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
ISSN: 3020‐9854

PHONETIC VARIATION AND TEACHING OF SPANISH

Universidad Autónoma de Barcelona
Recibido / Submied: 24/09/2024
Aceptado / Accepted: 29/10/2024

Este trabajo ene como objevo reflexionar sobre cómo se puede integrar la variación
fonéca propia del español en el marco de la enseñanza de la lengua a extranjeros. Se
presenta, en primer lugar la perspecva panhispánica que concibe la lengua como un mosaico
de variedades y a connuación se reflexiona, desde esta perspecva dinámica, sobre los
factores que condicionan la variación: la geograa, el nivel sociocultural de los hablantes y los
aspectos pragmácos de la situación de comunicación. Se introduce también, como factor de
variación, el contacto de lenguas dada la gran candad de lenguas que conviven con el
español en la geograa hispanohablante. Finalmente, se presenta una propuesta dirigida a los
profesores que se concibe como una forma de integrar la variación fonéca en los cursos de
español.
 español, variación fonéca, enseñanza

This work aims to reflect on how the phonec variaon of Spanish can be integrated into the
framework of teaching the language to foreigners. First, the pan‐Hispanic perspecve that
conceives the language as a mosaic of variees is presented and then, from this dynamic
perspecve, we reflect on the factors that condion the variaon: geography, the
sociocultural level of the speakers and the pragmac aspects of the communicaon situaon.
Language contact is also introduced as a variaon factor given the large number of languages
that coexist with Spanish in the Spanish‐speaking geography. Finally, a proposal aimed at
teachers is presented that is conceived as a way of integrang phonec variaon in Spanish
courses.
 Spanish, phonec variaon, teaching
DOI: hps://doi.org/10.30827/3020.9854rvcl.1.2.2024.31844
Variación. Revista de variación y cambio lingüísco, 1(2), diciembre 2024, pp. 18‐30
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Variación fonéca y enseñanza del español
1(2) (2024), 18‐30
1)
Este trabajo se ha realizado en el marco del Grupo de Lexicograa, Diacronía y ELE (AGAUR, 2021 SGR 00157).


A parr de la segunda mitad del siglo XX, en el ámbito de la Lingüísca, cobran fuerza los
estudios sobre variación que analizan las diferentes formas de hablar las lenguas en función de la
geograa, del estrato social y del nivel de formación académica de los hablantes. Y, ya en la
década de los os 1970, el desarrollo de la Pragmáca pone de manifiesto que, en una
determinada situación de comunicación, confluyen los pos de variación que se acaban de
mencionar y condicionan conjuntamente el uso de la lengua por parte de los hablantes. Así,
surge la evidencia de que un hablante se expresa de forma diferente en función de su lugar de
nacimiento, del po de relación que manene con las personas que intervienen en la
conversación y del grado de formalidad de la situación de comunicación. Además, en esos años,
aumenta exponencialmente el interés por aprender lenguas extranjeras porque el desarrollo de
la sociedad facilita y, en muchos casos, exige por razones profesionales o culturales, que se
desarrolle la comunicación entre hablantes que pertenecen a comunidades que hablan lenguas
diferentes. Surge, pues, la necesidad de enseñar el uso de las lenguas en diferentes situaciones a
millones de alumnos que desean poder comunicarse en una lengua que no es la suya propia. Se
cruzan, por tanto, varios ejes que deben arcularse adecuadamente para que la enseñanza sea
eficaz y los alumnos puedan interactuar con naturalidad con los hablantes de otras lenguas. Esto
sucede, como se acaba de mencionar, en todas las lenguas y una de las que plantea más
problemas para resolver es el español debido a su elevado número de hablantes.
El Anuario del Instuto Cervantes de 2023 señala que 500 millones de personas poseen el
español como lengua materna y que, si se suman a estos los estudiantes de español como lengua
extranjera, se alcanza la cifra de 599 millones de usuarios de español en el mundo. Las lenguas,
especialmente las que son propias de millones de hablantes no son uniformes, es decir, no existe
una forma de ulizarlas que sea común a todos sus usuarios que, si bien se comprenden entre sí
sin dificultades, no se expresan de manera idénca y, por tanto, presentan un importante grado
de variación. En realidad, constuyen un mosaico de variedades. Existen, además, los prejuicios
lingüíscos que conducen a intentar establecer cuál es el mejor español porque, si exisera, ese
debería ser el que se enseñase a los estudiantes. Si se considerara que el mejor español fuera,
por ejemplo, el hablado en Chile ello significaría que ese sería el que todos los profesores de
todos los países deberían enseñar a los alumnos que estudian el español como lengua
extranjera. Esta compleja realidad plantea importantes problemas en el ámbito de la enseñanza
de la lengua a extranjeros, y esta es una cuesón que, con frecuencia, se formula como una
pregunta: ¿Qué español enseñar en este océano de variedades?
El concepto de panhispanismo pretende dar respuesta a estos problemas pues ofrece una
perspecva que iguala las diferentes variedades y trata de ordenar el problema de la variación.
La noción de panhispanismo no es nueva pues comienza a cobrar forma durante la segunda
mitad del siglo XIX con la intención de fortalecer las relaciones entre España y los jóvenes países
lanoamericanos que, durante ese siglo, paulanamente, fueron adquiriendo su independencia.
