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ISSN: 3020‐9854
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LO DE

ALGUNA GENTE INTERPRETÓ MUY MAL CUANDO YO DIJE LO DEL NO ROTUNDO EN
LO DE LA AMNISTÍA. LO DE + NP: RECONSIDERING EVIDENTIALITY AND LINGUISTIC
VARIATION

Universidad de Duisburg‐Essen
Recibido / Submied: 22/07/2024
Aceptado / Accepted: 07/09/2024

El concepto de evidencialidad remite, como se sabe, a aquella categoría lingüísca, observada
en determinadas lenguas, con la que se marca morfológicamente la fuente de la información
reportada en el enunciado. Otras lenguas –como el español– se sirven, para fines análogos,
de ciertos mecanismos léxicos y morfosintáccos entre los que cuentan algunas estructuras
con lo referencial o los demostravos neutros, es decir, lo de + SN, eso de + SN, esto de + SN y
aquello de + SN. Se tratará de concretar, a base de corpus orales y escritos, la posición de
estos marcadores de evidencialidad dentro de la arquitectura variacional de la lengua. Así se
pueden constatar notables diferencias entre la frecuencia de empleo de las cuatro
estructuras, una mayor representación de estas estructuras en España respecto a los otros
países hispánicos, y la irrelevancia, a la hora de explicar su frecuencia de empleo, de los
factores sociolingüíscos que constuyen el nivel de estudios, el sexo y la edad de los
hablantes. Finalmente se destacará como elemento más caracterísco el arraigo de estos
marcadores evidenciales (salvo aquello de + SN) en el discurso oral y los registros picos de la
informalidad, así como en la escenificación de lo oral mediante las estrategias de la oralidad
fingida.
 evidencialidad; marcadores evidenciales; demostravos neutros; arquitectura
variacional; oralidad fingida

The concept of evidenality refers, as it is known, to that linguisc category, observed in
certain languages, by which the source of the informaon reported in the statement is
marked morphologically. Other languages –such as Spanish– use certain lexical and
morphosyntacc mechanisms for similar purposes, including some structures with referenal
elements or neutral demonstraves, i.e. lo de + NP, eso de + NP, esto de + NP, and aquello de +
NP. The aim is to determine, based on oral and wrien corpora, the posion of these
evidenality markers within the variaonal architecture of the language. Thus, notable
differences can be observed between the frequency of use of the four structures, a greater
representaon of these structures in Spain compared to other Hispanic countries, and the
irrelevance, when explaining their frequency of use, of sociolinguisc factors such as the level
of educaon, gender, and age of the speakers. Finally, the most characterisc feature of these
evidenal markers (except for aquello de + NP) will be highlighted as its roong in the oral
discourse and the typical registers of informality, as well as in their recreaon through
strategies of feigned orality.
 evidenality; evidenal markers; neutral demonstraves; variaonal architecture;
feigned orality
DOI: hps://doi.org/10.30827/3020.9854rvcl.1.2.2024.31836
Variación. Revista de variación y cambio lingüísco, 1(2), diciembre 2024, pp. 1‐17
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Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
1(2) (2024), 1‐17
1)
hps://elpais.com/polica/2019/09/19/actualidad/1568907106_294742.html.
2)
hps://elpais.com/espana/2024‐03‐11/cinco‐falsedades‐del‐nuevo‐bulo‐de‐la‐fundacion‐de‐aznar‐sobre‐el‐11‐m.html.
Cf. también hps://fundacionfaes.org/veinte‐anos‐despues‐por‐las‐vicmas‐con‐la‐constucion‐por‐la‐derrota‐del‐terrorismo.
3)
hps://elpais.com/espana/2024‐04‐24/la‐carta‐de‐pedro‐sanchez‐a‐la‐ciudadania.html. Cf. también hps://twier.com/
sanchezcastejon/status/1783181535337734409.

La cita es de Felipe González, pero no del año 2023 o 2024, sino del 1976, cuando, en una
entrevista casi conspirava con dos militares, el entonces nombrado “Isidoro” comenta su
posición políca en el contexto de los debates acerca de los diferentes proyectos de amnisa de
la época: “Alguna gente interpretó muy mal cuando yo dije lo del no rotundo en lo de la
amnisa”
1)
.
Remir, mediante lo de y un sintagma nominal, a un elemento consabido o citado en el
contexto, forma parte de los mecanismos lingüíscos que se suelen interpretar desde hace unas
décadas mediante el concepto de evidencialidad. Al mismo empo, esta estructura
archiconocida como tal– merece el interés de la lingüísca variacional, porque parece pica de
un registro más o menos coloquial. Si nos limitamos a ejemplos del discurso (meta‐) políco en
los alrededores de Felipe González y de sus adversarios, encontramos usos totalmente orales:
/ es verdad / ahora // lo del papel higiénico // que conste // que yo eso se lo a Felipe González
una vez // que dijo / que / eeh él fue el que hizo la observancia de que alguien le había / igual era un
chiste / doña María / ¿eh? / que igual era un chiste (Buenos días, 05.04.01, RNE, Radio 1; CORPES XXI).
Pero observamos ejemplos igualmente en un discurso políco‐mediáco, con ligeros ntes de
oralidad (fingida):
Sin otro propósito que ejercer el derecho de réplica que nos asiste, y ante el bochorno de ver a
profesionales del embuste, disfrazados de vestales, insisr en lo de “las menras de Aznar el 11‐M”,
no guardamos silencio para que nadie diga que quien calla otorga. Ni callamos hechos ciertos ni
aceptamos menras reiteradas (Fundación FAES: Veinte años después, 11.3.2024)
2)
.
Resultaría interesante, por un lado, tratar de jusficar la lectura evidencial de la estructura lo
de + SN (y de las estructuras paralelas eso de + SN, esto de + SN y aquello de + SN), pero, por otro
lado, también situar su empleo en los registros informales y en la panoplia de las variedades
geolectales del español. Veremos en lo que sigue que la interpretación evidencialista contribuye
a delimitar la función de lo de + SN (y de las estructuras paralelas) y que su análisis en una
perspecva variacionalista permite predecir su probabilidad de empleo según el contexto
discursivo. Y sobre este trasfondo, se entenderá también el tono subyacente a otro texto, muy
comentado en el debate políco del año 2024, cuya pertenencia al género tradicional de la carta
formal no parece enteramente segura:
La denuncia de Manos Limpias se basa en supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras
ultraconservadoras arriba referida. Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su
publicación, hemos ido desminendo las falsedades verdas al empo que Begoña ha emprendido
acciones legales para que esos mismos digitales recfiquen lo que, sostenemos, son informaciones
espurias (Carta de Pedro Sánchez a la ciudadanía, 24.4.2024)
3)
.
