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Maganto, Juana Mar�a, Bartau, Isabel y Etxeberria, Juan (2003). La participaci�n en el trabajo familiar: un reto educativo y social.  Revista ELectr�nica de Investigaci�n y EValuaci�n Educativa, v. 9, n 2. http://www.uv.es/RELIEVE/v9n2/RELIEVEv9n2_4.htm. Consultado en (poner fecha).

 

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LA PARTICIPACI�N EN EL TRABAJO FAMILIAR: UN RETO EDUCATIVO Y SOCIAL

(Participation in family work: social and educational challenge)

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Juana Mar�a Maganto  (plpmamaj@sf.ehu.es),

 Isabel Bartau (odpbaroi@sf.ehu.es)

Juan Etxeberria (juanito@sc.ehu.es)

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Abstract

   We present the conclusions of an exploratory, descriptive and comparative study conducted in the Basque Country with a total sample of 1651 families (children (N=1651), mothers (N= 1043) and fathers (N=873) ). This study analyses the nature of the parents' and children's participation in household work. We conclude that all the family members attach great importance to their own contribution to household work as well as to that of other family members'. However, the nature of their participation differs in the following aspects: 1) in general, mothers tend to take on most household tasks, thus, we can state that mothers do have an overload of work in comparison with other family members; 2) fathers' participation in household tasks is occasional and sporadic as far as most tasks are concerned; and 3) children's participation increases with age. We find a number of practical educational implications in order to contribute to the family's favoring roles equality and balance with regard to family life work .

Resumen

  Se presentan las conclusiones de una investigaci�n exploratoria y descriptivo-comparativa llevado a cabo en el Pa�s Vasco con una muestra total de 1651 familias (hijos e hijas N=1651), madres (N=1043) y padres (N=873)) que analiza la naturaleza de la participaci�n de los padres, las madres los hijos y las hijas en las tareas del hogar. Se concluye que todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribuci�n y a la de los dem�s en las tareas del hogar. No obstante, la naturaleza de su participaci�n difiere en los siguientes aspectos: 1) en general, las madres asumen habitualmente la mayor�a de las tareas del hogar por lo que se puede afirmar que soportan una sobrecarga de trabajo en comparaci�n con los dem�s miembros de la familia, 2) la participaci�n de los padres en las tareas del hogar es ocasional y espor�dica en la mayor�a de las tareas y 3) la participaci�n de los hijos e hijas aumenta con la edad. Se extraen diversas implicaciones educativas pr�cticas para contribuir a que la familia favorezca la igualdad y el equilibrio de los roles del trabajo en la vida familiar.

Keywords

Family corresponsibility, children's participation in family work, family and education.

Descriptores

Corresponsabilidad familiar, participaci�n de los hijos en el trabajo familiar, familia y educaci�n

 


Introducci�n


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  �Qu� es el trabajo familiar? �C�mo es la participaci�n de los diversos miembros de la familia en las tareas del hogar? A continuaci�n, se describen las caracter�sticas generales del trabajo familiar y algunos de los resultados m�s interesantes que aporta la investigaci�n actual sobre la naturaleza de la participaci�n de los miembros de la familia en este tipo de trabajo. Esta introducci�n te�rica pretende delimitar uno de los roles menos explorados en la investigaci�n educativa en la actualidad en nuestro pa�s, el rol del mantenimiento y organizaci�n del hogar. Se dan a conocer algunos de los resultados de una investigaci�n m�s amplia realizada en el Pa�s Vasco en torno a la corresponsabilidad familiar que analiza la naturaleza de la participaci�n de los padres, las madres y los hijas y las hijas en las tareas del hogar. Se extraen diversas conclusiones e implicaciones educativas pr�cticas para contribuir a que la familia favorezca la igualdad y el equilibrio de los roles del trabajo en la vida familiar.

 

El trabajo familiar: concepto y caracter�sticas

La utilizaci�n del t�rmino trabajo familiar por Pleck (1985) ha ayudado a romper la falsa dicotom�a entre la familia versus el trabajo seg�n la cual el �trabajo� significa �trabajo remunerado� (Vosler, 1996).

El t�rmino trabajo familiar se emplea en la investigaci�n para referirse a la energ�a, el tiempo y el desarrollo de destrezas necesarias para atender �las tareas del hogar y del cuidado de los hijos y de las hijas que deben realizar las familias para mantener el hogar y a sus miembros� (Piotrkiwski y Hughes,1993:191). Al principio, cuando los investigadores se refer�an a la implicaci�n de las madres/padres en las tareas familiares no diferenciaban entre las tareas dom�sticas y las tareas relacionadas con la crianza/educaci�n de los hijos e hijas. No obstante, seg�n fue avanzando la investigaci�n se apreciaron diferencias sustanciales entre ambos tipos de actividades, especialmente con respecto a las siguientes dimensiones:  

1)      El tipo y el car�cter de algunas tareas dom�sticas (repetitivo, mon�tono...) que pueden resultar m�s aversivas que las tareas de crianza/cuidado de los hijos.

2)      El coste de la negligencia ante la realizaci�n de las tareas que, comparativa y cualitativamente, var�a en ambos tipos de tareas. La repercusi�n o consecuencias de la negligencia en las tareas dom�sticas recae m�s directamente en la organizaci�n familiar mientras que la negligencia en la crianza/educaci�n de los hijos e hijas puede interferir su propio desarrollo f�sico y evolutivo.

    La constataci�n de estas diferencias llev� a los investigadores a tenerlas en cuenta diferenciando en posteriores estudios entre ambos tipos de implicaci�n (Deutsch, Lussier y Servis,1993).

            Otros autores, como Vosler (1996), han ampliado la variedad de roles y tareas que comprende el trabajo familiar, entre los que cabe destacar las siguientes �reas:  

1.      El rol de proveedor que comprende las tareas relacionadas con la provisi�n de recursos b�sicos para la supervivencia de los miembros de la familia, incluyendo la alimentaci�n adecuada, la higiene, la ropa y los cuidados m�dicos. En las sociedades industriales complejas el cubrir con �xito este rol depende de la organizaci�n de los sistemas de empleo y salarios, as� como de viviendas apropiadas y otros servicios como por ejemplo los servicios de salud.

2.      El rol de liderazgo  familiar y la toma de decisiones en la unidad familiar. A trav�s de la interacci�n los miembros de la familia desarrollan un sentimiento de cohesi�n y van construyendo los modelos de funcionamiento interno, conjunto de creencias y normas que sustentan el funcionamiento de la familia. Este rol tambi�n implica el desarrollo de patrones de comunicaci�n con miembros de la familia extensa, con amigos y compa�eros de trabajo y otros grupos comunitarios. Este grupo de tareas ha sido identificado como cr�tico por diversos te�ricos, centr�ndose en la importancia de una alianza parental y jer�rquica (Hale, Minuchin ver Walsh, 1982), el poder compartido (Beavers, 1982), la disciplina apropiada (Thomas y Olson, 1993) y el control del comportamiento (Epstein y otros, 1982).

3.      El rol de mantenimiento y organizaci�n del hogar incluye una variedad de tareas espec�ficas tales como hacer la compra, preparar la comida, limpiar, lavar, fregar etc.. actividades repetitivas y cotidianas que con frecuencia consumen mucho tiempo y energ�a.

4.      El rol de cuidador de los miembros dependientes que comprende las tareas dedicadas a los ni�os peque�os, ancianos y/o miembros discapacitados que requieren cuidados m�dicos especiales, preparaci�n de comidas, o ayuda para desplazarse, compa��a etc.. Debido a que la edad media de vida en las sociedades industrializadas se ha incrementado en los �ltimos a�os, la atenci�n y el cuidado de los ancianos adquiere especial relevancia social.

5.      El rol de educador y supervisor de los ni�os y adolescentes que incluye las tareas de crianza, la estimulaci�n afectiva y cognitiva, la educaci�n y la socializaci�n. Estas tareas esenciales requieren un considerable conocimiento y habilidades para asegurar resultados satisfactorios. El cuidado de los ni�os y de los adolescentes incluye una variedad de tareas que surgen y cambian a trav�s del ciclo vital familiar. El modelo de funcionamiento interno de cada familia subyace en la toma de decisiones en torno al cuidado de los beb�s, las relaciones padres-hijos, los estilos de vida de la familia, la escolarizaci�n, las actividades extracurriculares, la participaci�n de los ni�os y  adolescentes en los procesos de toma de decisiones familiares, la estructura de roles, las reglas y normas y los patrones de comunicaci�n.

El reparto de roles y tareas entre los diversos miembros de la familia ha cambiado con frecuencia como consecuencia de amplios cambios econ�micos y pol�ticos. El reparto de roles se basa y se deriva, por lo tanto,  del conjunto de creencias y reglas que comprenden los modelos de funcionamiento interno de las familias.

