HERNÁNDEZ GALLOSO y RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
RETOS XXI, AÑO 2023, VOLUMEN 7
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morfológicas y sintácticas del verbo en
la LSC. El verbo en las lenguas de
señas representa un interesante
campo de investigación lingüística,
principalmente por su riqueza
morfológica representada por el uso del
espacio para trazar trayectorias,
señalar actantes (topográfico,
pronominal, combinado, etc.),
incorporación de clasificadores, así
como por la presencia del componente
de rasgos no manuales que, de manera
simultánea, se coarticulan en la
realización de las señas para indicar el
tiempo, el aspecto, o el modo del
evento (Padden, 1990).
La identificación de las
particularidades de los verbos en las
lenguas de señas tiene como principal
antecedente los trabajos desarrollados
sobre la Lengua de Señas Americana
(ASL). Destacan los estudios de
Friedman (1975), Liddell (1990), Liddell
y Johnson (1987), Supalla (1978, 1986)
y Padden (1981, 1983, 1988, 1990).
Estos investigadores aportaron datos
significativos sobre la naturaleza del
verbo, como el uso morfológico del
espacio señante (concordancia
gramatical, la relación de orden de
constituyentes, etc.), o el cambio
fonológico en la articulación de la seña
(configuraciones manuales
clasificadoras, raíces de movimiento,
etcétera). Entre sus conclusiones,
señalaron que estas particularidades
no sólo permitían la expresión de sus
argumentos sino además aportaban
información sobre cómo y dónde se
realizaba la acción. Reconocieron que
había una clase de verbos que
incorporaba a sus argumentos al
momento de la realización de la seña,
mientras que otro grupo de verbos no
presentaba esta característica.
Asimismo, observaron que existía otro
grupo de señas que expresaban
acciones, pero a diferencia de las otras
señas verbales la configuración de la
mano se modificaba de acuerdo con
alguna característica semántica del
objeto sobre el cual se ejercía la acción.
El mismo tipo de comportamiento se
encuentra en los verbos de la LSC.
La LSC presenta una compleja
morfología. Hay distintos grupos de
señas que alteran su forma, de modo
sistemático, para significar variaciones
en categorías morfológicas, tales como
la persona, el rol argumental de un
participante, el número o el aspecto, o,
también, para marcar grados de
cuantificación (cualidades aplicadas en
mucho o poco grado). Son muy pocas
las señas de la LSC que no sufren, en
discurso, algún tipo de variación
significativa de su forma.