Vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad. Estudio de caso, centro histórico de La Habana

William Bello Sánchez1

Recibido: 29/10/2012 | Aceptado: 04/06/2013

Resumen

El presente trabajo busca de modo profundo conocer las carencias y limitaciones que presentan las personas de la tercera edad en una sociedad envejecida. Unido a ello se evalúa el alcance de las instituciones e iniciativas que brindan atención al adulto mayor, en función de las áreas donde los adultos mayores se ven más limitados por condiciones demográficas, económicas y sociales. Dada la multiplicidad de formas de atención y variedad de instituciones (Estado, Iglesia, Oficina del Historiador de la Ciudad y diferentes ONG) que brindan atención al adulto mayor, se escoge como área fundamental de estudio el Centro Histórico de La Habana. La investigación toma como referente teórico el concepto de vulnerabilidad, de modo que se pueda evaluar la profundidad del fenómeno del envejecimiento, y el conjunto de capacidades o incapacidades que presentan las personas de la tercera edad en el territorio estudiado. Los resultados que a nivel espacial, experimenta el Centro Histórico de La Habana, siguiendo los diferentes niveles de vulnerabilidad socio-demográfica del adulto mayor, fueron cotejados con las áreas en que influyen las iniciativas e instituciones que prestan atención al adulto mayor.

Palabras clave: Vulnerabilidad ; envejecimiento ; incapacidad; atención social; Centro Histórico.

Abstract

Sociodemographic Vulnerability of the Elderly People. Case Study: Havana Historical City Center

The present work searches in a deep way to know the lacks and limitations that people of the third age present in an aged society. Link to this, we evaluated the reach of the institutions and initiatives that offer attention to old people, according to the areas where the old men are more limited for demographic, economic and social conditions. Given the multiplicity in ways of attention and variety of institutions (the State, the Church, the Office of the Historian of the City and different Non Governmental Organisms) that offer attention to old people, it is chosen as fundamental area of study the Historical Center of La Habana. The investigation takes as theoretical reference the concept of vulnerability, so you can evaluate the depth of the phenomenon of the aging, and the group of capacities or inabilities that people of the third age present in the territory. The results that at spatial level experienced the Historical Center of La Habana, following the different levels of the old people social-demographic vulnerability, were compared with the areas where they influence the initiatives and institutions that pay attention to the old people.

Keywords: Vulnerability ; aging ; inability ; social attention ; Historical Center.

Résumé

Vulnérabilité socio-démographiques des personnes âgées. Étude de cas: Havana Centro Storico

Les recherches du travail présentes dans une façon profonde de savoir les manques et limitations qui gens du troisième présent de l’âge dans une société âgée. Liez à ceci, nous avons évalué la portée des institutions et initiatives qui offrent l’attention à vieux gens, d’après les régions où les vieux hommes sont limités plus pour les conditions démographiques, économiques et sociales. Donné la multiplicité dans chemins d’attention et variété d’institutions (l’État, l’Église, le Bureau de l’Historien de la Ville et Non différent Organismes Gouvernementaux) cette attention de l’offre aux vieux gens, il est choisi comme région fondamentale d’étude le Centre Historique de La Habana. L’enquête prend comme référence théorique le concept de vulnérabilité, donc vous pouvez évaluer la profondeur du phénomène du vieillissement, et le groupe de capacités ou incapacités qui gens du troisième présent de l’âge dans le territoire. Les résultats qui à niveau spatial ont éprouvé le Centre Historique de La Habana, en suivant les niveaux différents des vieux gens vulnérabilité social démographique, a été comparé avec les régions où ils influencent les initiatives et institutions qui font l’attention aux vieux gens.

Mots-clés: Vulnérabilité ; vieillir ; attention sociale ; incapacité ; Centre Historique.

1. Introducción

El envejecimiento poblacional resulta un fenómeno demográfico del que apenas se comienza a hablar en la segunda mitad del siglo pasado. Este fenómeno, si bien refleja un desarrollo social que propicia la prolongación de la vida, tiene como implicación, que muchos gobiernos, personas y la población en los grupos de mayor edad (60 y más años)2, no siempre cuentan con capacidades que les permitan responder positivamente, a las adversidades que les depara una sociedad envejecida, cuestión que irremediablemente los somete a una presión adicional.

En este sentido desde diferentes instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), etc., se invita a abocarse en la investigación de los recursos con que cuentan para protegerse los más necesitados y desposeídos. De tal forma, para no sólo abordar los problemas que afectan a las personas, hogares y comunidades más desfavorecidas, se comienza a hacer uso del enfoque de vulnerabilidad en la investigación social. Realizar una mirada desde la geografía resulta entonces, sin lugar a duda, abarcador e integrador, siguiendo la perspectiva de que este enfoque, no sólo queda marcada por la materialización de un riesgo, sino por el conjunto de posibilidades y dificultades que procura un territorio, de modo que se convierte en objeto de una mayor o menor vulnerabilidad. La multiplicidad de aspectos considerados en la investigación geográfica y el carácter espacial, implícito en todo trabajo de esta ciencia, resultan conocimientos necesarios para poder determinar cómo se manifiesta espacialmente el fenómeno de la vulnerabilidad, valorando además a qué se debe dicho comportamiento. Ello permite establecer cuáles son las áreas más vulnerables, ante un determinado riesgo, delimitando así las zonas hacia las que se debe prestar especial atención, en los esfuerzo por disminuir las limitaciones e incapacidades que hacen aumentar su vulnerabilidad.

La República de Cuba es una de las naciones más envejecidas de Centro América y el Caribe, por lo que el conjunto de sus territorios está expuesto al galopante riesgo de envejecimiento poblacional. En abril de 2011 en el VI congreso del PCC (Partido Comunista de Cuba, órgano que dirige el país), la máxima dirección del país convino en la necesidad de reestructurar y racionalizar los sistemas de atención médica y social, a la vez que reconocen la necesidad de: “brindar particular atención al estudio e implementación de estrategias en todos los sectores de la sociedad, para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población”, para lo cual era necesario brindar especial atención a este grupo etario y procurar respuesta a sus problemáticas socio-económicas, de forma que este fenómeno demográfico no comprometa el desarrollo de la nación.

Aunque, en el caso cubano mucho se ha hablado en los últimos tiempos sobre el profundo envejecimiento de la población, poco se ha indagado acerca de los problemas que aquejan a los adultos mayores en nuestro contexto, quienes son los que sufren más por esta condición y sobre todo cuan preparado estamos para esta situación demográfica. En ello radica la necesidad, de dirigir los estudios desde diversas direcciones y niveles de análisis, hacia los más longevos.

El enfoque de vulnerabilidad seguido en esta investigación, se escoge en particular para el estudio de las personas de la tercera edad en Cuba, puesto que resulta muy atinado, si se considera la tremenda singularidad del país. Si bien la nación presenta impresionantes logros en materia de desarrollo social (salud y educación) que la hacen poseedora en este sentido, de parámetros similares a las naciones desarrolladas, experimentando bajas tasas de mortalidad, natalidad, una elevada esperanza de vida y en consecuencia alto envejecimiento, sigue siendo un país subdesarrollado. En particular, Cuba experimenta una profunda crisis económica agudizada por terribles problemas de liquidez en los últimos años,3 si bien ha buscado no afectar sus principales logros sociales, los problemas económicos afectan de forma profunda a la sociedad.

El Centro Histórico de La Habana (CHH) (Mapa 1) no escapa al fenómeno del envejecimiento poblacional, resultando interesante el estudio de la diferenciación territorial de sus valores de vulnerabilidad socio-demográfica para este grupo poblacional.

De igual forma, la investigación procuró evaluar el alcance que tienen un importante grupo de programas de atención al adulto mayor, desde casas para la acogida de adultos mayores, círculos de abuelos, comedores para la tercera edad e iniciativas para aprovechar la sapiencia de las personas más longevas. Programas que son llevados por instituciones estatales, iglesias, Organizaciones no gubernamentales (ONG) y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), los cuales con su trabajo en el territorio, aparecen como mecanismos indisolubles de la solución a los problemas entorno a los espacios de mayor vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad. Aprovechar estas iniciativas de atención a los adultos mayores, desarrollaría la participación de diferentes instituciones de nuestro contexto nacional, en apoyo de la atención a las personas de la tercera edad de mayor vulnerabilidad socio-demográfica, de forma cohesionada e incluyente.

Buscando investigar y procurar solución a estos problemas que atraviesa la nación y tomado como caso de estudio al Centro Histórico de La Habana, el objetivo general entonces queda dirigido a diferenciar la vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad, en el Centro Histórico de La Habana. De forma específica el trabajo se propuso, diferenciar, el comportamiento del envejecimiento poblacional y el comportamiento de la incapacidad de respuesta, de las personas de la tercera edad en el territorio. Finalmente la investigación debía correlacionar espacialmente, el marco de influencia de las instituciones que brindan atención a los adultos mayores en el Centro Histórico de La Habana y los mayores niveles de vulnerabilidad socio-demográfica, de las personas de la tercera edad.

