en la
humanización de los entornos organizacionales presenciales y digitales
Generalmente somos conscientes de como los lenguajes oral, escrito, gestual y
de señas/signos son herramientas clave para la expresión de emociones e
ideas, actividad fundamental para desarrollar y optimizar la productividad
intelectual y desarrollar la inteligencia emocional, contempladas en el marco de
las denominadas inteligencias múltiples. Pero acaso no seamos tan
conscientes de que este desarrollo y optimización no surge de manera
espontánea, sino que requiere ciertos entrenamientos conscientes, claramente
educables.
Diversas investigaciones han puesto de manifiesto que la emergente
Educación Emocional Positiva es especialmente útil para entrenar de forma
inteligente el uso del lenguaje personal y de las organizaciones, como medio
para conseguir valorar con precisión el abanico de significación de las palabras,
los gestos y los signos/señas. Tales entrenamientos permiten aprender a
discernir su valor comunicacional, componente clave para mejorar su uso
consciente e inteligente. Se trata de una fórmula valiosa a través de la cual
mejorar la eficacia de la comunicación personal y organizacional (presencial y a
través de herramientas digitales), con el objetivo final de aumentar las cuotas
de bienestar y felicidad individual y colectivo, meta última de la existencia
humana.
Este entrenamiento educativo ha de partir del fomento del diálogo interior
usando nuestras palabras y nuestros gestos, como premisa para pensar y
analizar con fidelidad como las usamos emocionalmente para desencadenar
flujos de afectos positivos y negativos hacia nosotros mismos y hacia los
miembros de las organizaciones en las que convivimos e interactuamos
presencial y virtualmente. Tales diálogos internos permiten adentrarse en la
apasionante y sorprendente aventura de encontrar insospechados hallazgos
sobre nosotros mismos y sobre las personas y grupos con las que nos
comunicamos, tanto cara a cara como en la virtualidad digital.
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II
Los estudiosos de la ya denominada Ciencia de la Comunicación Emocional
Positiva subrayan el hecho de que la utilización de un lenguaje positivo es un
camino eficaz para conseguir competencias valiosas para alcanzar una vida
personal y profesional llena de plenitud y sentido. Por ello, proponen entrenar el
lenguaje haciéndolo más positivo para reforzar actitudes y valores que ayuden
a orientar la vida desde el cultivo de las fortalezas personales, como camino
para construir el bienestar y la felicidad personal y organizacional, objetivo
central de una anhelada comunicación emocional ética y fecunda.
Estos científicos explican, desde los axiomas de la Psicología Positiva, como el
uso consciente del lenguaje positivo propicia el denominado optimismo
lingüístico inteligente, de gran utilidad y practicidad, ya que reporta sustanciales
beneficios a la salud personal y de las organizaciones. Y lo hacen desde la
certeza empírica de que experimentar y expresar flujos de emociones positivas
produce efectos saludables individuales y organizacionales tanto a nivel físico
como psicológico y funcional.
La capacidad de contagio emocional que favorece el hecho de aprender y
poner en práctica de forma cotidiana la expresión precisa y fluida de tales flujos
de emociones positivas ayuda a vivenciar con empatía y autenticidad la propia
existencia, envolviéndola en una atmósfera de optimismo vivificador,
creatividad fecunda y colaboración leal y auténtica, en la que la práctica de la
gratitud, el perdón y la compasión ayudan a prevenir y a afrontar situaciones
adversas de forma resiliente, cuya superación favorece el crecimiento
psicológico individual y el fortalecimiento del bienestar y la salud
organizacional.
El uso del lenguaje positivo para expresar afectos positivos disminuye además
el miedo y la incertidumbre que suelen surgir en el inicio de experiencias
presenciales y virtuales novedosas, reforzando la seguridad, la confianza, el
autoconcepto y el afrontamiento alegre, ilusionado y optimista de los retos y
desafíos que conllevan. Todo ello suele redundar en beneficio de una toma de
conciencia del hecho de que la reconversión de las prácticas lingüísticas
contribuye a redibujar el futuro personal y de las organizaciones, orientándolo
hacia estados de atención plena y experiencia óptima, generadores de climas
sostenidos de bienestar y felicidad, favorecedores de la salud de sus miembros
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III
y de las propias instituciones, que de esta manera se hacen más
humanizadoras y humanizantes
Los sistemas educativos, las organizaciones empresariales, las
administraciones y el mundo de las organizaciones solidarias comienzan a
tomar conciencia de la necesidad de reeducar las formas y estilos de
comunicación como clave para generar liderazgos transformacionales capaces
de impulsar una transformación organizacional humanizante, saludable,
optimista y resiliente.
La comunicación digital que favorece el ciberespacio y la virtualidad, no escapa
a esta fenomenología, multiplicándose las investigaciones y buenas prácticas
que sobre lenguaje emocional se vienen llevando a cabo en redes sociales y
medios de comunicación digitales combinando conocimientos procedentes de
la psicología positiva, la neurología, la sociolingüística y la educación en
entornos virtuales entre otras áreas de conocimiento que con aportaciones
disciplinares e interdisciplinares han hecho fluir nuevas disciplinas como el
neuromarketing digital o el affective elearning, por solo citar dos ejemplos
significativos.
Desde estas páginas saludamos estos esperanzadores avances, a la vez que
reiteramos la necesidad de que la praxis de tales nuevos enfoques
comunicacionales esté fuertemente asentada en una ética humanizadora y
humanizante capaz de erradicar la manipulación y la coerción como oscuras
estrategias al servicio de una indeseada colonización de las conciencias y de
un dominio ilegítimo y represivo de la autonomía de las conductas individuales
y colectivas.
José Antonio Ortega Carrillo
Catedrático del área de Didáctica y Organización Escolar y Director de Etic@net