Revista de Variación y Cambio Lingüístico 2(1) 2025
ISSN: 3020-9854
Doi: 10.30827/3020.9854rvcl.2.1.2025.32574
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La variación lingüística en la documentacn histórica canaria (ss. XVI-
XVIII). A propósito de la coleccn Documentos para la historia lingüística
de Hispanoarica, vol. II
Linguistic variation in the canarian historical documentation (ss. ���
th
-����
th
).About
the collection of Documents for the linguistical history of Hispanoamerica, vol. II
Javier Medina López
Universidad de La Laguna
jmedina@ull.edu.es
Resumen
El artículo presenta un corpus histórico que ha servido de base para el análisis de la historia de la
lengua española en las islas Canarias. Aunque fue publicado hace veinticinco años, sin embargo, no ha
sido analizado hasta ahora. La edición se sitúa en la tendencia investigadora que pone su foco de
interés en la documentación de archivo y en la que se recoge todo tipo de textos, superando las
prácticas anteriores que tenían las ediciones literarias como referentes para la historia del español. La
crestomatía pertenece a la colección Documentos para la historia lingüística de Hispanoamérica, vol.
II, publicado en el año 2000 por la Real Academia Española. El total de los 62 documentos
seleccionados señala las principales tendencias del español a lo largo de los siglos XVI al XVIII. El rasgo
más sobresaliente es el del seseo, lo que conecta con las prácticas meridionales españolas
expandidas desde el momento mismo de la conquista canaria y americana. Otros fenómenos como las
vacilaciones vocálicas, asimilaciones, disimilaciones, formas morfológicas y algunas particularidades
del léxico son tenidos en cuenta. Se concluye que buena parte de los rasgos descritos son propios de
la vertiente meridional y atlántica del idioma.
Palabras clave: historia de la lengua española en Canarias; documentación archivística; análisis
lingüístico; variación dialectal.
Abstract
The article presents a historical corpus that has served as a basis for the analysis of the history of the
Spanish language in the Canary Islands. Although it was published twenty-ve years ago, however, it
has not been analyzed until now. The edition is situated in the research trend that places its focus of
interest on archival documentation and in which all types of texts are collected, surpassing previous
practices that had literary texts as references for the history of Spanish. Chrestomatia belongs to the
collection Documentos para la historia lingüística de Hispanoamérica, vol. II, published in 2000 by the
Royal Spanish Academy. The total of the 62 selected documents points out the main trends in Spanish
throughout the 16th to 18th centuries. The most outstanding feature is that of the seseo, which
connects with the southern Spanish practices expanded from the moment of the Canarian and
American conquest. Other phenomena such as vowel hesitations, assimilations, dissimilations,
morphological forms and some particularities of the lexicon are taken into account. It is concluded that
a good part of the features described are typical of the southern and Atlantic side of the language.
Keywords: history of the Spanish language in the Canary Islands; archival documentation; linguistic
analysis; dialectal variation.
RECIBIDO: 14-01-2025; ACEPTADO:18-02-2025
Variación 2(1) 2025, pp. 147-158
La variación lingüística en la documentación histórica canaria (ss. XVI-XVIII). A propósito de la colección
Documentos para la historia lingüística de Hispanoamérica, vol. II
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1.INTRODUCCIÓN
La historia de la lengua española en las islas Canarias ha experimentado un notorio avance en
las últimas tres décadas, si bien es cierto que con desiguales resultados tanto en lo que a la
publicación de corpus se reere como a la atención prestada a las parcelas lingüísticas que
suscitan mayor interés: la fonética, la morfología y el léxico
1
. En este último caso, como es bien
conocido, la aportación de la lexicografía histórica insular al saber idiomático general ha sido
notabilísima, pudiendo encontrar obras de referencia que ponen de maniesto la génesis,
desarrollo e inuencias socioculturales de nuestro vocabulario insular, dada la estratégica
posición que las Canarias ocupan como territorio tricontinental (Corrales y Corbella 2001;
Morera 2001)
2
.
En el año 2025 habrá pasado un cuarto de siglo desde que se dio a conocer un corpus canario
compuesto por 62 textos de variada tipología textual, el cual forma parte de la colección
Documentos para la historia lingüística de Hispanoamérica, vol. II (DHLH-II)
3
. La selección
publicada constituye un primer bloque de textos de variada procedencia insular dentro del
archipiélago canario y con un marcado sesgo administrativo-ocial, pues la mayoría se
corresponde con transcripciones hechas de testamentos, cartas de pago, etamentos,
autorizaciones, cartas dirigidas a autoridades diversas, etc. Este panorama escritural nos
ofrece, desde esta perspectiva, un estado de lengua durante los siglos XV al XVIII; es decir,
desde el comienzo mismo de la conquista canaria hasta los albores de lo que, podríamos
señalar, es el español moderno, el cambio que se produce a partir del Siglo de las Luces.
Sin embargo, y a pesar de la novedad que supuso en su momento esta crestomatía canaria,
prácticamente nada se ha escrito sobre la importancia y valores de esta, a pesar de que los
integrantes del grupo de investigación formado ad hoc han seguido interesados en distintos
matices y aspectos de la diacronía del español. Por ello, el objetivo de este artículo es el dar a
conocer los principales valores lingüísticos que tiene una selección textual de esta naturaleza,
enmarcada en las dinámicas transversales de la lengua histórica española, por un lado, y en la
singularidad que muestran unos documentos redactados en los territorios incorporados a la
Corona de Castilla desde el siglo XV en adelante, por otro. Dada la naturaleza de la edición, en
formato tradicional de papel (libro), se constata que este ha sido un obstáculo que ha hecho
que la misma no sea tan conocida y su acceso tan inmediato como ocurre, por el contrario,
con los recientes métodos ecdóticos actuales.