Los apuntes sobre la interpretación evidencialista y la lingüísca variacional esbozados aquí
servirán para ilustrar la ulidad de la herramienta hermenéuca que constuye la primera
respecto a problemas que plantea la segunda –por ejemplo dentro del análisis del discurso
políco producido en el contexto de tres de los úlmos presidentes del Gobierno...
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Alf Monjour
 1(2) (2024), 1‐17
4)
Para una breve lista de algunos de estos fenómenos y algunas referencias bibliográficas correspondientes, cf. Monjour,
2022, p. 171 y passim.

La función de la estructura lo de + SN, en la perspecva de la gramacograa académica, se
explica a base del concepto del “llamado LO REFERENCIAL(NGLE, p. 1075), equivalente en este
caso a los demostravos neutros (eso / esto / aquello; cf. NGLE, p. 1310):
Si el elemento que sigue al arculo neutro es un grupo preposicional, el valor designavo del conjunto
se obene, por lo general, del contexto discursivo o pragmáco. Así, una oración como Lo de Elena es
imperdonable puede referirse a algún aspecto cricable de su comportamiento o a un agravio que se
le haya inferido, entre muchas otras posibilidades que solo el contexto puede ayudar a discernir
(NGLE, pp.1076‐1077).
Esta referencia inespecífica se califica, en el mismo capítulo académico, también como
anáfora asociava” (NGLE, p. 1084), lo que parece plausible, pero la gramáca no precisa los
movos funcionales que guían esta anáfora. Se podría pensar, por ejemplo, en una función
topicalizadora, comparable a la del “topicalizador propio del registro coloquial hablando de
(“Hablando de Ayuntamientos, el de Zaragoza ha organizado [...]”; Marnez Costa et al., 2013, p.
33). Las autoras de este arculo (2013, p. 37) incluso citan en otro contexto un ejemplo
radiofónico como: “Lo del PP con Cataluña es realmente enfermizo” (Josep Ramoneda, Cadena
SER, 2006), pero sin ulizarlo dentro del contexto de las estrategias de topicalización coloquial.
En el caso de que nuestra construcción formara parte de los topicalizadores coloquiales,
habría que aclarar por qué lo de puede encontrarse fácilmente en posiciones NO temácas de la
oración, es decir, hacia la derecha de la oración y por lo tanto fuera de la zona de empleo de la
topicalización en un sendo estrecho. A lo mejor, habría que parr de un concepto más amplio
de “tópico” / “tema”, en el sendo del “tema discursivo” y no oracional, tal y como lo defiende,
por ejemplo, Zubizarreta (1999, p. 4218). En su ejemplo (“El Sr. González es un cienfico muy
erudito, pero su originalidad deja mucho que desear”), el tema discursivo (la originalidad
cienfica del Sr. González) podría también ser el referente de una construcción con lo de: “Es un
poco preocupante lo del Sr. González”.
En otras palabras, la función topicalizadora del lo referencial –dependiendo de la definición de
lo que se considera como tópico, oracional o discursivo– parece plausible; sin embargo, queda
por determinar la relación semánca del elemento topicalizado con el resto del enunciado, y ahí
entra el concepto de evidencialidad. Se trata, como se sabe, de aquella categoría lingüísca,
observada en los estudios pológicos de determinadas lenguas, a través de la que se marca
morfológicamente la fuente de la información reportada en el enunciado (“evidenality is a
linguisc category whose primary meaning is source of informaon”; Aikhenvald, 2004, p. 3). Por
analogía –y para aprovechar el valor heurísco del concepto– se ha aplicado este esquema de
interpretación también a otras lenguas, y la pregunta retórica de Marta Albelda (2015) –“Are
there evidenals in Spanish?”– debe ser contestada afirmavamente (Monjour, 2022, p. 171).
En la lista de fenómenos léxicos y morfosintáccos del español, interpretados hasta ahora
como marcadores de evidencialidad (po obviamente, por lo visto, imperfecto citavo,
condicional de rumor...
4)
), falta –que sepamos– nuestra estructura de lo de + SN. Francisco Javier
Herrero Ruiz de Loizaga (2012) sigue la historia de la estructura, a parr de un primer ejemplo “lo
de la eglesia” (documento del año 1250; cf. Herrero Ruiz de Loizaga, 2012, p. 532), y destaca –sin
ulizar el concepto de evidencialidad– diferentes maces semáncos: “indicar el poseedor de
algo” (ej.: “lo de la eglesia”), pero también “puede indicar un asunto o materia de que se está
tratando” (ej.: “lo del león”, Cid; “aquello de la muerte dell egipciano”, Alfonso el Sabio) (Herrero
Ruiz, 2012, pp. 532‐533). Este autor se interesa más por las estructuras de lo de (y los
demostravos paralelos) que no introducen un sintagma nominal, sino una subordinada, es
decir, lo de que, eso de que, esto de que y aquello de que.
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Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
1(2) (2024), 1‐17
5)
Los ejemplos, si no viene indicada otra fuente, son del CORPES XXI.
6)
Cf. el ejemplo análogo “lo de Elena”, ya citado, en la NGLE (pp. 1076‐1077), u otros ejemplos como eso del amor” cuya
paráfrasis, según la NGLE (p. 1310) “podría ser ‛el asunto ese del amor’ o ‛la cuesón esta del amor’”.
Es
esta
estructura
a
la
que
García
Negroni
y
Libenson
(2014)
dedican
su
atención,
remiendo
también
a
uno
de
los
ejemplos
ulizados
ya
por
la
gramáca
académica,
de
lo
(y
los
demostravos
paralelos)
de
+
SN
(“esto
de
la
anpsiquiatría”;
cf.
García
Negroni
y
Libenson,
2014,
p.
236;
NGLE,
p.
1310).
Su
interés
principal,
sin
embargo,
es
invesgar
la
relación
entre
deiccidad
y
evidencialidad
que
es
responsable
de
la
plurifuncionalidad
de
lo
de
que,
con
su
significado
facvo
y
su
significado
evidencial:
A
Carmen
lo
de
que
bebiera
no
le
molestaba
demasiado”
(Etxebarria,
L.
(2001),
Novela,
España)
5)
[=
el
hecho
de
que]
vs.
John
Wycliffe
ya
se
atrevió
en
el
siglo
XIV
a
traducir
la
Biblia
a
lengua
vulgar,
al
inglés,
y
también
dijo
en
voz
alta
que
eso
de
la
transustanciación
(lo
de
que
el
pan
y
el
vino
se
convierta
en
el
cuerpo
y
la
sangre
de
Cristo)
era
un
cuento
chino”
[=
el
discurso
acerca
de]
(Concostrina,
N.
