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Maganto, Juana María, Bartau, Isabel y Etxeberria, Juan (2003). La participación en el trabajo familiar: un reto educativo y social.  Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa, v. 9, n 2. http://www.uv.es/RELIEVE/v9n2/RELIEVEv9n2_4.htm. Consultado en (poner fecha).

 

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LA PARTICIPACIÓN EN EL TRABAJO FAMILIAR: UN RETO EDUCATIVO Y SOCIAL

(Participation in family work: social and educational challenge)

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Juana María Maganto  (plpmamaj@sf.ehu.es),

 Isabel Bartau (odpbaroi@sf.ehu.es)

Juan Etxeberria (juanito@sc.ehu.es)

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Abstract

   We present the conclusions of an exploratory, descriptive and comparative study conducted in the Basque Country with a total sample of 1651 families (children (N=1651), mothers (N= 1043) and fathers (N=873) ). This study analyses the nature of the parents' and children's participation in household work. We conclude that all the family members attach great importance to their own contribution to household work as well as to that of other family members'. However, the nature of their participation differs in the following aspects: 1) in general, mothers tend to take on most household tasks, thus, we can state that mothers do have an overload of work in comparison with other family members; 2) fathers' participation in household tasks is occasional and sporadic as far as most tasks are concerned; and 3) children's participation increases with age. We find a number of practical educational implications in order to contribute to the family's favoring roles equality and balance with regard to family life work .

Resumen

  Se presentan las conclusiones de una investigación exploratoria y descriptivo-comparativa llevado a cabo en el País Vasco con una muestra total de 1651 familias (hijos e hijas N=1651), madres (N=1043) y padres (N=873)) que analiza la naturaleza de la participación de los padres, las madres los hijos y las hijas en las tareas del hogar. Se concluye que todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribución y a la de los demás en las tareas del hogar. No obstante, la naturaleza de su participación difiere en los siguientes aspectos: 1) en general, las madres asumen habitualmente la mayoría de las tareas del hogar por lo que se puede afirmar que soportan una sobrecarga de trabajo en comparación con los demás miembros de la familia, 2) la participación de los padres en las tareas del hogar es ocasional y esporádica en la mayoría de las tareas y 3) la participación de los hijos e hijas aumenta con la edad. Se extraen diversas implicaciones educativas prácticas para contribuir a que la familia favorezca la igualdad y el equilibrio de los roles del trabajo en la vida familiar.

Keywords

Family corresponsibility, children's participation in family work, family and education.

Descriptores

Corresponsabilidad familiar, participación de los hijos en el trabajo familiar, familia y educación

 


Introducción


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Volume 9, n 2


  ¿Qué es el trabajo familiar? ¿Cómo es la participación de los diversos miembros de la familia en las tareas del hogar? A continuación, se describen las características generales del trabajo familiar y algunos de los resultados más interesantes que aporta la investigación actual sobre la naturaleza de la participación de los miembros de la familia en este tipo de trabajo. Esta introducción teórica pretende delimitar uno de los roles menos explorados en la investigación educativa en la actualidad en nuestro país, el rol del mantenimiento y organización del hogar. Se dan a conocer algunos de los resultados de una investigación más amplia realizada en el País Vasco en torno a la corresponsabilidad familiar que analiza la naturaleza de la participación de los padres, las madres y los hijas y las hijas en las tareas del hogar. Se extraen diversas conclusiones e implicaciones educativas prácticas para contribuir a que la familia favorezca la igualdad y el equilibrio de los roles del trabajo en la vida familiar.

 

El trabajo familiar: concepto y características

La utilización del término trabajo familiar por Pleck (1985) ha ayudado a romper la falsa dicotomía entre la familia versus el trabajo según la cual el “trabajo” significa “trabajo remunerado” (Vosler, 1996).

