Revista científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento
Publicación en línea (Semestral) Granada (España) Época II Año XIX Número 19 Vol. II Julio-Diciembre de 2019 ISSN: 1695-324X
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Por su parte, el bienestar eudaimónico surge de la apellidada “eudaimonia” que
tiene sus raíces en el pensamiento de Aristóteles, quien en su obra Ética a
Nicómaco (349 a.c.) exhorta a los hombres a vivir de acuerdo con su “daimon”,
un ideal o criterio de perfección hacia el que uno aspira y que dota de sentido a
su vida. Todos los esfuerzos por vivir de acuerdo con ideal de hacer que se
cumplan y se logren las propias potencialidades, se considera que dará lugar a
un estado óptimo denominado eudaimonia conducente a la sensación de
felicidad resultante del denominado en la actualidad bienestar psicológico
(estado emocional resultante de conseguir una vida plena con verdadero
sentido y significado).
Entre los modelos de bienestar existentes, el de Ryff describe los indicadores
de bienestar psicológico e incluye seis elementos en ese funcionamiento
positivo: a) la auto-aceptación, b) las relaciones positivas con los demás, c) la
autonomía, d) el dominio del entorno, e) el propósito en la vida, y f) el
crecimiento personal. Desde este modelo, Vázquez y sus colaboradores
plantean las siguientes características del bienestar psicológico: a) Sentirse
bien consigo mismas incluso siendo conscientes de sus propias limitaciones
(auto-aceptación), b) Desarrollar y mantener relaciones cálidas con los demás
(relaciones positivas con los otros) c) Desarrollar un marcado sentido de
individualidad y de libertad personal (autonomía), d) Dar forma a su medio para
así satisfacer necesidades y deseos (dominio del entorno), e) Encontrar un
propósito que unifica sus esfuerzos y retos (propósito de vida) y f) mantener
una dinámica de aprendizaje y de desarrollo continuo de las propias
capacidades (crecimiento personal).
Este contexto epistémico trazado inicialmente por la sabiduría de los grandes
filósofos de la antigua Grecia no ha perdido ni un ápice de vigencia y
credibilidad gracias a las investigaciones de la Psicología Positiva y en las
últimas décadas de los avances de la Neurociencia.
En este entorno de bienestar como sustancia de la calidad de vida nos
preguntamos en voz alta ¿Qué hemos hecho desde los sistemas educativos en
el último siglo y en las dos primeras décadas de este para perseguir y
conseguir el bienestar y felicidad en las instituciones educativas? Y ¿en las
empresas y organizaciones?