Un mundo asimétrico. Cambio demográfico, globalización y territorio

Francisco Javier Toro Sanchez

Departamento de Geografía Humana, Universidad de Granada.

1. Datos bibliograficos

• Nombre y apellidos del autor: Pedro Reques Velasco.

• Título de la obra: Un mundo asimétrico. Cambio demográfico, globalización y territorio.

• Ciudad donde se editó: Santander.

• Editorial: PUbliCan, Ediciones de la Universidad de Cantabria.

• Fecha de edición: 2012.

• Número de páginas: 205.

• ISBN: 9788486116675

2. Resumen expositivo

De una forma sintética y accesible, Pedro Reques presenta algunos de los más importantes debates que giran en torno a las cuestiones demográficas y económicas tomando como clave interpretativa la componente geográfica. La comprensión de los problemas y cuestiones que afectan a la población mundial invalida un tratamiento aislado y sectorializado e implica su inserción en un contexto más amplio, multidimensional. Así, el interés del autor es buscar los vínculos que las cuestiones demográficas mantienen con los grandes retos de los tiempos actuales: el proceso de globalización, el modelo de desarrollo, la sostenibilidad, los sistemas culturales o la crisis económica: “ofrecer las claves para descifrar e interpretar el complejo sistema de relaciones tejido en torno a la población del mundo” (p. 15). El libro supone, en realidad, un compendio de artículos de pequeña extensión (un total de 30) que fueron publicados en la prensa nacional (fundamentalmente, en el diario “Cinco Días”), y en los que el autor no elude los principales debates que la cuestión poblacional viene suscitando tanto en el marco global, como en contextos regionales y más localizados, lo que demuestra la versatilidad del autor en el manejo de la escala y la utilidad geográfica de sus ensayos. El formato de ensayo periodístico, de ideas sucintas y lenguaje claro y sencillo, permite una lectura rápida y comprensiva de los diferentes artículos, incluso para aquellos ajenos a la materia.

Pedro Reques estructura esta recopilación según tres grandes líneas diferenciadas, pero entre las cuales es posible y necesario establecer nexos, dada la complementariedad de los temas que son objeto de análisis o debate: a) “el estudio de la población”, dedicado a presentar ensayos con un cariz más teórico y general (pp. 17-38); b) “perspectivas y prospectivas demográficas en el mundo: de la escala global a la escala nacional”, en el que parte del análisis y valoración de los grandes problemas demográficos a escala planetario para descender, a posteriori, en su manifestación diferenciada en países y grandes conjuntos regionales de gran importancia estratégica (pp. 39-131); y c) “migraciones internacionales, globalización y medio ambiente”, el más heterogéneo, donde se acerca a estas tres áreas tratando de alejarse de los frecuentes tópicos y ofreciendo aclaraciones en materia conceptual (pp. 133-172). En la sección final, el autor adjunta un anexo cartográfico en el que emplea la técnica de la distorsión (mapas anamórficos) para la representación de las principales variables demográficas en distintos años. En estos refleja las profundas disimetrías en torno a la cuestión poblacional entre países, haciendo honor al propio título y portada de la obra (pp.173-189).

3. Comentario crítico

3.1. El estudio de la población

Este primer bloque se inicia con una pequeña introducción a la demografía como ciencia en el estudio de las poblaciones y desmitifica su carácter fundamentalmente estadístico. Como ciencia social, debe ofrecer una interpretación del mundo basada en variables poblacionales que vayan más allá del simple número y que permita, por otro lado, “ponernos en guardia frente a planteamientos catastrofistas o sensacionalistas” (p. 23). Esto es algo habitual, como señala el autor, en los medios de comunicación, donde su manipulación conduce a titulares fáciles que simplifican en demasía los fenómenos demográficos. Precisamente, el basamento estadístico contribuye a ello. En este sentido, el autor matiza la denominación “problema” (p. 24) cuanto este se apoya en umbrales críticos (algo habitual por parte de instituciones y organismos), pues es necesaria su contextualización territorial: por ejemplo, el envejecimiento no es, en sí mismo, un problema; sólo en función de dónde este se produce y cuando se complica su gestión al afectar de forma derivada en otras variables del bienestar: pensiones, atención sanitaria, dependencia de la población activa, etc. Por ello, la Demografía engarza con la Economía y tiene como “mar de fondo” (p. 29) las estructuras familiares, las tendencias demográficas, el grado de desarrollo educativo o el nivel de desigualdad, factores, todos ellos, que afectan al bienestar de una población o región determinada. El autor exhibe esta complementariedad en sectores emergentes como el geomarketing o geodemography, en anglosajón (p. 36), donde la variable geográfica y el uso de los SIGs es vital para entender las disparidades en torno a los perfiles sociológicos y económicos de los consumidores y comunidades.