Los materiales que nos ocupan (DHLH-II) fueron editados siguiendo los lineamientos del ya
lejano “Proyecto para el estudio histórico del español de América” (Medina López, 1995),
ideado, inicialmente por Lope Blanch (1993) y, años más tarde, retomado y relanzado por M.ª
Beatriz Fontanella de Weinberg (Medina López, 1995, p. 38). En esta segunda etapa, como es
bien conocido, se produce un renacer de los estudios sobre la historia del español en América
con especial dedicación a la forma de publicar la documentación, en la medida en que fueron
sumándose más regiones, siguiendo, de alguna manera, la línea trazada —sin bien con escasa
continuidad en aquellos años— por Cock Hincapié (1969) hacia nales de la década de los
3 La serie a la que hago referencia se inició como resultado de las primeras aportaciones hechas por la Comisión de Estudio Histórico del
español de América”, proyecto panamericano dirigido entonces por M.ª Beatriz Fontanella de Weinberg y que, desde un principio, fueron
publicadas como anejos del Boletín de la Real Academia Española (Fontanella de Weinberg, 1993; Rojas Mayer, 2000, 2008a y 2008b;
Guzmán Riverón, 2015).
1 Ofrece amplia bibliografía y estado de la cuestión un reciente artículo de Medina López (2023).
2 El Diccionario Histórico del Español de Canarias (DHECan) de Corrales y Corbella (2001) puede consultarse, además, en línea: https://
apps2.rae.es/DHECan.html.
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años sesenta del siglo XX (Medina López, 2022, p. 91). A pues, superados ya la primera fase
de exploración textual y el convencimiento de que valía la pena indagar en el devenir de la
lengua a través del tiempo, la investigación actual muestra amplias posibilidades de consulta
de otra tipología alejada de los cánones puramente literarios.
Se pretendía, en aquellos iniciales momentos, ofrecer una nueva visión de la realidad
documental americana, alejada de patrones literarios y/o peninsulares
4
—tan usuales durante
la época de la colonia
5
y que mostraran, por contra, cuáles eran los principales rasgos de la
llegada del español, y su posterior evolución, a tierras americanas (o Canarias, para nuestro
caso). Para ello se recurrió, en la medida de lo posible, a textos que dieran una visión más
heterogénea de la lengua, con la inclusión de cartas privadas (las más difíciles de localizar),
testamentos, actas bautismales, cartas ociales entre la administración local y la Corona,
inventarios de barcos y bienes y un largo etcétera. Poco a poco se fue teniendo en cuenta todo
tipo de textos que transmitieran, o pudiera colegirse, una cierta inmediatez comunicativa,
según la propuesta de Koch y Oesterreicher (2007, p. 30); es decir, poder llegar a describir
cómo se hablaba en el pasado a través de textos escritos, lo que no deja de ser, como hizo ver
Oesterreicher (1996, p. 323) una contradictio in adiecto. Y todo ello, no obstante, considerando
que en muchos ocasiones se analizan documentos en los que sus redactores (a veces con
habilidades grácas decientes), adoptaban registros formales, sobre todo si se dirigían a la
administración (cabildos, gobernación, la Corona...), “para lo cual se apoyan en una serie de
elementos que conocen de diversas situaciones comunicativas y tipos de textos orales y
escritos” (Almeida Cabrejas, 2019, p. 451) lo que conlleva, como dice esta misma autora, a
que la lengua usada para dirigirse a la administración también sea un modelo imitable. No hay
que descartar, por tanto, la documentación archivística y ocial que tanto se ha publicado en
los últimos años, pues la misma ofrece interesantes incursiones orales (en ocasiones los
estilos directos empleados en juicios y testimonios), descripciones geográcas (con la
inclusión de topónimos), conictos entre vecinos, defensas del honor y denuncias ante la
Inquisición, pagos de tributos, relaciones de bienes y enseres en los navíos (fundamentales
para entender el tráco marítimo y social a ambos lados del Atlántico), relaciones de
testamentos (con abundante información de la onomástica y la toponimia menor, bienes y
enseres cotidianos), ventas de todo tipo de propiedades, cartas de libertad, etc. Por lo tanto,
como bien señala Almeida Cabrejas (2019, p. 447), “[c]asi está de s señalar que los tópicos
sobre la escasa utilidad de los documentos de archivo se basan en una consideración
absolutamente errónea de que estos documentos son poco variados en sus temas y
repetitivos y arcaizantes en su lengua”.
De esa forma, la documentación contenida en los primeros tomos de la colección DHLH
amplía y conforma una nada desdeñable antología textual que, por aquellos años (nales del
siglo XX y comienzos del XXI), supuso una excepcional aportación para contar con una buena
base textual y emprender, por tanto, estudios posteriores referidos a la historia del español en
tierras americanas
6
.
