Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XIX Número 19 Vol. II Julio-Diciembre de 2019 ISSN: 1695-324X
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I
Editorial
El bienestar en las instituciones educativas
como factor de calidad
La salud y el desarrollo óptimo del ser humano en las comunidades en las que
convive constituyen hoy en día uno de los focos de atención de la investigación
científica y de la práctica organizacional. Por ello, la Psicología Positiva se ha
afanado desde sus orígenes por diseñar teorías y modelos y elaborar
instrumentos validados orientados a evaluar aspectos relacionados con el
bienestar tales como la satisfacción con la vida, el bienestar emocional, las
fortalezas personales o las emociones positivas. Como rama de esta, la
Psicología Organizacional Positiva, tiene como objetivo la optimización de la
calidad de vida laboral y organizacional, con el fin de generar instituciones
saludables, resilientes y optimistas tanto si realizan sus tareas en entornos de
trabajo presencial como en aquellos otros de naturaleza virtual.
Existe un amplio acuerdo epistemológico en señalar la existencia de dos
componentes del bienestar: el hedonismo y lo eudaimónico. El hedonismo tiene
sus raíces en el pensamiento de los filósofos griegos de la escuela de Epicuro
y propone que, el objeto de la vida es experimentar la mayor cantidad posible
de placer (orientado al disfrute de actividades nobles), entendiendo la felicidad
como una suma de momentos placenteros. Este término fue asimilado por
primera vez en Psicología Positiva por Kalhneman quien planteó el bienestar
como la presencia de afecto positivo y la ausencia de afecto negativo, lo se
consigue mediante la consecución de placer y evitación del dolor (claves
neurocientíficas de la sensación de felicidad). Los enfoques modernos del
bienestar hedónico se focalizan en el denominado bienestar subjetivo que
viene determinado mediante el balance afectivo que se obtiene restando a la
frecuencia de emociones positivas (afectos placenteros) la frecuencia de
emociones negativas (afectos displacenteros) en las experiencias vividas. Un
segundo elemento determinante del bienestar subjetivo es la denominada
satisfacción vital percibida o juicio global de la propia vida referida a las propias
expectativas sobre ella.
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II
Por su parte, el bienestar eudaimónico surge de la apellidada “eudaimoniaque
tiene sus raíces en el pensamiento de Aristóteles, quien en su obra Ética a
Nicómaco (349 a.c.) exhorta a los hombres a vivir de acuerdo con su daimon,
un ideal o criterio de perfección hacia el que uno aspira y que dota de sentido a
su vida. Todos los esfuerzos por vivir de acuerdo con ideal de hacer que se
cumplan y se logren las propias potencialidades, se considera que dará lugar a
un estado óptimo denominado eudaimonia conducente a la sensación de
felicidad resultante del denominado en la actualidad bienestar psicológico
(estado emocional resultante de conseguir una vida plena con verdadero
sentido y significado).
Entre los modelos de bienestar existentes, el de Ryff describe los indicadores
de bienestar psicológico e incluye seis elementos en ese funcionamiento
positivo: a) la auto-aceptación, b) las relaciones positivas con los demás, c) la
autonomía, d) el dominio del entorno, e) el propósito en la vida, y f) el
crecimiento personal. Desde este modelo, Vázquez y sus colaboradores
plantean las siguientes características del bienestar psicológico: a) Sentirse
bien consigo mismas incluso siendo conscientes de sus propias limitaciones
(auto-aceptación), b) Desarrollar y mantener relaciones cálidas con los demás
(relaciones positivas con los otros) c) Desarrollar un marcado sentido de
individualidad y de libertad personal (autonomía), d) Dar forma a su medio para
así satisfacer necesidades y deseos (dominio del entorno), e) Encontrar un
propósito que unifica sus esfuerzos y retos (propósito de vida) y f) mantener
una dinámica de aprendizaje y de desarrollo continuo de las propias
capacidades (crecimiento personal).
Este contexto epistémico trazado inicialmente por la sabiduría de los grandes
filósofos de la antigua Grecia no ha perdido ni un ápice de vigencia y
credibilidad gracias a las investigaciones de la Psicología Positiva y en las
últimas décadas de los avances de la Neurociencia.
En este entorno de bienestar como sustancia de la calidad de vida nos
preguntamos en voz alta ¿Qué hemos hecho desde los sistemas educativos en
el último siglo y en las dos primeras décadas de este para perseguir y
conseguir el bienestar y felicidad en las instituciones educativas? Y ¿en las
empresas y organizaciones?
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III
La respuesta está en el viento como cantara Bob Dylan. Pero
lamentablemente ente los indicadores de calidad impuestos por los grandes
intereses económicos (polémica que en estos días vuelve a estar en la
actualidad informativa ante la denuncia de irregularidades en la elaboración de
los informes Pisa), sigue sin aparecer la diagnosis de la calidad educativa en
términos de bienestar y felicidad.
Nos queda la esperanza de contar con algunos momentos de clarividencia en
épocas pasadas tales como aquellos en los que se redactó la Constitución de
Cádiz (España) de 1812, en cuyo texto se consagra que el objeto del Gobierno
es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es
otro que el bienestar de los individuos que la componen (art. 13).
Acaso seguimos distrayendo con demasiada frecuencia nuestros esfuerzos
educativos en planear sistemas educativos que orientan currículum
transmisivos, plagados en muchos casos de aprendizajes repetitivos un tanto
accesorios y casi siempre alejados de noble finalidad de “educar para el
bienestar y felicidad personal, de las comunidades y de los pueblos y
naciones.
¡Aún estamos a tiempo de corregir estas trayectorias educativas ajenas a la
verdadera esencia vital del ser humano! ¡Mañana puede ser demasiado tarde
para que las actuales generaciones disfruten de un bienestar aprendido en las
instituciones educativas que dote de sentido y significado a sus vidas! Si ello
sigue ocurriendo y seguimos negando esta oportunidad, nuestros pueblos y
sociedades no nos lo van a perdonar.
José Antonio Ortega Carrillo
Presidente de la Red Iberoamericana de Educación Positiva Inclusiva
y Director de Etic@Net