3.2. Perspectivas y prospectivas demográficas en el mundo: de la escala global a la escala nacional

El bloque central se compone de ensayos que van desde una aproximación global a los grandes temas demográficos, hacia una atención más pormenorizada en regiones y países que son de especial relevancia, tanto por su importancia demográfica, como por el rol que desempeñan en la economía y la geopolítica mundial. Además de cumplir con la obligada inclusión de los parámetros básicos mundiales, el autor inicia una discusión en torno a las profundas desigualdades por la concentración de la riqueza. Evidentemente, no soslaya la dinámica creciente generalizada de la población mundial, pero incide en la diversidad de casos, ateniéndose al contexto económico y social de partida. Así, en el caso de la mortalidad y la esperanza de vida, nos resulta concluyente la siguiente aseveración del autor: “la desigualdad ante la muerte no es sino el más fiel reflejo de la desigualdad ante la vida” (p. 52). No se detiene en las razones que explican estas desigualdades (aunque estas aparecen en el análisis de casos específicos), pero huye de cualquier planteamiento malthusianista con afirmaciones como esta:

“…lo que sí está constatado es que la producción de alimentos en los países del Tercer Mundo –excepto en algunas regiones africanas– crece a un ritmo superior al de su población, lo que hace tan injustificable como inaceptable, tan escandalosa como denunciable, la situación por la que atraviesa un tercio de la humanidad y, especialmente, una región como el África subsahariana, muchos de cuyos países podrían albergar hasta tres veces más población que la actual, contando con los recursos de que disponen y con las características de su medio” (pp. 47-48).

Una de las principales aportaciones del autor, de uso reiterado en los ensayos, es el concepto de “dividendo demográfico” (p. 53), que expresa la favorable relación entre la población potencialmente activa y la población pasiva. Resulta una forma atrayente de plantear los problemas sociales y económicos, en tanto que, en principio, aquellos países con economías emergentes y con una estructura demográfica rejuvenecida –en especial, del sector de población adulta más joven–, estarían en disposición de afrontar un futuro económico más esperanzador que aquellas otras donde la tasa de dependencia es mucho más elevada (sea el caso de países europeos con una población muy envejecida). Aquí cabe señalar una “trampa”, a la que el autor se refiere en alguna ocasión, pues en aquellas regiones y economías deprimidas esto se traduce en una mayor presión demográfica, a la que no puede dar respuesta un tejido productivo altamente dependiente del mercado internacional y profundamente desasistido en servicios básicos. En referencia al título de este apartado, la prospectiva supone un ejercicio habitual en la proyección de las variables demográficas. Sin embargo, aquí el autor se deja llevar por apresuradas conclusiones, especulando sobre posibles tendencias futuras, en concreto del envejecimiento en Europa, pero dejando toda una serie de factores constantes e inamovibles (ceteris paribus). La contradicción se alimenta, aún más, cuando frente a la seguridad con la que dibuja este escenario, considera, en cambio, incierto el panorama de la inmigración, la fecundidad o la ampliación de la familia. También son discutibles las alternativas propuestas para adaptarse a esta sociedad más envejecida, ya que insiste en un incremento de la productividad por activo ocupado, dentro de un escenario económico basada en la inversión en capital tecnológico. Las condiciones actuales, de depresión económica y de alto desempleo, en especial, en los países mediterráneos, no serían, ni mucho menos, las ideales para ello.

Resulta de gran interés y supone una de las mayores contribuciones de la obra, el recorrido que realiza Pedro Reques por países y conjuntos regionales del Planeta, elaborando un diagnóstico diferencial de la situación demográfica actual y vaticinando posibles escenarios futuros. A modo de síntesis podríamos indicar, junto al ya citado envejecimiento europeo, en orden de aparición en la obra: los corsés impuestos por EEUU para la entrada de migración extranjera, con la llamada “Ley Arizona”; la repercusión que el envejecimiento de la sociedad japonesa tiene en su retroceso económico futuro y en su probable dependencia exterior por el enorme gasto público en pensiones y asistencia social; la poca eficacia de las medidas pronatalistas en Rusia para afrontar la caída en picado de su población, unido a la pobreza y las desigualdades; el círculo vicioso del continente africano pobreza-explosión demográfica-pobreza y la inadecuada política europea frente a la inmigración africana y a la mejora de sus estructuras socioeconómicas; las desigualdades, cada vez mayores, que se atisban en los países árabes y las razones religiosas como inductores de una mayor fecundidad; el factor demográfico a la hora de explicar los movimientos en pos de la democracia en el Magreb y Oriente Próximo, aludiendo a un sector de población joven, en condiciones laborales precarias, pero lejos de ser analfabeta, que lidera este proceso; el envejecimiento que empieza a instalarse en la población china; la idea de “Chindia” (en alusión a las dos grandes potencias demográficas, China e India) como nuevo epicentro geopolítico y geoeconómico del mundo; las disparidades cada vez más acusadas que experimentan las sociedades de América Latina, pese a su enorme potencial de recursos naturales y culturales; el dividendo demográfico favorable de Brasil que le convierte en la gran potencia de Sudamérica, pero que contrasta, sin embargo, con las desigualdades sociales, desequilibrios territoriales y el bajo nivel del sistema educativo, entre otros factores; el diagnóstico similar a Argentina, que, sin embargo, la recesión reciente la lastró y a lo que se une la macrocefalia bonaerense, de modo que los problemas demográficos, se filtran por la componente geográfica (desigualdades territoriales, poblamiento, distribución de la población, etc.); y, finalmente, la alusión a la situación del empleo en España y cómo esta afecta de manera más acusada si nos atenemos a la variable territorial y generacional.

