DELGADO-GONZÁLEZ, CHINEA-GONZÁLEZ y RUÍZ-PÉREZ
RETOS XXI, AÑO 2023, VOLUMEN 7
no. A partir de este hecho podemos
dividir las emociones en respuestas
emocionales efectivas, útiles y
adaptativas y respuestas emocionales
no efectivas, poco útiles o poco
adaptativas. Una respuesta emocional
(alegría, ira, vergüenza) será útil en
función del contexto. Si la respuesta es
adaptativa y nos ayuda a relacionarnos
con el mundo que nos rodea, con los
demás y con nosotros mismos, será
una emoción efectiva. Así, todas las
respuestas emocionales son positivas
siempre que se utilicen
adecuadamente.
Goleman (2007) plantea que es
necesario poseer un autocontrol
emocional que no significa la negación
o represión de nuestros verdaderos
sentimientos: “el mal humor, por
ejemplo, también tiene su utilidad; el
enojo, la melancolía y el miedo pueden
llegar a ser fuentes de creatividad,
energía y comunicación; el enfado
puede constituir una intensa fuente de
motivación, especialmente cuando
surge de la necesidad de reparar una
injusticia o un abuso; el hecho de
compartir la tristeza puede hacer que
las personas se sientan más unidas y
la urgencia nacida de la ansiedad
siempre que no llegue a afligirnos
puede alentar la creatividad”.
En correspondencia, plantea que
“el autocontrol emocional no es lo
mismo que el exceso de control, es
decir, la extinción de todo sentimiento
espontáneo que, obviamente, tiene un
costo físico y mental, cuando esta
represión emocional adquiere carácter
crónico, puede llegar a bloquear el
funcionamiento del pensamiento,
alterar las funciones intelectuales y
obstaculizar la interacción equilibrada
con nuestros semejantes. Por el
contrario, la competencia emocional
implica que tenemos la posibilidad de
elegir cómo expresar nuestros
sentimientos”.
Se destacan, además, estudios
respecto a la autorregulación
emocional como elemento central de la
inteligencia emocional. Tal es el caso
de Madrid (2000), que englobaría
dentro de lo que sería el proceso
general de autorregulación psicológica,
el cual es un mecanismo del ser
humano que le permite mantener
constante el balance psicológico. Para
ello, necesita de un sistema de control
que le permita mantener el estatus en
relación a una señal de control.
Se expone un modelo de
autorregulación emocional que se
centra en el control, anticipación y
exploración de la homeostasis
emocional. La homeostasis emocional