Cuando ambos padres participan en el trabajo remunerado- tanto por elecci�n como por necesidad - la familia como un sistema social debe invertir tiempo y energ�a en actividades tanto en el trabajo remunerado de cada miembro de la pareja como en el trabajo familiar en cada una de estas �reas de roles y tareas. Los modelos de funcionamiento familiar pueden incorporar diversidad de creencias, preferencias, expectativas y normas para vivir, pero el modelo de funcionamiento y el rol implicado necesita ser bastante estable para que los miembros de la familia cubran todas las tareas necesarias y experimenten alg�n sentimiento de bienestar (Vosler, 1996). 

El rol de ejecutor versus el rol de organizador

  Diversos trabajos de la investigaci�n sobre el trabajo familiar han documentado la diferencia entre dos tipos de roles para desempe�ar diversas tareas y funciones familiares, el de ejecutor y el de organizador  (Spitze, 1991; Thompson y Walker, 1991) y que ambos roles contribuyen de forma independiente  a las percepciones de satisfacci�n y conflicto en la organizaci�n y la distribuci�n de las tareas del hogar (Mereder, 1993). La ejecuci�n de tareas implica la realizaci�n  de ciertas actividades tales como cocinar, meter al ni�o a la cama o pasar la aspiradora. Adem�s, los investigadores han identificado la actividad de organizaci�n y control, previamente invisible, que implica no s�lo hacer las tareas- o �ayudar�- sino tambi�n asumir la responsabilidad del curso de todas las actividades requeridas para una realizaci�n satisfactoria.

            Barnett y Baruch (1988:72) en su estudio sobre el trabajo familiar definen la responsabilidad como �recordar, planificar y programar� la multitud de tareas espec�ficas necesarias para el mantenimiento del hogar y el cuidado de los hijos. Mereder (1993:139) en su estudio del rol del mantenimiento del hogar,  tambi�n encontr� apoyo emp�rico para diferenciar entre la ejecuci�n de la tarea - tal como hacer la compra y la colada - frente al rol de la organizaci�n y control del hogar - �asegurarse de que las cosas estar�n preparadas para el pr�ximo d�a�, �decidir sobre la limpieza� y �asignar faenas�.

Por lo tanto, el trabajo familiar no s�lo implica hacer las tareas (ejecuci�n) sino tambi�n planificarlas y responsabilizarse de su curso (organizaci�n y control) para asegurar que la tarea se realice con regularidad (Barnet y Baruch,1988:72). Incluso en las familias que cuentan con los servicios de terceros para la realizaci�n de la limpieza de la casa y/o el cuidado de los hijos, la organizaci�n y el control de estos servicios es todav�a necesario.

Estos autores tambi�n destacan la caracter�stica de invisibilidad del rol de organizador, frecuentemente desempe�ado por la mujer y que con frecuencia es ignorado (Mereder,1993; Barnett y Baruch, 1988) en comparaci�n con la alta valoraci�n y remuneraci�n que en otros sistemas, como en la empresa, tiene el rol de organizador.    

Sobrecarga de roles

       Uno de los conceptos m�s importantes en la literatura sobre las relaciones entre trabajo remunerado y trabajo familiar es el de la sobrecarga de roles que se define como �una situaci�n en la que determinados roles de una persona conllevan m�s responsabilidades de las que la persona puede controlar razonablemente� (Schwartz y Scott,1994:303).

       Diversos estudios llevados a cabo durante los a�os 80 se han centrado en la sobrecarga de roles y tareas en las familias con ingresos duales (Aldous, 1982; Eckenrode y Gore, 1990; Pleck, 1985; Pleck y Staines, 1985; Voydanoff, 1987). Estos estudios han comenzado a convertir en visible el previamente invisible trabajo familiar (Vosler, 1996). Los m�ltiples roles que desempe�an las madres y los padres entre el trabajo remunerado y el trabajo familiar implican demandas de tiempo, energ�a y compromiso y la sobrecarga se produce �cuando hay un mayor n�mero de actividades prescritas de las que un individuo puede llevar a cabo adecuada o confortablemente� (Kelly y Voydanoff,1985:368) .

            Las madres trabajadoras son particularmente vulnerables a la sobrecarga de roles. En los roles del trabajo familiar la mujer tiende a llevar m�s responsabilidades de control y a pasar m�s tiempo realizando tareas que otros miembros de la familia. Por ello, las madres con hijos peque�os que trabajan a tiempo completo sufren la sobrecarga de roles al intentar cubrir los requerimiento de los dos trabajos a tiempo completo: el remunerado y el familiar. Otros estudios han demostrado que la mayor�a del trabajo familiar de �segunda clase� lo realiza la mujer (Hochschild, 1989; Menaghan y Parcel, 1991).

La teor�a del estr�s y del afrontamiento clarifica la importancia de las creencias y los recursos familiares en la comprensi�n de las dificultades que resultan potenciales de   la sobrecarga de roles y el estr�s. Como se�ala Vosler (1996), el ayudar a algunas familias a identificar, planificar y organizar los recursos y los apoyos disponibles puede ser suficiente para sobrellevar la sobrecarga de roles. En otros casos es necesario el desarrollo de nuevos recursos estables. Cuando las familias poseen recursos suficientes pero no son utilizados puede ser necesario trabajar con la familia sus creencias y preferencias con respecto al trabajo y los roles de g�nero as� como ofrecerles nuevas formas de pensamiento acerca del estilo de vida y la organizaci�n familiar. El objetivo con la familia podr�a ser intentar cambiar el modelo de funcionamiento interno familiar para equilibrar el rol proveedor con otros roles del trabajo familiar.

    Por otro lado, la aproximaci�n te�rica del desarrollo familiar concibe la adaptaci�n y el cambio como esenciales para el funcionamiento del sistema familiar sano. El ciclo vital familiar y laboral conlleva la necesidad de que las familias construyan y reconstruyan los modelos de funcionamiento interno con respecto tanto a la definici�n de los roles que son necesarios desempe�ar como con respecto al reparto de roles (Voydanoff, 1988:7). Por ejemplo, el desempe�o de roles que es satisfactorio para una pareja reci�n casada en la que los dos trabajan a tiempo completo y que, basada en las creencias y normas de ambas familias de origen, ella realiza todo el trabajo del hogar, necesitar�a cambiarse radicalmente despu�s del nacimiento del primer hijo. La teor�a del stress y el afrontamiento indica que en cada fase de transici�n hay determinadas limitaciones pero, al mismo tiempo, tambi�n nuevas alternativas y recursos que puede utilizar la familia para funcionar como un sistema social saludable pero cambiante. 

Resultados actuales de la investigaci�n sobre el trabajo familiar

  A medida que se ha incrementado el trabajo remunerado de la mujer, la investigaci�n, reiteradamente, ha demostrado que las mujeres contin�an haciendo mucho m�s trabajo familiar que sus parejas-hombres. Los resultados de la investigaci�n de Thomson y Walker (1991:85-87) confirman esta afirmaci�n y pueden sintetizarse en los siguientes:

1)      Las mujeres hacen tres veces m�s tareas dom�sticas que los hombres.

2)      Aunque los hombres realizan algo m�s de trabajo familiar los fines de semana, las mujeres lo realizan tanto los d�as laborales como los festivos.

3)      La mayor�a de las mujeres y hombres est�n de acuerdo en que la mujer deber�a ser la responsable del trabajo familiar y que el hombre deber�a �ayudarle�.  

4)      Las madres, independientemente de si trabajan fuera del hogar o no, llevan el 90% de la responsabilidad del cuidado de los ni�os que realizan, planean, organizan, delegan, supervisan y programan. Es decir, que la mujer, incluyendo la que trabaja fuera, lleva la mayor parte del trabajo no s�lo de la realizaci�n de las tareas sino tambi�n de las tareas de organizaci�n y control.  

5)      La mujer tiende a realizar el trabajo familiar que es �duro, repetitivo y rutinario� mientras los hombres tienden a hacer m�s frecuentemente tareas tales como �reparaciones del hogar, sacar la basura, cortar el c�sped, arreglar el jard�n�. Adem�s, tanto el hombre como la mujer experimentan  aburrimiento, fatiga y tensi�n cuando realizan el trabajo familiar solos.

            Estos autores tambi�n analizaron si en los �ltimos a�os se ha incrementado el nivel de corresponsabilidad entre la pareja, es decir, si el porcentaje de trabajo familiar se reparte m�s igualitariamente entre el hombre y la mujer. Los resultados no son concluyentes y resultan contradictorios (Thomson y Walker, 1991). Un estudio informa de que la participaci�n de los maridos en el trabajo familiar se hab�a incrementado de un 20% a un 30%; sin embargo, en otro estudio encontraron que el tiempo que los maridos pasaban realizando tareas del hogar y del cuidado de los hijos no hab�a cambiado en un periodo de 10 a�os; otro estudio indica que un n�mero reducido de maridos comparten igualitariamente con sus mujeres el trabajo familiar y estas familias se caracterizan por tener ni�os peque�os y porque la mujer trabaja a tiempo completo (Thomson y Walker,1991).

