EL DESTIEMPO DE LA TRADUCCIÓN: CIRCUITOS DE RECONOCIMIENTO EN LA OBRA DE QIU MIAOJIN
OUT-OF-TIME TRANSLATION: RECOGNITION PATHWAYS IN THE WORKS OF QIU MIAOJIN
TRADUCTION HORS DU TEMPS : CIRCUITS DE RECONNAISSANCE DANS LES ŒUVRES DE QIU MIAOJIN
Alberto Poza Poyatos
Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
https://orcid.org/0009-0003-8970-3123
Fecha de recepción: 25/06/2024
Fecha de aceptación: 30/10/2024
DOI: https://doi.org/10.30827/tn.v8i1.31156
Resumen: Este artículo defiende que la popularización de la escritora lesbiana Qiu Miaojin (1969-1995) en su Taiwán natal se produjo a destiempo. Partiendo de la atención que la autora y su obra recibieron en prensa, se argumenta que su relevancia en Taiwán está relacionada con la traducción al contexto anglo-europeo de su texto Cartas póstumas desde Montmartre (1996) (Mengmate Yishu) en 2014. El hecho de que la traducción de Cartas póstumas popularizase la obra en su contexto original fue visto con preocupación entre las lectoras lesbianas taiwanesas de la época, que consideraron que la imaginación pesimista que este texto promovía en torno al lesbianismo podía significar un retroceso para el colectivo. A partir del contraste entre las opiniones que estas lectoras dejaron registradas en revistas feministas lesbianas y el tipo de discurso que la prensa generalista animó en torno al lesbianismo tras la traducción de la obra, se observa que la traducción, en tanto que tecnología de reconocimiento, se encuentra inscrita en un circuito capaz de afectar el contexto nativo de la obra original incluso a destiempo, pudiendo provocar un retroceso en la imaginación progresista en torno al sujeto lesbiano. Este artículo recoge también las alternativas de representación del sujeto lesbiano posteriores a Qiu Miaojin.
Palabras clave: literatura LGTBIQA+; literatura taiwanesa; traducción; Qiu Miaojin; estudios queer; estudios lesbianos.
Abstract: This article argues that the popularization of the Taiwanese lesbian writer Qiu Miaojin (1969-1995) took place out of time. The attention paid by the general press both to the author and to her oeuvre shows that the relevance of this writer is closely related to the translation into the Anglo-European context of her text Last Words From Montmartre (1996) (Mengmate Yishu) in 2014. The fact that translation served to popularize Last Words in Taiwan again was concerning for certain groups of Taiwanese lesbian readers, who considered that the pessimistic imagination regarding the lesbian subject that this text puts forward could bring about a regressive future for the community. The contrast between the opinions of these politically invested readers in feminist lesbian magazines of the time and the discourse of the general press leads to the conclusion that translation, as a technology of recognition, is inscribed in a circuit able to affect the native context of the original text, even in an out-of-time manner, causing a regression in the progressive imagination of the lesbian subject. This article also examines alternative representations of the lesbian subject that appeared after Qiu Miaojin.
Keywords: LGBTIQA+ Literature; Taiwanese Literature; Translation; Qiu Miaojin; Queer Studies; Lesbian Studies.
Résumé : Cet article soutient que la popularisation de l’écrivaine lesbienne taïwanaise Qiu Miaojin (1969-1995) s’est produite hors du temps. L'attention portée par la presse grand public tant à l'auteur qu'à son œuvre montre que la pertinence de cette écrivaine est étroitement liée à la traduction dans le contexte anglo-européen de son texte Dernières lettres de Montmartre (1996) (Mengmate Yishu) en 2014. Le fait que la traduction ait servi à populariser à nouveau ce texte à Taiwan était préoccupant pour certains groupes de lectrices lesbiennes taïwanaises, qui considéraient que l'imagination pessimiste autour du sujet lesbien que ce texte met en avant pourrait entraîner un avenir régressif pour la communauté. Le contraste entre les opinions de ces lectrices politiquement investies dans les revues féministes lesbiennes de l'époque et le discours privilégié par la presse généraliste permet de conclure que la traduction, comme technologie de reconnaissance, s'inscrit dans un circuit capable d’affecter le contexte natif du texte original, même en dehors du temps, et de ce fait faire reculer l'imagination progressiste du sujet lesbien. Cet article rassemble également des représentations alternatives du sujet lesbien apparues après Qiu Miaojin.
Mots-clés : littérature LGBTIQA+ ; littérature taïwanaise ; traduction ; Qiu Miaojin ; études queer ; études lesbiennes.
En su artículo “Formal Experiments in Qiu Miaojin’s ‘Lesbian I Ching’” Ari Heinrich señala que el novelista taiwanés Luo Yijun se refiere a Cartas póstumas desde Montmartre (Mengmate Yishu) (1996), obra de la autora taiwanesa Qiu Miaojin (1969-1995), como “la Biblia de las lesbianas” (840)[1]. Aunque Luo Yijun utiliza esta expresión en alusión a la repercusión social que tuvo la novela entre las lesbianas en Taiwán, bien podría haberlo hecho para referirse al movimiento hermenéutico que popularizó la obra y que, más de una década después de su publicación y del suicidio de la autora, la convirtió en mártir. Tanto en esta obra como en Apuntes de un cocodrilo (1994) (Eyu Shouji), Qiu Miaojin escribe personajes lesbianos atormentados, depresivos y con tendencias suicidas, una representación que prácticamente monopolizará la imaginación del sujeto lesbiano en el Taiwán posterior a los 90 y que se verá revitalizada y contestada a partir de su traducción.