Señala Del Valle (2012: 468) que un momento crucial en el desarrollo de este concepto fue la
creación en 1885 de la Unión Ibero‐Americana (UIA), asociación que, según sus Estatutos, se
proponía estrechar las relaciones entre España, Portugal y las naciones americanas. Indica Del
Valle (2012: 469) que de entre los elementos identarios que constuían el discurso
panhispanista, el idioma fue adquiriendo mayor centralidad a medida que el movimiento se fue
modernizando”. Así, desde finales del siglo XIX y durante el siglo XX, esta cuesón atraviesa
diferentes etapas de entendimiento entre España y los países lanoamericanos. Debe señalarse
la importancia que revisó la creación de la Asociación de Academias de la Lengua Española
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(ASALE) en 1951. Finalmente, en 2004, ASALE publica el documento tulado La Nueva Políca
Lingüísca Panhispánica en el que describe su nuevo proyecto de trabajo que, en 2024, ha visto
ya muchos de sus frutos:
En nuestros días, las Academias, en una orientación más adecuada y también más realista, se han
fijado como tarea común la de garanzar el mantenimiento de la unidad básica del idioma, que es, en
definiva, lo que permite hablar de la comunidad hispanohablante, haciendo compable la unidad
del idioma con el reconocimiento de sus variedades internas (ASALE 2004:3).
El fruto más importante que, hasta el momento, ha dado esta visión del español es la Nueva
Gramáca de la Lengua Española, en la que la autoría es de ASALE y cuyos dos primeros
volúmenes dedicados a la Morfología y a la Sintaxis se publicaron en 2009 y el tercero, dedicado
a la Fonéca y a la Fonología, vio la luz en 2011. Esta obra está concebida desde una perspecva
panhispánica y ello significa que recoge los usos del español en todos sus territorios. Así, el
panhispanismo se constuye como una visión del español que, por una parte, pone de relieve la
unidad del idioma y, por otra, contempla todas sus variaciones.
Desde el punto de vista de la enseñanza a extranjeros, lo que es un gran logro conceptual en
la descripción de la lengua genera una serie de problemas de orden prácco que deben resolver
los profesores. Y, probablemente, es la cuesón de la pronunciación la que suscita más
polémicas. Como muestra el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española (NTLLE), la quinta
acepción del término acento en el DRAE de 2014 lo define como “Conjunto de las
parcularidades fonécas, rítmicas y melódicas que caracterizan el habla de un país, región,
ciudad, etc.. Y debe señalarse que este significado del vocablo acento es ya presente en el
Diccionario de Autoridades de 1770. Ello significa que la forma de pronunciar los sonidos de la
lengua y las parcularidades de los perfiles entonavos pueden considerarse indicios que
informan sobre el origen de los hablantes. A parr de esta constatación y dada la influencia que
sobre los modos de hablar ejercen los factores históricos y sociales, surgen las opiniones,
muchas bajo la forma de encendidas polémicas, los prejuicios sobre cuál es el mejor español y,
por ende, el que debe enseñarse. Como se ha comentado, la visión panhispánica del español
postula la igualación de las disntas variedades pero el interés por las caracteríscas de las
disntas formas que adopta la expresión oral en esta lengua sigue siendo un foco de gran interés
en el ámbito de su enseñanza. La Fonéca y la Fonología constuyen el nivel lingüísco que se
compone de un número menor de unidades disnvas pues el español cuenta con 5 fonemas
vocálicos y 16 17 fonemas consonáncos (Hualde, 2005: 6) que, combinados, permiten emir
todos los enunciados posibles en toda la geograa hispanohablante. A esto hay que añadir las
marcas acentuales, el relieve que se otorga a cada sílaba aunque dichas marcas suelen presentar
uniformidad en el conjunto de la lengua. En cambio, las variaciones entonavas, las
combinaciones de ascensos y descensos de la voz que permiten formular preguntas, dar
órdenes, indicar dudas, aconsejar, mostrar el desacuerdo, etc., son los elementos fónicos que
presentan mayor variedad en sus realizaciones no solamente en español sino en todas las
lenguas. Así, las combinaciones de este número restringido de unidades permiten que 500
millones de hablantes puedan comunicarse aunque sus realizaciones de estas unidades sean
diferentes. Los profesores se encuentran, por tanto, en esta encrucijada cuando deben decidir,
como se ha mencionado más arriba, qué español enseñar.
Muchos estudiantes extranjeros que estudian español, ante los fenómenos mencionados
consideran que aprender esta lengua requiere realizar una tarea tánica y, por ello, en muchas
ocasiones preguntan a los profesores por qué extraña razón los hispanohablantes no han creado
un español estándar, común a todo el territorio en el que se habla esta lengua, que los
extranjeros pudieran aprender ya que ello no les plantearía los problemas que se acaban de
esbozar. Muchas veces, los profesores de español no consiguen dar una respuesta clara a esta
pregunta a pesar de que no es dicil de responder: la creación de un estándar es, siempre, el
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resultado de múlples factores que se influyen unos a otros la mayoría de los cuales no son de
carácter lingüísco sino que enen que ver con las relaciones de po histórico, políco,
económico y social que han mantenido los habitantes de las zonas geográficas hispanohablantes
hasta llegar a la formulación del concepto de panhispanismo. Los hispanohablantes no desean la
creación de un posible estándar porque consideran que las variedades, las disntas formas de
hablar la lengua, enen, todas, la misma importancia y merecen, todas, ser enseñadas.