            Bair y Lichter (1991) encontraron que los hombres pasaban una media de 14 horas semanales haciendo tareas del hogar mientras las mujeres pasaban una media de 33 horas por semana. Esto implica una media de trabajo familiar de 47 horas por semana. Tambi�n informaron de que las tareas del hogar- tales como la comida, la limpieza de la casa, la compra - estaban asignadas por el g�nero  realiz�ndolas frecuentemente la mujer.          

La investigaci�n reciente ha identificado las actitudes o preferencias tanto del hombre como de la mujer y el emparejamiento entre las preferencias y la situaci�n de vida actual, como factores importantes en la comprensi�n del reparto de roles y la sobrecarga de roles para los individuos y las familias. Si ambos esposos participan en el rol proveedor mediante el trabajo remunerado, como se�ala Spitze (1991), el que la familia realice esfuerzos para reducir la sobrecarga depender� de c�mo perciban el trabajo, como un privilegio o una necesidad, como una contribuci�n a la familia o un coste. Adem�s, entre mujeres casadas el empleo est� asociado con menores niveles de estr�s cuando responde una elecci�n voluntaria. El estr�s de la mujer resultaba ser mayor cuando no ten�an trabajo pero deseaban tenerlo (Menaghan y Parcel, 1991)

            Thompson y Walker (1991) informan de que no es el trabajo excesivo lo que es la fuente del descontento entre las mujeres sino la desigualdad porque aunque la mayor�a de las mujeres hacen m�s de las dos terceras partes del trabajo familiar, al menos una tercera parte de esas mujeres creen que es injusto y desear�an que sus maridos contribuyeran m�s. Por otra parte, Blair y Johnson (1992) encontraron que los predictores de las percepciones de injusticia difieren entre las mujeres trabajadores y no trabajadoras. Sus resultados apoyan los de Thompson y Walkers (1991) que se�alan que no se podr� comprender la distribuci�n del trabajo dom�stico por el g�nero hasta que conozcamos m�s acerca del complejo significado del salario y del trabajo familiar para el hombre y la mujer y c�mo los patrones cambian o mantienen la distribuci�n generada del trabajo mediante las interacciones diarias. La comprensi�n de la distribuci�n del trabajo remunerado y el trabajo familiar en las familias debe incluir no s�lo quien hace qu� sino tambi�n los patrones y los modelos de funcionamiento interno familiar que comprenden un conjunto de creencias, expectativas, preferencias y reglas.

Sobre la naturaleza del reparto de roles y tareas familias, se pueden extraer las siguientes conclusiones (Vosler, 1996):  

1)      Independientemente del porcentaje de incremento de la participaci�n en el trabajo fuera del hogar de las madres con ni�os peque�os, contin�a siendo desproporcionado el trabajo que realiza la mujer en la familia tanto en la realizaci�n de tareas como de organizaci�n y control.  

2)      Actualmente en muchas familias son necesarios los roles de trabajo remunerado de los dos adultos para asegurar los ingresos suficientes y estables para atender las necesidades econ�micas y cumplir con el rol proveedor.  

3)      Aunque la sobrecarga de roles es una realidad para muchas familias de ingresos duales- particularmente para la mujer- la satisfacci�n marital, e incluso las experiencias de la sobrecarga de roles, dependen m�s de las preferencias y percepciones de la pareja de la injusticia o desigualdad que estrictamente de qui�n hace cuanta clase de trabajo.  

 

La naturaleza de la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas dom�sticas: una investigaci�n desde el �mbito educativo  

�C�mo es la implicaci�n de los miembros de la familia en las tareas dom�sticas? Esta es una de las preguntas que tratamos de responder en la investigaci�n emp�rica sobre la corresponsabilidad familiar realizada en el Pa�s Vasco. A continuaci�n se presentan los objetivos, la muestra, la definici�n de las variables de estudio, los instrumentos de medida utilizados, el an�lisis de los resultados, las conclusiones y las implicaciones educativas que se derivan de este trabajo.    

Objetivo

              El objetivo del trabajo que se presenta a continuaci�n es analizar la naturaleza de la participaci�n en las tareas del hogar de los padres, las madres, los hijos y las hijas en diferentes etapas del ciclo vital familiar.. Pretendemos explorar dos dimensiones fundamentales:

a)      La dimensi�n conductual o el grado de implicaci�n de los padres, de las madres y de los hijos e hijas en las tareas del hogar

b)      La dimensi�n cognitivo-emocional que comprende un conjunto de creencias y sentimientos de los padres, las madres,  los hijos e hijas en torno a la participaci�n en las tareas dom�sticas.

Muestra

             El estudio se ha llevado a cabo en la Comunidad Aut�noma Vasca y se procedi� a la elecci�n de una muestra representativa de la misma. La muestra se compone de un colectivo  de 1651 familias. Comprenden  3.567 sujetos, de los cuales 1.916 son padres/madres y 1.651 hijos e hijas.

Padres y Madres

             La muestra de padres/madres consta de 1916 sujetos, 1043 madres y 873 padres. Sus edades oscilan entre 29 y 65 a�os siendo la edad m�s frecuente la comprendida entre 40 y 49 a�os. El  n�mero de hijos de m�s de la mitad de las familias es de dos hijos. Aproximadamente la mitad de la muestra posee un nivel de estudios primarios, seguido de los que cursan FP, BUP y COU, siendo m�s minoritaria la formaci�n universitaria. Con respecto a la situaci�n laboral, el 95% de los hombres tienen un trabajo remunerado. En el caso de las mujeres un 46,7% trabaja fuera de casa mientras un 53% realizan labores de casa. 

            En relaci�n a la cantidad de ayuda que tienen estas familias en las tareas de la casa, aproximadamente en el 68% de las familias no cuentan con empleada de hogar, frente a un 19% de hogares que cuentan con ella durante menos de 15 horas a la semana y un 13% durante m�s de 15 horas.  

Hijos e hijas

              La muestra consta de 1.651 sujetos, 857 chicos y 794 chicas, cuyas edades oscilan entre 9 y 18 a�os. Hemos considerado tres grupos de edad. El primer grupo est� comprendido por 504 sujetos de 9-10 a�os (292 ni�os y 212 ni�as) que cursan cuarto de Educaci�n Primaria. El segundo grupo consta de 525 sujetos de 13-14 a�os (280 chicos y 245 chicas) que realizan el primer curso de la Ense�anza Secundaria Obligatoria. Y, por �ltimo, el tercer grupo formado por 622 j�venes entre 17-18 a�os (285 chicos y 337 chicas) que cursan el �ltimo curso de escolaridad (2� L.O.G.S.E./FP).   

Variables

             Se pueden diferenciar dos dimensiones fundamentales: conductual y cognitivo-emocional. Cada una de ellas consta de diferentes variables que explicamos a continuaci�n.

  A. DIMENSI�N CONDUCTUAL: Grado de participaci�n de cada uno de los miembros de la familia (padre,  madre, hijos e hijas) en las tareas del hogar. Se han considerado los siguientes �ndices del grado de participaci�n:

  1.  Frecuencia de realizaci�n de cada una de las tareas  (P/M/H): Las tareas del hogar consideradas en esta investigaci�n son las siguientes:

1. Cocinar

12. Poner la mesa

2. Llevar las cuentas de la casa

13. Ordenar la ropa

3. Barrer

14. Hacer la cama de otro

4. Ordenar las cosas de otro

15. Limpiarse los zapatos

5. Peque�os arreglos

16. Hacer recados

6. Recoger cosas de otros

17. Bajar la basura

7. Planchar

18. Fregar

8. Limpiar la casa

19. Recoger el propio cuarto

9. Hacerse la cama

20. Limpiar el ba�o despu�s de ducharse

10. Hacer la compra

21. Lavar la ropa

11. Coser

22. Limpiar lo derramado por otro

  2. Frecuencia de realizaci�n de cada tipo de tareas e �ndice Total de Participaci�n (P/M/H): Se han seleccionado 4 tareas representativas que constituyen cada tipo seg�n se detalla a continuaci�n. Cada tarea punt�a de 0 a 2 dependiendo si nunca se realiza (0), si se realiza de vez en cuando (1) y regularmente (2). Por lo tanto, la puntuaci�n en cada tipo de tarea puede variar entre 0 y 8 puntos. Los tipos de tareas son los siguientes:

2.1. Realizaci�n de �Mis cosas� (P/M/H): Frecuencia de realizaci�n de las tareas que uno realiza para s� mismo de las que se han considerado las siguientes: Hacer la propia cama, Limpiarse los zapatos, Recoger el propio cuarto, Limpiar el ba�o despu�s de ducharse.

2.2. Realizaci�n de �Tareas por otros� (P/M): Frecuencia de realizaci�n de las tareas que se realizan por otro como las siguientes: Ordenar las cosas de otro, Recoger las cosas que otro ha utilizado, Hacer la cama de otro, Limpiar lo que otro ha derramado.

2.3. Realizaci�n de �Tareas accesorias� (P/M): Frecuencia de realizaci�n de tareas familiares m�s accesorias como las siguientes: Poner la mesa, Hacer recados, Bajar la basura, Fregar.