El destiempo en la popularización de Qiu Miaojin tiene una explicación hermenéutica que señala a la traducción como posible dinamizadora de un discurso lesbófobo que, a pesar de su carácter retrógrado, se plantea como peaje necesario para el reconocimiento contemporáneo del sujeto lesbiano dentro de un circuito de reconocimiento orientalista que expondré más adelante. Pese a que el gusto por un sujeto lesbiano suicida no monopolizaba la lectura en los círculos de lesbianas del Taiwán de los 90, ni predominaba en el contexto anglo-americano en el que se tradujeron las obras de Qiu Miaojin, constituye el modelo de representación que, orientalismo mediante, se ve revitalizado con la publicación de las traducciones de esta autora a partir de 2014.
Este artículo, además de exponer las consecuencias que la traducción tiene en el contexto nativo del texto, concluye esbozando las alternativas de representación del sujeto lesbiano que siguieron a Qiu Miaojin, prestando especial atención a aquellas que se han producido en el entorno de internet y las nuevas tecnologías. Esto abarca autoras posteriores y contemporáneas a Qiu Miaojin, pero también las publicaciones de esta misma autora que no se han traducido y que no participan de manera tan estrecha de la relación entre lesbianismo y deseo de muerte.
En este apartado se muestra la relación que hay entre la consolidación de una hermenéutica lesbófoba y el mayor éxito editorial de Cartas póstumas desde Montmartre en comparación con el de Apuntes de un cocodrilo, ambas obras de la autora taiwanesa Qiu Miaojin.
Dos años antes de la publicación de Cartas Póstumas desde Montmartre, y un año antes del suicidio de Qiu Miaojin el 25 de junio de 1995, sale a la venta en Taiwán Apuntes de un cocodrilo, su primera obra de éxito nacional. Esta novela narra la vida de unas jóvenes lesbianas y destaca por su cariz oscuro, sus referencias al suicidio y la tendencia depresiva de sus personajes, que viven ocultas en un estado previo o al margen de lo que hoy conocemos como identidad lesbiana. Para referirse a sí mismas como mujeres a las que les atraen otras mujeres, las personajes se llaman lazi[2] o recurren a la metáfora del cocodrilo para, de algún modo, nombrarse. Se describen a sí mismas como animales que prefieren la soledad y los lugares oscuros; son personas que, como el cocodrilo, evitan ser vistas. En contraposición, Cartas póstumas recurre a términos identitarios comparables a los actuales, y representa la primera vez en que una autora taiwanesa utiliza la primera persona para declarar que siente deseo sexual por las mujeres, ubicándose así en una posición de identidad dentro del sistema: declarándose lesbiana. Cartas Póstumas, con su tratamiento explícito del suicidio y la identidad lesbiana, no obtendrá éxito editorial hasta después de 2006, cuando, como señala Chi Ta-wei en Wan'an Babilun-Wanglu Shidai de Xingyu, adelantó holgadamente en previsión de ventas a Apuntes de un cocodrilo (140-141).
Como muestra la tabla a continuación, hasta 2006 Cartas póstumas solo contaba con una edición a la venta en el mercado taiwanés frente a las tres de Apuntes de un cocodrilo. Es a partir de 2006, con la publicación por parte de INK de las ediciones con motivo de la conmemoración del décimo aniversario del suicidio de Qiu Miaojin, cuando Cartas póstumas le toma la delantera a Apuntes de un cocodrilo. Un año antes de la publicación de Cartas póstumas, en 1995, INK publicaba un monográfico sobre la autora en su revista Yinke Wenxue Shenghuo Zhi que contenía obras inacabadas y las entradas previas a su suicidio de su diario personal. La primera página de este especial, en principio dirigido al público general no especializado ni LGTBIQA+, arranca aludiendo a su suicidio y presentando a Qiu Miaojin como una joven novelista lesbiana.
Tabla 1. Fecha de las distintas ediciones de Apuntes de un cocodrilo y Cartas Póstumas desde Montmartre
OBRA | FECHA DE PUBLICACIÓN | EDITORIAL |
Apuntes de un cocodrilo | 1994 | Lianhe Wenxue |
1997 | ||
2003 | ||
2006 | INK | |
2014 | ||
Cartas póstumas desde Montmartre | 1996 | Lianhe Wenxue |
2006 | INK | |
2013 |
La mayor repercusión de Cartas Póstumas a partir de 2006 coincide con el aumento de casos de suicidio entre la juventud LGTBIQA+ taiwanesa, o al menos, y como expone la tabla 3 de este artículo, con un incremento en la atención que reciben. Lo que describe Qiu Miaojin en su obra, y su propio final, es uno más de tantos casos de jóvenes LGTBIQA+ que durante esos años, en palabras de Liu Jen-peng y Ding Naifei, “estaban deseando morir” (35). Para estas dos teóricas, este irrefrenable deseo de muerte entre la juventud LGTBIQA+ apunta a la necesidad de devolver el golpe a una sociedad homófoba (32). Esta necesidad o deseo de muerte y su creciente influencia en la imaginación del sujeto lesbiano despertaron preocupación en los grupos de lectura de mujeres que discutían Cartas póstumas y que, como puede apreciarse en los registros que recoge la revista de temática lesbiana Nüpengyou en 1996, detectaban una preferencia por representar al sujeto lesbiana en relación con la muerte:
從書裡可以看見有沉淪於向上的重力量的拉鋸,我好奇的是為何最後沉淪的力量戰勝了向上的力量,這其中也許有homophobia的作用 (“Du ‘Mengmade Yishu’” 40)[3].