Mapa 1. Ubicación del Centro Histórico de La Habana.

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Fuente: Bello, 2009

2. Marco teórico metodología de la vulnerabilidad socio-demográfica

Las investigaciones sobre vulnerabilidad surgen asociadas a los estudios sobre desastres naturales, el cambio climático y la escasez de los alimentos. Con la intervención de Sen (1981) y otros autores, en investigaciones sobre pobreza teniendo no sólo en cuenta los ingresos sino todo el conjunto de recursos directos e indirectos que giraban en torno a los pobres, es que la vulnerabilidad comienza a formar parte de las investigaciones sociales. Pero, no es hasta la década de los noventa, que el enfoque de vulnerabilidad comienza a tratar con mayor fuerza las problemáticas sociales. En esta década se comienza a pensar que las amenazas no solo están dadas por los fenómenos tratados anteriormente sino que: la violencia, las migraciones, edad etc. pueden generar situaciones de hostilidad que hacen a un individuo vulnerable.

En América Latina los primeros trabajos aparecen en el periodo de los 90s, sobre todo vinculados a estudios sobre pobreza, desigualdad y sectores que empezaban a girar su estatus social hacia las clases bajas, en medio de un proceso de globalización neoliberal. Las medidas trazadas por los políticos de la región en la década de los ochenta para sacar a diversos sectores de la pobreza y la marginación, no dieron el menor resultado y lejos de cualquier consecuencia positiva al respecto, el problema comenzaba a ser más acuciante. Con el nuevo orden de las cosas en la región, era evidente que no solo estaba comprometida la calidad de vida de los pobres sino que los sectores medios se estremecían; y no eran precisamente pobres.

En el caso cubano luego de 1959 el acceso masivo y gratuito a la salud, la educación y la seguridad social, elevaron los niveles educacionales y culturales de la población así como sus estándares de salud, lo cual produjo un proceso progresivo de dignificación del ser humano, de igualdad y homogenización social. Ello llevó a que se pensara en qué investigaciones sobre pobreza, desigualdad, vulnerabilidad, etc. resultaran inapropiadas. Es al margen de la crisis económica de los años noventa que comienzan a aparecer diferentes estudios sobre temas de emergencia social. En esta década se desarrollan importantes trabajos vinculados a situaciones de precariedad de la población, por solo citar algunos autores, podemos mencionar los trabajos de la geógrafa Luisa Iñiguez (Iñiguez, 1996, 1997, 1999), y las sociólogas Espina (1994, 2003, 2004) y Zabala ( 1996, 1999, 2003) con trabajos de pobreza, desigualdad.

La “vulnerabilidad es un concepto multidimensional que incluye exposición, (el grado al cual un grupo humano o ecosistema entra en contacto con un riesgo particular); sensibilidad (el grado al cual una unidad de exposición es afectada por la exposición) y resiliencia (capacidad para resistir o recuperarse del daño asociado con la convergencia de presiones múltiples)” (Clark et al., 2000 en Gómez, 2001).

La vulnerabilidad tiene por tanto dos partes: “una parte externa, de los riesgos, convulsiones y presión a la cual está sujeto un individuo o familia; y una parte interna, que es la indefensión, esto es, una falta de medios para afrontar [la situación] sin pérdidas perjudiciales” (Chambers, 1989, en Pérez, 1999)

Por tanto la vulnerabilidad puede quedar como la expresión que establece la suma del comportamiento o exposición a riesgos (de intensidad variable según la naturaleza del fenómeno) y los recursos materiales e inmateriales, siendo similar la expresión, incapacidad de respuesta de una comunidad para hacer frente a un fenómeno determinado.

Vulnerabilidad = exposición a riesgos + incapacidad de respuesta (CEPAL, 2002)

Dentro de la incapacidad de dar respuesta a un riesgo determinado, se concentran un grupo de aspectos que de forma individual son tratados por diversos autores. La falta de recursos materiales e inmateriales que manejan los individuos, hogares y comunidades (definidos como activos y estrategias por diversas fuentes), la baja estructura de oportunidades proveniente del estado, del mercado y de la sociedad, así como las características propias de cada grupo estudiado (en el caso de los adultos mayores las enfermedades y limitaciones propias de la edad), pueden ser considerados como elementos que determina la incapacidad de respuesta.

En el ámbito de las ciencias sociales la noción de vulnerabilidad se está utilizando profusamente y desde muy diversos enfoques en relación con temas como pobreza, desprotección y desventajas sociales y demográficas (Rodríguez, 2000). Esta razón ubica, el enfoque de vulnerabilidad en muchos casos acompañando ciertos términos que lo focalizan hacia la interpretación de situaciones sociales, demográficas, socio-ambientales etc., las que muchas veces apellidan el enfoque de vulnerabilidad. Uno de los aspectos que con mucha fuerza es abordado según esta diversidad de criterios, es el relacionado con la vulnerabilidad en torno al envejecimiento de la población.

El envejecimiento puede establecerse, como un riesgo capaz de generar desventajas o debilidades en comunidades, hogares y personas, sobre todo, en la medida en que estas no se encuentren preparadas para enfrentar este estadio de la transición demográfica. Este fenómeno representa un grave problema para las personas de la tercera edad, que sean incapaces de responder a esta adversidad, por el hecho de que exista un aumento de adultos mayores, y que el sistema de salud o de asistencia social de una nación, no puedan afrontar los costos que esto demanda.

El adulto mayor en relación a otros grupos sociales experimenta el mayor debilitamiento fisiológico paulatino y presentan con frecuencia necesidad de apoyo familiar, comunitario o institucional, lo cual se dificultad en la medida que exista una proporción elevada de adultos mayores.

En el estudio de la vulnerabilidad en personas de la tercera edad para Cuba, es preciso destacar, como las propias autoridades han reconocido4, las amplias dificultades que se presentan a la hora de recoger la información estadística. No siempre la información está completa o se puede emplear en función de las necesidades de la investigación, por su compleja elaboración (como es el caso de los datos económicos y de la vivienda). También sucede que el amplio alcance del sistema gratuito de salud cubano, muy importante en cualquier investigación de este tipo, resulta homogéneo y de alta calidad para toda la nación, tanto en la atención primaria en general, como geriátrica en particular, lo que deja sin efecto el empleo de este criterio. En este sentido los cubanos son ciudadanos privilegiados, donde la salud y seguridad social corren por parte del estado, sin que se detecten grandes diferencias, si se realizase un estudio a escala de provincias que implicase esos aspectos.

La fuente de información pública, más confiable y de mayor alcance con que cuenta la nación hasta la fecha, para un estudio de vulnerabilidad en personas de la tercera edad, resulta el censo de población y vivienda de 2002. Este instrumento no escapa a los problemas que en cuanto a la información anteriormente quedaron expuestos, a lo que se agrega los limitados datos que brinda, respecto a los grupos de edades.

En la investigación, como parte de un estudio geográfico de la población, se persiguió obtener una expresión espacial o cartográfica del fenómeno estudiado lo que implica que, para una dimensión como el Centro Histórico de la Habana, resulte poco eficiente que un investigador busque información a través de cuestionarios, entrevistas, etc. con lo cual el estudio procuró la obtención de bases primarias de datos estadísticos para su realización. La investigación sigue una metodología cuantitativa, aunque se emplearon algunos métodos propios de una estrategia cualitativa, con el fin de complementar la información obtenida a través del censo de población y vivienda, y de las diferentes instituciones y programas que brindan atención a los adultos mayores.

En el caso de las iniciativas y programas de atención a los adultos mayores, luego de conocer a fondo su cantidad y diversidad, se establecieron contactos con sus directivos a fin de obtener referencias, respecto a los adultos mayores que ellos atienden, y poder hacer uso del conocimiento de diferentes profesionales, de diversas áreas del conocimiento, vinculados al estudio y trabajo con las personas de la tercera edad. Este tipo de contactos permitió poder obtener una visión que contrastar con la información estadística recopilada, valorando así los indicadores que pudieran incidir directamente en la vulnerabilidad socio-demográfica y la incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad.

La investigación procuro confeccionar índices, partiendo de los datos censales que permitan evaluar el fenómeno estudiado para cada territorio. Los indicadores constituirían el elemento básico para elaborar un índice, que pudiera determinar la incapacidad de respuesta de cada territorio, para hacer frente al riesgo de envejecimiento. En la confección de este índice, por tanto, se debe considerar que: para utilizar o proponer un índice estadístico que permita caracterizar el comportamiento de un aspecto de la realidad multicausal y no medible directamente, se deben tener en cuenta varios aspectos.

Lo primero, parte de seleccionar los indicadores en los que se basará, de modo de que estos sean factibles de ser medidos y que abarquen todas las particularidades de este aspecto de la realidad que, por su importancia en el enfoque del estudio a realizar, deben ser tomados en cuenta. Inmediatamente se tiene que ver además que un índice estadístico se construye generalmente para permitir un posterior escalamiento de los objetos evaluados referente a este aspecto complejo, y es precisamente este escalamiento comparativo el objetivo fundamental de su creación. El mismo tiene que reflejar la variabilidad, de este aspecto del comportamiento de los objetos estudiados, con referencia a una situación media o patrón, o simplemente referido a una situación extrema de mínima presencia del factor estudiado, que pueda tomarse como origen de la escala, tanto sea esta, cuantitativa o cualitativa ordinal.