El término trabajo familiar se emplea en la investigación para referirse a la energía, el tiempo y el desarrollo de destrezas necesarias para atender “las tareas del hogar y del cuidado de los hijos y de las hijas que deben realizar las familias para mantener el hogar y a sus miembros” (Piotrkiwski y Hughes,1993:191). Al principio, cuando los investigadores se referían a la implicación de las madres/padres en las tareas familiares no diferenciaban entre las tareas domésticas y las tareas relacionadas con la crianza/educación de los hijos e hijas. No obstante, según fue avanzando la investigación se apreciaron diferencias sustanciales entre ambos tipos de actividades, especialmente con respecto a las siguientes dimensiones:  

1)      El tipo y el carácter de algunas tareas domésticas (repetitivo, monótono...) que pueden resultar más aversivas que las tareas de crianza/cuidado de los hijos.

2)      El coste de la negligencia ante la realización de las tareas que, comparativa y cualitativamente, varía en ambos tipos de tareas. La repercusión o consecuencias de la negligencia en las tareas domésticas recae más directamente en la organización familiar mientras que la negligencia en la crianza/educación de los hijos e hijas puede interferir su propio desarrollo físico y evolutivo.

    La constatación de estas diferencias llevó a los investigadores a tenerlas en cuenta diferenciando en posteriores estudios entre ambos tipos de implicación (Deutsch, Lussier y Servis,1993).

            Otros autores, como Vosler (1996), han ampliado la variedad de roles y tareas que comprende el trabajo familiar, entre los que cabe destacar las siguientes áreas:  

1.      El rol de proveedor que comprende las tareas relacionadas con la provisión de recursos básicos para la supervivencia de los miembros de la familia, incluyendo la alimentación adecuada, la higiene, la ropa y los cuidados médicos. En las sociedades industriales complejas el cubrir con éxito este rol depende de la organización de los sistemas de empleo y salarios, así como de viviendas apropiadas y otros servicios como por ejemplo los servicios de salud.

2.      El rol de liderazgo  familiar y la toma de decisiones en la unidad familiar. A través de la interacción los miembros de la familia desarrollan un sentimiento de cohesión y van construyendo los modelos de funcionamiento interno, conjunto de creencias y normas que sustentan el funcionamiento de la familia. Este rol también implica el desarrollo de patrones de comunicación con miembros de la familia extensa, con amigos y compañeros de trabajo y otros grupos comunitarios. Este grupo de tareas ha sido identificado como crítico por diversos teóricos, centrándose en la importancia de una alianza parental y jerárquica (Hale, Minuchin ver Walsh, 1982), el poder compartido (Beavers, 1982), la disciplina apropiada (Thomas y Olson, 1993) y el control del comportamiento (Epstein y otros, 1982).

3.      El rol de mantenimiento y organización del hogar incluye una variedad de tareas específicas tales como hacer la compra, preparar la comida, limpiar, lavar, fregar etc.. actividades repetitivas y cotidianas que con frecuencia consumen mucho tiempo y energía.

4.      El rol de cuidador de los miembros dependientes que comprende las tareas dedicadas a los niños pequeños, ancianos y/o miembros discapacitados que requieren cuidados médicos especiales, preparación de comidas, o ayuda para desplazarse, compañía etc.. Debido a que la edad media de vida en las sociedades industrializadas se ha incrementado en los últimos años, la atención y el cuidado de los ancianos adquiere especial relevancia social.

5.      El rol de educador y supervisor de los niños y adolescentes que incluye las tareas de crianza, la estimulación afectiva y cognitiva, la educación y la socialización. Estas tareas esenciales requieren un considerable conocimiento y habilidades para asegurar resultados satisfactorios. El cuidado de los niños y de los adolescentes incluye una variedad de tareas que surgen y cambian a través del ciclo vital familiar. El modelo de funcionamiento interno de cada familia subyace en la toma de decisiones en torno al cuidado de los bebés, las relaciones padres-hijos, los estilos de vida de la familia, la escolarización, las actividades extracurriculares, la participación de los niños y  adolescentes en los procesos de toma de decisiones familiares, la estructura de roles, las reglas y normas y los patrones de comunicación.

El reparto de roles y tareas entre los diversos miembros de la familia ha cambiado con frecuencia como consecuencia de amplios cambios económicos y políticos. El reparto de roles se basa y se deriva, por lo tanto,  del conjunto de creencias y reglas que comprenden los modelos de funcionamiento interno de las familias.