Es importante señalar que estos registros se publicaban a modo de acta de un club de lectura. La sesión de discusión de Cartas póstumas tuvo lugar un 20 de septiembre y reunió a diecisiete personas.
Años después de que este club de lectura se expresase en estos términos, Ahmed argumentará que la promesa de la felicidad no puede desvincularse de la imaginación heterosexual y que alcanzarla depende en gran medida de la respuesta que los cuerpos dan a la presión que sufren para someterse ante determinados marcadores de felicidad. Inevitablemente, para Ahmed “desviarse puede traer aparejada la infelicidad” (197).
En esta línea, en 1994, el mismo año de la publicación de Apuntes de un cocodrilo en Taiwán, la revista Nüpengyou publicaba un comentario a esta novela en el que, a pesar de que quien escribe muestra cierta tristeza o insatisfacción por cómo Qiu Miaojin narra el adentro del sistema heterosexual, se puede leer cómo la inclusión en la norma puede ser el único lugar habitable para la desviada: “可以理解於異性戀體制調和是某些queer到最後不得不採取的回歸現實手段” (“Kanguo ‘Eyu Shouji’” 25)[4]. Pese a esto, este pequeño texto concluye apuntando claramente a la necesidad y al deseo de una posibilidad de futuro en la representación de las lesbianas: “或許理想真實,鉅細糜遺的異生物影像現階段仍無人有能力構圖吧!但我仍期待有那麼一天” (25)[5].
Esto demuestra que, dos años antes de que se publicase en Taiwán Cartas póstumas, cuando las lectoras aún no conocían esta obra, no sólo no parecían mostrar un deseo de muerte, sino que explícitamente tenían ansias de vivir más allá de lo que representaciones literarias como las de Apuntes de un cocodrilo les permitían imaginar. Estas mujeres estarían rebatiendo así la lectura que clausura las posibilidades del texto en favor de una interpretación que lee un sujeto lesbiano que lo es en retrospectiva, reconocido como tal a partir de aquello que le acontece y que no es otra cosa que su propia muerte. Como muestro a continuación a partir de las actas de un club de lectura, las lectoras de Qiu Miaojin, en este movimiento que llamaré “esfuerzo hermenéutico” y que desarrollaré en el último apartado de este artículo, se resisten a aceptar que la lesbiana es un sujeto depresivo y no dan pie a una lectura que defienda que se es lesbiana en tanto que, gracias a la muerte, se consigue ocupar ese espacio de marginalidad interior al sistema heterosexual que, por otra parte, ya había criticado Diana Fuss en 1991. De hecho, lejos de asumir el precio que exige el sistema normativo sexo-género a cambio de su reconocimiento como lesbianas, como demuestra el siguiente extracto del número de Nüpengyou de 1996, desde estos grupos de lectura dedican gran parte de su esfuerzo a pensarse vivas:
我比較擔心的是,較年長的人要如何面對有自毀傾向的年輕人,該如何於她們分享生命經驗?畢竟對同女來說,失去了生命就沒有DYKE的歷史,死亡對同女來說是個值得深思的問題 (“Du ‘Mengmade Yishu’” 40)[6].
En este momento del registro que recoge la revista, la discusión de las lectoras excede el texto de Qiu Miaojin y lo meramente predicativo para preguntarse de forma explícita por su porvenir como lesbianas, sobre cómo el monopolio de una hermenéutica lesbófoba sobre sus representaciones literarias afecta a sus vidas, y sobre cómo sobrevivir al margen de ―y después de― la publicación de este fenómeno literario que Luo Yijun llamó “la Biblia de las lesbianas” (Heinrich 2017, 840).
En este apartado mostraré que la traducción, en tanto que tecnología de reconocimiento, participa en la circulación de la figura de Qiu Miaojin y de sus obras Apuntes de un cocodrilo y Cartas póstumas desde Montmartre dentro de un circuito que permite sostener y consolidar la hermenéutica lesbófoba que se ha expuesto en el apartado anterior y que desarrollaré más adelante.
Shu-mei Shih define el término “tecnología de reconocimiento” en su artículo “Global Literature and the Technologies of Recognition” como “los mecanismos del (sub)consciente discursivo que producen el ‘occidente’ como agente de reconocimiento y el ‘oriente’ como objeto de reconocimiento” (17). Inspirado por esta definición, en este artículo utilizo este término para referirme a la traducción como dispositivo capaz de recibir y transportar en forma y contenido los discursos de los que se le hace parte.