En el proceso de conformación de un índice estadístico es importante tener en cuenta que el peso de cada variable en la varianza total conjunta, depende de su propia varianza parcial como variable univariada y esta depende de su escala de medición. Si todas las variables a utilizar son numéricas o binarias se puede realizar un cambio de escala mediante la estandarización de todas y cada una de las variables. La estandarización se realiza restando la media y dividiendo por la desviación estándar, en esta nueva escala la variable tendrá media cero y varianza uno, por lo que los nuevos valores de cada una de las variables tendrán la misma varianza, y por tanto, el mismo peso en la variabilidad total.

Con la estandarización todas las variables tendrán el mismo peso en el índice independiente de la escala en que se midan. En el caso, que el especialista entienda que los aspectos evaluados por los indicadores no tienen la misma influencia sobre el fenómeno estudiado, se concede peso a los indicadores para establecer esas diferencias. Si se quiere dar diferentes pesos a los indicadores, sólo se tendría que multiplicar por estas ponderaciones los indicadores estandarizados. Ahora bien, la selección de las ponderaciones es una tarea delicada y laboriosa, siendo casi imposible de realizar con éxito, si el número de pesos diferentes es muy grande. Generalmente un buen especialista tiene claro el orden de importancia de sus indicadores en el problema, pero no las diferencias de sus pesos, por lo que debe hacerse una operación de tanteo separando, proporciones diferentes con pesos consecutivos hasta lograr un resultado en los elementos más conocidos por el especialista, y con ello, considerar que se obtuvo el resultado más lógico.

Este proceso parte de una valoración inexacta y subjetiva de los pesos por el especialista, y finaliza por la selección también a su criterio del valor exacto de los pesos. Es por esto, que para realizar un proceso de ponderación, se tiene que estar respaldado por la opinión de especialistas o un grupo representativo de los afectados con conocimiento del problema, para lograr que los criterios, aunque necesariamente subjetivos, tenga una gran dosis de objetividad por el conocimiento profundo del fenómeno de estudio.

En la confección de un índice estadístico se debe considerar el grado de correlación existente entre los diferentes indicadores. Si dos indicadores están altamente correlacionados, se están midiendo las variaciones en forma duplicada. Este problema se puede resolver sustituyendo los indicadores originales por los indicadores componentes, que no son más que indicadores que expresan los mismos puntos observados y que, como cualquier cambio de base, hace que estos indicadores componentes sean combinaciones lineales de los indicadores originales.

Por último, se valora el número de rango que se considera debe referir, el índice a confeccionar. Un índice ordinal con tres rangos daría un instrumento más fácil de utilizar para reflejar la realidad de la zona estudiada, que un índice plenamente cuantitativo, por lo que, entonces se hace necesario establecer los límites de estos rangos. Lo cual se realizo dividiendo a distancias iguales entre el mínimo y el máximo, lo que haría que la diferencia entre los niveles de la escala, sean exactamente proporcional, a la diferencia entre los valores cuantitativos obtenidos.

El comportamiento de cada uno de los indicadores que posteriormente conformarían los índices, fueron analizados de forma individual según el porciento que representaba cada fenómeno por territorio y la representativa que tenían respecto a todas las unidades territoriales. Este último proceder fue llevado a cabo mediante el coeficiente de localización de Sargent Florence, que establece la relación siguiente:

CL= (Eij/Ni) / (Ej/n)

Donde (ejemplo): Ej (personas de 60 año y más, viudos/as, en la manzana)

CL (Coeficiente de Localización)

n (personas de 60 año y más, en la manzana)

Eij (personas de 60 año y más, viudos/as, en CHH)

Ni (personas de 60 año y más, en CHH)

En el caso del envejecimiento poblacional, visto que la investigación seguiría el criterio de CELADE, y debido a que este mantiene sus expresiones en por ciento, se desestimó el empleo del coeficiente de localización para el mismo. La relación de personas de 60 años y más por hogar, tampoco tuvo un reflejo en el coeficiente de localización y en la investigación, además, no se consideró determinar con este indicador, relaciones de porciento, puesto que lo más conveniente sería trabajar con el dato que el mismo proporciona. Estas diferencias que pudieran considerarse alarmantes, no representaban un inconveniente para el trabajo, debido al proceso de estandarización al cual serían sometidos para la confección de los índices, con lo cual se podía seguir buscando un mejor resultado de los indicadores de forma individual.

En resumen el índice de vulnerabilidad socio-demográfica estaría constituido por riesgo de envejecimiento, siguiendo el índice empleado por CELADE y el índice de incapacidad de respuesta confeccionado para esta investigación. El resultado quedaba determinado entonces por la siguiente expresión:

Índice de vulnerabilidad socio-demográfica =

Riesgos de envejecimiento + Índice de incapacidad de respuesta

En el estudio para el análisis del alcance de las iniciativas de atención a los adultos mayores, también se realizó el análisis de la representatividad de los fenómenos. El análisis de la representatividad de los fenómenos (mediante el empleo del coeficiente de localización de Sargent Florence), establece cuan representativo es una fenómeno en una unidad de análisis determinada, respecto a su manifestación en el espacio o territorio que la acoge.

3. La vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad y las iniciativas de atención a los adultos mayores

El Centro Histórico de La Habana resulta un territorio sui géneris dentro del contexto cubano, sobre todo, desde el instante en que se decidiera por la dirección del país, rescatar todo el patrimonio que encierra este espacio capitalino. Las características del Centro Histórico, marcadas por casi cinco siglos de historia, saltan a la vista como una ciudad diferente. Vigilada por fortalezas, la ciudad histórica se levanta como un baluarte, digno de recibir, en 1978, la designación de Patrimonio Cultural de la Nación y en 1982 la de Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la UNESCO.

Con la finalidad de llevar adelante un proceso de transformación, sobre la base de la descentralización, en octubre de 1993 el Consejo de Estado dictó el Decreto Ley 143, que amplio las facultades de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) y declaró el Centro Histórico “Zona Priorizada” para la conservación. Además, autorizó a la OHCH para desempeñar una gestión autofinanciada, que permitiera continuar las tareas de rescate del patrimonio cultural y propiciara el desarrollo social, subordinándose directamente al Consejo de Estado (Parlamento Cubano).

Lo interesante de este lugar, no es solo la preocupación de sus autoridades por la conservación de los muros y las reliquias arquitectónicas, sino por la integración y maximización del concepto rehabilitación del patrimonio, comprendiendo todas las esferas de la sociedad.

...una obra restauradora, cuya novedad radica en la firme voluntad de dibujar un prototipo de percepción social y comunitaria, a más de preconizar un modelo descentralizado de desarrollo local, sustentado en la voluntad política y en las leyes promulgadas por el Estado cubano... Exalta valores éticos y parámetros de conducta; apela al sentimiento nacional y proclama —resueltamente— que solo se puede acceder al futuro desde el pasado.
(Leal, 2002 en González et. al., 2004).

En ello está, que en el centro histórico muchas de las obras crecen entendidas por una concepción utilitaria, que procura el análisis sobre: dónde, cómo y para quién intervenir, incorporando a estos enfoques, los temas de viabilidad económica, sostenibilidad y bienestar humano.

Dentro de todo este contexto se desarrollan estrategias que, para los efectos de esta investigación, pretenden procurar una vejez digna a las personas de la tercera edad que en sus predios conviven. Aunque para muchos puede sonar discordante que sea precisamente aquí, donde se pretenda realizar un estudio de caso de la vulnerabilidad socio-demográfica, de la personas de la tercera edad; la cuestión es que resulta oportuno que todas las iniciativas que procuran la atención a los adultos mayores cuenten con un estudio que le permitan acercar sus esfuerzos allí donde con más intensidad son requeridos. Estudiando la relación entre, la vulnerabilidad socio-demográfica y el espacio de incidencia que las iniciativas de atención a los adultos mayores abarcan, se puede procurar un reordenamiento de la segunda, en fusión de la primera, a la vez que se resalta el protagonismo de disímiles iniciativas de atención a los adultos mayores. Mostrar que diferentes iniciativas, instituciones y fuentes de recurso, pueden funcionar para aminorar la vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad, resulta positivo, en la medida que pueda pensarse la conveniencia de extrapolar el esquema del Centro Histórico a otros territorios envejecidos de la nación.

4. Envejecimiento de la población

El Centro Histórico de La Habana no escapaba a experimentar el profundo envejecimiento que vivía la nación, en el año 2001, con un total de 10.842 habitantes en la tercera edad; lo que representaba el 16,54% de la población (64.832 habitantes en total). Este resultado, sin duda, sitúa al Centro Histórico en el grupo de envejecimiento III máxima categoría de la establecida por CELADE.