(2018),
No
ficción,
España;
cf.
Monjour,
2022,
pp.
173‐174).
El
segundo
de
los
ejemplos
citados,
con
su
paralelismo
entre
eso
de
+
SN
y
lo
de
que,
ilustra
ya
que
para
la
estructura
que
nos
ocupa
aquí,
es
decir,
lo
(y
los
demostravos
paralelos)
de
+
SN,
solo
el
segundo
significado,
el
evidencial,
es
relevante;
el
significado facvo, en cambio, no parece estar acvo en la lengua de hoy.
Nosotros mismos nos dimos cuenta del abanico de funciones desempeñadas por lo / eso /
esto / aquello de que, entre la función del significado facvo y la(s) del significado evidencial (si
se quiere subdividir entre la “referencia a un saber compardo, una creencia, una convicción,
una sentencia moral, un rumor, etc.y la evidencialidad de po citavo, es decir, que lo / eso /
esto / aquello de que remiten a un enunciado textual” (cf. Monjour, 2022, p. 174)). En el caso de
lo (etc.) de + SN resulta más dicil el establecimiento de esta subdivisión, ya que, por un lado,
está excluido el significado facvo, y, por otro, se difumina la pificación según la fuente, es decir
el saber compardo, la creencia o la cita... Esta fenomenología la ilustran los recuerdos de la
futbolista y campeona del mundo Irene Paredes:
No muy bien de dónde me viene lo del fútbol. Surgió de repente ese entusiasmo por el balón y
recuerdo que, desde muy pequeña, pasaba horas y horas en la calle jugando con mis amigos (Marín
Berbis, A. (2022). Nosotras. Las futbolistas de la selección española. Entrevistas autobiográficas,
España).
“Lo del fútbol” constuye una referencia inespecífica, pero no indeterminada, sino
dependiente –para ser interpretada– de lo que la NGLE (p. 1084), como ya se sabe, llama
anáfora asociava (se puede imaginar también un contexto con catáfora”). En el contexto
citado, el antecedente (o el consecuente) podría ser el entusiasmo”, pero también “la pasión”,
“la afición”, es decir, todo lo que ene que ver con el fútbol y lo que ya hemos comentado o
vamos a comentar en este contexto
6)
. Al mismo empo, “lo de” en “lo del fútbol” puede
interpretarse como topicalizador, en el sendo más amplio de introducción al tema discursivo del
enunciado; un tema que constuye, sin ninguna duda, el fútbol. En resumen, parece lícito
determinar la función de lo de + SN de forma necesariamente imprecisa, como la de referencia
inespecífica que topicaliza un elemento deducible del contexto o mencionado en él. Sin
embargo, hace falta algo más de precisión a la hora de concretar la posición de lo de + SN (y de
las estructuras paralelas) dentro de la arquitectura variacional de la lengua; una posición que
evidentemente está estrechamente relacionada con el registro coloquial.

En el caso de lo de que y sus estructuras paralelas, la gramáca académica delimita
precisamente el registro en el que, según ella, se sitúa el empleo de lo que nosotros
interpretamos como marcador evidencial: “En el rumor de que van a subir los combusbles se
predica de cierta información el hecho de ser un rumor. Esta secuencia alterna en la lengua
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Alf Monjour
 1(2) (2024), 1‐17
7)
Versión 1.1., consulta a 16 de mayo de 2024. La frecuencia absoluta y la primera indicación respecto a la frecuencia
normalizada (= frecuencia por millón de palabras del corpus) se refieren al dominio hispánico entero, la segunda indicación
solo a la frecuencia de la estructura en el segmento español del corpus.
8)
Los sintagmas con el arculo indeterminado, sin embargo, están representados de forma casi esporádica; cf., por ejemplo,
lo de un (Frec. absoluta: 42 / Frec. normalizada: 0,1), lo de una (37 / 0,09), lo de unos (9 / 0,02), lo de unas (0 / 0).
Visiblemente, son dicilmente compables con la función de establecer una anáfora asociava en el contexto. Hemos
prescindido del análisis, teóricamente posible, pero dicilmente realizable, de sintagmas sin determinante (po lo de
muchos).
9)
La cifra no entra en el contexto analizado aquí, ya que se explica por la frecuencia exorbitante de la indicación temporal
coloquial, fija y funcionalmente diferente, del po a eso de las once de la noche.
coloquial con lo de que van a subir los combusbles y con eso de que van a subir los
combusbles(NGLE, p. 1310). Nosotros mismos pudimos comprobar, después de una revisión
de numerosos ejemplos sacados del CORPES XXI, que lo de que, eso de que y esto de que [...] se
ulizan de forma bastante sistemáca en contextos orales, coloquiales, de oralidad ngida”,
mientras que en el caso de aquello de que [...] se observan, al lado de los ejemplos picamente
coloquiales, numerosos ejemplos que no son propiamente coloquiales, sino que provienen más
bien del discurso codiano‐mediáco que caracteriza la vida urbana en la sociedad globalizada”
(Monjour, 2022, pp. 177‐178).
Falta el mismo po de categorización variacional en el caso de lo de + SN; tal y como la
habrían podido formular Marnez Costa et al. (2013, p. 33) cuando caracterizan hablando de
como “topicalizador propio del registro coloquial”, pero sin pensar en nuestra estructura,
funcionalmente análoga. Por lo tanto, parece sensato recoger algunos datos más precisos
respecto a la frecuencia y a una eventual reparción geolingüísca parcular de las cuatro
estructuras paralelas lo de + SN / eso de + SN / esto de + SN / aquello de + SN.
Un primer vistazo a la frecuencia de las cuatro estructuras (según el CORPES XXI
7)
), con un SN
introducido por el arculo determinado
8)
, permite extraer ya algunas conclusiones:
Tabla 1: Frecuencia de lo de / eso de / esto de / aquello de + SN, introducido por el arculo determinado
(CORPES XXI)
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Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
1(2) (2024), 1‐17
10)
Respecto a los tres demostravos neutros, cf. la tabla de frecuencias en De Cock (2013, p. 16), basada en un corpus de
conversaciones informales, con el ranking caracterísco: eso (972 ejemplos), esto (337), aquello (29); la autora interpreta
esta gradación a través del grado de (inter)subjevidad de la comunicación: “Eso se privilegia entonces para la expresión de
creencias y opiniones del hablante” (De Cock, 2013, p. 23). Cf. datos comparables en Shin y Vallejos Yopán (2023, pp. 428‐
429); el uso de los demostravos es más frecuente en los datos orales que en los escritos, con excepción de los distales
[aquello, etc.] que son más frecuentes en los datos escritos” (ibid., p. 428).