Desde que Qiu Miaojin se suicidase en París en 1995, Cartas póstumas, escrita en formato epistolar y en primera persona, tiende a leerse dentro del marco interpretativo del deseo de muerte como la nota de suicido de la autora tal y como atestiguan las palabras de Heinrich (2017, 839), Martin (231), Chi (“Wutuobang zhihou” 140-141) y Sang (234). Esta lectura une de forma inevitable a la obra con su autora en su papel bíblico como mártir del sujeto lesbiano. Incluso antes de haber sido traducida a ningún idioma europeo, Edwin Frank, entrevistado por Steven Cordova para la web Lambda Literary, ya invitaba en 2012 a las futuras lectoras extranjeras a acercarse a la obra de Qiu Miaojin en términos autobiográficos, contribuyendo así a la construcción de una representación literaria de carácter lesbófobo, vinculada a lo depresivo y tomando la muerte como peaje necesario para obtener visibilidad. Algo que, como he mostrado en el anterior apartado, despertaba preocupaciones en el Taiwán de la época.
La repercusión internacional de Qiu Miaojin se inaugura precisamente con la traducción de Cartas póstumas, su obra más autobiográfica, en 2014. La decisión de traducir este texto surge de la iniciativa personal del traductor Ari Heinrich, quien declara que en un principio no fue fácil persuadir a la editorial New York Review Books (NYRB) del carácter transgresor de la obra y que solo tras la mediación de una agente literaria y de un editor de NYRB, ambos sinoparlantes, salió adelante el proyecto bajo la premisa de que era importante ofrecer mayor diversidad en la representación de la literatura traducida del chino, argumentando que Qiu Miaojin ya tenía un nutrido grupo de seguidores en China, Hong Kong y Taiwán (Heinrich, “Your query”).
Ari Heinrich se embarcó en este reto movido por un sentimiento de cercanía con la autora, de quien era contemporáneo y con quien compartía una experiencia de extrañamiento con el mundo y de búsqueda de la propia identidad en el extranjero (Heinrich, “Your query”)[7].
La versión en español de Cartas póstumas es fruto de la decisión editorial de Donatella Ianuzzi, de la editorial Gallo Nero, quien había leído la versión italiana y contactó a la traductora Belén Cuadra para el encargo en español (Cuadra). La versión francesa fue rechazada por varias editoriales en 2002, hasta que en 2012 Brigitte Bouchard, editora en Notabilia, adquirió los derechos de Cartas póstumas y propuso publicarlo junto con Apuntes en un mismo tomo. La traductora, Emanuelle Péchenart advirtió del error que supondría unir dos textos tan dispares y la editorial decidió apostar, una vez más, por Cartas Póstumas en detrimento de Apuntes de un cocodrilo. En opinión de la traductora, las coordenadas “lesbiana”, “suicidio” y las referencias a París hicieron atractivo el texto para la editorial y jugaron un papel en su promoción (Péchenart). Estas coordenadas no fueron decisivas en la traducción italiana de Cartas póstumas a cargo de Silvia Pozzi, quien sin embargo sí señala que Apuntes de un cocodrilo no se publicó por considerarse demasiado niche y anticuada (Pozzi).
Como muestran las experiencias editoriales arriba señaladas y la tabla a continuación, Cartas póstumas no solo ha sido mejor recibida fuera de Taiwán y ha sido traducida a más idiomas europeos que Apuntes de un cocodrilo, sino que, además, y en contra del orden cronológico en el que se escribieron y publicaron en Taiwán, se traduce con una media de dos años de anticipo con respecto a Apuntes de un cocodrilo. Esto podría indicar cierta preferencia por un discurso con pretensiones de realismo vinculado al deseo de muerte lesbiano, lo que contrasta con lo que autores como Heather Love (2007) o Ben Nichols (2020) han identificado para el contexto anglo-europeo, donde no prevalecen este tipo de discursos LGTBIQA+, pero también con la propia tendencia en Taiwán, que después de los 90 había empezado a relegar a los autores LGTBIQA+ que no hacían literatura puramente realista a un segundo plano (Chi, “Wutuobang zhihou” 106).
Tabla 2. Fechas, traductores/as e idiomas de publicación de Cartas Póstumas desde Montmartre y Apuntes de un cocodrilo.
CARTAS PÓSTUMAS DESDE MONTMARTRE | APUNTES DE UN COCODRILO | |||
Idioma | Traductor/Traductora | Fecha | Traductora | Fecha |
Inglés | Ari Heinrich | 2014 | Bonnie Huie | 2017 |
Turco | Süreyya Çalikoğlu | 2015 |
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Italiano | Silvia Pozzi | 2017 |
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Español | Belén Cuadra | 2018 | Belén Cuadra | 2020 |
Francés | Emmanuelle Péchenart | 2018 | Emmanuelle Péchenart | 2021 |
Eslovaco | Katja Kraigher | 2020 |
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Alemán |
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| Martina Hasse | 2020 |
El modo en el que la publicación de estas traducciones tan celebradas impactó en Taiwán es notable. Antes de la primera traducción al inglés en junio de 2014 la base de datos de Lianhe que reúne más de 11 millones de registros de las principales publicaciones de prensa en Taiwán desde 1951 arroja cinco resultados con el criterio de búsqueda “Qiu Miaojin”, todos después de su muerte y sólo uno de ellos en referencia a temática LGTBIQA+; concretamente a la propuesta de ley del matrimonio igualitario que finalmente se aprobó en 2019. Una búsqueda idéntica para el periodo desde la primera traducción al inglés en 2014 hasta diciembre de 2022 arroja 39 resultados, seis de ellos con referencias claras a temática LGTBIQA+ y tan solo uno de estos seis en referencia al matrimonio igualitario. Solamente en el periodo entre la publicación de la traducción inglesa de Cartas póstumas en junio de 2014 y la traducción inglesa de Apuntes de un cocodrilo en mayo de 2017 la misma búsqueda arroja 19 resultados.