Tomando la manzana como escala de trabajo para la investigación, hacia el interior de este territorio, el 67,40% de estas quedaba en el grupo de envejecimiento III. Este valor representaba que 139 manzanas, de las 206 con uso residencial con que contaba el territorio, presentaban volares de envejeciendo de su población, superior al 15% (Mapa 2). Por su parte, unas 61 manzanas (29,61%) presentaban valores de envejecimiento poblacional entre el 10 y el 15% y solo 6 se encontraban en el grupo de envejecimiento I (inferior al 10%), representando solo el 2,91 % del total de manzanas. En el caso específico del grupo de envejecimiento III, si bien el criterio de CELADE lo establece, a partir de un 15% de la población mayor de 60 años, resulta importante destacar que en ese grupo existen unas 38 manzanas con valores del 20% y más. Estas manzanas representaban el 18,5% de la manzanas del territorio, pero a su vez superaban la cuarta parte (27, 3%) del grupo de envejecimiento III, lo que denota que el territorio presentaba un stress demográfico, que debe ser visto más allá de las clasificaciones tradicionales.

Resulta evidente, que el territorio está ocupado en su mayoría por manzanas con altos valores de envejecimiento poblacional, por consiguiente establecer áreas que, destacaran espacios con alta proporción de personas de la tercera edad respecto a la población total, resultaba poco práctico; sobre todo porque no existía una concentración de manzana en esa categoría que fuera conveniente destacar. En el caso de las manzanas en el grupo de envejecimiento II, pudiera aproximarse cierta concentración, hacia el centro, centro-este y sur del territorio. En tanto, los menores valores de envejecimiento solo restaban para 6 manzanas del territorio, las cuales se encontraban separadas unas de otras y aunque estaban dispersas en el territorio, en su mayoría aparecen hacia al este.

Las manzanas de menor envejecimiento poblacional (Mapa 2), visto su reducido número, según el código que se le otorgan en la cartografía del Centro Histórico de La Habana a cada una de ellas, fueron la 0091, 0096, 0118, 0182, 0244 y 5008.

Un análisis detallado de estas manzanas, teniendo en cuenta el uso de suelo y la cantidad de población de las mismas, arroja mayor claridad sobre el comportamiento del fenómeno. La manzanas 0091 y 0096 no presentaban personas de la tercera edad dentro siendo evidente su pertenencia al grupo de envejecimiento I; pero además, tenían una pequeña cantidad de población (12 y 7 habitantes, respectivamente) y su espacio mayoritariamente se encentraba ocupado por inmuebles con un uso no residencial5. En el caso de la manzana 0118 sucede algo muy similar a las anteriores, con la diferencia que en esta residía una persona mayor de 60 años, pero al tener 11 habitantes el por ciento de envejecimiento era 9%. Si bien esta última manzana tiene un valor cercano al siguiente grupo de envejecimiento, es fácil percatarse que en manzanas con poca población, no sería difícil que el fenómeno se proyectase hacia categorías superiores, lo cual no quiere decir que el fenómeno sea preocupante, o representativo, en estos espacios. Por ello, es preciso que cuando lo valores sean extremos, o fuera de una tendencia mayoritaria, se empleen otros indicadores que esclarezcan la naturaleza del fenómeno. Finalmente, las manzanas 0182, 0244 y 5008, aunque en ellas estaban presentes algunos inmuebles con usos religiosos6, comerciales y esparcimiento, que llegaban a ocupar parte de su espacios, estas presentaban una cantidad de población superior a las anteriores7, si bien el número personas en la tercera edad era superior, los valores de envejecimiento poblacional resultaron de 8,19, 5,38 y 9,21%, respectivamente.

Mapa 2. Envejecimiento de la población.

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Fuente: Bello, 2012

5. Comportamiento de los indicadores para la diferenciación territorial de la incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad

En lo referente al índice de vulnerabilidad socio-demográfica, construido para la presente investigación dependerá tanto: del envejecimiento poblacional, como de los diferentes indicadores que determinan la medida en que los adultos mayores presentan una mayor o menor incapacidad de respuesta, ante el riesgo que representa para ellos vivir en una sociedad envejecida.

Los indicadores escogidos para evaluar la incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad fueron: Personas de 60 años y más, inmigrantes, desde hace 10 o menos años, (cuya provincia de origen no era Ciudad de La Habana); Personas de 60 años y más, viudos/as; Personas de 60 años y más, sin ningún nivel educacional; Personas de 60 años y más, no económicamente activas; Personas de 60 años y más, que viven solos; Personas de 60 años y más, que viven solos, con otros adultos mayores; Personas de 60 años y más, discapacitados.

El establecimiento de estos indicadores estuvo precedido de una serie de consultas a diferentes especialistas relacionados con los estudios y atención a la tercera edad, mucho de los cuales resultaron consultantes de la investigación. El diálogo con los especialistas permitió contar en mucho casos con los criterios sociológicos, psicológicos y médicos que consolidaban el empleo de los indicadores anteriores.

La migración, uno de los aspectos analizados en torno a las personas de la tercera, supone para cualquier persona continuar desarrollando su vida en un nuevo territorio. Ello implica que la persona debe vivir un lógico proceso de adaptación, el cual en el caso de los adultos mayores resulta más engorroso; de hecho, en la psicología y la psiquiatría se plantean que en las edades avanzadas, un cambio de espacio, u hogar, se vive un proceso de desorientación que genera no pocos problemas de salud.

La viudez es una condición fuertemente tratada, como una situación que afecta tremendamente la vida de las personas ancianas que sufren la pérdida de su pareja. Cabe destacar que una de las cuestiones por la cual esta situación se trata, es por plantearse que presupone un aumento de la mortalidad, sobre todo en los dos años posteriores a la pérdida de la pareja8.

El análisis del nivel educacional en las personas de la tercera edad, estuvo dirigido a determinar las personas que carecían de nivel educacional, lo que en otras palabras significa que no tenían la primera enseñanza cumplimentada. La razón por la cual se excluye del análisis el analfabetismo de forma independiente, esta dado por la práctica inexistencia de este fenómeno en cada uno de los territorios estudiados, pues la mayor incapacidad de una persona en este sentido, para nuestro contexto, es la ausencia de nivel educacional.

En el caso del indicador, personas de 60 años y más, no económicamente activas, condición predominante en este grupo etario, la elección estuvo marcada por el hecho, que de la información existente en la actualidad, esta resulta la única fidedigna de las que pueden tener relación con la forma de ingreso, o el ingreso en sí. A pesar que el Censo recoge las fuentes de empleo, esto no implica que pueda hacerse una relación directa entre esta y el ingreso, pues ni siquiera en los empleos estatales existe uniformidad en los salarios (estímulos y vinculaciones salariales en dos monedas, que varían de un centro a otro); además que, resulta imposible llegar a formas no oficiales de ingreso como remesas y ganancias del mercado informal (mercado negro).

Al estudio de la incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad, también se incorporó el indicador que refleja los adultos mayores que viven solos. Resulta evidente que, para una persona de la tercera edad, estar solo constituye un elemento que contribuye, en lo fundamental, negativamente en su desenvolvimiento ante la vida; pues ante los problemas que suponen la avanzada edad (limitaciones para las labores hogareñas, situaciones desfavorables de la salud, etc.), carece de persona alguna que suponga un apoyo para enfrentarlos de forma positiva. Con la valoración de incorporar este indicador surgió la pregunta: ¿Qué pasaría si los adultos mayores viven con otros adultos mayores?, ¿También pudiera resultar esta condición un elemento de menoscabo en una sociedad envejecida?, la respuesta en las consultas fue afirmativa, pues se estaría ante adultos mayores que conviven y enfrentan todos los problemas, anteriormente se mencionados.

La discapacidad en los adultos mayores fue otros de los indicadores a tener en cuenta para evaluar la incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad. Este indicador surge como resultado de la relación de una serie de discapacidades que aparecen reflejadas en el Censo de Población y Vivienda para el Centro Histórico de La Habana (2001). El grupo de personas con discapacidades o limitaciones recogidas para el territorio incluyen: sordo, ciego, mudo, limitaciones motoras y limitaciones mentales. Estas discapacidades resultan, una cuestión que incapacita a cualquier grupo poblacional para responder a diferentes riesgos, no solo el envejecimiento de la población, con lo cual suponen un aspecto imprescindible en los estudios de la vulnerabilidad socio-demográfica.

En estos indicadores radica el análisis de la incapacidad de respuesta de la personas de la tercera edad, para el Centro Histórico de La Habana, por lo cual, conocer el comportamiento que estos presenta en cada una de la manzanas resulta indispensables. Para ello, los indicadores deberían reflejar la verdadera influencia que ejercen sobre las manzanas y cuan negativo pueda ser un valor, más-menos alto de estos, para el adulto mayor. Lo cual era posible mediante el coeficiente de localización de Sargent Florence, aplicado a los valores que cada uno de los indicadores proporcionaba. Este coeficiente no solo permitía obtener un resultado que mostrará el comportamiento más o menos alto de los indicadores en las manzanas, sino, cuáles de estas manzanas tiene valores representativos, respecto al resto del territorio, según los aspectos abordados. Una vez realizado este proceso, era entonces posible valorar el comportamiento de cada uno de los indicadores, en las manzanas del Centro Histórico de La Habana, con vista a una mayor diferenciación espacial de la vulnerabilidad socio-demográfica. El resultado del comportamiento espacial de estos indicadores puede ser observado en los Mapas 3.

6. Incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad

El índice de incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad, fue el resultado de la relación entre diferentes indicadores, para luego dar lugar a tres clases, o niveles,9(establecidos mediante un histograma de frecuencia). Si bien, este procedimiento fue el que finalmente constituyo los niveles del índice, como en casos anteriores, se realizaron varios análisis de clúster para este índice, así como histogramas de frecuencia con varia clases.

Mapa 3. Mapas del comportamiento de los indicadores de incapacidad de respuesta
de la personas de la tercera edad

image005.png

Fuente. Bello, 2012

La relación de los indicadores tratados, propiciada por el índice de incapacidad de respuesta, determina que del total de manzanas del Centro Histórico de La Habana, el 5,8% quedaron clasificadas de alta incapacidad de respuestas, de las personas de la tercera edad. El resto de las manzanas del territorio, se clasificaron para este índice en: un 51,5% valores medio y 42,7% valores bajos (Mapa 4). Los valores más elevados correspondieron a unas 12 manzanas del territorio, las cuales según su número de catastro fueron: la 0104, 0111, 0126, 0192, 0235, 0237, 0244, 0259, 0286, 0297, 5005, 5006. Dichas manzanas se concentran únicamente en dos áreas, que aunque pequeñas, resultó interesante distinguir; puesto que, el resto de las manzanas se encontraban separadas entre sí. La primera de estas áreas se encontraba determinada por las calles Economía y Misión, desde Apodaca hasta Arsenal, conformada por las manzanas 0237, 0259 y 0286, al sur del territorio. Al norte del Centro Histórico, se encontraba la segunda área, únicamente conformada por dos manzanas, la 5005 y 5006, estando ubicadas entre la calles Prado y Consulado, desde Refugio hasta Trocadero.

El área de mayor concentración de las manzanas con bajos valores de incapacidad de respuesta, se concentraba al este del territorio, en un espacio que se extendía desde la calle Cuba a la Avenida del Puerto, al norte de la calle Sol. En toda el área señalada, de un total de 29 manzanas, 22 resultaron de baja incapacidad de respuesta (Mapa 4).

Coincidentemente, esta concentración de manzanas de baja incapacidad de respuesta, aparecieron sobre el espacio que con mayor intensidad se ha trabajado en la restauración del Centro Histórico. Si se profundiza en las particularidades de esta área, considerando los fenómenos estudiados, se tiene que, las dos únicas manzana del territorio que no presentaban personas de 60 años y más, se encuentran en ella. En este sentido, el comportamiento de los diferentes fenómenos tenidos en cuenta para el índice de incapacidad de respuesta, de forma general no resultó ser representativo; solo excepcionalmente ocurrió lo contrario, en las manzanas 0137 y 0177, en cuanto al número de adultos mayores viviendo solo en la vivienda, y la manzana 0092, en el indicador personas de 60 años y más solo con otros adultos mayores.

Mapa 4. Mapas de incapacidad de respuesta de la personas de la tercera edad

image007.jpg

Fuente. Bello, 2012

Las manzanas con mayor incapacidad de respuesta presentaron, en muchos casos, altos valores en los diferentes indicadores que componen el índice. Teniendo en cuenta los veinte valores más elevados, presentados por cada uno de los indicadores, se puede apreciar en el Cuadro 1, el protagonismo de las manzanas de mayor incapacidad de respuesta en ellos.

Siguiendo este cuadro, resulta sencillo percatarse coma las manzanas que presentaron la mayor incapacidad de respuesta, experimentaron los valores más elevados en ciertos indicadores. Tal es el caso de la manzana 126 que, a decir de los indicadores, presentó los mayores problemas del territorio, en cuanto a su población de la tercera edad con discapacidad, o que viven solos, también sigue a las manzanas 0244 y 0237, al valorarse el número de personas de 60 años y más que viven solos con otros adultos mayores y los que son no económicamente activos. Estas tres manzanas (0126, 0244, 0237) presentan, de forma recurrente, los dos valores más elevados en diferentes indicadores, a la vez que experimentan, según el orden en que aparecen, los valores más altos del índice de incapacidad de respuesta.

Cuadro 1. Relación entre las manzanas de alta incapacidad de respuesta y los resultados más elevados, en los diferentes indicadores, en el Centro Histórico de La Habana.

Manzanas con alta incapacidad de respuesta

viudos/as

Inmigrantes, desde hace 10 o menos años

Sin ningún nivel educacional

No económicamente activas

Solos

en la vivienda

Solos, con otros adultos mayores

Discapacitados

0126

-

-

10

2

1

2

1

0244

2

6

-

-

-

1

2

0237

8

2

2

1

-

15

-

0235

6

-

-

11

3

8

4

0111

13

-

1

-

-

10

-

0259

-

1

-

7

6

-

3

5006

-

9

-

9

4

3

-

0104

1

-

-

-

-

4

-

0286

-

10

5

-

8

-

14*

0192

-

-

12

-

-

5

13*

5005

-

-

-

+

7

14

-

0297

4

-

-

-

-

-

-

El cuadro muestra el lugar que ocupan las manzanas con alta incapacidad de respuesta, dentro
de los quince valores más elevados de cada indicador.

+ Manzanas, que presentan valores representativos10, pero no se encontraban entre los quince valores más elevados del indicador.

* Manzanas, entre los quince valores más elevados del indicador, pero con valores no representativitos.

Fuente. Bello, 2012

7. Vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad

La vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad, como se ha explicado anteriormente, vincula la incapacidad de respuesta de este grupo poblacional, al riesgo de envejecimiento poblacional, en el Centro Histórico de La Habana. En este índice también se determinaron los niveles, mediante el empleo de un histograma de frecuencias; además, se realizaron análisis de clúster, así como histogramas de frecuencia con varias clases. Quedando finalmente tres niveles para evaluar la vulnerabilidad socio-demográfica de la personas de la tercera edad, en el Centro Histórico de La Habana.

El resultado de los tres niveles del índice de vulnerabilidad socio-demográfica, de las personas de la tercera edad, establecen finalmente el comportamiento espacial del fenómeno estudiado. Los valores de alta vulnerabilidad, por ejemplo, no constituyeron según las clases establecidas, el nivel más extendido entre las manzanas del territorio, un 15% (31 manzanas), lo cual no quiere decir que el valor no sea alarmante. En el nivel medio y bajo por su parte constituyen el 56,8% y 28,2% de las manzanas respectivamente.

Las 31 manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica11 se encuentran, ya sea en pequeños grupos o aisladas, dispersas por todo el territorio (Mapa 5). El mayor de estos grupos se encontraba de la calle Monte a Corrales, desde Zulueta hasta Corrales y comprende las manzanas 0191, 0192, 0193 y 0194. Un según conjunto de manzanas, que conformaban una pequeña área de alta vulnerabilidad, se localizaba aproximadamente entre las calles Monserrate y Aguacate, desde Obispo a San Juan de Dios, donde tres (0179, 0186, 0187) de las cuatro manzanas que en el lugar se enmarcan corresponde al mencionado nivel. En el territorio, al menos aparecen otras dos áreas más, que pudieran mencionarse teniendo en cuenta que, agrupaban manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica de forma adyacente, la primera de estas se encontraba entre las calles Cuartele y Chacón, desde Aguiar hasta el Callejón de Espada (comprendiendo las manzanas 0025 y 0026), mientras la segunda se ubicaba de la calle Amargura a Muralla entre Cuba y Aguiar (Donde aparecen las manzanas 0135 y 0146). El resto de las manzanas en el nivel de alta vulnerabilidad, aparecen aisladas en el territorio, o compartiendo las esquinas, como punto de contacto con otras manzanas, caso en el cual, si bien no presentan una adyacencia que denote un área con claridad, no deja de constituir un espacio de singular importancia. En este último caso, al que se hace referencia, aparecen las manzanas: 0235, 0260, 0237, las manzanas 0036, 0051, las manzanas 0033, 5007 y la 0019 con la 0026 (Mapa 5).

Las manzanas de mayor vulnerabilidad socio-demográfica, exceptuando la 0126 que pertenece al grupo II de envejecimiento, presentaron un 15%, o más, de su población en la tercera edad. En este grupo de manzanas, 26 de ellas resultaron entre los treinta y uno valores más altos, en cuanto al envejecimiento poblacional del territorio. Fuera de esta relación se encontraban las manzanas: 0192, 0079, 0126, 0235, 0237. Sucede que las dos primeras, si bien no aparecen entre las de mayor envejecimiento poblacional, su valores no son nada bajos, con por cientos de envejecimiento poblacional del orden de 20,6% y 19,8%, respectivamente; a lo que hay que agregar, que resultaron manzanas de alta incapacidad de respuesta. En tanto, las manzanas 0126, 0237, 0235 presentaron por cientos de envejecimiento poblacional de 10,71%, 16,33%, 17,31%, respectivamente; que harían dudar su pertenencia al grupo de alta vulnerabilidad, pero resulta que ellas fueron las tres de mayor incapacidad de respuesta de todo el territorio, en el propio orden en que se mencionan.