Este trabajo se propone reflexionar sobre los factores que condicionan la variación fonéca,
las variedades de pronunciación, e intenta ofrecer una respuesta a la cuesón de cómo integrar
estos fenómenos en la enseñanza de la lengua.

El planteamiento de un curso de español para extranjeros, trátese de un curso de carácter
general o de un curso con fines específicos, aborda siempre en un momento u otro la cuesón
de la pronunciación y de las variedades. Por tanto, es natural que en el momento de diseñar
dicho curso se tengan en cuenta los disntos pos de variación que afectan a todas y cada una
de las formas peculiares de hablar la lengua. Es sabido que el empo es un factor que produce
que las lenguas cambien y que el español no se habla actualmente igual que se hablaba en siglos
pasados. No obstante, esta reflexión ene poca importancia cuando se plantea un curso en la
actualidad pues los objevos comunicavos que se pretende alcanzar contemplan, sea cual sea
el po de curso, que los estudiantes se comuniquen con sus hablantes coetáneos y, por tanto,
que aprendan los usos actuales de la lengua.
Tradicionalmente se ha considerado que son tres los pos de variación de carácter sincrónico
que afectan a una lengua: en primer lugar debe citarse la variación diatópica o dialectal, es decir,
la ligada a la geograa que estudia las diferentes formas de hablar en función del territorio; en
segundo lugar se sitúa la variación diastráca, ligada al nivel sociocultural de los hablantes y, en
tercer lugar se encuentra la variación diafásica, relacionada con el contexto, con la situación de
comunicación. Por tanto, las diferencias entre los disntos modos de hablar están relacionados
tanto con factores territoriales como con factores de po social y cultural. La bibliograa sobre
estas cuesones es inmensa pero basta con señalar algunos trabajos significavos en el ámbito
del estudio de la variación en español. En primer lugar, debe subrayarse el estudio ya clásico de
Juan Villena (1992) que reflexiona sobre las bases teóricas de la disciplina. En segundo lugar, es
muy reveladora la publicación de El Colegio de xico de (2015) en el que un grupo de
especialistas españoles y lanoamericanos del estudio de las variedades del español
(encabezado por Esther Hernández y Pedro Marn Butragueño) dan respuesta a la pregunta
¿Qué es variación lingüísca? Y, en tercer lugar, debe señalarse el volumen de Francisco Moreno
Fernández de 2022 tulado Variedades de la lengua española en cuyo prólogo el autor señala ya
la importante relación que se establece entre los disntos factores hasta configurar una variedad
determinada de la lengua:
Este libro presenta un panorama general de la variación dialectal en el territorio hispanohablante y
explica los rasgos lingüíscos más relevantes de las variedades con mayor difusión de la lengua
española. A lo largo del texto, se ofrece información sobre aspectos polícos y culturales relacionados
con la variación dialectal y social del español. Las consideraciones históricas son asimismo vitales para
comprender los orígenes y la distribución de las variedades del español (pág. xi).
Para poder ofrecer una descripción cabal de todos los fenómenos de variación que aparecen
en el español, además de los factores de carácter histórico y social que intervienen en la
aparición de una variedad determinada debe tenerse en cuenta que, como la mayoría de las
lenguas, se encuentra, en numerosas ocasiones en contacto con otras lenguas con las que
interactúa y que se influyen unas a otras. En la propia Península Ibérica, el español está en
contacto con tres lenguas más: el gallego, el euskera y el catalán y todos los hablantes son
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capaces de reconocer la procedencia geográca de alguien que presente determinados rasgos de
la otra lengua con la que está en contacto cuando habla español. Se habla así de acento gallego,
acento vasco o acento catalán en español y, por tanto, la lengua común a todo el territorio del
Estado español presenta unas diferencias muy importantes que se deben a las influencias de las
otras lenguas con las que está en contacto. Un planteamiento tradicional, previo a la perspecva
panhispánica, conduciría a formular valoraciones que han sido comunes durante muchos años
del po “habla mal español porque se le nota mucho el acento catalán”, o el gallego o el vasco.
Es decir, se trata de juicios negavos que transmiten la idea de que una lengua solo se puede
hablar adecuadamente si sus usuarios no presentan ningún rasgo propio de otra lengua.
Actualmente, los estudios variacionistas han cambiado esta perspecva como muestra la
invesgación de Carsten Sinner de 2004 sobre la forma de hablar español de los bilingües catalán
español en la que pone de relieve que esta forma de expresarse puede considerarse una
variedad más del español en la que el principal factor que interviene en su configuración es el
contacto con otra lengua.
La situación es similar en América Lana. En el DVD Las voces del español (2011) que
complementa el tercer volumen de la Nueva Gramáca de la Lengua Española pueden verse las
zonas de América Lana en las que el español está en contacto con lenguas amerindias:
Como puede apreciarse, en Lanoamérica se encuentran muchos hablantes bilingües que se
comunican en su lengua materna y en español y es inevitable que caracteríscas de una de las
lenguas penetren en la otra y ello en las dos direcciones. Comienzan a ser frecuentes, además,
trabajos como los de Silvia Chireac y Norbert Francis (2016) que explora, como indica su tulo,
“Las transferencias e interacciones entre el español y las lenguas indígenas americanas”.