Tabla 3. Menciones a Qiu Miaojin en prensa taiwanesa (1995 – actualidad)[8]
[Por incompatibilidad del formato, véase la versión en PDF para la imagen]
La totalidad de menciones a Qiu Miaojin en la prensa de Taiwán tiene lugar tras su muerte, y solo cinco de las 44 que hay registradas se dan antes de haber sido traducida. Solamente se la relaciona de forma recurrente con la temática LGTBIQA+ a partir de mayo de 2017, cuando sale a la venta la versión inglesa de Apuntes de un cocodrilo y las referencias a la ley del matrimonio igualitario son tan minoritarias que no puede concluirse que el aumento de menciones a Qiu Miaojin se deba a la popularización del discurso pro-derechos en Taiwán que estaba teniendo lugar en estas fechas. A la luz de estos datos, resulta mucho más factible pensar que es la traducción y el reconocimiento internacional lo que encumbra la figura de Qiu Miaojin como referente LGTBIQA+ en el Taiwán actual y que, posiblemente, lo hace dinamizando el discurso lesbófobo con el que se exportó en los 90.
De entre estas menciones en prensa posteriores a la traducción de Qiu Miaojin que hacen referencia a la temática LGTBIQA+ destacan las de otras autoras lesbianas más jóvenes, que no comparten el deseo de muerte. Li Ping-yao (Hikaru Lee) (1984) en una entrevista en 2016 se preguntaba cómo vería Qiu Miaojin el mundo actual si hubiera sobrevivido, iniciando así un diálogo crítico con el deseo de muerte presente en la obra de Qiu Miaojin que ha marcado su propia escritura y que fortalece la tesis de que la traducción supuso una resurrección del discurso que relacionaba el sujeto lesbiana con el deseo de muerte que, de otra forma, quizá habría quedado enterrado.
Si se tiene en consideración que, según autores como Love y Nichols el origen anglo-europeo de las traducciones de Qiu Miaojin se rige ya en esas fechas por un rechazo al discurso pesimista en relación a lo LGTBIQA+, y que el Taiwán de después de los 90 tampoco era especialmente receptivo al estilo modernista en los textos LGTBIQA+ (Chi, “Wutuobang zhihou” 106), cabe preguntarse qué hace posible el éxito de Qiu Miaojin, primero en traducción y después en su versión original, pero siempre a destiempo.
4.1. Lesbofobia y orientalismo
El hecho de que esta hermenéutica lesbófoba se sostenga a destiempo en el Taiwán que recibe las traducciones mientras en el ámbito anglo-europeo y taiwanés la tendencia en la literatura queer es la de negar el pasado traumático que informa la literatura modernista es resultado de la combinación de un discurso orientalista y de un discurso lesbófobo que, como mostraré en este apartado, resulta en una ilusión de contemporaneidad.
Love (2007), en el análisis que hace de la recepción actual de clásicos LGTBIQA+ de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, detecta una resistencia, una vergüenza heredada de la construcción epistemológica del armario que teorizó Sedgwick, a incorporar al canon de literatura queer obras oscuras y depresivas. Nichols (2020) por su parte, localiza en obras literarias LGTBIQA+ del siglo XX valores que, por su carácter ordinario, cotidiano, e incluso aburrido desde el punto de vista de la crítica queer posterior a los 90, han sido rechazados. Nichols agrupa estos valores contrarios a lo queer bajo la etiqueta “políticas de la monotonía” (“sameness politics”) y Love los llama “sensación de atraso” (“feeling backwards”), pero ambos coinciden en que el rechazo a ciertos aspectos de la genealogía queer es un síntoma de nuestra propia homofobia.
Las “políticas de la monotonía” engloban características y valores clave para la evolución de la literatura, la crítica, y la forma de vida queer en el último siglo como son la inutilidad, la reproducción, la normatividad y el reduccionismo que, sin embargo, han sido anuladas por el discurso queer actual que las considera poco atractivas y atrasadas. La “sensación de atraso” es la expresión artística del sufrimiento que históricamente ha acompañado al sujeto queer en su recurrente fracaso y que hoy, por considerarlo condenado a la infelicidad (Ahmed), no queremos recordar. En este prejuicio temporal hacia aquello que, por atrasado, queremos efectivamente dejar atrás, lo queer se encuentra con la hermenéutica clásica colonial que, como Johannes Fabian teoriza desde la antropología, se basa también en la negación de contemporaneidad (32-35).
