
Variación 2(1) 2025, pp. 191-204
María Victoria Galloso Camacho & Irene García
193
añade, que la presencia del clítico dativo en singular podría tener cierta función sintáctica en
la que “el clítico pronominal de dativo […] conserva sólo la categoría no-marcada de número
[…] surgiendo una referencia cruzada funcional” (2007, p. 74); en cambio, la presencia del
clítico en plural podría tener una función morfológica porque, al igual que “los morfemas
exivos del verbo concuerdan en número con su sujeto nominal o pronominal” (2007, p. 74),
debe concordar el pronombre clítico con su OI.
Las tesis que más relevancia han tenido en la mayoría de los estudios son las hipótesis
centradas en la fonética, en la economía morfosintáctica y en la pragmática. Así, la hipótesis
fonetista se basa en la aparición de le cuando debería aparecer les por la pérdida de la -s en
posición nal. No obstante, según indican Soto et al., “la existencia de usos en zonas en que la
/s/ posnuclear no se aspira ni elide, como Ciudad de México (De Mello, 1992) y los ejemplos
hallados en Cervantes […] van en contra de lo que predice la hipótesis” (2013, p. 231).
Respecto a la hipótesis basada en la economía morfosintáctica, se entiende o bien como
analogía o bien por la economía comunicativa. De manera que en el Esbozo de la RAE (1973),
según Soto et al., se maniesta que “el clítico simplemente anticiparía o anunciaría
vagamente el OI” (2013, p. 231). Por lo que se puede relacionar esta teoría con la economía
comunicativa de la que estos autores declaran que “Quesada (1995), a partir de De Mello
(1992), inscribe el fenómeno en el marco de la pluralización discontinua, proponiendo que
gracias al principio de economía lingüística se generaría una neutralización del marcador de
plural en el clítico” (2013, p. 232). Respecto a la idea de la analogía, se menciona que “varios
autores han destacado el papel que podría haber desempeñado en el origen del fenómeno la
analogía con el dativo se (<ge), bajo el supuesto de que la neutralización de la oposición en le
es paralela a la que se produjo con la neutralización de la misma oposición en se” (2013, p.
231). Por último, de la hipótesis basada en la pragmática nos explican que, según De Mello
(1992), el le invariable tendría una función de reducción de énfasis, destacando, por el
contrario, que “la construcción con clítico concordante tendría un estatus intermedio” (2013,
p. 233).
Otra teoría que ha sido utilizada para explicar el problema es la de la posición del OI. Esta
teoría se ha puesto en práctica y Barbeito et al. observan que la distancia entre el pronombre y
el OI es determinante, ya que “mientras mayor sea la distancia entre el objeto indirecto y el
pronombre mayor será la tendencia a duplicar el objeto plural con un pronombre dativo
singular” (2018, p. 140). En cambio, demuestran que el número del OD no es un factor
determinante. Y, por último, respecto a la animacidad del OI sostienen que“la animación tiene
un peso relativo para la ausencia de concordancia” (2018, p. 141) a diferencia de lo
demostrado en anteriores investigaciones, como, por ejemplo, la conclusión de Soler
Arechalde (1992) al comprobar que aumenta la posibilidad de la discordancia con los OI
menos humanos. No obstante, señala Vilas que algunos autores deenden que “la
discordancia de le es más frecuente con OI animados puesto que al ser los más prototípicos
son también los más accesibles a los participantes del discurso” (2021, pp. 483-484). Cabe
señalar que estas hipótesis, en ocasiones, serán utilizadas en el actual estudio para intentar
justicar y explicar la aparición de le por les en algunos ejemplos señalados.
Sin embargo, a pesar de las diversas opiniones y de las posibles causas que lo justican, el
fenómeno sigue estando en debate porque algunos estudiosos lo consideran exclusivamente
del habla popular, mientras que otros comienzan a integrarlo como característico de la norma
culta. Así, ya Casares indicó que el fenómeno era“una corruptela tan frecuente y tan arraigada
en el lenguaje que en ella incurren, por igual, la gente del pueblo, los señores académicos y […]