Condiciones de vida y expectativas de retorno de los andaluces en el extranjero

Alberto Capote

Departamento de Geografía Humana. Universidad de Granada

1. Datos bibliograficos

• Nombres y apellidos de los directores: David Moscoso y Eduardo Moyano.

• Título de la obra: Condiciones de vida y expectativas de retorno de los andaluces en el extranjero.

• Ciudad donde se editó: Sevilla.

• Editorial: Consejería de Gobernación y Justicia. Junta de Andalucía.

• Fecha de edición: 2010.

• Número de páginas: 197.

• ISBN: 9788469390283

2. Resumen expositivo

La obra que presentamos recoge los resultados de una investigación realizada entre los años 2009-2010 por el IESA (Instituto de Estudios Sociales de Andalucía) en el marco de un convenio de colaboración entre la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El estudio llevó por nombre el mismo que se dio después a la obra: “Condiciones de vida y expectativas de retorno de los andaluces en el extranjero”. Como su título indica, el objetivo de dicho estudio ha sido exponer un análisis descriptivo de la población andaluza en el extranjero abordando distintas temáticas que van desde una panorámica de sus condiciones de inserción en las sociedades de acogida a cuestiones de carácter más subjetivo como la valoración que los emigrados andaluces hacen de la actual situación política y económica de Andalucía.

La obra se divide en dos partes en función de las herramientas metodológicas que se han utilizado (tanto cualitativas como cuantitativas) así como de los grupos de personas que han participado en el estudio: en la primera parte se presentan los resultados obtenidos de la realización de varios grupos de discusión organizados en el marco del II Encuentro de Jóvenes Andaluces en el Mundo que tuvo lugar en Córdoba entre los días 17 y 20 de septiembre de 2009; en la segunda, de más amplitud, se exponen, de manera bastante detallada, los datos obtenidos en una encuesta aplicada a una muestra de andaluces emigrados a distintos países. Cabe señalar que en las dos partes se describe de manera precisa las técnicas metodológicas adoptadas.

En lo que respecta a la primera parte, 32 jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años (la mayor parte menores de 25) participaron en los grupos de discusión. Estos jóvenes compartían otra característica común: formar parte de alguna comunidad de andaluces en el extranjero, aunque no necesariamente todos son descendientes de la emigración andaluza. Los temas abordados en estos grupo de discusión fueron las percepciones que tienen estos jóvenes de Andalucía, qué tipos de vínculos mantienen desde la distancia con la región, qué tipo de actividades llevan a cabo las asociaciones de las que forman parten y su opinión sobre el encuentro al que se ha hecho alusión anteriormente. El bloque que resulta más llamativo es el de las percepciones sobre Andalucía porque sorprende sobremanera la imagen estereotipa que estos jóvenes, en su mayor parte, tienen de la región andaluza. Los autores subrayan que estos jóvenes suelen hacer en sus discursos una asociación entre Andalucía y una supuesta “cultura andaluza” en la que apenas tienen cabida las referencias a su estructura social y económica así como a su historia. Los aspectos a los que hacen referencia de manera bastante generalizada son el flamenco, algunas tradiciones y costumbres de carácter festivo y/o religioso, la gastronomía tradicional y un supuesto carácter andaluz en el modo de vivir. Ni siquiera los viajes realizados a Andalucía tienen una incidencia a la hora de tener una imagen más amplia y menos tópica. Según los autores, esta percepción puede estar reforzada por el tipo de actividades que las asociaciones en las que participan suelen realizar: principalmente representan un lugar de encuentro para los emigrados en el extranjero y un espacio para organizar las celebraciones en torno a las tradiciones andaluzas según el calendario festivo. En menor medida llevan a cabo servicios de información y asesoramiento destinados a otros inmigrados andaluces.

Esta visión, además de estereotipada, se caracteriza por ser muy positiva. Sin embargo, esta positividad contrasta con el hecho de que la mayoría de estos jóvenes no ha manifestado en los grupos de discusión proyectar vivir en Andalucía en un futuro inmediato, ni siquiera por motivo de estudios. Es más, entre los descendientes de los andaluces emigrados es bastante común la opinión de que un retorno de los progenitores significaría un fracaso en sus vidas. A este respecto, la mayor parte de los encuestados en la parte cuantitativa ha expresado un alto grado de satisfacción en relación a su experiencia migratoria (61%). Lo que no impide que seis de cada diez hayan respondido igualmente haber sopesado en alguna ocasión la posibilidad de volver definitivamente a Andalucía.