2.4. Realizaci�n de �Tareas fundamentales� (P/M): Frecuencia de realizaci�n de tareas familiares fundamentales para el funcionamiento del hogar como las  siguientes tareas: Cocinar, Planchar, Limpiar la casa, Hacer la compra.

 

     El �ndice Total de Participaci�n Individual (P/M/H) es el resultado de la suma de la frecuencia de realizaci�n de los cuatro tipos de tareas definidos en el punto anterior. Dado que consideramos que cada tipo de tareas tiene una importancia diferente en cuanto al esfuerzo, la dedicaci�n, y la constancia que requieren, lo hemos obtenido seg�n las siguiente formula:

  �ndice Total de Participaci�n Individual = Frecuencia de �Mis cosas� +

+ 2 * frecuencia de �Tareas por otros� +  2 * frecuencia de �Tareas accesorias� +

+ 3 * frecuencia de �Tareas fundamentales�.

            La puntuaci�n total puede oscilar entre 0 y 64.

 

3. N�mero de horas dedicadas a las tareas del hogar semanalmente (P/M/H): La cantidad de horas que cada miembro de la familia emplea en la realizaci�n de las tareas del hogar.  

B. DIMENSI�N COGNITIVO-EMOCIONAL:  Conjunto de creencias y sentimientos de los miembros de la familia sobre la participaci�n en las tareas dom�sticas.  

1. Conceptualizaci�n sobre la colaboraci�n en la familia (P/M/H): Creencias sobre la colaboraci�n de los miembros de la familia en las tareas dom�sticas.

2. Atribuci�n causal de las tareas dom�sticas a la mujer (P/M/H): Tipos de atribuciones sobre por qu� la mujer suele realizar con m�s frecuencia que los hombres las tareas dom�sticas en nuestra sociedad.

3. Valoraci�n de la participaci�n actual (P/M/H): Evaluaci�n (adecuada, excesiva, insuficiente) que realizan sobre la participaci�n de los diferentes miembros de la familia.

4. Importancia de la realizaci�n de las tareas dom�sticas (P/M/H): Importancia que conceden los miembros de la familia a que los hijos realicen tareas en el hogar.

5. Satisfacci�n con la participaci�n actual de los miembros de la familia (P/M): Acuerdo/desacuerdo con la participaci�n de los miembros de la familia en la actualidad en las tareas dom�sticas.

6. Sentimiento ante la no colaboraci�n de los miembros de la familia (P/M): Sentimientos que provocan la no colaboraci�n de la pareja/hijos/as en las tareas dom�sticas.

7. Expectativas sobre la participaci�n en el futuro (P/M): C�mo les gustar�a que fuera la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas dom�sticas en el futuro.

Instrumentos de medida

      Para la evaluaci�n de las variables de estudio de este trabajo se confeccion�  el Cuestionario de Corresponsabilidad Familiar en las Tareas Dom�sticas (COTADO) (Maganto, Bartau y Echeberr�a,1997) en tres versiones, una para los padres y las madres, otro para los hijos e hijas peque�os (9-10 a�os) y un tercero para los hijos e hijas medianos (13-14 a�os) y mayores (17-18 a�os). Es un autoinforme que eval�a las siguientes dimensiones: Datos de identificaci�n personal, factores socioecon�micos, factores estructurales de la familia, naturaleza de la participaci�n de los padres, las madres, los hijos e hijas y el proceso de obtenci�n de la colaboraci�n entre la pareja.

 

Resultados  

La naturaleza de la participaci�n de los padres y de las madres 

Dimensi�n conductual  

  Frecuencia de realizaci�n de cada tarea.- Un alto porcentaje de madres participan regularmente en la mayor�a de las tareas del hogar,  mientras que la participaci�n de los padres es espor�dica en la mayor�a de ellas. Como se aprecia en la tabla n� 1, por encima del 70% de las madres realizan regularmente tareas como cocinar, llevar las cuentas de casa, barrer, ordenar las cosas de otro, planchar, limpiar la casa, hacerse la cama, hacer la compra, ordenar la ropa, limpiarse los zapatos, hacer recados, fregar, recoger el propio cuarto, limpiar el ba�o tras ducharse y lavar la ropa. Entre el 50 y 70%, las madres regularmente recogen las cosas de otros, hacen la compra, ponen la mesa, hacen la cama de otro y limpian lo derramado por otro. Las tareas que menos realizan regularmente son bajar la basura y los peque�os arreglos que lo hacen entre un 29 y un 35% respectivamente. Estas tareas son las que en mayor grado regularmente realizan los padres, concretamente un 49% de los hombres hacen peque�os arreglos en la casa y un 48% bajan la basura. 

            Un alto porcentaje de padres nunca lavan la ropa (72%) cosen (82%) ni planchan (84%). Entre un 30 y un 50% de los hombres nunca llevan las cuentas de la casa, ordenan la ropa, hacen la cama de otro, ordenan las cosas de otro, ni limpian la casa. Entre un 20 y un 30% nunca cocinan, barren, recogen las cosas de otro, se hacen la cama, hacen la compra, se limpian los zapatos, friegan, recogen su cuarto, limpian el ba�o tras ducharse, ni limpian lo derramado por otro.

 

Tabla n� 1: Frecuencia con que los padres y las madres realizan las siguientes tareas del hogar. (NP= 855. NM= 1030)

 

       NUNCA

DE VEZ EN CUANDO

 REGULARMENTE

PADRES      

MADRES

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

COCINAR

  24.3

    1.3

   58.4

      9.5

  17.3

  89.3

LLEVAR CUENTAS DE CASA

  30.0

    5.0

   33.0

   15.8

  37.0

  79.3

BARRER

  25.8

    0.6

   57.4

   12.5

  16.8

  86.9

ORDENAR LAS COSAS DE OTRO

  30.7

    2.9

   52.8

   25.0

  16.6

  72.1

PEQUE�OS ARREGLOS

    8.8

  13.7

   41.8

   50.7

  49.4

  35.6

RECOGER COSAS DE OTROS

  21.4

    4.9

   62.6

   33.6

  16.0

  61.5

PLANCHAR

  84.2

    3.5

   11.9

   14.0

    3.8

  82.5

LIMPIAR LA CASA

  34.0

    1.5

   53.4

   14.4

  12.6

  84.2

HACERSE LA CAMA

  27.0

    0.8

   49.1

   12.3

  23.9

  86.9

HACER LA COMPRA

  19.6

    0.9

   54.8

   11.0

  25.5

  88.2

COSER

  82.1

    5.1

   14.9

   27.4

    3.0

  67.5

PONER LA MESA

  11.8

    2.6

   56.7

   35.2

  31.5

  62.2

ORDENAR LA ROPA

  40.6

    1.0

   43.1

     9.4

  16.2

  89.6

HACER LA CAMA DE OTRO

  46.1

    5.8

   43.8

   33.1

  10.1

  61.1

LIMPIARSE LOS ZAPATOS

  18.9

    3.8

   39.4

   22.6

  41.7

  73.4

HACER RECADOS

    9.5

    0.6

   57.5

   16.0

  33.0

  83.4

BAJAR LA BASURA

  10.5

  20.5

   40.8

   50.3

  48.7

  29.2

FREGAR

  22.1

    1.1

   55.5

   17.6

  22.4

  81.3

RECOGER EL PROPIO CUARTO

  27.2

    0.4

   49.6

     8.7

  23.2

  90.9

LIMPIAR BA�O TRAS DUCHARSE

  27.9

    1.9

   36.1

   11.5

  36.1

  86.6

LAVAR LA ROPA

  72.2

    2.5

   20.6

     7.4

    7.2

  90.0

LIMPIAR LO DERRAMADO POR OTRO

  24.8

    5.1

   64.3

   40.3

  11.0

  54.1

   Frecuencia de realizaci�n de cada tipo de tareas e �ndice Total de Participaci�n.-    Como se puede observar en la tabla n� 2, el �ndice total de participaci�n en las tareas del hogar de las madres es casi el doble que el de los padres. Los padres realizan con mayor frecuencia las tareas accesorias y las tareas �m�as� que se realizan para uno mismo. Las que en menor grado realizan los padres son las tareas fundamentales. Por el contrario, estas tareas fundamentales son las que con mayor frecuencia realizan las madres junto con las tareas �m�as�, seguidas de un alto grado de realizaci�n de las tareas por otros y las accesorias    

 

Tabla n� 2: Grado de participaci�n de los padres y de las madres. (NP= 831. NM= 1016)

 

PADRES

MADRES

X

S

X

S

TAREAS "MIAS"

  4.22

  2.11

  7.31

  1.11

TAREAS POR OTROS

  3.27

  1.95

  6.31

  1.81

TAREAS ACCESORIAS

  4.81

  1.86

  6.31

  1.40

TAREAS FUNDAMENTALES

  2.96

  1.73

  7.38

  1.21

�ndice TOTAL DE PARTICIPACION

    29.11

12.58

54.78

  8.85

HORAS SEMANALES TRABAJO HOGAR

  7.67

  8.15

36.69

22.85

 

  N�mero de horas semanales dedicadas a las tareas.- Asimismo las mujeres dedican m�s horas que los hombres a las tareas del hogar. La media de horas dedicadas por los padres semanalmente a las tareas es 7,67 frente a la  media de las mujeres que asciende a 36,69. Al comparar la distribuci�n de las horas semanales dedicadas por hombres y mujeres a las tareas del hogar, se puede apreciar que un 70% de los padres dedican entre 0 y 10 horas mientras que el mismo porcentaje de las madres invierte entre 0 y 50 horas semanales.