5 A lo maniesta Company Company (2012, pp. 260-261) cuando hace ver que “Las obras literarias americanas virreinales o coloniales
son de escasa utilidad para mostrar las características dialectales que estaba adquiriendo el español en aquellas latitudes en ese periodo
[…] Se sabe que los escritores americanos, al menos hasta el siglo XIX, seguían modelos literarios europeos, sobre todo españoles, por lo
que sus obras difícilmente dejan aorar la idiosincrasia léxica y gramatical que debía tener ya en esa época el español hablado en América.
4 Castillo Lluch y Diez del Corral Areta (2019, p. 9) ponen de relieve el especial apego por los textos literarios en el que se ha sustentado la
historia de la lengua española desde sus inicios, dado que la “Escuela de lología española, trazada por el maestro Menéndez Pidal, dio
prioridad “al análisis lingüístico de tales escritos y rele el de los documentos de archivo únicamente a los periodos desiertos de
producción literaria, en particular a los orígenes de la lengua”.
6 Muy diferente es el contexto actual en lo que a la edición de textos se reere, con potentes herramientas de búsqueda, sistemas de
marcación, como por ejemplo Teitok, etc., todo ello enmarcado en las denominadas “humanidades digitales, a las que se han sumado
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En el reciente análisis llevado a cabo por Ramírez Luengo (2024) sobre el CORDIAM, por
ejemplo, este señala que nos encontramos en la quinta de las etapas en el renacer de los
estudios diacrónicos americanos, caracterizada por la innovación tecnológica y digital, el
tamaño de los corpus (con millones de palabras), potentes motores de búsqueda (software),
lo que revierte en una saludable democratización del conocimiento” (p. 39). Como
consecuencia de todo ello, los nuevos corpus, generalistas o especializados, apuestan por
una variedad textual y temática como nunca se había hecho hasta el presente, idea en la que
también insisten Bertolotti y Company Company (2024, p. 4).
Este trabajo contiene, además de la presente introducción, un segundo apartado que trata de
la metodología y objetivos y una tercera sección dedicada a contextualizar la publicación de
los DHLH-II, en la que se incluyen aquellos aspectos lingüísticos característicos de esta
documentación, haciendo hincapié en la variación textual que los mismos ofrecen. Las
conclusiones y la bibliografía consultada cierran esta investigación.
2.METODOLOGÍA Y OBJETIVOS
El corpus canario de los DHLH-II está conformado por 62 textos pertenecientes a distintos
archivos, iglesias y fondos, todos insulares, que abarcan los límites cronológicos de la
colección, aunque dada la temprana conquista de las islas Canarias respecto a América
(Aznar Vallejo, 1982), se optó por incluir dos datas
7
de la isla de Tenerife otorgadas por su
adelantado (‘gobernador’), Alonso Fernández de Lugo. Contiene el conjunto documental
también algunos testamentos, testimonios, permisos de residencia, registros de tributos,
actas (bautismales, matrimoniales, de asentamientos), cartas administrativas (poderes, de
libertad, obligación, venta…), cartas personales, escrituras (pedida, terrenos), acuerdos del
Cabildo de Tenerife, declaraciones (ante la Inquisición), poderes (de herencias), descripciones
(de la isla de La Gomera y San Borondón), escritos (de deuda, compraventa, horas de agua,
niquitos, notariales, ventas de terrenos), informes/memorias (visitas), fundaciones (de
capillas), así como transcripciones sobre certicaciones variadas, indulgencias, descripción
de corridas de toros (en La Laguna, Tenerife), fornecimiento/abastecimiento de un navío,
ajustes de cuentas, etc.
Como punto de partida de todo este grupo de textos, me propongo en las páginas que siguen
resaltar algunos de los rasgos lingüísticos que caracterizan grosso modo la lengua de estos
documentos, toda vez que, hasta donde se me alcanza, ha sido objeto de escasa o casi nula
atención para la historia del español en las islas Canarias.
Para la localización de los ejemplos, emplearé la fecha de redacción del documento y a
continuación el número de este, tal y como aparecen en la edición.
reconocidos grupos de investigación en el mundo hispánico y cuyos objetivos han consistido, en primera instancia, en la edición de corpus
(disponibles en Internet) tanto del español histórico como sincrónico. Sin duda alguna, la crestomatía canaria, que vio la luz en el año 2000
en formato papel, supuso el germen de lo que en la actualidad es el Corpus Documental de las islas Canarias (CORDICan), este con una
clara ampliación en número de textos y renovación tecnológica en la línea indicada. Puede consultarse en: https://www.ull.es/corpora/
cordican.
7 Las datas son pequeños escritos en los que el gobernador de la isla, por mandado de los Reyes Católicos, premió a los pobladores de
esta con el reparto de tierras, aguas o cuevas, una vez nalizada la conquista. Cfr. Serra Ráfols (1957).