11)
Cf. hps://preseea.uah.es/corpus‐preseea [17 de mayo de 2024]: lo del: 286 ejemplos (5.48 casos por cada 100000
palabras), España 145 (7.15 casos por cada 100000 palabras); lo de la: 206 ejemplos (3.95 casos), España: 115 ejemplos
(5.67 casos), lo de los: 81 ejemplos (1.55 casos), España: 58 ejemplos (2.86 casos), lo de las: 75 ejemplos (1.44 casos),
España: 42 ejemplos (2.07 casos).
Se observa una frecuencia decreciente de las cuatro estructuras, desde lo de + SN y eso de +
SN hasta esto de + SN y aquello de + SN, relacionada supuestamente con una coloquialidad
decreciente de los cuatro demostravos determinados correspondientes (“lo referencial” y tres
demostravos neutros)
10)
. La posición intermedia de eso de + SN y esto de + SN (¡en este orden!)
podría tener que ver con las extensiones metafóricas” (Shin y Vallejos Yopán, 2023, p. 431) de
estos demostravos; el primero entre ellos suele remir a los referentes algo más lejanos del
hablante, y por lo tanto –más frecuentemente– ambientados en el contexto indeterminado al
que se refiere eso de + SN.
Respecto a las diferencias entre las estructuras eso de / esto de / aquello de + SN masculino
vs. femenino, las diferencias se sitúan dentro de los márgenes de la casualidad; en el caso, sin
embargo, de lo del frente a lo de la sorprende la diferencia entre más de 6000 ejemplos y menos
de 4000. Confesamos que no se nos ocurre ninguna hipótesis que podría explicar esta
disparidad, importante también a nivel de la frecuencia normalizada (15,52 por millón vs. 9,58).
¿Exisría una atracción fonéco‐morfológica, facilitando parcularmente el empleo de lo del, es
decir, fomentando la estructura con un sustanvo masculino?
Algunas preguntas se plantean también a la hora de observar la extensión geográfica o más
bien la densidad diatópica de las estructuras analizadas dentro de los países hispanohablantes.
En primer lugar, se confirma la intuición de cualquier hablante según la que ninguna de las
estructuras puede pretender exclusividad, es decir que en todos los países están documentadas
todas las formas, a no ser que la documentación de los países pequeños no sea suficiente. Este
efecto de una documentación demasiado exigua limita también la fiabilidad de la indicación de la
frecuencia normalizada: En los casos de esto de las y aquello de la, por ejemplo, un solo ejemplo
documentado en Guinea Ecuatorial se refleja en una frecuencia normalizada de 1,1 por millón y
catapulta este país al puesto número 1 de todos los países hispanohablantes. En el caso de los
grandes países, evidentemente, el criterio de la frecuencia normalizada parece más fiable, y
resulta llamava la predominancia de España que en práccamente todas las constelaciones se
sitúa encima del valor global del corpus entero (excepción: aquello de las, donde los ejemplos de
origen español se mueven ligeramente debajo de la media internacional).
Para explicar esta predominancia numérica de España, solo parecen plausibles dos hipótesis
disntas (o incluso compables la una con la otra): o bien los marcadores evidenciales del po lo
de + SN, etc., realmente se usan con más frecuencia en el español europeo que en las otras
variedades del español, o bien respecto al registro coloquial en el que se usan protopicamente,
España está mejor representada en el CORPES XXI que los otros países –lo que mejoraría
automácamente su resultado en el ranking. La primera de las hipótesis se podría apoyar en el
corpus oral PRESEEA donde –sobre todo en el caso de lo del, lo de la, etc.– la frecuencia
normalizada de los ejemplos españoles también se sitúa nídamente encima de la media
hispánica
11)
. Independientemente de la plausibilidad de ambas hipótesis, merece la pena
estudiar con algo más de detenimiento el registro coloquial caracterísco de los marcadores
evidenciales analizados aquí, destacando la relación que existe entre la variedad lingüísca y la
función evidencial.
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Alf Monjour
 1(2) (2024), 1‐17
12)
Cf. hp://www.valesco.es [17 de mayo de 2024]. Hemos ‟aligerado” el texto de las observaciones metadiscursivas de los
responsables de Val.Es.Co. para facilitar la lectura.
13)
Cf. hps://www.valesco.es/#/pages/cod_hj3y7hwvuuajtlkq0ik/cod_fa393ih5l4jx9zssv7 [17 de mayo de 2024].
14)
Cf. hps://esvaratenuacion.es/consulta [17 de mayo de 2024].
15)
Cf. hps://preseea.uah.es/corpus‐preseea [17 de mayo de 2024].
16)
Incluidos unos irrelevantes en nuestro contexto, del po a eso de las once.
Parendo del concepto de coloquialidad elaborado por Antonio Briz y su escuela, es evidente
la conexión del registro coloquial –“un registro o uso lingüísco del español empleado en
situaciones de inmediatez comunicava, a la vez que favorecido por estas” (Briz, 2016, p. 463)–
con la conversación protopica”, caracterizada por los consabidos “rasgos situacionales
coloquializadores” (cf., por ejemplo, Briz y García Ramón, 2021, pp. 262‐263). No sorprende, por
lo tanto, la presencia de la estructura lo de + SN, etc., en los corpus que reflejan conversaciones
reales. En Val.Es.Co. 3.0
12)
, por ejemplo, se encuentran ejemplos donde lo de + SN remite a un
saber compardo, en este caso, sobre un episodio de la historia de la familia:
(1)
D: [((bueno bueno)) hoy se ha acordao de lo del] vídeo menoh mal
A: ¿[¿de lo del vídeo?]?
D: de lo deel vídeo que le hizo Deln de bebé
A: ah ¿¿sí?? ¿¿se lo ha co‐ se ha acordao??
(Val.Es.Co., Conversación 2020.PT.41)
.
En otro ejemplo, lo de + SN se refiere a un elemento citado, concretamente a una de estas
siglas que pertenecen a la jerga tecnológica del mundo moderno:
(2) C: [es que] es que lo quita[ron] lo del emepetres
A: sí eso lo quitaron/ pero no sé antes sí que tenía un emepetres pero ahora lo escucho
todo en espofai// que nos sobra una cuenta↑ si la quieres para  abuelo [porque mi
madre no la usa] (Val.Es.Co., Conversación 2021.PT.43).