De acuerdo con lo expuesto en el apartado anterior, el éxito editorial de Qiu Miaojin no podría haberse previsto. Ni su historia personal ni su obra reflejan el optimismo y la proyección a un futuro mejor que se le exige a la literatura queer actual para ser considerada contemporánea y, sin embargo, el traductor que inaugura la proyección internacional de Qiu Miaojin, Heinrich, apuesta con firmeza por Cartas Póstumas por su carácter transgresor y su calidad literaria. Desde el punto de vista de la hermenéutica del discurso queer, Qiu Miaojin llega a destiempo.
El discurso que informa la modernidad, construido sobre premisas orientalistas que relegan al Oriente a un estatuto pre-moderno y atrasado tampoco puede explicar por sí solo el éxito a destiempo de Qiu Miaojin; en el que la suma de dos negativos ―lesbofobia y orientalismo― resulta en la popularización de la autora.
En su capítulo “On the Conjunctive Method”, Shu-mei Shih ofrece una respuesta genérica que podemos aplicar a estos imprevistos fruto del encuentro de lo sinófono y lo queer. Shih propone que la unión de los campos de estudio queer y sinófono sirve precisamente para “desenterrar realidades reprimidas y crear nuevas combinaciones de significados” (223), pero esta definición se basa en la premisa de que el discurso queer y el sinófono, en tanto que construcciones teóricas progresistas, comparten una temporalidad y una teleología de progreso, una intención de “desenterrar” y generar novedad que, como he expuesto en los párrafos anteriores, Love y Nichols encuentran discriminatoria.
Desde la Ilustración, pasando por Hegel, la temporalidad que rige los valores progresistas se construye sobre la secularización del tiempo judeo-cristiano, que ha sido determinante para la concepción de una modernidad en términos lineares. La teleología del progreso que hoy informa discursos como el sinófono o el queer es heredera de la instauración como tiempo universal de una concepción devota de la historia en tanto que historia de salvación (Fabian 3). Si esto se traslada al discurso orientalista, aquellos que aún deben ser salvados quedarían situados en un estadio temporal previo o atrasado y Qiu Miaojin, en tanto que autora taiwanesa, podría ser leída a través de este prisma orientalista. Al suicidarse, Qiu Miaojin estaría reconociéndose como sujeto que debe ser salvado por Occidente y la posición de atraso en la que esto la coloca permite que sea vista. El sacrificio es el precio de su incorporación al tiempo judeo-cristiano de la modernidad (queer) occidental, que eleva su obra Cartas póstumas a categoría bíblica y convierte a Qiu Miaojin en mártir.
Qiu Miaojin se incorpora a los circuitos de reconocimiento por la vía orientalista, muy en línea con las posibilidades que Spivak preveía para el sujeto subalterno dentro del tiempo lineal que informa los discursos progresistas. Sin embargo, el tiempo de Qiu Miaojin como fenómeno literario no es lineal ya que, como he mostrado en el segundo apartado de este artículo, Qiu Miaojin resucita al más puro estilo bíblico en el Taiwán posterior a sus traducciones.
Aunque este viaje de vuelta al Taiwán de 2014 podría haber servido para dinamizar un modelo lesbófobo en el que es más fácil imaginarse al sujeto lesbiano encaminada a su muerte que imaginársela viviendo más allá de la treintena, también permite imaginar que las alternativas que las lectoras de los 90 ansiaban podrían ser posibles. Si la traducción tiene este poder de resucitar discursos en el contexto nativo de sus originales, es lógico pensar que también tiene la capacidad de afectarlos y que, si la práctica traductora hubiera sido otra, la imaginación del sujeto lesbiana que habría viajado de vuelta al Taiwán de este siglo habría sido también otra.
Es necesario, por tanto, explorar alternativas teóricas capaces de explicar el fenómeno literario de Qiu Miaojin sin impedir el acceso de otras obras sinófonas queer más “atrasadas” al circuito de reconocimiento global.
Las lectoras del número de 1996 de Nüpengyou, cuyas palabras recojo en el primer apartado, nos ayudan a intuir que en Taiwán, coincidiendo con la publicación de las obras de Qiu Miaojin, ya existía un deseo de, incluso por medio de la muerte, hacer de la vida algo bello: “我想死亡對邱妙津至少有兩種意義。一是死亡是史她的生命變得完美的方式,二是她或許可藉此懲罰背叛她的人” (“Du Mengmate Yishu” 40)[9].
Si leemos a Qiu Miaojin con Braidotti, quien influenciada por la ética spinozista teoriza la potentia en relación con la muerte (163), podríamos considerar que el deseo de morir en la obra de Qiu Miaojin es una expresión del deseo de vivir. Braidotti entiende que la muerte es parte de la vida concebida como zoé, que por otra parte es el nombre de la protagonista de Cartas póstumas (Zoe). Los sujetos viven por tanto seducidos por la muerte, animados por esta a vivir de la manera que más les acerque al estilo de muerte que les parece ético, y la vida ética es la del constante suicidio virtual. Esta muerte marcada por el deseo de crear es lo que encontramos en Qiu Miaojin cuando se la interpreta inserta en una genealogía de artistas suicidas como lo hace Heinrich (2017, 842), o cuando se habla de su muerte como objeto artístico como lo hace Chu (111).