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3.LOS DHLH-II EN EL CONTEXTO DE LA HISTORIA LINGÜÍSTICA INSULAR
La edición de textos con aprovechamiento lingüístico para el español trasplantado a las islas
Canarias desde el siglo XV en adelante es una labor tardía. En un trabajo reciente, Medina
López (2023) ponía de relieve cómo no será hasta la segunda mitad del siglo XX cuando pueda
hablarse de una continua línea de interés e investigación sobre la historia del español en este
territorio atlántico. La senda auspiciada por insignes lólogos como Álvaro Galmés de Fuentes
o Diego Catalán —por solo citar algunos de los que intentaron promover una historia de la
lengua en el archipiélago hace más de sesenta años—, no dio resultados inmediatos. Cierto es
que, en una concepción más amplia del devenir de la lengua española en las Canarias, esta ha
enmarcado los estudios dialectológicos en un natural punto de vista en el que no ha estado
ajeno ni la visión social de la lengua, ni el origen de los pobladores llegados desde distintos
territorios, niel propio sustrato aborigen(guanche), lo que, sinduda, ha ayudado a conformar, lato
sensu, la historia lingüística insular. Los abundantísimos trabajos dialectológicos publicados,
con especial incidencia desde la segunda mitad del siglo XX, dan buena cuenta de ello,
deteniéndose, en particular en la conformación del vocabulario canario, quedando muy
alejadas las parcelas de la fonética y morfología históricas (Medina López, 2023). Estamos, así
pues, ante una dimensión histórica de la lengua española en su expansión atlántica, la cual se
conformará a lo largo del tiempo en un territorio fragmentado y que tiene distintos grados de
desarrollo histórico, tal y como ha descrito Morera (2007, p. 444) al hacer notar la importancia
de “los focos de irradiación de las novedades idiomáticas” en la construcción del acervo
lingüístico canario.
Y uno de esos componentes históricos es la impronta portuguesa. En efecto, la huella
portuguesa en las islas Canarias es un hecho constatado históricamente desde el mismo
momento de la conquista, tal y como se ha señalado en una amplísima bibliografía publicada
hasta la fecha
8
. Muestra palpable es la presencia en los DHLH-II de las dos primeras datas
tinerfeñas de 1499 y 1509, así como de las actas bautismales de la isla de La Palma, plagadas
de formas portuguesas que aventuran a señalar —como en otros procesos en América y en las
propias Canarias (Frago Gracia, 1999, p. 265; Morera, 2009; Lüdtke, 2014, p. 330)—, una inicial
koiné lingüística insular cuya dimensión exacta no podemos determinar, pero sí presuponer
que importante, xime cuando esta llega a los documentos, probablemente por manos de
escribanos de origen luso
9
. Además de todo ello, la onomástica recogida en estos documentos
remite también al origen portugués de los individuos que poblaban las islas (m
ar
RRibero
Portugues, Manuel alvarez portugués, 1557, p. 11)
10
. Reproduzco a continuación dos datas
tinerfeñas y varias actas de bautismo de la isla de La Palma:
Data otorgada por el Adelantado Don Alonso de Lugo en favor de Gonzalo de Anes, La Laguna,
Tenerife:
8 Reciente es la magníca edición que ha hecho Carmen Díaz Alayón sobre la obra de José Pérez Vidal, Los portugueses en Canarias.
Portuguesismos, a quien remito para hacerse una idea de la importancia de la lengua lusa en las islas, sobre todo en los primeros años de
su andadura histórica (Pérez Vidal, 2024). Cfr., entre otros muchos, los trabajos de Morera (1994) y, más recientemente, Corbella y Fajardo
(2018).
9 Morera (2009, p. 126) escribe que “[l]a lengua portuguesa era el medio de expresión de los miles de agricultores, pescadores, artesanos,
ganaderos, comerciantes, albañiles, etc., lusos que se establecieron en el Archipiélago casi desde el momento mismo de su conquista”. En
este mismo trabajo, este autor analiza el multilingüismo que caracterizó los primeros tiempos de la conquista canaria (siglos XV y XVI),
donde se hablaron lenguas como el guanche, francés, portugués, castellano y la lengua de la Berbería— hasta el monolingüismo actual.
10 También de la omnipresencia andaluza, como se observa en fan
co
de lusena [Lucena, en la provincia de Córdoba] (1602, p. 22).
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La variación lingüística en la documentación histórica canaria (ss. XVI-XVIII). A propósito de la colección
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// Yo A
o
de Luguo gouernador dellas ilhas de Tenerife e de Sant Miguel della Palma por el Rey e Reyna
nuestros señores por el poder que de sus altezas […] partidor dellas tierras de las ditas ilhas do a vos G
o
Anes vizinho desta ilha de Tenerife en repartiçam e como a vizinho humas tierras que sam da parte de
Taquo comensan des do barranco que vem do Palmar abaxo das Palmas como diz os almaçegoes contra a
parte de Teno a onde esta ho aucham para la mar que aveira çiem fanegadas de sembradura las quales
tierras sam de sequeyro deste dia par senpre e mando al escripuano que vollas sentar en el registro si
dadas non sam feito aos dez de feureyro de mil e qxcix anos. de Lugo (1499, p. 1).
Data otorgada por el Adelantado Don Alonso de Lugo en favor de Perianes y María Borges, La
Laguna, Tenerife:
//Yo dom Al Goncalez Adelantado de laz isllas de Can
ra
gouernador y just
ca
mayor de Tenerife y de Sam
mjguel de La Palma por la Reyna dona Johana nra señora por el poder que de su alteza tenguo para repartir
las tras agoas eredamentos de las dichas islhas don a repartimento y vezinda a vos pi anes e maria Borjes
vra. mojer vnas terras de sequeyro que sam en Daute a los almoçoguos que sam a las couas y vcham del
Rey que an por linderos de vna parte de abaxo el camino que va pa Teno y de la outra terras oje tene Johan
Mendez senbradas y ti
e
as de G
o
Anes y de la outra el pee de los Risquos que podria aver çinquoenta
faneguas de senbradura.