Cuando ambos padres participan en el trabajo remunerado- tanto por elección como por necesidad - la familia como un sistema social debe invertir tiempo y energía en actividades tanto en el trabajo remunerado de cada miembro de la pareja como en el trabajo familiar en cada una de estas áreas de roles y tareas. Los modelos de funcionamiento familiar pueden incorporar diversidad de creencias, preferencias, expectativas y normas para vivir, pero el modelo de funcionamiento y el rol implicado necesita ser bastante estable para que los miembros de la familia cubran todas las tareas necesarias y experimenten algún sentimiento de bienestar (Vosler, 1996). 

El rol de ejecutor versus el rol de organizador

  Diversos trabajos de la investigación sobre el trabajo familiar han documentado la diferencia entre dos tipos de roles para desempeñar diversas tareas y funciones familiares, el de ejecutor y el de organizador  (Spitze, 1991; Thompson y Walker, 1991) y que ambos roles contribuyen de forma independiente  a las percepciones de satisfacción y conflicto en la organización y la distribución de las tareas del hogar (Mereder, 1993). La ejecución de tareas implica la realización  de ciertas actividades tales como cocinar, meter al niño a la cama o pasar la aspiradora. Además, los investigadores han identificado la actividad de organización y control, previamente invisible, que implica no sólo hacer las tareas- o “ayudar”- sino también asumir la responsabilidad del curso de todas las actividades requeridas para una realización satisfactoria.

            Barnett y Baruch (1988:72) en su estudio sobre el trabajo familiar definen la responsabilidad como “recordar, planificar y programar” la multitud de tareas específicas necesarias para el mantenimiento del hogar y el cuidado de los hijos. Mereder (1993:139) en su estudio del rol del mantenimiento del hogar,  también encontró apoyo empírico para diferenciar entre la ejecución de la tarea - tal como hacer la compra y la colada - frente al rol de la organización y control del hogar - “asegurarse de que las cosas estarán preparadas para el próximo día”, “decidir sobre la limpieza” y “asignar faenas”.

Por lo tanto, el trabajo familiar no sólo implica hacer las tareas (ejecución) sino también planificarlas y responsabilizarse de su curso (organización y control) para asegurar que la tarea se realice con regularidad (Barnet y Baruch,1988:72). Incluso en las familias que cuentan con los servicios de terceros para la realización de la limpieza de la casa y/o el cuidado de los hijos, la organización y el control de estos servicios es todavía necesario.

Estos autores también destacan la característica de invisibilidad del rol de organizador, frecuentemente desempeñado por la mujer y que con frecuencia es ignorado (Mereder,1993; Barnett y Baruch, 1988) en comparación con la alta valoración y remuneración que en otros sistemas, como en la empresa, tiene el rol de organizador.    

Sobrecarga de roles

       Uno de los conceptos más importantes en la literatura sobre las relaciones entre trabajo remunerado y trabajo familiar es el de la sobrecarga de roles que se define como “una situación en la que determinados roles de una persona conllevan más responsabilidades de las que la persona puede controlar razonablemente” (Schwartz y Scott,1994:303).

       Diversos estudios llevados a cabo durante los años 80 se han centrado en la sobrecarga de roles y tareas en las familias con ingresos duales (Aldous, 1982; Eckenrode y Gore, 1990; Pleck, 1985; Pleck y Staines, 1985; Voydanoff, 1987). Estos estudios han comenzado a convertir en visible el previamente invisible trabajo familiar (Vosler, 1996). Los múltiples roles que desempeñan las madres y los padres entre el trabajo remunerado y el trabajo familiar implican demandas de tiempo, energía y compromiso y la sobrecarga se produce “cuando hay un mayor número de actividades prescritas de las que un individuo puede llevar a cabo adecuada o confortablemente” (Kelly y Voydanoff,1985:368) .

            Las madres trabajadoras son particularmente vulnerables a la sobrecarga de roles. En los roles del trabajo familiar la mujer tiende a llevar más responsabilidades de control y a pasar más tiempo realizando tareas que otros miembros de la familia. Por ello, las madres con hijos pequeños que trabajan a tiempo completo sufren la sobrecarga de roles al intentar cubrir los requerimiento de los dos trabajos a tiempo completo: el remunerado y el familiar. Otros estudios han demostrado que la mayoría del trabajo familiar de “segunda clase” lo realiza la mujer (Hochschild, 1989; Menaghan y Parcel, 1991).