Como se ha dicho anteriormente, la segunda parte del libro, en la cual se exponen los resultados de una encuesta aplicada a emigrados andaluces en distintos países, es de mayor extensión. Dicho estudio se ha realizado en el marco del I Plan Integral para los Andaluces y las Andaluzas en el Mundo 2009-2012 de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía. El objetivo principal de la encuesta ha sido enriquecer la información de la que podemos disponer a través del Censo Electoral de Residentes en el Extranjero (CERE), el cual es elaborado a partir del Padrón de Españoles Residentes en el extranjero. De manera más específica los objetivos han sido: obtener un retrato sociodemográfico bastante preciso de los andaluces en el exterior; aportar un mayor conocimiento sobre sus condiciones de vida (ingresos, situación laboral, vivienda...); analizar sus trayectorias migratorias; y por último, examinar los vínculos que se mantienen con Andalucía.

Hay un dato muy importante que hay que tener en cuenta. La muestra se ha realizado a partir del Censo Electoral de Residentes en el Extranjero, distinguiéndose dos grupos de personas: por un lado, personas nacidas en Andalucía o en otra Comunidad Autónoma pero inscritas en el Padrón de habitantes de un municipio andaluz y que han emigrado al extranjero; por otro lado, personas nacidas en extranjero que descienden de ciudadanos andaluces y que han adquirido la nacionalidad española. Es decir, los autores han optado por considerar como emigrados a los descendientes de los andaluces residentes en el extranjero nacidos fuera de España. Advierten que esta distinción se tiene en cuenta a la hora de analizar determinadas cuestiones, aunque esto ocurre en contadas ocasiones, lo que es muy discutible. Sin ninguna duda, se trata de perfiles muy distintos.

Los datos se han analizado distinguiendo grandes grupos geopolíticos: Norteamérica, América Central y del Sur, Unión Europea y Oceanía. En este sentido, hubiese sido también interesante haber detallado los resultados en función de algunos países representativos de la emigración andaluza con el fin de obtener un análisis comparativo más fino. Las diferencias por países pueden ser más significativas que por conjuntos geopolíticos, incluso dentro de un mismo continente.

Las variables que se han analizado para describir las condiciones de vida de los emigrados en el extranjero han sido la vivienda, la situación laboral, la cotización a la Seguridad Social y la situación socio-sanitaria. Asimismo se incluyeron preguntas relativas a la necesidad de servicios de distinta índole y de valoración sobre las características del capital social de los emigrados andaluces en los lugares de acogida. Algunos resultados interesantes que destacar sobre las condiciones de inserción: la mitad de los encuestados son propietarios de su propia vivienda, pero tres de cada cuatro no disponen de una vivienda propia en Andalucía; tres cuartos han cotizado en los países de destino, siendo la cobertura sanitaria mayor entre los que se encuentran en Europa, frente a América latina y central; llama la atención que se definen perfiles profesionales bastante cualificados y con profesiones de acuerdo con el nivel de estudios alcanzados, aunque no se presentan los resultados en función de si se trata de andaluces emigrados o descendientes de andaluces emigrados nacidos en el extranjero.

La pregunta central del análisis sobre las relaciones que los emigrados mantienen con Andalucía y España es el número de veces que han retornado temporalmente a Andalucía desde que partieron. En este bloque cabe destacar que el trasiego es mayor entre quienes han emigrado en fechas más recientes y los que disponen de una vivienda propia en Andalucía. Si bien estos datos suponen un primer indicador del grado de relación con los lugares de origen, sería también interesante completar este análisis tomando como referencia un intervalo temporal más próximo (el último año por ejemplo), haber tratado el tema de las remesas, así como, de manera más detallada, qué uso se hace de Internet como instrumento para la comunicación en la distancia.

En definitiva, la obra que presentamos nos ofrece una panorámica general bastante amplia sobre los emigrados andaluces en el extranjero en distintos puntos geográficos y, como los autores indican en la introducción, contribuye a completar la información que las fuentes oficiales nos proporcionan. En nuestra opinión una de sus grandes aportaciones es haber cubierto un abanico muy completo en cuanto a los perfiles geográficos se refiere de esta emigración y el momento en que estas personas iniciaron su proyecto migratorio (los testimonios se remontan incluso con anterioridad a los años setenta y llegan a fechas recientes, aunque no actuales). Como se ha señalado anteriormente, un análisis comparativo por países hubiese sido pertinente. También se echa de menos una mayor conexión entre los datos cuantitativos y cualitativos, lo que sería muy interesante para la segunda parte del libro. Por último, es inevitable no hacer alusión al momento que atraviesa España, en el cual volvemos a hablar de emigración española, con especial atención a los jóvenes españoles que dan el paso de probar suerte en el extranjero por la falta de expectativas que su país les ofrece. Pero, a diferencia de lo que se señala en el libro, estos emigrados españoles, mucho mejor formados que sus antepasados, no están desempeñando precisamente ahora siempre funciones acordes con sus altos niveles de formación. Europa no es España, como se nos quiere presentar. Más bien España la han configurado como parte integrante de la periferia de Europa.