En el nivel de alta vulnerabilidad socio-demográfica aparecen manzanas que presentan tanto media como baja incapacidad de respuesta, de la personas de la tercera edad. La explicación de esta situación, está en la implicación que tienen estas manzanas en el envejecimiento de poblacional. El grupo de manzanas con alta vulnerabilidad socio-demográfica, que a su vez presentan una baja incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad, aparecen con valores de envejecimiento poblacional superiores al 22,5%, lo cual las coloca entre las quince más alarmantes en lo que a este fenómeno respecta en el territorio. Las manzanas con alta vulnerabilidad socio-demográfica, pero media incapacidad de respuesta, también experimentaron elevados valores de envejecimiento poblacional, pero en este caso superiores al 20,9%.

Mapa 5. Mapas de vulnerabilidad socio-demográfica de la personas de la tercera edad

image009.jpg

Fuente. Bello, 2012

Siguiendo estudios anteriores en el territorio12 y para alcanzar una mayor diferenciación de la vulnerabilidad socio-demográfica, de las personas de la tercera edad, las manzanas de alta vulnerabilidad se confrontaron con indicadores de: hacinamiento13, estado constructivo de los inmuebles y viviendas de riesgo14, todos evaluados según el porciento de incidencia que tiene la manzana15. El resultado de esta confrontación, no mostró una conexión directa entre los valores más elevados, de la vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad y los experimentados por los indicadores considerados. Pero resulta preciso señalar que, lo anterior no exime la existencia manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica, que presentan estos fenómeno de forma bien extendida entre su vivienda, según se puede apreciar en el Cuadro 2.

Cuadro 2. Relación entre las manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad y otros fenómenos socio-ambientales en el Centro Histórico de La Habana.

Manz.

Índice*

Estado constructivos

% de viviendas con hacinamiento

% Viviendas de riesgo

Manz.

Índice*

Estado constructivos

% de viviendas con hacinamiento

% Viviendas de riesgo

0260

3,5152

Regular

6,76

24,3

0086

1,4904

Malo

12,65

38,6

5003

2,5463

Regular

0,00

0,0

0191

1,4420

Regular

14,37

31,1

0111

2,3885

Regular

16,67

43,3

0087

1,4168

Regular

7,69

2,6

0051

2,2297

Regular

9,52

4,8

0295

1,3836

Regular

7,04

39,4

0193

2,1431

Malo

15,15

87,9

0019

1,3723

Regular

8,25

28,9

5007

2,1312

Regular

0,00

0,0

0033

1,3314

Bueno

0,00

0,0

0013

2,1236

Regular

12,96

25,9

0063

1,3200

Bueno

22,50

2,5

0092

2,1034

Malo

22,73

13,6

0235

1,3188

Regular

17,95

5,1

0026

1,9373

Regular

11,54

1,9

0171

1,2497

Regular

22,02

18,8

0194

1,8891

Regular

21,28

89,4

0135

1,2356

Regular

9,43

28,3

0126

1,8878

Regular

11,11

0,0

0146

1,1790

Malo

19,47

16,8

0297

1,8808

Regular

10,26

2,6

0256

1,1224

Regular

11,41

47,7

0036

1,8547

Regular

16,98

11,3

0058

1,0978

Regular

11,40

13,2

0192

1,7727

Regular

19,35

54,8

0143

1,0757

Regular

20,00

32,9

0237

1,7583

Regular

12,50

52,1

0079

1,0421

Regular

15,41

38,7

0025

1,5914

Regular

17,02

27,1

*Índice de vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad

Fuente. Bello, 2012 con base en Bello, 2009.

Las manzanas que presentan menor vulnerabilidad socio-demográfica, de las personas de la tercera edad, se encuentran agrupadas fundamentalmente en tres espacios del territorio. La primera y mayor de estas áreas abarca la porción central y centro-este del territorio, sin una marcada continuidad del área, pues en ella aparecen manzanas de niveles superiores. Esta área, a diferencia de lo que ocurría en el análisis de la incapacidad de respuesta, no se suscribe al espacio donde con mayor intensidad se ha trabajado en las labores de rescate y restauración del patrimonial. Una segunda área, con características similares a la anterior, pero con menor extensión, aparece en el extremo sur-este del Centro Histórico de La Habana. En tanto, para la porción oeste del territorio, va a quedar bien delimitada una línea de manzanas de baja vulnerabilidad socio-demográfica, que sigue el extremo de la calle Prado, San José e Industria desde Ánima hasta Barcelona. Otras manzanas en este nivel aparecen diseminadas por el territorio, pero se encuentran aisladas, o no presentan concentración de envergadura cercana, a las mencionadas anteriormente (Mapa 5).

La valoración del comportamiento de las manzanas de baja vulnerabilidad socio-demográfica, respecto al lugar que ocupan en el envejecimiento poblacional, o en el índice de incapacidad de respuesta, puede mostrar elementos que diferencian el comportamiento de este nivel. Las manzanas que componen esta clase, experimentaron un comportamiento del envejecimiento poblacional, que las ubica en los tres grupos que evalúan este fenómeno. Tal es el caso que, de las 58 manzanas de baja vulnerabilidad socio-demográfica16, seis pertenece al grupo de envejecimiento III, 46 al grupo II y seis al grupo I (este último incluye las manzanas 0091 y 0096 donde no habitan personas de 60 años y más). El resultado entonces, explica el hecho de que manzanas con baja vulnerabilidad socio-demográfica aparecieran en el grupo de envejecimiento III, tiene que ver con el hecho que estas manzanas presentaran una baja incapacidad de respuesta de las personas de la tercera edad, quedando como excepción la 0011 y 0184, entre los quince valores más bajos de este índice; además, en ningún caso la cantidad de personas de 60 años y más superaron el 16% de la población total.

Una cuestión similar sucede con las manzanas 0244 y 259, en estos casos se encuentran entre las diez con mayor incapacidad de respuesta, lo que haría pensar que no pueden aparecer en el grupo de baja vulnerabilidad socio-demográfica. Pero sucede que, estas manzanas además aparecen entre las diez con menor envejecimiento poblacional en el territorio, con valores del 5,4% y 10% de personas de la tercera edad, respectivamente.

8. Iniciativas de atención a los adultos mayores y su relación con la vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad

Una de los objetivos planteados en este trabajo, dirige la investigación al estudio del alcance que pudieran tener diferentes iniciativas de atención a las personas de la tercera edad, en el Centro Histórico de La Habana y esto llevarlo en estrecha relación con las áreas que, en el 2002, presentaban alta vulnerabilidad socio-demográfica. Este resultado sería el punto de partida para un análisis posterior, una vez conseguido los datos del próximo Censo, superando la limitante que implica trabajar con informaciones desfasadas en el tiempo. Lo cierto es que, hoy la relación entre áreas de vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad y alcance del sistema de atención al adulto mayor, si bien se evalúan eficientemente de forma individual, el análisis de conjunto queda como una suposición, que en un futuro resultaría interesante reevaluar. A pesar de estos contratiempos, en ausencia de posibilidades reales de contar con otra información más fiable, resulta positivo dirigir las propuestas de trabajo sobre los resultados hasta ahora obtenidos, buscando llamar la atención sobre los espacios hacia donde pudieran dirigirse los esfuerzos de las diferentes iniciativas de atención a las personas de la tercera edad. La idea es procurar que las instituciones consideradas en la investigación, trabajen sobre los espacio con una mayor probabilidad de alta vulnerabilidad socio-demográfica, de las personas de la tercera edad, ante el riesgo de envejecimiento poblacional, sobre todo en aquellos que quedan fuera de su alcance efectivo.

En el Centro Histórico de La Habana, con una singularidad irrepetible en el contexto cubano, diferentes iniciativas procuran dar atención a las personas de la tercera edad. Estas son llevadas por disimiles instituciones tales como: el estado (a través de sus diferentes organizaciones, educación, salud pública, comercio), las iglesias, ONG y la Oficina del Historiador de la Ciudad.

En el territorio objeto de la presente investigación, se pudieron inventariar un gran número de iniciativas de diversa naturaleza, pero para valorar su alcance de forma aislada, fueron catalogadas de tres forma fundamentales: Programas gubernamentales de atención a la tercera edad; Programas de atención a la tercera edad, específicos del Centro Histórico de La Habana; Iniciativas no gubernamentales de atención a los adultos mayores.

De conjunto, brindan atención a unos 150717 adultos mayores, lo cual constituye el 14% de la población de 60 años y más, en el Centro Histórico de La Habana.