Llegados a este punto, cabe preguntarse si puede el profesor integrar en sus cursos lo que se
acaba de presentar. No se espera, en ningún momento, que el profesor exponga ante sus
alumnos los conceptos que se han esbozado aquí, sino que el planteamiento ideal consiste en
que la visión del español que se transmita a los alumnos debe contemplar las cuesones aquí
mencionadas de tal forma que los estudiantes comprendan el funcionamiento de las lenguas.
Así, por ejemplo, ante una determinada situación de comunicación que se ulice en clase con un
objevo comunicavo concreto ayudará a los estudiantes a comprender el funcionamiento de la
lengua analizar con ellos el eje geográfico bajo la pregunta ¿Dónde ene lugar este intercambio
comunicavo? La pregunta ¿Cuál es el perfil sociocultural de los hablantes que intervienen en
esta situación? aborda la cuesón del eje sociocultural y la pregunta ¿Qué relaciones manenen
entre ellos los personajes que están hablando? pone de relieve los fenómenos relacionados con
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el eje situacional o pragmáco. Finalmente, en función de las respuestas obtenidas a la pregunta
sobre la geograa y a la pregunta sobre la situación comunicava es el momento de introducir
las observaciones sobre la posibilidad de que algunos parcipantes en la conversación presenten
un perfil bilingüe y, por tanto, su español posea unas caracteríscas determinadas influenciado
por el contacto de lenguas. Este po de análisis sistemáco de los materiales con los que se
presenta a los alumnos el uso de la lengua crea en su mente estrategias de aprendizaje que les
acostumbran a abordar la variación y, por ende, les ayuda a construir una imagen viva de la
lengua, dinámica y cambiante en función de los factores considerados.
Si se intenta aplicar el po de análisis propuesto a las situaciones comunicavas que figuran
en las fotograas se puede extraer de ellas información de po geográfico, de po sociocultural y
también de po pragmáco. Y ello simplemente observando las imágenes. Si, además, los
personajes de las fotograas hablan y se escuchan o se pueden leer sus diálogos, los estudiantes
aprenden con facilidad y rápidamente cómo varía el uso de la lengua en función de los disntos
factores que condicionan la comunicación.
Este po de análisis es úl también cuando se trata de explicar a los estudiantes que el uso
del lenguaje debe adaptarse a los interlocutores de forma que el léxico se ve afectado por esta
cuesón y también lo están las estructuras gramacales que se emplean. Aplicada esta
observación a las fotograas anteriores, es fácil comprender que los personajes de cada
situación se expresan de forma disnta porque en algunos casos la situación presentada ene un
carácter muy formal y, en otros, ene un carácter más informal, especialmente la de la primera
imagen que ha sido recogida en una cafetería. Este fenómeno se da en todas las lenguas y los
estudiantes de español lo saben muy bien porque sus propias lenguas funcionan de la misma
forma. Y, además, habitualmente los profesores comentan estos fenómenos referidos al léxico y
a la morfosintaxis cuando enseñan la lengua extranjera.
La cuesón no parece tan clara cuando se trata de analizar las variaciones en la
pronunciación. La lengua funciona de la misma forma en todos los niveles de análisis y también
en el nivel fonéco fonológico se ajusta a las necesidades de los grados de formalidad. Cuando
la conversación se desarrolla en un entorno formal, los hablantes procuran pronunciar con el
máximo cuidado todos los sonidos que integran un enunciado mientras que, a medida que
disminuye la formalidad de la situación, la pronunciación se relaja y se producen fenómenos que,
en muchos casos, provocan en el estudiante situaciones en las cuales es dicil, para ellos, la
comprensión de lo que se dice. Un ejemplo relacionado con este po de variación diafásica
podría ser el siguiente: en las imágenes 2 y 3 pueden observarse dos situaciones que presentan
un grado de formalidad superior al de la imagen 1. En 2 y 3 los interlocutores podrían pronunciar
enunciados como “le he visto” o sí, también lo sé” de la siguiente forma: [le:'βisto] o [si/
tam'bjenlo'se]. En cambio, en la imagen 1, que corresponde a una situación informal, los
hablantes con toda probabilidad pronunciarían los mismos enunciados de otra manera: [le'βisto]
o [si/ta'mjenlo'se]. Puede observarse que, en el registro coloquial se producen contracciones y
elisiones de consonantes. Este fenómeno se produce en todas las lenguas y es fundamental que
imagen 1
imagen 2
imagen 3
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los alumnos lo conozcan porque condiciona fuertemente su comprensión de los enunciados.
Muchos alumnos han interiorizado la representación ortográfica de los enunciados y esperan
que a cada letra le corresponda un sonido y eso es lo que buscan en la onda sonora que
escuchan. Cuando las caracteríscas de dicha onda no se corresponden con las expectavas de
los alumnos la comprensión audiva de las conversaciones se complica extraordinariamente.