En otras palabras, lo de, en las conversaciones reales, desempeña las dos funciones básicas de
un marcador evidencial, remiendo a un saber compardo y citando voces ajenas, aunque estos
dos significados puedan solaparse. Respecto a la distribución de las frecuencias de lo de + SN y
de las estructuras paralelas, resulta caracterísca la imposibilidad de idenficar en Val.Es.Co. 3.0,
mediante el buscador
13)
, ejemplos ilustrando eso / esto / aquello del / de la / de los / de las.
Otros corpus confirman esta predominancia enorme de lo de + SN frente a las estructuras
paralelas: en AMERESCO
14)
se encuentran unos 200 ejemplos de lo de + SN (= lo del / de la / de
los / de las), una treintena de eso del, etc., unos pocos de esto del, etc., y ninguno de aquello del,
etc. En PRESEEA
15)
se pueden idenficar 648 ejemplos de lo de + SN (= lo del / de la / de los / de
las), 153 de eso del, etc.
16)
, 83 de esto del, etc., y 9 de aquello del, etc. Las formas “minoritarias”
incluso pueden ulizarse de forma desdoblada, al lado de la forma “mayoritaria” en el mismo
contexto:
(3) M1: pero eso del lo del metro me gusta ¿no? porque<alargamiento/> nadie se da
cuenta de nada en el metro y/// (1.1) [y] pues no sé pasan muchas cosas en el metro
(AMERESCO, MEX_009_02_15).
Desdoblamientos de otro po pueden darse cuando se uliza el marcador evidencial junto a
un sustanvo comodín que también desempeña una función topicalizadora:
| 8
Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
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(4) E: ahí está / qué bueno / sí y / ¿ahora vos trabajás? eh / ¿a qué te dedicás?
I: aho por ahora estoy desocupado / por el tema esto del trata / estoy haciendo el
tratamiento /
E: ah claro
I: por el tema del pulmón
(PRESEEA, MONV_H11_035).
(5) I: y entonces pues / eso / ahora / por lo visto / la pelea de allí de / los polícos es por la
cuesón de todo esto de la construcción de<alargamiento/> casas y tal (PRESEEA,
ALCA_M13_005).
La misma hablante de Alcalá, en otro momento, usa sin problema el marcador evidencial
“mayoritario”, para referirse a un tema mencionado anteriormente:
(6) I: lo estuve pensando el otro día cuando me lo preguntaste digo <cita> no </cita> // te
dije eso / lo del accidente de Madrid / solamente // (PRESEEA, ALCA_M13_005).
La entrevistadora actúa de la misma manera, con una clara intención de citar e introducir un
elemento de polifonía:
(7) E: ya se queda lo de <extranjero> míster <extranjero> /
I: damo le llaman / <risas> en vez de dama / eeh / el damo
E: ¡ay por favor! / (PRESEEA, ALCA_M13_005).
Esta función metadiscursiva del marcador evidencial se observa también en el intento de otro
hablante de Alcalá, a la hora de parafrasear una palabra que se le ha escapado:
(8) I: te llevas los bocata la bota el jamón el / sandías melones lo que sea de allí todo el
mundo / termina todo el / ay ¿cómo se llama / lo del ruedo? / el /
E: ¿los toros? /
I: sí lo del ruedo entre el ruedo y esto donde se meten los toreros /
E: ¿la barrera? /
I: la barrera allí termina todo aquello // lleno de sandías (PRESEEA, ALCA_H11_037).
Las funciones evidenciales, como ya lo hemos visto en otro momento, se solapan, y en el
empleo –¡parcialmente reduplicado!– de lo de por una hablante granadina se ve como el
marcador puede remir al mismo empo –extratextualmente– a un movimiento social, conocido
a través del contexto políco, como –intratextualmente– a un término citado (en su traducción
del gallego al castellano) que se usa como designación metonímica de este movimiento:
(9) I: da la sensación de que parte de ellos al menos que son gente como más solidaria
más consciente de los problemas // no de medio ambiente / sociales / que hay >
¿no? porque hay voluntarios muchos voluntarios y gente que se fue a lo a lo del nunca
más a / a Galicia a limpiar y / y que es gente muy muy por la labor // que es gente
que // que es así (PRESEEA, GRAN_M13_005).
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Alf Monjour
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17)
Grupo I = 20‐34 años, II = 35‐54 años, III = 55 y más; cf. Moreno Fernández (2021, p.14)
18)
Hemos limitado la búsqueda a los ejemplos del marcador lo de + SN, porque las estructuras paralelas eso / esto / aquello
de + SN, debido a un número menor de ejemplos, no ofrecen la misma fiabilidad estadísca respecto a los resultados.
El alto nivel cultural de esta hablante granadina nos hace reflexionar igualmente sobre la
probable independencia del empleo de lo de + SN, etc., respecto a los tradicionales factores de
variación sociolingüísca. Como PRESEEA permite la búsqueda según los parámetros del nivel de
estudios, del sexo y de la edad
17)
de los informantes, resulta fácil comprobar la escasa variación
de la frecuencia de empleo conforme a estos parámetros
18)
:
Tabla 2: Frecuencia de lo de + SN, introducido por el arculo determinado, según factores de variación
sociolingüísca (PRESEEA)
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Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
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19)
Todos los ejemplos citados en lo que viene son del CORPES XXI. Fueron escogidos mayoritariamente entre los materiales
de los años 2001 y 2022 –una selección más bien arbitraria y debida a razones de economía de espacio, pero que por lo
menos ofrece la ventaja de abarcar un lapso de empo más representavo.
La variación dentro de cada parámetro oscila dentro de unos límites estadíscamente
irrelevantes; además se compensan mutuamente, es decir, que si en el caso de lo del están
sobrerrepresentados ligeramente los hombres frente a las mujeres, sucede lo contrario en el
caso de lo de la, y si en los casos de lo del y lo de la parecen más acvos los hablantes de la
generación intermedia, en los casos de lo de los y lo de las son justamente los hablantes de esta
generación los que emplean un poco menos la estructura correspondiente. En resumen, las
estructuras analizadas parecen arraigadas en la lengua coloquial, independientemente de los
factores de variación diastráca, tales como el nivel cultural, el sexo o la generación a la que
pertenecen los hablantes.