La valoración del trabajo de las instituciones u organizaciones de forma aislada, dio como resultado que las iniciativas no gubernamentales de atención a los adultos mayores atienden a 137 adultos mayores (1,3% de las personas de 60 años y más), los programas de atención a la tercera edad, específicos del Centro Histórico de La Habana, lo hacen para 79 abuelos18 (0,7% de las personas de 60 años y más) y finalmente los programas gubernamentales de atención a la tercera edad asisten a unas 1291 personas de la tercera edad, lo cual representa el 12% de la población de 60 años y más del Centro Histórico de La Habana19. Es importante destacar, que dentro de los programas gubernamentales de atención a la tercera edad, solamente los comedores de la Empresa Municipal de Comercio atienden a unos 1113 adultos mayores del Centro Histórico, lo que constituye el 10,4% de la población de la tercera edad en el territorio. Esto lleva a afirmar que el resto de las iniciativas tienen a su cargo aproximadamente el 4% de las personas ancianas de Centro Histórico, que en ocasiones resulta lo más visible, en lo que a atención a los adultos mayores se refiere. Esto no quiere decir que tengan menor protagonismo, simplemente que su alcance es limitado y en función de ello se deben evaluar sus posibilidades de llegar a los espacios de alta vulnerabilidad socio-demográfica, de las personas de la tercera edad.

Las iniciativas gubernamentales de atención a las personas de la tercera edad, llegan a prácticamente a todo el territorio, unas 179 manzanas, que se traducen en el 86,9% del total de estas (Mapa 6). El alcance representativo de la atención a las personas de la tercera edad por parte de estos programas, en cambio, muestra una drástica variación del panorama, donde apenas el 42,7% (88 manzanas) de las manzanas aparecen con un resultado favorable. Los resultados de la evaluación espacial de estas iniciativas pueden verse en los mapas que aparecen en los anexos, donde se aprecia que las manzanas con baja cobertura, por parte de estas iniciativas, se diseminan por todo el territorio, sin que estas lleguen al menos a 18 manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica (Mapa 6).

En el análisis espacial de las iniciativas propias del Centro Histórico de La Habana solamente pudo realizarse, como se explicaba anteriormente, en el Centro Geriátrico Ramón y Cajal, el cual acoge a adultos mayores de 38 manzanas (18,4%) del territorio (Mapa 6). Dado que la representatividad solo esta vista para este centro, queda claro que, no constituye una iniciativa que pueda permitirse acoger una gran cantidad adultos mayores, todo el trabajo que esta iniciativa realiza en el territorio resulta representativo. Al igual que los programas gubernamentales de atención a los adultos mayores, al trabajo del Centro Geriátrico Ramón y Cajal se escapan 18 manzanas de alta vulnerabilidad, pero no resultaron ser exactamente las mismas del caso anterior. En este caso, de las cuatro manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica, que se encuentran cercanas al centro geriátrico, el trabajo de este llega a tres de ellas (0135, 0143y 0146), quedando fuera en este sentido la 0092. El alcance espacial representativo de esta iniciativa, abarca en lo fundamental las manzanas de sus inmediaciones, en un área medianamente bien definida entre las calles Amargura y Luz, desde Compostela hasta San Pedro, aunque recibe adultos mayores de otras manzanas del territorio (Mapas 6).

Mapas 6. Mapas de las iniciativas de atención a las personas de la tercera edad

image011.png

Fuente. Bello, 2012

Las iniciativas no gubernamentales de atención a los adultos mayores, que en este caso se materializa en algunas iglesias20, sociedades españolas y un proyecto cultural llamado “Eterna Juventud”, realizan un trabajo de apoyo a los adultos mayores que llega al 35,4% del territorio, unas 73 manzanas (Mapas 6). De forma representativa, la labor que estas realizan se refleja en 58 manzanas, con resultado porcentual del 28,2%, a lo cual escapan también 18 manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica, siendo una cifra que se repite, pero con la característica que existe diferencias entre las diversas iniciativas analizadas. El trabajo de atención a los adultos mayores, de las iniciativas no gubernamentales, espacialmente se concentra hacia el norte del territorio, aunque hacia el centro-este de forma menos compacta, aparecen espacios de menor envergadura (Mapas 6).

El conjunto de todas las iniciativas que brindan atención a las personas de la tercera edad, en el Centro Histórico de La Habana, llega a casi la totalidad del territorio, un alcance que solo excluye el 12,6% del territorio (Mapas 6). De forma representativa y con alta cobertura, la atención a los adultos mayores en el área de estudio, se logra en el 43,2% de las manzanas (89 manzanas), una cifra que deja a más de la mitad del territorio necesitado de una mayor participación de estas iniciativas, sobre todo si se considera que dentro del 56,8% de manzanas con baja cobertura de atención a los adultos mayores, aparecen 21 manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica21 (Figura 7). Si seguimos el resultado de las iniciativas anteriores, dentro de estas 21 manzanas existe un número de ellas, específicamente 0013, 0033, 0036, 0051, 0092, 5003, 5007, 0126, 0171, 0191, 0193, 0194, que no se encuentra bajo la cobertura representativa de ninguna de las iniciativas vistas de forma individual. Esas doce manzanas son ciertamente las más alarmantes del territorio, por ende, demandarían un trabajo detallado en post de vincular a alguno de sus adultos mayores a las iniciativas, que para su atención existen en el Centro Histórico de La Habana (Mapa 7).

Mapas 7. Mapas de relación entre cobertura representativa de los sistemas de atención a los adultos mayores y alta vulnerabilidad socio-demográfica.

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Fuente. Bello, 2012.

Espacialmente, los espacios del Centro Histórico de La Habana con mayor cobertura de los programas de atención a las personas de 60 años y más, se concentran al norte, centro y en menor medida hacia el sur-este del territorio. El resultado espacial de la atención a los adultos mayores, a todas luces, no refleja un relación directa entre los espacios de mayor trabajo restaurador del Centro Histórico de La Habana y los valores más favorables en este sentido, por el contrario, existen un número importante de manzanas con baja cobertura de los programas de atención a las personas de la tercera edad, en dicha área (Mapa 6 y 7).

9. Conclusiones

Las respuesta, o solución, a las dificultades que este territorio presenta en sentido de la vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad, si bien pudiera considerarse que no está del todo en las iniciativas de atención a los adultos mayores, analizadas a efectos de esta investigación, en ellas debe recaer en lo fundamental. En los resultados de la investigación se expuso, que muchas de las manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica, que el conjunto de iniciativas de atención a la tercera edad dejaban fuera, si eran atendidas de forma representativa por programas e iniciativas independientes, lo que de cierto modo avizora que el trabajo coordinado de todas las iniciativas puede procurar atención a todos los espacios del territorio que lo requieren.

Para ello, primero deben conocerse y reconocerse, valorar su alcance, buscar entre sus fortalezas y debilidades cual tiene mayor flexibilidad, para llegar a nuevos espacios. Estudiar si el eventual redimensionamiento de su rango de acción, deja espacios que pueden ser cubiertos por otras de estas tantas iniciativas de atención a las personas de la tercera edad. Buscar cuando se requiera, lo que algunas aportan y otras carecen, en post de una mejor atención a la tercera edad, que si bien ya se viene realizando, no debe perderse de vista y sinceramente multiplicarse.

Resulta necesario, volver estos programas de atención de las personas de la tercera edad, sin exclusión y excepciones, sobre estos espacios de alta vulnerabilidad que hoy, en principio, se encuentran desatendidos o con baja alcance en relación con la demanda. Los mecanismo existen y este trabajo constituye una herramienta de búsqueda y perfección, pero también pudiera profundizarse con otros mecanismo, a fin de llegar a conocer, en los espacio de alta vulnerabilidad socio-demográfica, que adultos mayores demandan una mayor atención de la que hoy reciben. En ello pueden intervenir, desde los trabajadores sociales, hasta muchos de los voluntarios que en muchas parroquias del territorio, trabajan en función de apoyar al prójimo22.

Si bien muchos pudieran ser los dictámenes, sobre como promover que estas iniciativas llegan a espacios, que según esta investigación lo necesita, pero lo más oportuno (a tono con el sentido de unidad y reconocimiento que se debe perseguir) es buscar en un taller el espacio para luego de exponer los resultados de esta investigación, determinar las soluciones para llegar a los espacios más preocupantes, desde el protagonismo de quienes las llevarían a vías de hecho.

Lograr que en la integración de diferentes iniciativas esté la solución de los problemas de la vulnerabilidad socio-demográfica de la personas de la tercera edad23 y situaciones difíciles que entraña el envejecimiento poblacional, puede resultar la vía más viable, no solo en el Centro Histórico de La Habana, sino para otras lugares de nuestro contexto nacional. Desde trabajos anteriores ya se ha expuesto con claridad las implicaciones que suponen el envejecimiento de la población y fundamentalmente muchas cuestiones que deben seguirse, para que este fenómeno demográfico de larga duración no resulte un problema más, para las personas de la tercera edad.