//outro si vos don outro pedaço de ti
e
rra de sequeyro en el dicho Daute açima de la montanheta dos Silos
que ha por lindir
os
el camino de los Silos y de la outra tir
as
de G
o
Anes que tene junto del barranquo de Bras
en que podria aver tres quaizes de t
e
ra de senbradura las quales dichas t
e
ras vos don p v
e
tud de los poderes
que de su alteza tenguo por vezinda y p este vos doy la posisam dellas dichas t
e
ras y mando al scripuano
que los asente en el libro de reguistro Fecha a XVII de mco del ano del señor de IVDIX anos (1509, p. 2).
Actas bautismales, Garafía, La Palma:
// Yo q som 20 dias del mes de junio da era de 1595 beptizei a hija de bartholome peres y de su Muger f
ca
Martim fueram padrinos Migel Sanches y madrina peres y por verdad lo rme de mi nombre. Mmarquez
Em hos vinte eseis dias domes de novembro daera de Mil equinhentos eno venta e simquo batize eu
Manoel marques Sacerdote de misa am
os
f
o
de F
co
Roiz ebreasis Hois fueram padrinhos Leonel Mendes e
Catherina frez e por verdade o rme era ut supra. Manoel Marquez.
Em hos dezanoue dias do mesmo mes e era batizei a Isabel f
a
de Luis Roiz e de sua molher miz fueram
padrinhos Fco. Roiz e Catherina dias e per verdade o rme dia e era ut supra. Manoel Marquez (1595, p. 66)
3.1. Las grafías seseantes
El seseo constituye el rasgo más constatable en toda la escritura insular analizada. Puede
decirse, sin caer en la exageración, que este recorre la mayoría de los textos desde el siglo XV
al XVIII. Prueba de ello —independientemente del origen de los escribanos— es que tanto la
documentación ocial como aquella que se aleja de las fórmulas más administrativas
muestra claros ejemplos de grafías seseosas o trueques frecuentes de c/ç y z por s
(themerozo, 1590, p. 18; perçona, pressio, plasso, ceissientos, 1624, p. 25; citio, pocecion,
1661, p. 28; yglecias, 1689, p. 39; 1702, p. 41; decisto, pocession, azi ‘así’, zi ‘sí’, puzo, 1721, p.
44; quazi, 1721, p. 45; seis ‘seis, zon son’, 1752, p. 50; ciete, 1778, p. 56). Así lo han
constatado, también, estudios anteriores referidos a este capítulo de la fonética histórica
(Catalán, 1956-1957 y 1964; Galmés de Fuentes, 1964; Llarena Castro, 1959; Pérez Ortega,
1959; Lüdtke, 1994; Frago 1999, pp. 266-283; Medina López y Corbella, 2001) en su desarrollo
insular
11
y en su extensión americana (Álvarez Nazario, 1982, pp. 69-80; Fontanella de
11 Hacia nales de los años cincuenta del siglo XX, se presentaron dos trabajos (tesinas) dirigidos por Álvaro Galmés de Fuentes en la
Universidad de La Laguna. Uno es el de Llarena Castro (1959), quien aborda el estudio de las sibilantes en las datas tinerfeñas, la cual
concluye que a nales del XV y principios del XVI el ensordecimiento de las tres parejas en conicto ya estaba iniciado. El otro estudio es el
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153
Weinberg, 1987, pp. 17-23; Rojas, 1985, pp. 59-79; Quesada Pacheco, 1990; Abadía de Quant,
1993, pp. 22-23; Sánchez Méndez, 1998, pp. 78-81; Frago, 1999, p. 64 y ss.).
Así, por ejemplo, en el testamento de Alonso Fernández de Lugo, dado en la ciudad de La
Laguna, podemos leer presio, faser, asucar, alternando con otras sibilantes como cibdad,
pareciere, disposicion, cinco (1525, p. 3). Grafías canónicas ofrece también el testimonio de
Diego de Torres, redactado en Las Palmas de Gran Canaria, en el que encontramos rreçebido,
çibdad, fazellos (1527, p. 4). Por su parte, en una escritura de pedida de Santa Cruz de La
Palma se lee dose dias, benesiado, hisieron, siertos bienes, siertos cargos, siertas cosas, se
hasian y abian de haser, sinco años, alcansaba, deshisieron, viuda vesina, vesino e regidor,
año del nasimiento, sinquenta y un años, vesina desta dicha ysla (1580, p. 16). Numerosas
cacografías confundidoras aparecen también en una declaración sobre un proceso llevado a
cabo por la Inquisición acusando a Fray Alonso de Espinosa: Ynquizision y selozo de las cosas,
negosios, preso, sancta Ynquisiçion, informasiones, fabricasion de las fragatas, osial de
vuestra señoria, sus osiales, sensuras, themerozo de dios, osio, consiensia me dañe,
asertar en todo, dignidad que merese (1590, p. 18).