Como escribe en su prólogo a la edición francesa de Cartas póstumas Hélène Cixous,
[d]ésormais elle s’appelle Vie. Auto‑interpellation, autodétermination. Vis, vie ! (16). […] Le Conte de Zoé aura donc commencé par la Fin : dans la première scène c’est l’incarnation de la passion en petit lapin qui reçoit la mort. Première mort de Qiu‑Zoé. Par la suite la vie bondit de mort en mort (20)[10].
Que la popularización de la autora haya ocurrido en términos de suicidio y muerte y no en términos de vida ―de potentia creativa―, como sí se ha leído el suicidio de autores como Mishima, podría responder, como apunta Heinrich, a un prejuicio de género (Heinrich “Your query”).
Si seguimos el pensamiento de Braidotti puede entenderse que en Apuntes de un cocodrilo, Qiu Miaojin genera figuraciones, como la del cocodrilo, a modo de “[vehículo] de la imaginación para arraigar nuestro poder de comprensión de los horizontes mudables del presente” que “interfiere con los códigos prestablecidos y, por tanto, desestabiliza y reconstruye, al mismo tiempo, el sujeto posthumano” (Braidotti 92), algo similar a la “exhibición” del sujeto lesbiano que Martin (2003, 224-245) encuentra en la obra de Qiu Miaojin. Lamentablemente, esta exhibición, estas figuraciones se ven atrapadas en un circuito de reconocimiento habituado a reproducir un sistema necropolítico, por lesbófobo y orientalista, ofreciendo una lectura del lesbianismo que exige la muerte a cambio de representación.
El deseo de las lectoras por una figuración “extraña y contrahecha” apunta a los límites de la causalidad como método válido para explicar la imaginación del futuro lesbiano. Si consideramos, si confiamos ―como hacen las lectoras―, en que los límites hasta ahora mortales de esta imaginación son circunstanciales y no constitutivos, si los consideramos derivativos y con potencialidad, como entiende Massumi (1993) los límites definitorios de las identidades, entonces podemos lanzarnos a la simulación de una lesbiana que viva más allá de la muerte. Algo que, como mostraré a continuación, ya estaba ocurriendo en el Taipéi de la época facilitado por la inserción del “esfuerzo hermenéutico” de las lectoras y escritoras en un circuito de reconocimiento tecnológico.
Massumi, en su capítulo “Everywhere you want to be”, se pregunta cómo lo extraordinario, la muerte y el suicidio, en este caso, pueden llegar a convertirse en lo ordinario y concluye que es un error pretender que en el momento capitalista la relación entre causa y efecto no se encuentra mediada y mistificada. De acuerdo con Massumi, la relación linear entre una sociedad lesbófoba y el deseo de muerte, esta explicación lógica que ofrecían teóricas como Liu Jen-peng y Ding Naifei para dar sentido a la proliferación de representaciones de lesbianas como sujetos destinados a la muerte, omitiría la constante retroalimentación que tiene lugar dentro de lo que he llamado “circuito de reconocimiento”, en el que producción y consumo, escritura/traducción y lectura no se relacionan de forma unidireccional.
La imaginación y el vocabulario de Massumi, inspirado por la incipiente revolución cibernética, resuena con los escritos de otra autora lesbiana taiwanesa de la generación de Qiu Miaojin: Lucifer Hung (Hong Ling) (1971), quien especulaba en 1995 en el número 45 de la revista sobre ciencia y tecnología Wanglu Tongxu sobre cómo el “existir” en internet podía servir para imaginar alternativas a la concepción que se tenía hasta entonces de la identidad:
剛才幾分鐘前的我和現在正快速地敲打鍵盤趕稿的我,確實是在不同地空間。是的,在打下 “logout” 地指令之前,我和這個世界上所有進入網絡(Internet)的傢伙們同在一一非關肉身的在 “exist”,當然也不是老套形而上學所謂的,存有者的在 “being” (114)[11].
En este texto, publicado en una revista dedicada por entero a los aspectos técnicos del mundo digital, Lucifer Hung intuye que en la deterritorialización y reterritorialización de la identidad que acompañaba la llegada del mundo cibernético, y que implica la traducción, hay una oportunidad de volver a pensar la identidad en términos plásticos y no ontológicos, como un concepto inserto en el tiempo.
Internet es también el lugar en el que el “esfuerzo hermenéutico” de las lectoras de Qiu Miaojin más jóvenes se manifiesta con más fuerza. En 2011, Li Ping-yao, una autora comprometida con la ficción que propone futuros optimistas para las lesbianas, empieza a escribir en el muro de Laban en PTT[12] historias cortas bajo el título “Aquel verano” (“Lao Xiatian”). Sus historias narran la historia de amor entre unas estudiantes a punto de entrar a la universidad, y la ambientación fue rápidamente reconocida por las lectoras como el instituto para niñas de Zhongshan en Taipéi, haciéndola viral. En este caso, el carácter circular que permite la tecnología es clave para escribir una alternativa al sujeto lesbiano destinado a la muerte. Como apunta la escritora en una entrevista titulada “Quiero escribir historias en las que las lesbianas no se suiciden” (“Wo xiang xie yige nütongzhi bu zisha de gushi”), empezó a publicar en PTT porque desde ahí podía llegar a las lectoras lesbianas y también porque necesitaba saber que había lectoras al otro lado que la obligaban a seguir escribiendo. De algún modo, la historia se escribe desde el esfuerzo hermenéutico de la autora, sostenido por el circuito permitido por una plataforma como PTT. Finalmente, estas historias se compilaron y publicaron bajo el título de Xiangguang Zhiwu (Fototropismo) (2016).