La variación diastráca, la relacionada con el nivel sociocultural de los hablantes puede
ilustrase mediante un ejemplo como el siguiente: en función de dónde esté situado el hablante
con respecto a este parámetro se pueden encontrar hispanohablantes que pronuncien palabras
como “aspecto”, “ficción” o absoluto” realizando las dos consonantes de los grupos ‐sp‐, ‐cc‐ y
‐bs‐“ y otros hispanohablantes que realicen una única consonante en palabras que conenen
estas combinaciones: “‐s‐, ‐c‐ y ‐s‐“.
La variación diafásica y la variación diastráca se dan en todo el ámbito geográfico de la
lengua española y ejemplos como los que se acaban de comentar pueden encontrarse en la
expresión oral de todos los hispanohablantes sea cual sea su origen geográfico. Esta
consideración es importante porque no es habitual que en los materiales didáccos publicados
(manuales y materiales complementarios) se mencionen estas cuesones y, en cambio, cuando
los estudiantes de español se comunican con los hablantes navos se enfrentan con estos
fenómenos que suelen ser nuevos para ellos porque en los cursos no suelen realizarse
comentarios sobre estos aspectos de la variación.
Lo más habitual es que cuando se mencione la complejidad de los fenómenos de variación se
piense en la variación geográfica que, en realidad, no es tan complicada como parece siendo los
aspectos relacionados con la entonación los únicos que presentan un grado de variedad enorme.
Los fenómenos relacionados con los sonidos, los elementos segmentales, se presentan de forma
sistemazada en el capítulo 7 de la Nueva Gramáca de la Lengua Española. Fonéca y
Fonología (ASALE, 2011). El apartado 7.3 de dicho capítulo se tula “Sistemazación de los
procesos de variación del español” y en él figura esta información organizada en forma de tablas
y desde una perspecva panhispánica. En esas páginas puede verse que la variación que afecta a
la pronunciación de las vocales es mínima en la geograa hispanohablante. Entre los fenómenos
más relevantes que, desde la perspecva de la variación geográfica, afectan a las consonantes,
debe mencionarse en primer lugar el seseo. Debe adverrse a los alumnos que no se debe
describir el seseo como una confusión” de un sonido por otro sino que la evolución histórica de
las consonantes sibilantes y la estructuración geográfica del fenómeno ha conducido a la
situación actual, en la que la mayor parte del territorio hispanohablante se da el fenómeno del
seseo, es decir, por razones históricas, en estas zonas no existe el fonema fricavo interdental
sordo /θ/ cuyos alófonos pueden representarse ortográficamente como c, z”. Una parte de
España, en cambio, posee el fonema /θ/ y el fonema /s/, y los hablantes de estas zonas se
caracterizan como disnguidores” y se habla también de “variedad disnguidora” frente a la
variedad denominada “seseante” que corresponde a la otra parte de España y a Lanoamérica.
El segundo fenómeno de variación generalizado que afecta a las consonantes del español es el
“yeísmo”. En este caso, se produce la desaparición de la diferencia fonológica entre los fonemas
palatal lateral sonoro, como la primera consonante de la palabra “llave” y el fonema fricavo
palatal sonoro correspondiente a la pronunciación de la primera consonante de la palabra
“yeso”. Esta desaparición de la diferencia fonológica se produce en favor de la consonante
fricava palatal sonora de tal forma que palabras como callado” y cayado” presentan la misma
realización fonéca [ka'jaðo]. Este fenómeno está presente en todo el territorio hispanohablante
pero su distribución geográfica no presenta una homogeneidad similar a la del seseo sino que
existen grandes áreas yeístas y grandes áreas no yeístas tanto en España como en Lanomérica.
Finalmente, el tercer gran fenómeno de variación consonánca es la aspiración, ligado a
movimientos de los órganos fonatorios en disntas zonas del canal bucal que provocan la
expulsión del aire de una forma determinada. Vale la pena precisar aquí que cuando en el ámbito
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de la Fonéca se uliza el término aspiración” se hace siempre considerando la salida del aire
pero que, en realidad, el término “aspirar, según el DRAE (s.v. aspiración) significa atraer aire
hacia los pulmones” y que el término antónimo de este vocablo es espiración”, es decir,
expulsar el aire. Así, la tradición fonéca ha consolidado, para este fenómeno un término que en
la lengua general significa lo contrario de los procesos arculatorios que sufren las consonantes
aspiradas como en el caso de la realización de las palabras esto” como ['ehto] o “jamón” como
[ha'mon]. En algunas zonas de la geograa hispanohablante no está presente este fenómeno
pero lo está en muchos territorios tanto de la Península Ibérica como de los países
lanoamericanos. Y debe señalarse que la aspiración está muy ligada a la variación diafásica
puesto que en las zonas de aspiración este rasgo es mucho más frecuente en situaciones de
comunicación coloquiales que en situaciones de comunicación formales de manera que los
mismos hablantes pueden presentar una diferencia importante en el uso de la aspiración en
función de factores de carácter pragmáco.
Ya se ha mencionado que los elementos suprasegmentales, especialmente la entonación,
presenta una variedad enorme en el conjunto de la lengua. Es imposible, todavía, por falta de
datos que caractericen la entonación del conjunto de los hispanohablantes realizar una
sistemazación o una clasificación global de las curvas de entonación de esta lengua. En el DVD
Las voces del español (ASALE, 2011) ya mencionado puede verse un mapa interacvo de todos
los países hispanohablantes en el que se presentan los patrones entonavos de cada país, es
decir, el audio y la curva melódica, de sus entonaciones afirmava, interrogava, exclamava,
enumerava e imperava. Además, la muestra se completa con la lectura de un texto formal y
con un breve monólogo de dos minutos a cargo de un hablante de cada país que pone de relieve
la variación que presenta la entonación en estas dos situaciones de comunicación.