 

Tabla n� 3: Horas semanales dedicadas a las tareas dom�sticas. (NP= 665. NM= 814)  

 HORAS EN DECENAS

PADRES

 MADRES

  0-10

11-20

21-30

31-40

41-50

51-60

61-70

71-80

81-90

91-99

   67.2

   24.8

    5.3

    1.4

    0.9

    0.2

  

    0.2

    0.2

     

     5.7

   17.3

   21.6

   14.3

   14.9

   10.2

     4.9

     3.9

     3.3

     3.9

 

Dimensi�n cognitivo-emocional

     Conceptualizaci�n sobre la colaboraci�n en la familia.- La gran mayor�a de padres y de madres opinan que la colaboraci�n en la familia es un trabajo a repartir entre todos. Aproximadamente un 75% mantienen que es una ayuda necesaria, no un trabajo, y que es impensable el futuro sin la colaboraci�n.

Las mayores diferencias de opini�n entre padres y madres se aprecian con respecto a que el 67,6% de los padres consideran que es una realidad en su hogar mientras que �nicamente un 55,8% de las madres opina lo mismo. Asimismo, se encuentra cierta discrepancia en que un 30,5% de las madres mantiene que este tema es un foco constante de discusi�n en su hogar frente a un 21,6% de padres.  

 

Tabla n� 4: Creencias de los padres y de las madres en torno a la colaboraci�n entre los miembros de la familia en las tareas del hogar (NP=798 NM=945).  

 

 

SI

NO

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

ES UNA REALIDAD EN MI HOGAR

  67.6

 55.8

 32.4

  44.2

UNA AYUDA NECESARIA, NO UN TRABAJO

  77.8

 79.0

 22.2

  21.0

ES IMPENSABLE EL FUTURO SIN ELLA

  71.5

 70.8

 28.5

  29.2

ES UN FOCO CONSTANTE DE DISCUSION

  21.6

 30.5

 78.4

  69.5

ES UN TRABAJO A REPARTIR ENTRE TODOS

  93.4

 94.8

   6.6

    5.2

  Atribuci�n causal de la asignaci�n a la mujer.- Un 75% de los padres y de las madres atribuyen el que las mujeres realicen m�s tareas en el hogar principalmente a dos razones, que las han aprendido y que quieren que la casa est� a su gusto, lo mismo que las madres aunque en un porcentaje algo inferior.

Otras de las causas relevantes son que si no la casa no funciona (un 55,6% de padres frente a un 64,3% de madres) y que se sienten mejor controlando el hogar (52,2% de padres frente a 40,7% de madres).La raz�n a la que en menor grado atribuyen que la mujer realice m�s tareas en el hogar por parte tanto de padres como de madres (12% aproximadamente) es que es trabajo de mujeres, seguida de por sentirse reconocidas, valoradas y queridas (34% de los padres y 21,3% de madres).         

 

Tabla n� 5: Tipos de atribuciones causales acerca de por qu� la mujer suele realizar m�s tareas en el hogar las mujeres que los hombres (NP = 768. NM =902)

 

SI

NO

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

LAS HAN APRENDIDO

74.7

72.1

25.3

27.9

SE SIENTE MEJOR CONTROLANDO EL HOGAR

52.2

40.7

47.8

59.3

POR SENTIRSE VALORADAS

34.0

21.3

66.0

78.7

QUIERE QUE LA CASA ESTE A SU GUSTO

74.5

67.9

25.4

32.1

ES TRABAJO DE MUJERES

13.5

12.1

86.5

87.9

SI NO, LA CASA NO FUNCIONA

55.6

64.3

44.4

35.7

   

     Valoraci�n de la participaci�n actual.- Aproximadamente un 50% de los padres y de las madres valoran como adecuada tanto su propia participaci�n como la de su pareja y la de su hijo o hija. En un 47% coinciden padres y madres en valorar como insuficiente la participaci�n de los hijos; un 37% de padres y de madres aproximadamente valoran como insuficiente la participaci�n de los padres y un 35% consideran la participaci�n de las madres excesiva.  

 

Tabla n� 6: Valoraci�n de la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas del hogar.  (NP= 833, NM= 984)  

 

INSUFICIENTE

ADECUADA

EXCESIVA

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

MI PARTICIPACION

       37.1

         2.4

     59.4

      58.1

      3.5

   39.4

MI PAREJA

         1.8

       38.8

     62.3

      59.5

    35.9

     1.7

MI HIJO/A

       47.4

       48.2

     50.3

      50.9

      2.3

     0.9

   

     Importancia de la realizaci�n de las tareas por parte de los hijos.- La mayor�a de los padres y de las madres, un 97%, acuerdan la importancia de que los hijos e hijas participen en las tareas del hogar.

     Satisfacci�n con la participaci�n actual de los miembros de la familia.- La mayor�a de los padres y de las madres manifiestan estar satisfechos con su propia participaci�n en las tareas del hogar. No obstante, s�lo la mitad de los padres y de madres aprueban el grado de participaci�n de sushijos e hijas en las tareas.

La mayor discrepancia entre padres y madres se aprecia con respecto a la satisfacci�n con la participaci�n de su pareja. El 96% de los padres est� satisfecho con la participaci�n de su pareja frente a un 60% de las madres.

 

Tabla n� 7: Satisfacci�n con la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas del hogar. (NP = 831, NM= 970)  

 

 

SI

NO

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

MI PARTICIPACION

73.2

89.9

26.8

10.1

MI PAREJA

95.8

60.9

  4.2

39.1

MI HIJO/A

58.1

51.9

41.9

48.1

     Sentimiento ante la no colaboraci�n de los miembros de la familia.- Se pueden apreciar discrepancias entre el padre y la madre con respecto a c�mo se sienten ante la no colaboraci�n de su pareja en las tareas del hogar. La no colaboraci�n de la pareja parece afectar m�s los sentimientos de la madre que los del padre en el sentido de que un mayor porcentaje de madres afirman sentirse molestas, enfadadas, poco reconocidas y decepcionadas, mientras que en un 50% los hombres manifiestan sentirse molestos y en menores porcentajes perciben los otros sentimientos.

            Con respecto a la colaboraci�n de los hijos o hijas, tanto los padres como las madres se sienten mayoritariamente molestos, enfadados y decepcionados cuando �sta no se produce, siendo estos sentimientos m�s frecuentes en las madres que en los padres.  

Expectativa sobre la participaci�n en el futuro.- Tanto a las madres como a los padres les gustar�a que la participaci�n de sus hijos e hijas en las tareas dom�sticas fuera mayor que en la actualidad.

            Un 55% de los padres espera que en el futuro su propia participaci�n sea igual que ahora frente a un 40% que cree que deber�a ser mayor que ahora. El 75% de ellos espera que la participaci�n de su pareja sea igual que ahora y un 17% espera que sea menor. Un 61% de las madres espera que su participaci�n sea igual que ahora pero a un 32% le gustar�a que fuera menor. Con respecto a la participaci�n de su pareja, un 54% espera que sea mayor que ahora y un 45% de las madres espera que sea igual.  

 

Tabla n� 8: Expectativas sobre la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas del hogar en el futuro.  (NP= 841. NM= 992)  

 

MENOR QUE AHORA

IGUAL QUE AHORA

MAYOR QUE AHORA

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

MI PARTICIPACION

    5.1

  32.1

55.2

60.9

    39.7

    7.0

MI PAREJA

  17.7

    1.4

75.3

44.5

      7.1

   54.1

MI HIJO/A

    3.1

    1.1

35.7

24.8

    61.2

   74.1

   

La naturaleza de la participaci�n de los hijos

Dimensi�n conductual

  Frecuencia de realizaci�n de cada tarea.- Entre un 60 y un 80% aproximadamente de los hijos e hijas de 9-10 a�os realizan las siguientes tareas: recoger el propio cuarto, poner la mesa, bajar la basura, hacerse la cama, hacer recados. La mitad de los ni�os y ni�as tambi�n participan en ordenar las cosas de otro, recoger las cosas de otro y barrer. La mayor�a de los ni�os de estas edades (m�s del 80%) no participan en tareas como llevar las cuentas de casa, lavar la ropa, planchar, peque�os arreglos, coser y cocinar. Asimismo el 87,4 % de los ni�os peque�os perciben que la carga diaria de las tareas recae sobre las madres.