Una pregunta se plantea respecto a los ejemplos citados al principio de estas reflexiones y
que no provienen únicamente de fuentes orales, sino también escritas. Sabemos que estas
úlmas reflejan visiblemente una oralidad en lo escrito, una oralidad fingida y no auténca, más
bien una evocación de la oralidad” (Brumme, 2012, p. 13); por lo tanto, el empleo de nuestros
marcadores evidenciales debe encajar en la variedad parcular que construyen los mecanismos
de esta oralidad evocada. En otras palabras, se trata –según la célebre fórmula de Antonio Briz
(1998, p. 19; cf. también López Serena, 2021, p. 253)– de “reconocer la existencia de
manifestaciones de lo oral en lo escrito”, y de analizar en qué po de entorno lingüísco escrito
se emplean estos marcadores evidenciales orales y con qué finalidad
19)
. En los ejemplos
analizados en lo que sigue, nos enfocamos en lo del; prescindimos, sin embargo, de la
ejemplificación de todas las estructuras paralelas (eso de / esto de / aquello de) y de cada una de
las constelaciones posibles respecto al SN (... del / de la / de los / de las), a no ser que entre ellas
se pueda observar un comportamiento lingüísco parcular.
Un po de entorno caracterísco para el uso escrito de nuestros marcadores lo constuye el
diálogo, en una obra de teatro, en un guion, o en todo po de prosa, siempre y cuando se trata
de enunciados en primera persona:
(10) JÓVEN: (Es Traposo disfrazado de joven colonial) Señor conde de Peragayo, todo
Sanago está muerto de la risa por lo del puente e incluso han acuñado un
dicho popular que estoy seguro quedará registrado en las curiosidades de
nuestra historia (Quiroz, J. C. (2001). El ancristo y los malditos del lunes 13.
Teatro, Chile).
El enunciado puede formar parte de una entrevista periodísca, incluso en contextos
abstractos‐filosóficos que no conllevan otras marcas de oralidad que la del marcador de
evidencialidad:
(11) –Lo del panteísmo es más filosófico, pero en relación al dinamismo”, es algo que
tengo incorporado: un intento de que en la pintura haya movimiento, de crear
tensiones, no solo en términos composivos, sino también con el color (Lebenglik, F.:
Para mí la pintura es acción, no meditación, 27.9.2022. Prensa, Argenna).
La referencia a una voz diferente de la narración neutra puede situarse también dentro de un
monólogo interior:
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(12) Allá, lejos, un reloj digital en lo alto de un edificio, marcando las tres de la madrugada.
La hora de su breve eternidad. La que siempre veía –ahora– cuando cerraba los ojos y
pensaba en la muerte. Porque tenía que empezar por alguna parte y lo del accidente
fue lo primero que se le ocurrió (Arcos Levi, R. (2001). Después de todo. Novela,
Chile).
O bien la referencia ene lugar en el contexto de una reflexión retrospecva en la que el
marcador evidencial contribuye a hacer oír la voz del narrador y/o autor:
(13) Después de la comida, además de encontrar muy molestos con el gobierno a los
presidentes autonómicos gallego, vasco y catalán por la gesón de la desescalada, nos
enteramos de que los fallecidos hoy por la covid‐19 han sido 164… [...] Luego nos
enteraremos de que también la presidenta de la Comunidad de Madrid –espacio líder
en el número de casos mortales– está en contra del confinamiento. Mas si
consiguiesen imponerse y el gobierno diese marcha atrás en lo del estado de alarma,
estoy seguro de que, en el caso de cualquier ocasional repunte, le volverían a echar la
culpa a Sánchez… (Merino, J. M. (2022). La novela posible. Novela, España).
Una forma parcular de enmarcar la voz de un protagonista literario en su autorreflexión
consiste en emplear el genérico, dirigido hacia sí mismo, y en este contexto también ocupa su
sio el marcador evidencial:
(14) A lo que no hay derecho es a lo del papel higiénico. Te lo han reprochado siempre,
como lo de las repeciones, en el colegio, los novios, las amigas, los tres maridos.
Pero a te gusta, te gusta, necesitas tener siempre a mano mucho, mucho papel
higiénico (Cerezales, A. (2001). Mi viajera. Ciervos errantes y gres invisibles. Novela,
España).
En muchísimos ejemplos existe una relación sintácca inmediata entre el marcador evidencial
y un “verbum dicendi”:
(15) Mientras él daba cuenta de la ensaladilla y el pan y pedía de postre una naranja, que
mondó y se comió con tenedor y cuchillo para asombro y diversión de los clientes
habituales, acostumbrados a llevarse la sopa a la boca con las manos, le conté lo del
mensaje telefónico y lo que había averiguado llamando a la floristería (Mendoza, E.
(2001). La aventura del tocador de señoras. Novela, España).
Los marcadores evidenciales se usan también cerca de otros elementos morfosintáccos,
léxicos o discursivos, frecuentes en el español coloquial y por lo tanto considerados como úles
a la hora de escenificar la oralidad, en textos ficcionales como en textos no literarios:
(16) –Por supuesto, la culpa es de los Gordos y no nuestra, de la herencia que nos dejaron,
claro. Los electores nos han hecho pagar a nosotros su desastrosa gesón, y luego lo
del tema del puclub‐spa Ñol... Joder... Pero, mira, la hosa nos la hemos llevado
nosotros en la cara, ¿sabes? (González Pons, E. (2022). El escaño de Satanás. Novela,
España).
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(17) Su puesto lo ocuparon otros jueces de forma provisional en sus diecisiete años de
ausencia. Ahí estuvo Eloy Velasco invesgando algunas de las muchas tramas
corruptas del PP de Madrid, que se dirigían directamente contra Ignacio González:
Lezo, Púnica, lo del Canal de Isabel II… En una conversación interceptada por la
invesgación, González le dijo a Zaplana: ‛Vamos a ver, Eduardo: tenemos el Gobierno,
el Ministerio de Juscia no sé qué y tal. Y, escucha, tenemos a un juez que está
provisional… [...] Y aquí que venga el tular, que ya me las apañaré con el tular, coño’
(Iglesias, P. (2022). Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes. Biograa /
Memoria, España).
El marcador evidencial incluso parece ser un elemento parcularmente apreciado por los
autores de este po de tratados políco‐mediácos, supuestamente para quitarle al texto un
carácter demasiado serio‐cienfico:
(18) ¿Qué hizo Rajoy como una de sus primeras medidas? Ponerse a arreglar lo del compi
de Emilio Bon. ¿Por qué, si ya estaba indultado? (Cintora, J. (2022). No quieren que lo
sepas. Políca, España).
(19) Marta decidió dejar la cadena Clavel y rechazar la otra oferta que tenía porque en
Lecturas su trabajo era mucho más creavo. Lo del dirigible fue alucinante. Se tuvo que
reunir con personal del Ministerio de Defensa, porque había que marcar unas pautas y
acotar el espacio aéreo por el que el dirigible podría volar. Pero al final lo conseguimos
(García‐Cortés Cadavid, C. (2022). Sin equetas. Ciencias sociales, España).