Esta realidad que se describe para el Centro Histórico de La Habana, puede estar teniendo lugar en otros espacios de la ciudad y del país, sin que se exploten el sin número de posibilidades que pueden llevarse a cabo para atender a las personas de la tercera edad. Cuba por la situación económica que hoy atraviesa, indudablemente no se encuentra preparada para lo que supone el envejecimiento poblacional, entonces es lógico que imaginemos que las personas de la tercera edad que les toca vivir este momento, van a aparecer en una situación más difícil. Pues en los espacios donde habitan, teóricamente van ha estar a la merced de la franca desventaja que supone una difícil relación de dependencia. Entonces el camino debe estar marcado por la implicación y la integración24 de programas de atención a los adultos mayores, donde cada esfuerzo sea visto como una iniciativa a apoyar, reconocer e incluir, de forma que se logre superar el tremendo reto que supone para cualquier nación (subdesarrollada sobre todo) el envejecimiento poblacional.

10. Referencias bibliográficas

• Bello, William et al. (2009). Vulnerabilidad socio-ambiental en el Centro Histórico de La Habana. Cuadernos Geográficos, No. 45, 2009-2, Universidad de Granada, pp. 63-82.

• Bello, William (2012). Tesis de Maestría. Diferenciación territorial de la vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad. Estudio de caso, Centro Histórico de La Habana. (Inédito)

• CELADE (2009). El envejecimiento y las personas de edad. Indicadores sociodemográficos para América Latina y el Caribe. CELADE-División de Población de la CEPAL, Diciembre 2009. http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/5 /35915/celade.xslt

• CEPAL (2002). Vulnerabilidad socio-demográfica: viejos y nuevos riesgos para comunidades, hogares y personas. Comisión Económica para América Latina y El Caribe, Naciones Unidas, Santiago de Chile, Chile.

• Gómez, Javier (2001). Vulnerabilidad y medio ambiente en América Latina y el Caribe, Naciones Unidas. CEPAL-CELADE, Seminario Internacional sobre las diferentes expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe. Naciones Unidas, CEPAL-CELADE, Santiago de Chile.

• ONEI (2011) Anuario Demográfico de Cuba (2010), 18 marzo 2011. <www.one.cu/publicaciones/cepde/anuario_2010.pdf>

• Sen, Amayrta (1981). Poverty and Famines. An Essay on Entitlement and Deprivation. Oxford: Oxford University Press.

Sobre el autor

William Bello Sánchez

Facultad de Geografía, Universidad de La Habana. Profesor e investigador. Máster en geografía, medio ambiente y ordenamiento territorial. Master en Dirección de Empresas (MBA) de la UCAM (Universidad Católica San Antonio de Murcia) en La Habana y graduado del Diplomado en Geomática del IGT (Instituto de Geografía Tropical). La superación profesional abarca en general un total de 43 cursos de posgrado. La labor investigativa desarrollada aborda temáticas del desarrollo, medio ambientales, fundamentalmente en el contexto urbano y con una importante componente social. De este modo, como línea conceptual, las investigaciones realizadas se centran en la evolución de la vulnerabilidad. Los trabajos desarrollados se embarcan en lo fundamental en la ciudad de La Habana y con mayor especificidad en su Centro Histórico. Participa de diferente proyectos nacionales e internacionales como: -Carácter geoestratégico de tres islas de México: Cedros, Carmen y Cozumel, desde la perspectiva de su territorio, población y economía. Proyecto Cerro. etc. Las diferentes investigaciones han sido presentadas en varios eventos internacionales como: - II Convención Internacional. ”Geografía, Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial. - VIII Encuentro Internacional sobre Manejo y Gestión de Centros Históricos. etc. Además los trabajos, aparecen en nueve publicaciones, revista y compilaciones de diversos formatos, de Cuba, España y Argentina.

Notas

1. Facultad de Geografía. Universidad de La Habana. william@geo.uh.cu

2. Para fines de esta investigación el grupo de estudio es la población de 60 y más años, que indistintamente se le denominará ancianos, longevos, tercera edad, adultos mayores, población envejecida.

3. En poco menos de 5 años, Cuba se ha visto obligada a recortar tremendamente sus importaciones e inversiones en función de saldar un importante número de deuda, en fusión de ganar credibilidad a nivel internacional y no comprometer el desarrollo de la nación (Situación referida en múltiples ocasiones por la presa cubana y extranjera).

4. En el discurso de clausura del VI congreso del Partido Comunista de Cuba (2011), el General de Ejército Raúl Castro, presidente cubano, enfatizó en la necesidad de superar el secretismo que se apodera de muchas instituciones. Este fenómeno en no pocas ocasiones limita el favorable desenvolvimiento de muchas investigaciones.

5. En estas manzanas sucede que una gran parte de su espacio se encuentra destinadas a un uso no residencial, en lo fundamental debido a que están, en la parte más turística del Centro Histórico de La Habana. Así es que, en están manzanas se puede encontrar el Café Restaurante Oriente, La Luz, Parque Simón Bolívar, Hotel Santa Isabel, Ambos Mundos, Florería Wagner, etc.

6. En el caso de la manzana 0244, la Iglesia del Spíritus Santo; que conjuntamente con un parque en la parte posterior del templo, ocupan la mitad de la manzana.

7. Los valores de población de las manzanas 0182, 0244 y 5008 eran 343, 93 y 152 personas respectivamente, mientras que a la tercera edad pertenecían 28, 5 y 14 adultos mayores.

8. Entrevista con el consultante, la Msc. y especialista en psiquiatría Dr. Noemí Núñez, 2011

9. La razón por la cual, este investigación establece 3 clases o niveles, queda explicada con anterioridad.

10. La representatividad está determinada, por el coeficiente de localización de Sargent Florence.

11. Las manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad son: 0013, 0019, 0025, 0026, 0033, 0036, 0051, 0058, 0063, 0079, 0086, 0087, 0092, 0111, 0126, 0135, 0143, 0146, 0171, 0191, 0192, 0193, 0194, 0235, 0237, 0256, 0260, 0295, 0297, 5003, 5007.

12. Trabajo de Diploma, Vulnerabilidad Socio Ambiental en el Centro Histórico de La Habana. Realizado en el área de estudio en el año 2002, y publicado de forma integra en el años 2011.

13. Para su estudio se tuvieron en cuenta las “Pieza Utilizada para Dormir” que según el Censo, 1981, son todas aquellas que se utilizadas para dormir, incluso las que no siendo dormitorios se usan habitualmente para ese fin.

14. Son aquellas viviendas que por su arquitectura, estructura y características ambientales en general, pudieran generar situaciones que afectan la calidad de vida sus habitantes. Según la tipología y los datos del Censo para el Centro Histórico de La Habana se consideraron las siguientes viviendas; habitación en cuartería, local adaptado, vivienda improvisada.

15. Los valores de estos indicadores esta dado por el porciento de incidencia que tiene las viviendas las viviendas con hacinamiento o las viviendas de riesgo en la manzana, y en el caso del estado constructivo la clasificación general que presenta la manzana según el estado constructivo de cada uno de sus inmuebles.

16. Las manzanas de alta vulnerabilidad socio-demográfica de las personas de la tercera edad son: 0011, 0028, 0040, 0049, 0054, 0074, 0090, 0091, 0096, 0098, 0099, 0100, 0105, 0106, 0112, 0113, 0118, 0121, 0122, 0123, 0132, 0133, 0134, 0136, 0137, 0138, 0148, 0149, , 0168, 0173, 0179, 0182, 0183, 0184, 0190, 0213, 0214, 0215, 0216, 0221, 0244, 0252, 0259, 0289, 0290, 0294, 0296, 0303, 0304, 0345, 0347, 0349, 5008, 5009, 5010, 5012, 5013, 5014

17. En estos datos y esta investigación, no aparece información, de los adultos mayores atendidos por la oficina de asuntos humanitarios, del Centro Histórico de La Habana, única iniciativa negada a colaborar con la investigación. Razón por la cual, aparece como una de las recomendaciones, si en el futuro sus funcionarios se deciden a colaborar con investigaciones de este tipo, serio lógico incluir sus datos para mejorar los resultados.

18. Ídem.

19. Existe un pequeño grupo de adultos mayores que reciben atención por parte de estas iniciativas, pero al no residir en el Centro Histórico de La Habana, no fueron considerados para la investigación.

20. Dentro de las cuales se incluye el Arzobispado de La Habana.

21. Estas manzanas son las siguientes: 0013, 0026, 0033, 0036, 0051, 0058, 0092, 0126, 0135, 0143, 0146, 0171, 0191, 0192, 0193, 0194, 0235, 0237, 0256, 5003 y 5007.

22. En mucha de las iglesias del territorio y sobre todo donde se llevan a cabo programas de atención a los adultos mayores, voluntariamente muchas personas colaboran, en fusión del éxito de estas iniciativas.

23. No es recurrente señalar casi al final, que en muchos caso, cuando se habla de vulnerabilidad de las personas de la tercera edad, prejuiciosamente se piensa que meramente se debe considerar el deterioro natural del paso de la vida, este análisis siempre debe ser más profundo, holístico.

24. Integración no debe verse como aglutinación o sintonización, sino como complicidad en el trabajo, camaradería, colaboración y cooperación.