Como se desprende de las consideraciones anteriores, tomar en cuenta los factores de
variación en el proceso de enseñanza de una lengua conduce a proporcionar una imagen
dinámica de las lenguas, una imagen real de ellas. Las disntas formas de hablar español
constuyen una carta de presentación importansima para los hablantes porque ofrecen
información sobre quien habla: en primer lugar debe destacarse que la inteligibilidad es el primer
escalón que debe subirse en el aprendizaje de la lengua extranjera. Quien la estudia debe ser
capaz de realizar enunciados que sean comprensibles para los navos y debe, también, ser capaz
de comprender a los navos. Cualquier persona que estudie español, poco importa el país en el
que lo haga, debe ser capaz de comprender a los navos sea cual sea su procedencia geográfica.
Sería irreal considerar que quien estudia una lengua extranjera debe ser capaz de expresarse en
diversas variedades de pronunciación pero, en cambio, sí es real esperar que sea capaz de
comprender. De hecho, la tulación SIELE desarrollada a parr de 2016 por el Instuto
Cervantes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Salamanca que cada
vez ene mayor aceptación entre los estudiantes de español (entre otras razones porque está
concebida para que los estudiantes realicen las pruebas de forma telemáca) combina,
obligatoriamente tres variedades del español. Igualmente, el tradicional diploma de DELE incluye
las variedades del español en la comprensión escrita y quienes se examinan pueden ulizar
cualquiera de las variedades del español en las pruebas de expresión oral y escrita. Los exámenes
de conocimiento de la lengua envían el mensaje de la importancia de las variedades y, por tanto,
hoy en día, es una cuesón candente cómo incorporar el conocimiento sobre la variación en las
clases de español.

Los conceptos desarrollados en el apartado anterior deberían constuir el núcleo del
conocimiento manejado por el profesor en lo que se refiere a cómo se conguran las disntas
variedades y a cuáles son los factores que pesan en este proceso. A la vez, estos conceptos
básicos construyen una imagen dinámica de la lengua que es un cuerpo en constante
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movimiento y es deseable que los estudiantes puedan verla de esta forma porque es la imagen
más cercana a la realidad de su funcionamiento. A esta visión debe añadirse otro factor no
contemplado hasta ahora pero que, en el momento de reflexionar sobre la enseñanza de la
lengua, es necesario tener muy en cuenta: cada profesor de español habla una variedad
determinada y, obviamente, se expresa en ella cuando imparte sus clases.
Una de las preocupaciones más importantes de los profesores de español como lengua
extranjera es, precisamente, si deben enseñar a sus estudiantes a hablar ulizando diversas
variedades del español dado que ellos se expresan en la suya y no son capaces de hacerlo en
otras. La respuesta a esta primera cuesón es clara pues ni el profesor debe cambiar de variedad
ni los alumnos deben aprender a hablar el español de diversas formas. Los alumnos deben ser
capaces de comprender a los navos de cualquier variedad y eso es lo que pretenden las
cerficaciones de conocimiento de la Lengua como DELE y SIELE. El profesor dispone en la
actualidad de numerosos instrumentos para mostrar a los estudiantes las diferencias entre
variedades. Si se aborda esta cuesón desde la perspecva de la interlengua, la enseñanza de la
pronunciación y de sus variedades puede concebirse de la siguiente forma:
Los niveles iniciales (A1‐A2)
Los problemas de pronunciación, sin duda ninguna, se manifiestan todos a la vez al inicio del
aprendizaje. En esta primera etapa la labor del profesor debe centrarse en “solucionar” los
problemas más importantes que presenta el alumno que son los referentes a la inteligibilidad de
sus enunciados. Un estudiante de origen chino, por ejemplo que pronuncia Valencia” como
[pa'lenθia] y gamba” como ['kamba] ene problemas de carácter fonológico que debe poder
solucionar mucho antes de empezar a trabajar con las variedades del español. Las cuesones
fonológicas son básicas en el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera porque de ellas
depende, directamente, la inteligibilidad. Por un lado este término se refiere a la capacidad del
estudiante extranjero de emir enunciados que sean comprensibles para los navos pues la
pronunciación errónea de los sonidos conduce a la falta de comprensión como puede apreciarse
en el ejemplo anterior. Por otro lado, el término “inteligibilidad” se refiere también a la
capacidad del estudiante extranjero de comprender a los navos pues si el alumno no reconoce
adecuadamente los sonidos de la lengua que está aprendiendo no entenderá los enunciados. Por
tanto, en los niveles A1 y A2 la labor del profesor debería centrarse en conseguir que el alumno
adquiera “inteligibilidad” en el sendo amplio del término. Existe una amplia bibliograa sobre la
enseñanza de la pronunciación a los principiantes y el eje principal de la misma lo constuye el
hecho de que se debe trabajar sobre la percepción del estudiante para el reconocimiento de los
sonidos y sobre la producción para que realice los sonidos de la forma más parecida posible a los
navos. Trabajos como los de Llisterri (2003), Poch Olivé (2004), Gil Fernández (2007), Orta
(2009), Lahoz Bengoechea (2012) e Igarreta (2021) pueden constuir un buen apoyo para el
profesor en la labor de corregir los problemas fonológicos de los estudiantes extranjeros.