En el citado libro de memorias de Pablo Iglesias puede observarse el marcador lo de también
en contextos más neutros, pero el tono autobiográfico desenfadado jusfica el empleo de
nuestra construcción:
(20) El segundo debate sobre la crisis del coronavirus que se produjo en el seno del Consejo
de Ministros fue todavía más duro porque lo dimos cuando ya se veía que el virus iba
muy en serio. En ese momento nosotros pusimos sobre la mesa la hipótesis de que se
pudiera producir un crac económico. Lo comparamos con el crac del 29 y, ya entonces,
planteamos que la respuesta tenía que pasar por asumir el final del paradigma de la
austeridad como conjunto de polícas viables, que lo del límite de gasto formaba parte
de otra época, de un mundo ya pasado, y que lo que venía supondría la
implementación de medidas neokeynesianas (Iglesias, P. (2022). Verdades a la cara.
Recuerdos de los años salvajes. Biograa / Memoria, España).
En otros casos, la mera pertenencia al po textual “blogse repercute en la coloquialidad del
discurso y se refleja no solo en una construcción relavo‐posesiva informal, sino también en la
combinación de varios marcadores evidenciales:
(21) Ese fue un motor además de esto de la desigualdad, de querer entregar herramientas
y apoyo a alumnos que su situación es disnta o más dicil, ahí se junta lo de la
educación de calidad, pero también lo del apoyo de un profesor que muchas veces se
necesita (Enseña Chile (2022). Por el mar y el desierto más árido del mundo: la historia
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20)
Recordamos el ejemplo, ya citado parcialmente, de la reflexión de la futbolista Irene Paredes en la que, después del
marcador lo del, se emplea, desempeñando una función totalmente idénca, también el marcador esto del:
No muy bien de dónde me viene lo del fútbol. Surgió de repente ese entusiasmo por el balón y recuerdo que,
desde muy pequeña, pasaba horas y horas en la calle jugando con mis amigos. Entonces no tenía amigas que jugasen
al fútbol. En todas las entrevistas me lo preguntaban y no sabía qué responder, así que hace poco, hablando con mi
madre, Inma, le pregunté: «¿Amá, esto del fútbol de dónde me viene?». Resultó que tampoco lo sabía (Marín Berbis,
A. (2022). Nosotras. Las futbolistas de la selección española. Biograa / Ciencias sociales, España).
de Javiera Lequepí. Blog, Chile).
Al final, hay que constatar la existencia –sorprendente, después de todo lo dicho
anteriormente– de casos del empleo de nuestros marcadores dentro de un registro “neutro”,
fuera de contextos propiamente coloquiales; sin embargo, esta parcularidad parece limitarse a
aquello de + SN, mientras que eso de y esto de se comportan de la misma manera que lo de
20)
.
No obstante, algunos ejemplos de aquello de + SN reflejan también un comportamiento análogo
al de los marcadores congéneres y caracterizado por el conocido nte de coloquialidad o
dialogicidad:
(22) Por cierto, aquello del pulpo arborícola era una inocentada (lo digo por si acaso...) (El
Paleofreak, 31.12.2002, Blog, España).
(23) ¿Los convencí? A Kelvyn sí. Aplaudió las propuestas teológicas, pero lo que realmente
despertó su fervor fue aquello del «ejercicio cons‐tan‐te, generoso e in‐ven‐‐vo...
hasta los 90» (Cárdenas, E. (2022). Cómo sobrevivir a una pandemia. Ciencias sociales,
México).
Por otro lado surgen los aludidos ejemplos de aquello de + SN en un registro más bien
“neutro” y sin la influencia de un diálogo cercano:
(24) Un aire de nostalgia, de encantamiento, de reminiscencias corre a través de Tres
estaciones, la primera película norteamericana filmada en Vietnam por un cineasta,
Tony Bui, nacido allí pero radicado en los Estados Unidos. Es Bui el responsable del
tono cercano al realismo mágico que acompaña a las tres historias que narra el filme.
Son todas figuras familiares para este po de relato: una está centrada en la relación
entre un joven conductor de triciclo y una prostuta; otra toma como personajes a un
chico que comercia chucherías en la calle, una vendedora de flores y su amargo
empleador, mientras que la tercera retoma aquéllo del veterano de guerra (en la piel
de Harvey Keitel) que vuelve a Ho‐Chi Minh City (antes, Saigón) en busca de una hija
que dejó allí (Lere, D.: De regreso a Vietnam. 10.5.2001. Prensa, Argenna).
(25) Habitualmente estos suplementos además conenen colágeno, por aquello de la
relación estructural que manene el hialurónico con el colágeno. Ni el colágeno ni el
hialurónico ingeridos favorecen la síntesis de más hialurónico ni más colágeno (García,
D.: No todos los ácidos hialurónicos son iguales. 16.6.2021. Divulgación, España).
Independientemente del grado de coloquialidad, aquello de + SN cumple perfectamente con
su función de marcador de evidencialidad, una función que se plasma en la frecuencia con la que
sirve para introducir la cita –a veces famosa– de una voz ajena:
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Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
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(26) En otro concurso clásico, ‛El precio justo’, Joaquín Prat se inventó aquello del ‛¡A
jugaaaaar!que tanto hizo por el espacio que realizaba Ramón Pradera (Pérez de Silva,
J. y Jiménez Hervás, P. (2022). La televisión contada con sencillez. Artes / Cultura,
España).
(27) Ahora bien, sí mostró su sorpresa por que su amigo Alberto Ruiz‐Gallardón, del que dio
a entender era el único capaz de salvar los muebles de la derecha, no respondiera con
contundencia a la torpeza del hermano de Bush cuando visitó Madrid. Gallardón calló
ante aquello del ‛presidente de la república española’ y también a lo de los negocios
tras la guerra (Palomera, E. L.: González vacina la tercera guerra mundial y un
aumento del terrorismo, 9.4.2003. Prensa, España).
(28) Esto abrió nuevas puertas. Encendió la chispa de posibilidades insoñadas previamente,
demostró que aquello del segundo sexo’ a que se refería Simone de Beauvoir era sólo
resultado de una inmensa injuscia varonil (Gimbernard Pellerano, J.: Asuntos de
familia. 27.1.2007. Prensa, República Dominicana).