A los siglos XVII y XVIII pertenecen los datos que muestro a continuación, entre otros muchos,
en la línea iniciada en el siglo precedente. Así, véase una carta de poder para vender cebada,
donde registro lansarote, fransisco, jues, jusgado, espesialmente, perçona o perconas,
cebada (pero unas palabras más adelante sebada), prinsipal, pressio o pressios, hasiendo,
plasso que consertare, rresibir, ceissientos, besinos (1624, p. 25). Seseosa es también la carta
que escribe, desde La Habana (Cuba), el hijo de Barcárcel (Balcarsel) y donde se aprecia la
abundancia de este rasgo meridional y americano en palabras como desgrasiada/triste notisia,
puedo desir, desia, hise luto, mande desir misas, toda esta siudad me favoresio, hase, no abra
sasiado, de una bes con todos, asegurar aserca, mi poder de la herensia, tengo mas
consiensia, codisillo, dha erensia, uno de los prinsipales, empesar y no acavar, doy las grasias,
mersed, moso josello, el l
do
. fransia, me disen, resen, hiso una muerte, repartiss
n
de la
hasienda, parese hablar (1713-1720, p. 42). De igual forma, en una escritura de venta de un
terreno en Las Palmas de Gran Canaria, nos encontramos vesino, pertenesen, resivido,
precensia, apresiada, demacia, hasemos, rason, pocesion, Rayses, jusgada renuncia (1746, p.
48). En una memoria de la cofradía de la iglesia de La Victoria (Tenerife) el amanuense plasmó
su costumbre seseante, entre otras
12
, del tipo, disiembre, onse, sera ‘cera’, etc.
3.2. Otros rasgos lingüísticos
Los DHLH-II canarios maniestan las tendencias generales propias del idioma español en su
devenir histórico atlántico. Tal es lo que ocurre con la, en principio, inestabilidad vocálica, o los
frecuentes fenómenos asimilatorios y disimilatorios, cuyos resultados llegan hasta la
documentación dieciochesca, si bien es cierto que ya en este siglo con menor frecuencia.
Muchas de estas soluciones fueron comunes en el castellano medieval y no pueden
interpretarse, empero, como simples vacilaciones vocálicas, tal y como se constata en
numerosos corpus diacrónicos disponibles. Así, en CORDE aparecen 6165 casos de recebir en
1046 documentos, desde el temprano Mio Cid (c. 1140) hasta los datos del siglo XVII y aún en
12 Como las soluciones atihiáticas del tipo rial (< real), única forma con la que escribe el nombre de la moneda hasta en nueve ocasiones:
“me descargue de tres pesos i medio rial a el Sor. cura i quatr[o] de plata a el organista i un rial a el sacristan i dos de plata…(1765-1766: 52).
de Pérez Ortega (1959), ahora con documentación del primer cuarto del siglo XVII procedente del Cabildo de Tenerife (actas del período
1600-1625) redactada, en su mayoría, por escribanos nacidos en la isla. Lamentablemente, esa línea de trabajo no tuvo continuidad hasta
muchas décadas después (Medina López, 2023, pp. 638-639).
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La variación lingüística en la documentación histórica canaria (ss. XVI-XVIII). A propósito de la colección
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fechas posteriores. Lo mismo sucede con prematica (atestiguado desde 1435 hasta 1643),
escrebir (desde 1397 hasta 1613, con un aislado registro en una carta boliviana fechada en
1760) o treslado (desde 1253 a 1620). Sin embargo, como bien señala Frago Gracia (1999, p.
258, n. 11), algunas de estas opciones, como recevir y otras formas, pueden interpretarse ya
como una clara tendencia vulgar desde el siglo XVIII.
Abundantes son las constataciones de codecillo, soplico, hedecios, tapeceria, Domenigo,
(1525, p. 3); Rreçebido, defunto (1527, p. 4); treslado (1537, p. 7; 1596, p. 20); Seçilias ‘Sicilias,
vebir, escrebir (1537, p. 7; 1596, p. 20); vertud (1545, p. 8); sostituyr (1557, p. 11); Ympirial
‘imperial’ (1562, p. 13); persevida (1571, p. 15); culuna ‘columna, mesmo (1602, p. 23);
siguridad, niculas ‘Nicolás’ (1605, p. 24); sostituir (1624, p. 25); recebido (1663, p. 29);
sepoltura (1657, p. 27); asimesmo (1665, p. 30); redemir (1682, p. 34); prematica ‘pragmática’
(1702, p. 41); escureciendo (1721, p. 45), etc.
Continuando con esta visión general del estado de lengua insular, se registran ejemplos aún
sin resolver y propios de la época de los documentos (cibdad, debdas, muger
13
, 1525, p. 3;
cibdad, 1602, p. 23; sant, 1527, p. 5; debdor, 1562, p. 58), formas cultas (Yngenio < lat.
Ingenium, 1525, p. 3; sancto/Sancta Ynquiziçion, 1590, p. 18; 1657, p. 27; auctoridad, 1596, p.
20; escriptos, escripturas, parescieron, conosçian, 1596, p. 20; acepto, 1602, p. 21; signo
(1687, p. 37), asepto, 1602, p. 22; conceptos, 1663, p. 29; digna, 1663, p. 29; infraescripto,
1669, p. 31; 1701, p. 40; 1702, p. 41; 1738, p. 47; efecto, 1724, p. 46; redempcion, 1738, p. 47;
baptise, 1773, p. 55; septesientos, 1773, p. 55; 1782, p. 57; obste, 1791, p. 60), mantenimiento
de la f- inicial (fasta, fecho, fecha, faga, fazer, fago, 1525, p. 3; fa visto, 1528, p. 6; fago, dalgo,
erro, z, 1596, p. 20), latinismos jurídicos (propter nu[p]tias, 1525, p. 3; ynsolutum, 1580, p.