Obviamente, dichos problemas fonológicos de los alumnos de lengua extranjera son
diferentes en función de las lenguas que hablan cuando comienzan a estudiar español. Como se
ha mencionado, en el caso de los alumnos sinohablantes la pronunciación de las consonantes
oclusivas constuye uno de sus mayores problemas. La realización de las consonantes rócas del
español suele ser un problema general que afecta a casi todos los alumnos puesto que las
caracteríscas de esta clase de consonantes son diferentes en cada lengua. Los alumnos
anglófonos, por su parte, enen dificultades en la realización de las vocales del español puesto
que su sistema vocálico, mucho más complejo y con tendencia a la diptongación conduce a
pronunciaciones como [now] por “no”. El criterio básico para abordar estas cuesones es
establecer cuáles son los sonidos que más perturban la inteligibilidad y trabajar ordenadamente
en su corrección: de más grave a menos grave. Resolver los problemas de carácter fonológico es,
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también, una preparación para trabajar sobre las variedades del español en los niveles
intermedios como se comentará a connuación:
Los niveles intermedios (B1 ‐ B2)
Cuando los estudiantes poseen ya un nivel medio de conocimiento de la lengua y han resuelto
los problemas de pronunciación de carácter fonológico se encuentran en una situación en la que
han desarrollado adecuadamente su percepción frente a los enunciados de la lengua extranjera.
Ello significa que, ante un enunciado como “me gusta el cine” pronunciado por un hablante
disnguidor o por un hablante seseante, el alumno es capaz de notar la diferencia porque está ya
familiarizado con los sonidos del español. Es el momento de introducir la cuesón de las
variedades en el proceso de aprendizaje. A este respecto es interesante la metodología
desarrollada por Sosinski y Waluch (2021) en su trabajo sobre la percepción de los diferentes
acentos puesto que ulizan grabaciones a parr de las cuales formulan las preguntas a sus
encuestados lo cual refuerza la importancia, que ya se ha señalado, de trabajar sobre la
percepción de los alumnos.
La tecnología actual permite acceder con mucha facilidad a materiales que constuyan
muestras de variedades disntas. Se ha comentado en el apartado 1 de este trabajo que en el
DVD Las voces del español están a disposición de los usuarios numerosas muestras de formas de
hablar de todos los países hispanohablantes. Es fácil ulizarlas parendo de alguna o algunas de
las grabaciones y conduciendo a los alumnos a reflexionar sobre las diferencias que perciben en
las pronunciaciones de cada una de ellas. Dado que a este material se accede a través de un
mapa, los alumnos sitúan rápidamente de qué zona proceden los fenómenos que están
escuchando. Y dado, además, que en estas grabaciones hay muestras de las variaciones
diastráca y diafásica es fácil también preparar algunas acvidades en la clase enfocadas a poner
de relieve estos aspectos de carácter sociológico.
Es fácil también proponer, posteriormente, a los estudiantes que ellos mismos busquen en
Internet muestras de hablantes de diferentes variedades del español y que, a parr de su propia
experiencia de las acvidades realizadas en clase sobre la base de su propia percepción,
preparen un comentario sobre las muestras que han recogido.
Como ya se ha indicado, no se trata de que los estudiantes de español como lengua
extranjera aprendan a pronunciar según las diferentes variedades, sino de que perciban que el
español, como todas las lenguas, es un mosaico de diferencias y que se den cuenta de que
cualquier hablante de la lengua comprende perfectamente todas las variedades.
Probablemente, a raíz de estas acvidades surja en clase la cuesón de “valorar las
diferencias. La pregunta “¿cuál es el mejor español?” suele constuir siempre un eje de discusión
sobre el cual los alumnos (y también los hablantes navos) suelen tener ideas preconcebidas, lo
que técnicamente se denomina “prejuicios lingüíscos”. Si el profesor posee la visión de la
lengua que se ha esbozado en los anteriores apartados de este arculo, conducir la discusión es
fácil porque se trata de un problema falso. Las variedades lingüíscas no son mejores o peores
en mismas sino que es la sociedad la que decide qué es más aceptable y esta decisión no
depende nunca de caracteríscas lingüíscas sino que está relacionada con cuesones de
carácter histórico y socioeconómico. En un determinado país, la forma de hablar mejor
considerada es la del grupo social que detenta el poder económico. La pregunta “¿es correcto
pronunciar ceniza como [se'nisa]?” suele también crear polémica durante el proceso de
aprendizaje de la lengua. También la respuesta es, en este caso, muy sencilla pues la visión del
español como mosaico de variedades influido por diversos factores ofrece la solución del
problema.