Si algo puede achacarse a los análisis efectuados por Pedro Reques es, quizá, el esencialismo demográfico en el que, con frecuencia, cae el autor, que, si bien, introduce una perspectiva atrevida y útil para la interpretación de ciertos problemas (sin duda, el de la Primavera árabe es un gran acierto), esta es más discutible en otros casos, a los que tiene que acudir a razones más allá de la puramente demográficas. Es llamativo, por ejemplo, que el autor califique la situación demográfica de Argentina como “el sueño de cualquier político” (p. 119).

3.3. Migraciones internacionales, globalización y medio ambiente

El último bloque dedica especial atención a tres procesos, siguiendo como clave interpretativa la naturaleza transfronteriza e internacional que estos adquieren y que obligan a afrontarlos desde marcos legislativos y políticas con incidencia global. Es interesante, en una obra de este tipo, aludir a la problemática conceptual sobre el término globalización, pues indica una preocupación del autor por adentrarse en el siempre enrevesado, a la par que necesario, debate sobre los discursos y el uso de términos para definir la realidad contemporánea. Así, según el autor, refiriéndose a su componente financiera, afirma que “esta concepción reduccionista, esta definición estrecha condiciona los análisis y sesga tanto las propuestas de sus defensores como las respuestas de sus opositores” (p. 137). Dicho ensayo es una de las grandes contribuciones de la obra, pues realiza un cuadro sintético, didáctico y de alto rigor académico, de lo que supone la globalización desde la perspectiva geográfica. Respecto a las migraciones internacionales, desmitifica la denominación de la era actual como “era de las migraciones” (p. 142), pues si bien son mayores los desplazamientos, no lo son en tanta medida. La componente diferencial reside, más bien, en la mayor diversidad de los tipos de movimientos, en un incremento de las regiones emisores (aunque se mantienen una serie de tendencias migratorias tradicionales), y en unos flujos más segmentados, en función del nivel de cualificación y la legalidad. Siguiendo con lo apuntado anteriormente, la migración es para Pedro Reques, más una solución que un problema, alejándose de la imagen habitualmente negativa que recibe en los medios de comunicación. Los migrantes pueden funcionar como agentes de desarrollo y actores de cooperación, no sólo por el flujo de remesas, sino también por su capacidad inversora en actividades empresariales.

Los ensayos finales se dedican a situar la importancia de la cuestión ambiental en el debate de la globalización, planteando la dificultad de asociar el modelo de desarrollo y la toma de decisiones (cortoplacista) a los grandes retos ambientales (largos procesos de adaptación y regeneración) y aludiendo tanto al sobreconsumo de las sociedades ricas como a la pobreza como elementos de presión sobre los recursos y ecosistemas. Este planteamiento general sobre la crisis ecológica se complementa con dos ensayos más específicos, en los que expone la mercantilización que se ha hecho de un bien básico y fundamental como es el agua o incluso del hambre estructural, en una forma de “neocolonialismo agrario” desde el mercado bursátil y la fijación de los precios de los productos agrícolas. Finalmente, en el apartado de propuestas de este bloque, es controvertida la defensa del autor por el “desarrollo sostenible”. Pese a realizar un recorrido crítico sobre el uso de esta expresión en el ámbito institucional, concluye que se trata de un “objetivo irrenunciable”. Sin embargo, finaliza la obra con un ensayo en el que recoge caminos alternativos como el decrecimiento, siguiendo las propuestas de S. Latouche, o la “sabiduría del caracol”, en alusión a I. Illich, teórico decrecentista y de la autosuficiencia como estrategia para cubrir las necesidades esenciales. Para ello se une al cambio de valores que permita sustituir “la economía de los bienes que tenemos por la economía de los bienes que hacen que seamos” (p. 171) (la cursiva es del autor).

4. Conclusión

Demografía, economía, ecología, política y sociedad estrechan lazos en los ensayos de Pedro Reques Velasco para conformar una cartografía adecuada de los problemas y retos (demográficos, económicos, sociales y ambientales) que afectan a la población mundial y según sus singularidades territoriales. El enfoque geográfico es, por ello, fundamental en la interpretación del componente poblacional, pues aporta matices que ayudan a una mejor comprensión de realidades profundamente contrastadas según la escala de aproximación. Un mundo asimétrico que requiere soluciones contextualizadas y debidamente adaptadas a la complejidad de la cuestión demográfica. En este sentido, el libro de Pedro Reques puede y debe constituir un manual en el diagnóstico de la realidad poblacional contemporánea, de interés específico en la Geografía y, de manera extensiva, en las Ciencias Sociales, en tanto evita el sesgo, busca la interdisciplinariedad y no descuida la interrelación con los grandes procesos y fenómenos contemporáneos.