            Entre un 48 y un 62% de los hijos mayores y entre un 40 y un 53% de los hijos medianos realizan regularmente tareas como recoger el propio cuarto, limpiar el ba�o despu�s de ducharse, hacerse la cama y poner la mesa. Aproximadamente un 35%  bajan la basura. Las tareas en las que menos participan los hijos e hijas, tanto medianos como mayores, son llevar las cuentas, coser, lavar la ropa, planchar y hacer la cama de otro.          

 

Tabla n� 9:  Indica la frecuencia con que realizas las siguientes tareas dom�sticas en tu hogar. (NHmy=617. NHmd=521)  

                                      

NUNCA

DE VEZ EN CUANDO

REGULARMENTE

MAYOR

MEDIANO

MAYOR

MEDIANO

MAYOR

MEDIANO

COCINAR

27.9

53.1

66.5

44.8

  5.7

  2.0

LLEVAR CUENTAS DE CASA

94.5

96.2

  4.2

  3.0

  1.3

  0.8

BARRER

19.2

21.7

59.5

65.8

21.3

12.5

ORDENAR LAS COSAS DE OTRO

36.0

36.0

54.5

52.6

  9.5

11.4

PEQUE�OS ARREGLOS

40.4

57.7

51.0

36.9

  8.6

  5.4

RECOGER COSAS DE OTROS

26.2

24.3

63.8

61.0

10.0

14.6

PLANCHAR

58.0

76.3

35.7

21.3

  6.4

  2.4

LIMPIAR LA CASA

25.1

37.2

60.5

54.2

14.4

  8.7

HACERSE LA CAMA

  8.3

12.1

42.9

46.0

48.9

41.9

HACER LA COMPRA

21.4

14.2

63.3

66.9

15.4

19.0

COSER

74.5

81.1

23.1

16.1

  2.5

  2.0

PONER LA MESA

  5.0

  7.0

47.0

53.0

48.0

40.0

ORDENAR LA ROPA

24.6

34.1

49.3

49.2

26.1

16.7

HACER LA CAMA DE OTRO

56.0

60.7

37.9

32.3

  6.0

  7.1

LIMPIARSE LOS ZAPATOS

26.1

36.9

43.8

41.3

30.1

21.9

HACER RECADOS

15.5

20.1

62.6

54.9

21.9

25.0

BAJAR LA BASURA

15.2

17.8

48.6

46.5

36.2

35.7

FREGAR

24.1

45.2

59.7

47.1

16.2

  7.7

RECOGER EL PROPIO CUARTO

  3.2

  7.3

34.0

39.4

62.7

53.3

LIMPIAR BA�O TRAS DUCHARSE

11.0

22.9

26.8

31.0

62.2

46.2

LAVAR LA ROPA

67.4

78.2

26.5

18.2

  6.1

  3.6

LIMPIAR LO DERRAMADO POR OTRO

26.8

29.5

64.0

59.8

  9.2

11.2

 

  Frecuencia de realizaci�n de cada tipo de tareas e �ndice Total de Participaci�n.- La participaci�n delos hijos e hijas en las tareas dom�sticas aumenta con la edad. El tipo de tareas que con mayor regularidad realizan, a cualquier edad, son las tareas m�as y las accesorias.

Tabla n� 10: Grado de participaci�n de los hijos en las tareas del hogar en funci�n de la edad. (NHmy=610. NHmd=532)

 

EDAD DE LOS HIJOS

MAYORES

MEDIANOS

X

S

X

S

TAREAS "MIAS"

5.55

1.67

4.83

1.90

TAREAS POR OTROS

  2.87

1.69

2.93

1.65

TAREAS ACCESORIAS

  4.59

1.58

4.20

1.54

TAREAS FUNDAMENTALES

  3.07

  1.63

2.51

1.40

�ndice TOTAL DE PARTICIPACION

29.40

  9.89

    26.66

9.33

HORAS SEMANALES TRABAJO HOGAR

  3.92

  2.81

3.37

2.75

                                                           

        N�mero de horas semanales de trabajo en el hogar.- La media de horas dedicadas a las tareas del hogar semanalmente aumenta con la edad siendo la de los hijos e hijas medianos 3,37 increment�ndose a 3,92 cuando son mayores.

Tabla n� 11: Horas semanales dedicadas a tareas dom�sticas. (NHmy= 599. NHmd= 526)  

HORAS

MAYORES

MEDIANOS

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10 o m�s

  4.0

16.0

19.4

16.9

  9.8

  8.0

  5.5

  7.0

  3.5

  1.3

  8.5

   4.8

 28.5

 20.7

   8.9

   6.7

   8.2

   4.2

   7.6

   4.2

   1.1

   5.1

 

Dimensi�n cognitivo-emocional

  Conceptualizaci�n de los hijos e hijas sobre la colaboraci�n de los miembros de la familia.- Al igual que sus padres y madres, la gran mayor�a de los hijos e hijas (95%) creen que la participaci�n en las tareas dom�sticas es un trabajo a repartir entre todos. Entre un 60 y un 70% consideran que es una ayuda necesaria, no un trabajo y que el futuro es impensable sin ella. Las mayores diferencias entre hijos e hijas mayores y medianos se encuentran en que un 83% de los medianos consideran que es una realidad en su hogar frente a un 56% de los mayores. Asimismo, un 20% de los medianos creen que es un foco de discusi�n en su hogar frente a un 36% de los hijos e hijas mayores.

 

Tabla n� 12: Creencias de los hijos e hijas sobre la colaboraci�n entre los miembros de la familia en las tareas del hogar.  (NHmy=593. NHmd= 540)  

 

SI

NO

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

ES UNA REALIDAD EN MI HOGAR

56.0

83.1

44.0

16.9

UNA AYUDA NECESARIA, NO UN TRABAJO

69.8

73.8

30.2

26.2

ES IMPENSABLE EL FUTURO SIN ELLA

65.2

65.4

34.8

34.6

ES UN FOCO CONSTANTE DE DISCUSION

35.9

20.6

64.1

79.4

ES UN TRABAJO A REPARTIR ENTRE TODOS

94.8

94.3

  5.2

  5.7

   

  Atribuci�n causal de las tareas dom�sticas a la mujer.- Las razones que atribuyen en mayor grado los hijos e hijas para explicarse por qu� las mujeres suelen realizar m�s tareas dom�sticas que los hombres, similares a las compartidas por sus padres y madres, son que quieren que la casa est� a su gusto, que si no la casa no funciona y que las han aprendido.

   

Tabla n� 13: Tipos de atribuciones sobre las razones por las que las mujeres suelen realizar m�s tareas en el hogar  que los hombres. (NHmy= 618. NHmd= 542)  

 

SI

NO

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

LAS HAN APRENDIDO

56.4

41.0

43.5

59.0

SE SIENTE MEJOR CONTROLANDO EL HOGAR

35.9

43.8

64.1

56.3

POR SENTIRSE VALORADAS

13.7

26.6

86.3

76.4

QUIERE QUE LA CASA ESTE A SU GUSTO

65.5

59.1

34.5

40.9

ES TRABAJO DE MUJERES

11.0

13.1

89.0

86.9

SI NO, LA CASA NO FUNCIONA

63.9

47.2

36.1

52.8

 

  Valoraci�n de la participaci�n actual.- Se constatan claras diferencias entre la valoraci�n que realizan los hijos e hijas mayores y medianos sobre la participaci�n actual de los miembros de la familia en las tareas del hogar. Encontramos mayor n�mero de hijos e hijas medianos satisfechos con la participaci�n de sus padres y con su propia participaci�n que los hijos e hijas mayores. Ambos grupos comparten que la participaci�n de las madres es excesiva.

 

Tabla n� 14:  Valoraci�n de los hijos e hijas de la participaci�n de los miembros de su familia en las tareas del hogar. (NHmy= 623. NHmd= 549)  

 

INSUFICIENTE

ADECUADA

EXCESIVA

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

EL PADRE

49.3

15.9

46.6

73.7

  4.1

10.4

LA MADRE

  1.5

  0.4

18.2

27.7

80.3

71.9

HIJO

45.7

34.6

52.5

63.9

  1.8

  1.5

 

 Importancia de la propia participaci�n en las tareas.- En todas edades, m�s del 95% de los hijos e hijas consideran que es importante participar en las tareas del hogar.

 

Conclusiones  

La naturaleza de la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas del hogar 

Todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribuci�n y a la de los dem�s en las tareas del hogar. No obstante, la participaci�n de las madres es casi el doble que la de los padres e invierten un total de horas semanales  cinco veces superior a ellos en la realizaci�n de todos los tipos de tareas considerados en la investigaci�n. Los hijos e hijas van aumentando progresivamente su participaci�n en las tareas. Entre los 18 y los 19 a�os de edad el �ndice total de participaci�n de los hijos e hijas tiende a igualarse con el �ndice de los padres-hombres aunque el tipo de tareas en las que participan con mayor regularidad es diferente, siendo mayor la participaci�n de los padres-hombres en las tareas accesorias y la de los hijos e hijas en las tareas del tipo m�as.