(29) Días después, en una gira internacional que empezó en Libia, pasó por Argelia, Siria,
Irán, Bielorrusia, Rusia y terminó en España con un abrazo de reconciliación del rey
Juan Carlos por aquello del ‛por qué no te callas’, el teniente coronel Hugo Chávez
anunciaba, feliz, un convenio militar con Rusia por 2.200 millones de dólares (Robles
Zabala, J.: De las armas y el hambre. La perversidad armamensta en América Lana.
15.2.2010. Prensa, Venezuela).
(30) Ya en Madrid, Aznar aún tuvo que hacer oposición algunos años frente al socialismo de
Felipe González, ver pactos del PSOE con los nacionalistas y hasta vivir el ocaso del
felipismo. José María Aznar acuñó aquello del ‛váyase, señor González’, y en 1996 lo
consiguió. En La Moncloa no solo hizo lo que él había cricado, que era pactar con el
nacionalismo, sino que conocimos después casos muy graves de corrupción entre sus
elegidos y su formación políca (Cintora, J. (2022). No quieren que lo sepas.
Divulgación, España).
(31) Aquello del queda ‛atado y bien atado’ ene su sendo cuando se sabe que el 20 de
noviembre de 1975 España llegó al sonrojante acontecimiento de que el viejo dictador
muriera en la cama. Aunque no lo es menos que unos cuantos mantuvieran el poder
de los privilegiados, sin restuir el bon (Cintora, J. (2022). No quieren que lo sepas.
Divulgación, España).
La frecuencia con la que se observa esta función evidencial‐citava de aquello de en un
registro relavamente neutro, podría explicarse eventualmente por las caracteríscas diferentes
del discurso escrito y oral: citar literalmente un enunciado ajeno resulta más dicil en un
contexto (ficciamente) oral, mientras que el contexto más neutro facilita la referencia textual
directa, y justamente en este contexto más neutro, el marcador aquello de presta mejores
servicios que los marcadores paralelos lo de / eso de / esto de + SN, más adaptados al contexto
coloquial.
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21)
Cf. hps://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/101548/CMU_9‐158.pdf; cf. también hps://elpais.com/diario/
2004/05/26/paisvasco/1085600406_850215.html.

Hemos visto que las estructuras lo de + SN / eso de + SN / esto de + SN y aquello de + SN
enen en común la función de referencia inespecífica que topicaliza un elemento deducible del
contexto o mencionado en él. Se trata, por lo tanto, de marcadores de una evidencialidad que
abarca o bien la referencia a un saber compardo, una creencia, una convicción, una sentencia
moral, un rumor, o bien la referencia citava a un enunciado textual, sin que se pueda especificar
en cada caso de qué po de referencia se trata exactamente. Esta imprecisión a lo mejor es la
que constuye la gran ventaja que ofrecen estos marcadores de evidencialidad: le proporcionan
al hablante la flexibilidad de expresión necesaria dentro de la variedad que ha escogido, es decir,
el registro coloquial.
Sabiendo que el concepto de coloquialidad se define por la inmediatez comunicava, hemos
podido idenficar el empleo de nuestros marcadores evidenciales en un abanico de enunciados
escritos con rasgos de oralidad, en una escala de escenficiación que va desde una oralidad muy
dosificada”:
(32) Confieso que no veo muy claro lo de la cooficialidad [de las lenguas españolas], pero
hay que transigir. Cooficialidad es tan complejo como cosoberanía; hay ‛cos’ de éstos
que son muy peligrosos (Unamuno, Miguel de: Discurso sobre el castellano como
idioma oficial de la República
21)
).
hasta una oralidad dibujada con trazos más groseros:
(33) Y volviendo a lo del ter, mi abuelo era un hombre chapado a la angua y, como se
crió cagando en el corral, solía decir que eso de cagar dentro es una porquería, que
seguro que las casas se hunden con la mierda (Talens, M. (2001). Presencia del abuelo.
Relato, España).
A la hora de concretar la posición de nuestros marcadores evidenciales dentro de la
arquitectura variacional de la lengua, en los ejemplos mayoritariamente escritos del CORPES XXI,
hemos observado una frecuencia decreciente de las cuatro estructuras, desde lo de + SN y eso de
+ SN hasta esto de + SN y aquello de + SN. A nivel diatópico, los ejemplos provenientes de
España, sin constuir una mayoría aplastante, siempre están mejor representados que la media
hispánica.
Dentro de los ejemplos orales idenficables gracias a PRESEEA, el ranking de las formas
paralelas y funcionalmente equivalentes es el mismo (1. lo de, 2. eso de, 3. esto de), y la
frecuencia normalizada de los ejemplos españoles también se sitúa nídamente encima de la
media hispánica. En este corpus, resulta facble –por lo menos en el caso de lo de + SN– una
comprobación de los posibles factores de influencia que constuyen el nivel de estudios, el sexo
y la edad de los hablantes, pero resulta que la variación dentro de cada parámetro oscila dentro
de unos límites estadíscamente irrelevantes.
Respecto al entorno lingüísco de los marcadores evidenciales dentro de la oralidad en lo
escrito, se idenfica como parcularmente caracterísco el empleo en un diálogo o cerca de él,
en una obra de teatro, en un guion, o en todo po de prosa, siempre y cuando se trata de
enunciados en primera persona. Otras caracteríscas llamavas en el contexto de estos
marcadores son la existencia de una relación sintácca inmediata entre el marcador evidencial y
un “verbum dicendi”, y, evidentemente, la proximidad de otros elementos morfosintáccos,
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Lo de + SN: apuntes sobre la evidencialidad y la variación lingüísca
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léxicos o discursivos, frecuentes en el español coloquial y por lo tanto considerados como úles a
la hora de escenificar la oralidad.
Al final hemos visto algunas parcularidades en el comportamiento de aquello de + SN cuya
función evidencial‐citava se observa también en un registro relavamente neutro y con menos
nte de coloquialidad. Sobre este trasfondo, resulta seductor concluir de forma análoga:
esperemos que aquello de los marcadores evidenciales se haya aclarado un poco más...
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Alf Monjour, nacido en 1959. Es catedráco de Lengua Española en el Departamento de
Lenguas y Literaturas Románicas de la Universidad de Duisburg‐Essen (Alemania). Su principal
ámbito de invesgación es la descripción morfosintácca y pragmáca del español, y es autor de
diversos estudios sobre fenómenos sintáccos, léxicos y pragmácos del español actual; ha
trabajado igualmente sobre la evidencialidad, la cortesía verbal, los marcadores discursivos, el
léxico y la lexicograa, el discurso políco‐mediáco, el paisaje lingüísco (“linguisc landscape”)
y la oralidad fingida. Uno de sus centros de interés es Andalucía y el andaluz, y ha impardo
clases en la Universidad de Granada.