16; [exceptio] non numerata[e] pecunia[e], 1764, p. 48; insolidum, 1752, p. 50)
14
, doble grafía
inicial para la vibrante múltiple (Rrequiere, Rrey, 1525, p. 3; rreçebido, 1527, p. 4; rriego,
rremite, rreconosimiento, rreconose, rrepetidas, rredito, 1702, p. 41; rrasgo, rremitan, 1713-
1720, p. 42; rrezibio, 1721, p. 45; rrecoxedor, 1752, p. 50; rrepartidos, rresultar, 1752, p. 50;
rreal, rreualidan, rratican, rrequiere, rrequisito, 1752, p. 50; Rritual rromano, 1773, p. 55;
rrenglones, 1789, p. 59), asimilación -rl-> ll y trueques r/l (fazellos, 1527, p. 4; bernaldino, 1545,
p. 8; ponelle, puerta ‘puerta’, 1602, p. 22), sonorización de -k- > -g- (agora < lat. ac hora, 1527,
p. 4; 1528, p. 6; 1571, p. 15; 1602, p. 21 y 23), reducciones de grupos cultos (setiembre, 1562,
p. 13; 1765-1766, p. 52; efeto, 1571, p. 15; 1580, p. 16; 1665, p. 30; sinadas ‘signadas, manico,
1580, p. 16; otubre, 1602, pp. 21 y 23; 1765-1766; dotor, 1624, p. 25; 1687, p. 37; desinio
designio’, 1686, p. 33; susidio subsidio’, 1689, p. 39; escrito, 1713-1720, p. 42; infra escrito,
1751, p. 49; infraescritos, 1752, p. 50; 1778, p. 56; 1791, p. 60), formas ultracorrectas o
analógicas (secrepto > lat. secretum, 1590, p. 18), refuerzo velar (guerto ‘huerto’, 1687, p. 38;
aguela ‘abuela, 1713-1720, p. 42; guerta de higueras, g
uer
ta de Luis de albarado, 1752, p. 50).
En el terreno morfológico hay algunos aspectos que resultan de interés. Así, encuentro una
forma culta de superlativo (plenísimo, 1525, p. 3) o más tardíamente un doble superlativo en
inorme inormisima (1661, p. 28); los tradicionales adverbios medievales suso (1545, p. 8) y do
(1661, p. 28); la preferencia dialectal canaria por el verbo guisar (guysan guisan, 1528, p. 6)
15
;
13 El sustantivo muger aparece repartido por numerosos textos desde (1525, p. 3) hasta (1721, p. 45).
14 Donación propter nuptias: donación hecha a favor de uno o ambos cónyuges, en consideración del matrimonio que van a celebrar. Cfr.
Diccionario panhispánico del español jurídico [en línea]. También los registros de non numerata pecunia
excepción que niega la entrega de un dinero’e in solidum ‘por entero, por el todo’
.
15 En Canarias es más frecuente el empleo del verbo guisar [guisar las papas, guisar las verduras, guisar el pescado…] frente a cocer, quizá
motivado —para evitar la homonimia fónica—, por el seseo regional con coser/cocer, según explica Manuel Alvar y constatan Corrales y
Corbella (2001) en su DHECan. Este diccionario da como primera documentación de guisar el año 1770, aunque hacen ver sus autores que
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uso del plural para el sustantivo dinero (el dineros, 1549, p. 9)
16
, desarrollo de las perífrasis con
haber (habian de haser, 1580, p. 16; los a de aber, 1665, p. 30; a de pagar, 1682, p. 35), la vieja
forma medieval non ge lo ‘no se lo’ (1596, p. 20); pluralización del verbo haber impersonal
(abran diez o doce dias, 1721, p. 45).
En cuanto al léxico, destaco la riqueza de estos documentos para la constatación de la
toponimia de las islas, como se ve en Moya (1562, p. 13), Terore (1562, p. 13) y Teror (1670, p.
31; 1751, p. 49), Agaete (1562, p. 13), Aguymes (1571, p. 15), Junonia (1686, p. 33)
17
, Ysla de san
Blandon, Guarasoca, Pago de Tamuica, montañetas, (1721, p. 45)
18
, tiraxana ‘Tirajana, Villa de
Aguimes (1752, p. 50), Barranco de maxadilla Blanca, joia de Piletas ‘Hoya de (1752, p. 50)
19
.
Por su parte, algunos sustantivos dejan patente el componente étnico de la sociedad insular
canaria con la presencia de nombres propios y algún rasgo físico característico de la persona,
como se ve en Ju
o
mulato (1562, p. 13), Melchor moreno (1562, p.13) o ju
a
mulata nra esclava
(1571, p. 15). Y ligados a estos encontramos formas afectivas y sobrenombres
20
, p. Andres el
gago, Andresillo gago (1562, p.13), Di
o
ovejero (1562, p. 13), perico, maruca, moso josello, mis
hermanitos (1713-1720, p. 42) o más genéricos como guanches e gomeros (1519, p. 7).