El an�lisis y la contrastaci�n de las dos dimensiones analizadas en este trabajo, la conductual y la cognitivo-emocional, revelan algunas contradicciones que conviene mencionar.

Los padres, las madres y los hijos e hijas comparten un conjunto de creencias en torno a la colaboraci�n de los miembros de la familia en las tareas del hogar. Coinciden en  que las tareas dom�sticas constituyen  un trabajo a repartir entre todos� los miembros de la familia. No obstante, no se concibe como un trabajo como tal, con el mismo rango del trabajo remunerado, sino como una �ayuda necesaria, no un trabajo� y que �es impensable el futuro sin la colaboraci�n�. El t�rmino ayuda infravalora tanto el car�cter de las tareas dom�sticas como el esfuerzo del que la realiza desvirtuando la entidad del trabajo familiar. Y vincula impl�citamente la acci�n a alguien, obviamente en nuestro contexto a las madres, compartiendo la expectativa de que contin�en realizando las tareas del hogar en un futuro.

Una de las razones m�s importantes que comparten los miembros de la familia para explicarse por qu� la mujer en nuestra sociedad suele realizar m�s tareas en el hogar es que las han aprendido. Resulta esperanzador que se reconozca que la realizaci�n de las tareas del hogar es fruto del aprendizaje susceptible, por lo tanto, de ser aprendido por todos los miembros de la familia, no fruto de la naturaleza innata de la mujer. No obstante, de este resultado se podr�a derivar que una alternativa dr�stica para evitar la sobrecarga sobre las madres sea que las mujeres no las aprendan.

Otra creencia compartida es que las mujeres quieren que la casa est� como a ellas les gusta. Puede ser una raz�n importante que subyace a la dificultad que manifiestan determinadas madres para delegar la realizaci�n de las tareas dom�sticas o, en su caso, la responsabilidad de su realizaci�n en la pareja u otros miembros.

            La mitad de las familias analizadas valoran adecuadamente la cantidad de participaci�n de todos los miembros de la familia en las tareas y en el resto de las familias valoran insuficientemente la participaci�n de los hijos y de los padres y excesiva la participaci�n de las madres.

Las expectativas de los padres y de las madres con respecto a la participaci�n de sus parejas en un futuro difieren. Mientras la mayor�a de las madres esperan disminuir su propia participaci�n y que aumente la colaboraci�n de sus parejas en el futuro, los padres mayoritariamente consideran que debe aumentar su propia participaci�n y que la colaboraci�n de su pareja se mantenga igual que ahora.

A continuaci�n, se sintetizan las caracter�sticas generales de la naturaleza de la participaci�n de los diversos miembros de la familia en las tareas dom�sticas.  

La participaci�n de las madres en las tareas del hogar

  Las caracter�sticas de la participaci�n de las madres pueden sintetizarse en las siguientes:

1)      En general las madres asumen habitualmente el rol de mantenimiento y  organizaci�n del hogar.

2)      Las madres soportan una sobrecarga de trabajo en las tareas del hogar en comparaci�n con los dem�s miembros de la familia. Esta afirmaci�n conviene completarla con la consideraci�n de la situaci�n laboral de las madres (la mitad de la muestra de las madres trabaja fuera del hogar frente a la otra mitad que lo realiza �nicamente en el hogar), aspecto que ha sido abordado y difundido en otros trabajos (Maganto, Bartau y Etxeberria, 1999). En cualquier caso, las madres realizan una contribuci�n excesiva en comparaci�n con los dem�s miembros de la familia. Y ello tomando exclusivamente en consideraci�n el rol de mantenimiento y organizaci�n del hogar de entre los diversos tipos de roles que conforman el trabajo familiar (Vosler, 1996). 

3)      Las madres participan regularmente y en todo tipo de tareas del hogar. Los tipos de tareas que con mayor frecuencia realizan son las fundamentales (cocinar, planchar, limpiar la casa y hacer la compra), las m�as (limpiar el ba�o despu�s de ducharse, recoger el propio cuarto, hacer la propia cama, limpiarse los zapatos) seguido de las tareas realizadas por otros (ordenar y recoger las cosas de otro y hacer la cama de otro) y las accesorias (fregar, barrer y llevar las cuentas de la casa).

4)      La mitad de las madres considera que la colaboraci�n en las tareas es una realidad en su hogar frente a la otra mitad que afirma que no lo es.

5)      Un tercio de las madres manifiesta que el tema de colaboraci�n en las tareas dom�sticas es un foco constante de discusi�n en su hogar.

6)      Cuando la pareja y/o los hijos e hijas no colaboran en las tareas del hogar las madres manifiestan sentirse molestas, enfadas, decepcionadas y poco reconocidas.

7)      La mayor�a de las madres manifiestan estar satisfechas con su propia contribuci�n a las tareas dom�sticas. No obstante, algo m�s de la mitad no est� satisfecha con la participaci�n de su pareja. Estos datos van en la l�nea de los aportados por Thomson y Walker (1991) en torno a que la fuente del descontento entre las mujeres no es el trabajo excesivo sino la desigualdad con respecto al trabajo que realizan sus parejas.

 

La participaci�n de los padres-varones en las tareas del hogar

  La participaci�n de los padres se caracteriza por:  

1)      Los padres ocasionalmente asumen el rol de organizaci�n del hogar. Conviene recordar que la mayor�a de la muestra de padres tienen un trabajo remunerado.

2)      Los padres no comparten igualitariamente con la madre la carga de las tareas dom�sticas especialmente por su escasa participaci�n en las tareas fundamentales.

3)      Los padres participan de forma espor�dica en la mayor�a de las tareas y regularmente en hacer peque�os arreglos y bajar la basura.

4)      La mayor�a de los padres manifiestan sentirse satisfechos con su propio grado de participaci�n en las tareas del hogar.

5)      Cuando los hijos e hijas no colaboran en las tareas del hogar los padres manifiestan sentirse molestos, enfados y decepcionados.

6)      La mayor�a de los padres manifiestan estar satisfechos con su propia contribuci�n a las tareas del hogar y con la de su pareja.

   

La naturaleza de la participaci�n de los hijos e hijas en las tareas del hogar

  Las caracter�sticas de la participaci�n de los hijos e hijas tareas del hogar pueden sintetizarse en las siguientes:

1)      La participaci�n de los hijos e hijas en las tareas del hogar aumenta con la edad.

2)      El tipo de tareas en las que m�s participan, independientemente de la edad, son recoger el propio cuarto, poner la mesa y hacerse la cama.

3)      Seg�n aumenta la edad aumenta su participaci�n en todos los tipos de tareas a excepci�n, a nuestro entender curiosamente, de las tareas que se realizan por otros (ordenar las cosas de otro, recoger las cosas de otro, hacer la cama de otro) cuya regularidad tiende a disminuir con la edad.

4)      Seg�n aumenta la edad de los hijos e hijas se observan diversas modificaciones en las creencias que expresan sobre el concepto de la colaboraci�n de la familia en las tareas del hogar. Concretamente se produce un desvanecimiento de la creencia de que la colaboraci�n es una realidad en su hogar y tiende a aumentar la constataci�n de que es un foco de discusi�n en su hogar.

5)      Es esperanzador que tanto los hijos como las hijas a cualquier edad reconocen la importancia de su propia contribuci�n a las tareas del hogar.

   

Implicaciones educativas

  El tema de la participaci�n de los miembros de la familia en las tareas dom�sticas es un �rea poco explorada en la investigaci�n educativa y social. Para algunos podr�a carecer de relevancia en la investigaci�n educativa actual explorar algo tan obvio como es que la mujer es la que realiza y asume la responsabilidad de las tareas dom�sticas en el hogar. Si bien es verdad que se han realizado algunos estudios sobre qui�n realiza cuanta tarea comparando la participaci�n de los hombres y las mujeres que revelaban el exceso de trabajo familiar sobre la mujer, no hemos encontrado investigaciones en el �mbito educativo dirigidas a cambiar esta situaci�n de sobrecarga. Tambi�n escasean estudios precedentes en nuestro pa�s sobre la participaci�n de los hijos e hijas en las tareas dom�sticas.

Para otros es un tema trivial que, como las mismas tareas del hogar, es excesivamente cotidiano, repetitivo, mon�tono, escaso de creatividad y carente de importancia. Pero creemos que precisamente la cotidianeidad de las tareas dom�sticas es la caracter�stica que las hace relevantes para la investigaci�n en estos �mbitos. Sabemos que en lo cotidiano de la vida familiar se asientan las ra�ces de la desigualdad entre hombres y mujeres. Y es posible que el primer contacto que tienen os ni�os y las ni�as con esta desigualdad es a trav�s de su observaci�n y participaci�n en las tareas del hogar. Y adem�s, lo que aporte la investigaci�n sobre la implicaci�n de los miembros de la familia en las tareas dom�sticas puede contribuir a comprender su contribuci�n tanto en los otros tipos de tareas y roles que conforman el trabajo familiar como en la configuraci�n de otro tipo de roles laborales y sociales. 

