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Yo hablo, ellas cantorin. Las aventuras de un extremeño por los caminos...
Reseña
Variación 2 (2024)
Todo lo anterior se desglosa en el cuarto capítulo, “El laberinto de la diglosia” (pp. 63‐79),
donde el autor lanza una mirada críca a la evolución de la diglosia en Extremadura,
especialmente en la comarca de Las Hurdes, presente desde principios del siglo XX tras el intento
de minorización cultural, así como el empoderamiento sociopolíco en relación con la lengua.
Por úlmo, Aníbal Marn rechaza el concepto de voluntad en lo que a abandonar una forma de
hablar se refiere, puesto que los hurdanos despresgian su habla por somemiento escolar,
influenciados por los medios de comunicación y dominados por los prejuicios lingüíscos.
En el quinto capítulo, “Nomadismo lingüísco” (pp. 79‐113), el divulgador extremeño
enumera las lenguas que domina y con las que ene contacto. Marn conoce la variedad del
español en primera persona por nacer en un territorio plurilingüe como es Extremadura. Esto
condiciona su ideología adolescente sobre la cuesón de Cataluña que fluctúa constantemente,
sobre todo tras vivir en tal comunidad autónoma.
El autor señala sus “Lecturas” (pp. 113‐121), tulo del capítulo seis, relacionadas con su
lengua, la de Extremadura. Este nuevo acercamiento hacia su región deriva en un senmiento
confuso sobre su idendad lingüísca y cultural, e incluso sobre su postura políca que vacila
entre el internacionalismo y la reivindicación regional, controversia ampliada en el sépmo
capítulo, “Divulgar la herencia lingüísca” (pp. 121‐133), en el que Marn señala los factores que
han conducido al desconocimiento y la esgmazación de la realidad lingüísca y cultural
extremeña y española. Si bien, el autor encuentra en la divulgación un espacio que ayuda a miles
de personas a desprenderse de los prejuicios reverdos sobre esa realidad.
En su labor redignificadora, Aníbal Marn crea en el “Manaeru olvidau” (pp. 133‐237), el
octavo capítulo, un corpus de textos escritos en las variedades lingüíscas de Extremadura por
un lado y en hurdano por el otro. Textos que ha recuperado de diccionarios, así como de
bibliograa local y regional entre los que encontramos muestras de poesía, narrava, de diálogos
y del habla popular.
Las preguntas que pueden surgir al lector durante el libro, que son las mismas que le han
surgido al propio Aníbal Marn, encuentran en el capítulo nueve, “Qué hablamos” (pp. 237‐249),
una respuesta, en sus palabras, no “taxava” (p. 237). Entre sus preocupaciones se reconocen las
diversas denominaciones que reciben las modalidades lingüíscas de Extremadura y el origen de
estas.
En la actualidad, el divulgador reside en Extremadura según comenta en el capítulo diez
donde detalla su “Día a día” (pp. 249‐255) repleto de nuevos propósitos como ampliar su labor
divulgadora más allá de redes a través de encuentros con hablantes navos parcipes de las
experiencias más enriquecedoras y emovas. También propone varias medidas como la difusión
de conceptos básicos de sociolingüísca para resolver la exnción del patrimonio lingüísco de
Extremadura.
El undécimo y úlmo capítulo, “Conclusiones y futuro” (pp. 255‐263), sirve como colofón a la
aventura que se desarrolla en el libro. La obra comienza y termina con la aglunación de dudas,
pero con una certeza firme: revitalizar las expresiones lingüíscas de Extremadura dignifica a sus
habitantes y, para ello, Marn apuesta por divulgar el conocimiento.
En conclusión, el libro es una poderosa reflexión sobre la importancia de preservar y celebrar
la diversidad lingüísca. Es una lectura cálida y acogedora por no tratarse, como el autor
menciona, de un texto académico sino de un relato personal sociolingüísco que consigue que
todos los hablantes que difieren del español normavo se idenfiquen y que, al menos en estas
páginas, encuentren un espacio que valore sus hablas per se, acorde con la tendencia actual que
valora la divergencia.