También estos textos nos dan idea de las formas de vida de la antigua sociedad canaria y de
sus costumbres, como se observa en la aparición de moneda canaria (1545, p. 8), Pesqueria
de berberia (1605, p. 24) o media suerte de tierra (1687, p. 38)
21
. Pero también podemos
comprobar la demanda de mejoras, ante las carencias, penurias y necesidades que tenían los
habitantes de las islas, como lo demuestra el acuerdo del Cabildo de Tenerife, en su reunión
del cuatro de junio (1568, p. 14), ante las autoridades locales y representantes regios, para
tratar de la
grande falta que ay de dineros en esta isla lq qual parese ser causa de que los mercaderes e tratantes e
otras personas forasteras que a ella vienen con mercadurias las benden a dinero a los naturales desta dha
ysla en muchos o los mas dellos se salen della e se van sin hazer en esta isla enpleo ni sacar otro rretorno
sino el dinero que de la venta de las dhas sus mercadorias les a prosedido lo qual despues de metido en
los nabios con mucha dicultad e molestia se les podría ha[…] e asi los […] mercaderes tratantes e
personas sacan y se llevan la moneda de oro e plata que en esta ysla ay en gran daño e perjuizio del bien
comun […]
17 Durante la época latina, nombre que recibió, según algunas referencias antiguas, la isla de La Gomera.
20 Existe un interesante trabajo (tesis doctoral inédita) de González Yanes (1994) sobre los apodos populares que aparecen en la
documentación antigua canaria depositada en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife (AHPSCT).
18 Corbella y Medina López (1997) dieron a conocer un conjunto de textos (con edición facsímil) redactados en averiguación de la
existencia de la isla de San Borondón.
19 Según el ejemplo (joya < lat. fovea), se trata de la conservación de la aspiración de [h-] < (f- latina), frecuente en el habla rural de las islas
(ya lo constataba Catalán, 1960, pp. 329-331). Alvar (1975), en su monumental ALEICan, t. I, recoge varias muestras de este tipo de
conservación de la aspirada [h-], repartidas por toda la geografía insular. Así, hoz, mapa 48; haz, mapa 55; harnero, mapa 79; husillo, mapa
152; helecho, mapa 209, entre otros.
21 Para Corominas-Pascual (1992,
S
.
V
.: suerte), la acepción‘parte de tierra de labor separada de otras por sus lindes’aparece ya en el Fuero
Juzgo (s. XIII). Este signicado podría estar relacionado con la ‘porción de tierra que ha tocado en suerte en un repartoo del uso latino‘suma
de dinero que se invierte en la compra de algo […], que a su vez procede del signicado muy conocido el capital (por oposición a los
intereses)’. El primero de los sentidos es el que aparece en el DLE, con similar descripción“[p]arte de tierra de labor, separada de otra u otras
lindes. El DHECan de Corrales y Corbella (2001,
S
.
V
.: suerte) señala su primera aparición canaria en 1492 como un término más referido a
los repartos de agua, tierras y azúcar. Véase también la información lexicográfica contenida en Corrales, Corbella y Álvarez Martínez (1996), t.
III,
S
.
V
.: suerte. En la actualidad, todavía se emplea en ámbitos rurales.
16 En CORDE solo aparece un caso de esta misma forma en un anónimo de los Acuerdos del Consejo Madrileño (1502-1515): e que con
el dineros destos çensos se remediaran…. Con el sentido de caudal, bienes en numerario’ se usa hoy en día como colectivo en singular
(dinero), si bien en épocas pasadas su uso lo fue en plural (dineros) y puede oírse hoy en “zonas rústicas de Andalucía y algunos puntos de
América, y en refranes y dichos populares de todas partes, tal y como explican Corominas-Pascual (1992,
S
.
V
.: dinero).
“[n]aturalmente, ha de haber ejemplos escritos mucho más antiguos que el que aquí se registra como primero”, como, en efecto, es el recogido
para principios del siglo XVI.
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La variación lingüística en la documentación histórica canaria (ss. XVI-XVIII). A propósito de la colección
Documentos para la historia lingüística de Hispanoamérica, vol. II
156
4.CONCLUSIONES
La lengua histórica conformada en este conjunto de textos que ha servido de base para la
presentación de los materiales transcritos y su correspondiente contextualización lingüística
pone de relieve la variación que se aprecia en el desarrollo del español a través del tiempo. De
acuerdo con las tendencias generales del idioma, aún en formación y transformación hacia la
etapa moderna, pueden apreciarse, no obstante, algunas características que denirán la
sonomía de las hablas canarias y, como antesala, de las americanas. Entre esos rasgos,
posiblemente, el seseo es el que más evidencia su fuerza desde el siglo XVI hasta el XVIII. Sin
ser esto una novedad, por el contrario, lo que viene es a conrmar documentalmente cómo ya
desde el comienzo mismo de la conquista canaria (y luego en su expansión americana queda
patente), esta tendencia meridional del idioma se aanza, llegando hasta la actualidad.
Un aspecto que no se contempló en la edición de estos materiales es la procedencia de los
escribanos. Interesó, en su momento, publicar textos variados, no exclusivamente con un alto
grado de formalismo, de tal manera que pudiéramos tener, de esta forma, un cierto
acercamiento a la oralidad del pasado.
La documentación canaria aquí analizada supone un exponente de la variación y cambios que
experimenta la lengua a lo largo de los tres siglos que la contemplan. Sigue la tendencia
general del idioma y muestra, sobre todo, los rasgos denitorios de una modalidad histórica
del español en el más puro sentido coseriano.
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PERFIL ACADÉMICO-PROFESIONAL
Javier Medina López es catedrático de Lengua Española en la Universidad de La Laguna
(Tenerife). Sus principales líneas de investigación se centran en la sociolingüística, la
dialectología canaria y americana y en trabajos enmarcados en la pragmática sociocultural
(cortesía / descortesía, español en las redes sociales, etc.). Es autor de numerosos libros y
artículos relacionados con sus áreas de investigación que han sido publicados en reconocidas
editoriales y en revistas tanto nacionales como extranjeras.