La posibilidad de una imaginación alternativa para el sujeto lesbiano a finales de los 90 y principios de los 2000 podría haber pasado por dinamizar la entrada, vía traducción, de otras autoras —contemporáneas o posteriores a Qiu Miaojin—, pero con distinta imaginación del sujeto lesbiano, a los circuitos de reconocimiento. O incluso por haber facilitado la traducción de otras obras de esta misma autora, cuya producción sigue, en su mayoría, sin traducir[13].
En 2019, el documental Love and Death in Montmartre de Evans Yiu Shing Chan menciona que en el entierro de Qiu Miaojin su padre le decía que, de haberlo sabido, la habrían aceptado. Es imposible saber si habría sido así, igual que es imposible saber si, de haber sido traducidas otras obras de Qiu Miaojin que no contribuyeran a la representación del sujeto lesbiano en términos de muerte, o si se hubieran traducido también a otras de las autoras que había disponibles, la preocupación que mostraban las lesbianas de Nüpengyou se habría aliviado. Lo que este artículo sí prueba es que la traducción, como tecnología inscrita en un circuito de reconocimiento orientalista, favorece la circulación a destiempo de discursos lesbófobos que, de otra forma, probablemente no alcanzarían dimensiones bíblicas.
Bibliografía citada
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[1] Salvo que se indique lo contrario, todas las traducciones son nuestras.
[2] Lazi es el nombre de la protagonista, y pasó a usarse en Taiwán como sinónimo de lesbiana.
[3] “En el libro pueden verse dos fuerzas que actúan como un arma de doble filo, una trata de hundirte en la oscuridad y otra de levantarte. Me produce curiosidad el hecho de que al final, la fuerza opresora se imponga sobre aquella que trata de levantarte. Esto quizá tenga un objetivo homófobo [homophobia en inglés en el original]”.
[4] “Reconciliarse con el sistema heterosexual es el último recurso para muchos queer que tienen que volver a la realidad”.
[5] “Quizá en este momento aún no haya nadie capaz de proyectar nuestro auténtico ideal, la imagen de esa criatura extraña desfigurada y contrahecha, pero ansío el día en que lo haya”.
[6] “Lo que más me preocupa es cómo vamos a afrontar las que somos más mayores las tendencias suicidas de las jóvenes, ¿cómo podemos compartir con ellas nuestra experiencia de vida? Especialmente si tenemos en cuenta que, sin vida, no hay tampoco historia DYKE, la muerte es un tema sobre el que las lesbianas debemos reflexionar en profundidad”.
[7] Ari Heinrich es un hombre trans nacido un año después que Qiu Miaojin y estudiante en París en la misma época que la escritora. En Cartas póstumas, Ari Heinrich lee un juego trans-género (literario) entre lo epistolar, lo autobiográfico, y la ficción (“Being Anywhere”).
[8] Elaboración propia a partir de los resultados de búsquedas en la base de datos de prensa unificada de Lianhe.
[9] “Creo que la muerte tiene, al menos, dos significados para Qiu Miaojin: uno, que es una forma de perfeccionar/hacer bella la vida, y otro, que es una forma de castigar a quienes la traicionaron”.
[10] “A partir de ahora se llama Vida. Autointerpelación, autodeterminación. ¡Vive, Vida! […] El Cuento de Zoe debería por tanto haber empezado por el final: en su primera escena, la pasión se encarna en un pequeño conejo condenado a muerte; la primera muerte de Qiu-Zoe. Después, la vida brinca de muerte en muerte”.
[11] “Mi yo de hace apenas unos minutos y este yo que ahora teclea frenéticamente están ciertamente en mundos distintos. Antes de insertar el comando “logout”, yo y todxs aquellxs compañerxs de este mundo que habíamos entrado a internet estábamos juntxs, en una forma de “existir” [exist en inglés en el original] descorporalizada, que evidentemente no tiene que ver con el viejo concepto académico del “ser” [being en inglés en el original]”.
[12] Red social administrada por miembros de la Universidad Nacional de Taiwán. Hasta principios de los 2000 era la red social más utilizada en Taiwán.
[13] Entre las obras de Qiu Miaojin premiadas en Taiwán que no han sido traducidas destacan: Gui de Kuanghuan (Carnaval de los espíritus) (1991) o Jimo de Qunzhong (Multitud solitaria) (1995). En noviembre de 2024 la editorial británica Strangers Press tradujo y publicó por primera vez la versión en inglés de Qiutu (Prisionera) (1988) traducida como Cage. Ninguna de estas obras trata sobre el lesbianismo ni lo relaciona con el deseo de muerte. Todos los manuscritos originales pueden consultarse en el archivo digital Qiu Miaojin Archive del National Museum of Taiwan Literature.