Cuando se trabaja de esta forma con los estudiantes es también el momento en el que el
profesor puede comentar su propia variedad con los alumnos. Este po de reflexión es
especialmente interesante cuando el profesor trabaja en un país no hispanohablante o en un
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Dolors Poch Olivé
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país hispanohablante en el que la variedad que se habla no es, naturalmente, la suya propia. Es
frecuente, por ejemplo, que un alumno que estudie español en Suecia, se encuentre los niveles
B1 o B2 y haya estudiado en A1 o A2 con un profesor lanoamericano le pregunte al profesor de
B1 o B2 oriundo de la mitad norte de España si, en el caso de ceniza” debe pronunciar [se'nisa],
como ha aprendido en A1 o A2 o bien debe pronunciar [θe'niθa]. Es el momento de situar las
variedades y de explicar a los estudiantes que las dos formas de pronunciar estas palabras y
muchas otras son totalmente adecuadas en español.
Los niveles superiores (C1 – C2)
El nivel de conocimiento de la lengua por parte de los alumnos ya es, en este caso, avanzado.
Los problemas fonológicos han desaparecido y la cuesón de las variedades ya les es familiar.
Esto implica que el profesor puede trabajar, en la clase, con materiales orales procedentes de
cualquier variedad del español porque los alumnos ya no van a tener ningún problema con la
comprensión, especialmente los estudiantes que se preparen para obtener el diploma de C2
puesto que este se corresponde con el nivel navo.
Lo que queda por hacer, por tanto, es muy similar al trabajo que puede realizase con
hispanohablantes navos. Una acvidad que suele llamar mucho la atención de los alumnos es
escuchar hablar a los escritores que han leído. Cuando se leen las novelas o los poemas, cada
hispanohablante se enfrenta con el texto y lo interioriza según su propia pronunciación, no
puede ser de otra forma. Cuando se visualiza una grabación en la que aparece, por ejemplo
Gabriel García Márquez hablando en su variedad de español colombiano, todo cambia porque el
hispanohablantes nunca han imaginado que los textos del Premio Nobel fueron, en realidad,
concebidos por alguien que hablaba desde una variedad diferente de la suya. Así, Cien años de
soledad se convierte en [sien] y algo cambia en la percepción del texto. El mundo creado por
Gabriel García Márquez se concibe de forma diferente cuando se es consciente de que Aureliano
Buendía o Úrsula Iguarán se expresaban en una variedad propia de Colombia.
Otro aspecto de las variedades sobre el que es muy interesante reflexionar con los alumnos
navos, porque es importante y en pocas ocasiones se menciona, es el hecho ya señalado al
comentar la variación diafásica de que la situación de comunicación requiere ulizar un registro
de lenguaje determinado y ello se produce no solamente en el dominio del xico, por ejemplo,
sino también en el dominio de la pronunciación. Todas las variedades poseen un registro
coloquial y un registro formal y en cada uno de ellos la pronunciación se adapta a las condiciones
pragmácas. No se pueden pronunciar las mismas palabras de la misma forma en un registro
coloquial que en una entrevista de trabajo que exige mucho más cuidado no solamente en el uso
del léxico sino también en el uso de la pronunciación. Los estudiantes de los niveles C1 y C2
pueden trabajar sobre estas cuesones, igual que lo hacen los navos. Podría decirse que se
trata de una labor de perfeccionamiento que contribuye a converrles, práccamente, en
hispanohablantes.

Este trabajo ha intentado ofrecer una vía para integrar los fenómenos de variación, referidos a
la pronunciación, en la enseñanza del español como lengua extranjera. La globalización de la
sociedad actual plantea esta necesidad puesto que las comunicaciones entre personas de
diferentes países es ahora una realidad codiana y todos los hablantes emplean variedades
diferentes de las lenguas para establecer sus relaciones. Las instuciones que se ocupan de
estudiar y describir las caracteríscas de la lengua española han dado una respuesta al problema
cuando han desarrollado el concepto de panhispanismo.
Enseñar el español como lengua extranjera desde esta perspecva implica comprender el
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funcionamiento de la lengua, su dinamismo y los factores que ejercen su influencia sobre el
mismo. Los factores geográfico, diastráco, diafásico y el contacto de lenguas son los que actúan
sobre los hablantes y el resultado de su interacción es la gran variedad de formas de hablar
español. Es conveniente, por tanto, transmir a los estudiantes este funcionamiento y, sobre
todo, el dinamismo que imprimen a la lengua.
La integración en el proceso de enseñanza de estos conceptos se considera en el apartado 3 y
se presenta una propuesta de cómo abordar ordenadamente el estudio de la pronunciación y de
las variedades del español desde los niveles iniciales (A1 y A2) hasta los niveles superiores (C1 y
C2). Queda mucho por hacer en este ámbito pero el presente arculo ha pretendido constuir
una modesta contribución a una visión dinámica de la enseñanza del español.
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Dolors Poch Olivé
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
Dolors Poch Olivé es profesora de Lengua Española en la Universitat Autònoma de Barcelona,
especializada en fonéca experimental. Ha sido redactora del volumen Fonéca y Fonología de la
Nueva Gramáca de la Lengua Española (2011) de la RAE. Sus ediciones de volúmenes colecvos
se han ocupado de las lenguas en contacto: El español en contacto con las otras lenguas
peninsulares (2016), El español de Cataluña en los medios de comunicación (2019), Lenguas
juntas y revueltas. El español y el catalán en contacto (2020), Escribir con dos voces (2020) y
Salvando las distancias (2024), en colaboración con J. Julià.