Como han avanzado otros autores (Thomson y Walker, 1991; Bair y Johnson,1992) para comprender la distribuci�n del trabajo dom�stico por el g�nero habr� que investigar m�s acerca del significado del salario y del trabajo familiar para el hombre y la mujer junto con los patrones interaccionales y modelos de funcionamiento interno familiar. Por lo tanto, el debate sobre este campo no deber�a centrarse tanto en si trabajo fuera/dentro del hogar o en qui�n hace cuanta clase de trabajo sino en c�mo distribuir m�s justamente el trabajo familiar repartiendo las tareas seg�n las posibilidades reales de implicaci�n de sus miembros.

El reto de la investigaci�n educativa en este campo radica en la b�squeda y desarrollo de herramientas para fomentar la corresponsabilidad en la vida familiar. En esta l�nea queda todo por hacer.  Desde el �mbito de la orientaci�n educativa dirigida a las familias este tema es extraordinariamente rico para conseguir los siguientes objetivos:

a)      Estimular la igualdad entre padres y madres en el trabajo para mejorar la din�mica familiar.

b)      Fomentar la responsabilidad de los hijas y las hijas a trav�s de su implicaci�n en el trabajo familiar.

Los programas de formaci�n de padres y madres como el que nuestro grupo de investigaci�n ha elaborado (Maganto, Bartau y Etxeberr�a, 1999) pueden ser una alternativa para fomentar la colaboraci�n de los miembros de la familia en el trabajo familiar. Un objetivo fundamental de estos programas es trabajar para hacer visible lo invisible. Consiste en aprender a valorar el trabajo familiar como otros tipos de trabajos; consiste en comenzar a reconocer el esfuerzo y la importancia de la organizaci�n y el control de las tareas sin menospreciar su realizaci�n; y consiste en comenzar a ver claramente el exceso de trabajo que realizan las madres en nuestras familias. Como ha se�alado Vosler (1996), otro de los objetivos con las familias podr�a ser intentar cambiar los modelos de funcionamiento interno familiar para equilibrar los roles. Los beneficios de la puesta en marcha de los programas para estimular la participaci�n de los miembros de la familia en el trabajo familiar no solo incidir�n en las madres sino tambi�n en los padres y en los hijos e hijas. La investigaci�n educativa en este campo puede contribuir a que la familia no sea un contexto que mantenga y perpet�e la desigualdad entre las personas sino que favorezca la corresponsabilidad en la vida familiar.

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Esta investigaci�n ha sido financiada por el Ministerio Espa�ol de Trabajo y Asuntos Sociales (Instituto de la Mujer)

This research was financed by the Spanish Ministry of Work and Social Affairs (Women Institute)


 

ABOUT THE AUTHORS SOBRE LOS AUTORS

Juana M� Maganto Mateo (plpmamaj@sf.ehu.es). Licenciada en Pedagog�a y Psicolog�a. Doctora en Pedagog�a. Profesora Titular del Departamento de M�todos de Investigaci�n y Diagn�stico en Educaci�n de la Facultad de F.I.C.E. de Universidad del Pa�s Vasco en San Sebasti�n. Imparte su docencia en las Licenciaturas de Psicopedagog�a y Pedagog�a as� como en la Diplomatura de Educaci�n Social. Autora y colaboradora de diversos libros y art�culos en revistas especializadas derivados de su trabajo de investigaci�n en el �mbito del Diagn�stico en Educaci�n y la Orientaci�n Familiar.  Su direcci�n postal es: Facultad de Filosof�a y Ciencias de la Educaci�n. Avda. de Tolosa n� 70. 20018-San Sebasti�n (Espa�a)

Isabel Bartau Rojas (odpbaroi@sf.ehu.es). Licenciada en Psicolog�a y Pedagog�a. Doctora en Pedagog�a. Profesora Titular del Departamento de M�todos de Investigaci�n y Diagn�stico en Educaci�n de la Facultad de F.I.C.E. de Universidad del Pa�s Vasco en San Sebasti�n. Imparte su docencia en las Licenciaturas de Psicopedagog�a y Pedagog�a as� como en la Diplomatura de Educaci�n Social. Autora y colaboradora de diversos libros y art�culos en revistas especializadas derivados de su trabajo de investigaci�n en el �mbito de la Orientaci�n Familiar. Su direcci�n postal es: Facultad de Filosof�a y Ciencias de la Educaci�n. Avda. de Tolosa n� 70. 20018-San Sebasti�n (Espa�a)

Juan Etxeberr�a Murgiondo (juanito@sc.ehu.es). Licenciado en Matem�ticas. Doctor en Pedagog�a. Profesor Titular del Departamento de M�todos de Investigaci�n y Diagn�stico en Educaci�n de la Facultad de F.I.C.E. de Universidad del Pa�s Vasco en San Sebasti�n. Imparte su docencia en las Licenciaturas de Psicopedagog�a y Pedagog�a as� como en la Diplomatura de Educaci�n Social. Autor y colaborador de diversos libros y art�culos en revistas especializadas derivados de su trabajo de investigaci�n en el �mbito de la Estad�stica Aplicada y especialmente en los M�todos de Regresi�n y An�lisis Multivariante. Su direcci�n postal es: Facultad de Filosof�a y Ciencias de la Educaci�n. Avda. de Tolosa n� 70. 20018-San Sebasti�n (Espa�a)  

 


ARTICLE RECORD / FICHA DEL ART�CULO

Reference /

Referencia

 Maganto, Juana Mar�a, Bartau, Isabel y Etxeberria, Juan (2003). La participaci�n en el trabajo familiar: un reto educativo y social.  Revista ELectr�nica de Investigaci�n y EValuaci�n Educativa, v. 9, n 2. http://www.uv.es/RELIEVE/v9n2/RELIEVEv9n2_4.htm. Consultado en (poner fecha)

Title / T�tulo

La participaci�n en el trabajo familiar: un reto educativo y social [Participation in family work: social and educational challenge ]

Authors / Autores

Juana Mar�a Maganto,  Isabel Bartau y Juan Etxeberria

Review

Revista

Revista ELectr�nica de Investigaci�n y EValuaci�n Educativa (RELIEVE), v. 9, n. 2

ISSN

1134-4032

Publication date /

Fecha de publicaci�n

 2003  (Reception Date:  2003 Feb. 12; Approval Date: 2003 Sept. 16  Publication Date: 2003 Sept. 18 )

Abstract /

Resumen

   We present the conclusions of an exploratory, descriptive and comparative study conducted in the Basque Country with a total sample of 1651 families (children (N=1651), mothers (N= 1043) and fathers (N=873) ). This study analyses the nature of the parents� and children�s participation in household work. We conclude that all the family members attach great importance to their own contribution to household work as well as to that of other family members�.   However, the nature of their participation differs in the following aspects: 1) in general, mothers tend to take on most household tasks, thus, we can state that mothers do have an overload of work in comparison with other family members; 2) fathers� participation in household tasks is occasional and sporadic as far as most tasks are concerned; and 3) children�s participation increases with age. We find a number of practical educational implications in order to contribute to the family�s favoring roles equality and balance with regard to family life work

 

   Se presentan las conclusiones de una investigaci�n exploratoria y descriptivo-comparativa llevado a cabo en el Pa�s Vasco con una muestra total de 1651 familias (hijos e hijas N=1651), madres (N=1043) y padres (N=873)) que analiza la naturaleza de la participaci�n de los padres, las madres los hijos y las hijas en las tareas del hogar. Se concluye que todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribuci�n y a la de los dem�s en las tareas del hogar. No obstante, la naturaleza de su participaci�n difiere en los siguientes aspectos: 1) en general, las madres asumen habitualmente la mayor�a de las tareas del hogar por lo que se puede afirmar que soportan una sobrecarga de trabajo en comparaci�n con los dem�s miembros de la familia, 2) la participaci�n de los padres en las tareas del hogar es ocasional y espor�dica en la mayor�a de las tareas y 3) la participaci�n de los hijos e hijas aumenta con la edad. Se extraen diversas implicaciones educativas pr�cticas para contribuir a que la familia favorezca la igualdad y el equilibrio de los roles del trabajo en la vida familiar.

Keywords

Descriptores

  Family corresponsibility, children's participation in family work, family and education

  Corresponsabilidad familiar, participaci�n de los hijos en el trabajo familiar, familia y educaci�n

Institution /

Instituci�n

Universidad del Pa�s Vasco (Espa�a)

Publication site /

Direcci�n

http://www.uv.es/RELIEVE 

Language / Idioma

 Espa�ol (Title, abstract and keywords in english)

 

Volumen 9, n.2

 

� Copyright, RELIEVE.  Reproduction and distribution of this articles it is authorized if the content is no modified and their origin is indicated (RELIEVE Journal, volume, number and electronic address of the document).

 

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