La teoría del estrés y del afrontamiento clarifica la importancia de las creencias y los recursos familiares en la comprensión de las dificultades que resultan potenciales de   la sobrecarga de roles y el estrés. Como señala Vosler (1996), el ayudar a algunas familias a identificar, planificar y organizar los recursos y los apoyos disponibles puede ser suficiente para sobrellevar la sobrecarga de roles. En otros casos es necesario el desarrollo de nuevos recursos estables. Cuando las familias poseen recursos suficientes pero no son utilizados puede ser necesario trabajar con la familia sus creencias y preferencias con respecto al trabajo y los roles de género así como ofrecerles nuevas formas de pensamiento acerca del estilo de vida y la organización familiar. El objetivo con la familia podría ser intentar cambiar el modelo de funcionamiento interno familiar para equilibrar el rol proveedor con otros roles del trabajo familiar.

    Por otro lado, la aproximación teórica del desarrollo familiar concibe la adaptación y el cambio como esenciales para el funcionamiento del sistema familiar sano. El ciclo vital familiar y laboral conlleva la necesidad de que las familias construyan y reconstruyan los modelos de funcionamiento interno con respecto tanto a la definición de los roles que son necesarios desempeñar como con respecto al reparto de roles (Voydanoff, 1988:7). Por ejemplo, el desempeño de roles que es satisfactorio para una pareja recién casada en la que los dos trabajan a tiempo completo y que, basada en las creencias y normas de ambas familias de origen, ella realiza todo el trabajo del hogar, necesitaría cambiarse radicalmente después del nacimiento del primer hijo. La teoría del stress y el afrontamiento indica que en cada fase de transición hay determinadas limitaciones pero, al mismo tiempo, también nuevas alternativas y recursos que puede utilizar la familia para funcionar como un sistema social saludable pero cambiante. 

Resultados actuales de la investigación sobre el trabajo familiar

  A medida que se ha incrementado el trabajo remunerado de la mujer, la investigación, reiteradamente, ha demostrado que las mujeres continúan haciendo mucho más trabajo familiar que sus parejas-hombres. Los resultados de la investigación de Thomson y Walker (1991:85-87) confirman esta afirmación y pueden sintetizarse en los siguientes:

1)      Las mujeres hacen tres veces más tareas domésticas que los hombres.

2)      Aunque los hombres realizan algo más de trabajo familiar los fines de semana, las mujeres lo realizan tanto los días laborales como los festivos.

3)      La mayoría de las mujeres y hombres están de acuerdo en que la mujer debería ser la responsable del trabajo familiar y que el hombre debería “ayudarle”.  

4)      Las madres, independientemente de si trabajan fuera del hogar o no, llevan el 90% de la responsabilidad del cuidado de los niños que realizan, planean, organizan, delegan, supervisan y programan. Es decir, que la mujer, incluyendo la que trabaja fuera, lleva la mayor parte del trabajo no sólo de la realización de las tareas sino también de las tareas de organización y control.  

5)      La mujer tiende a realizar el trabajo familiar que es “duro, repetitivo y rutinario” mientras los hombres tienden a hacer más frecuentemente tareas tales como “reparaciones del hogar, sacar la basura, cortar el césped, arreglar el jardín”. Además, tanto el hombre como la mujer experimentan  aburrimiento, fatiga y tensión cuando realizan el trabajo familiar solos.

            Estos autores también analizaron si en los últimos años se ha incrementado el nivel de corresponsabilidad entre la pareja, es decir, si el porcentaje de trabajo familiar se reparte más igualitariamente entre el hombre y la mujer. Los resultados no son concluyentes y resultan contradictorios (Thomson y Walker, 1991). Un estudio informa de que la participación de los maridos en el trabajo familiar se había incrementado de un 20% a un 30%; sin embargo, en otro estudio encontraron que el tiempo que los maridos pasaban realizando tareas del hogar y del cuidado de los hijos no había cambiado en un periodo de 10 años; otro estudio indica que un número reducido de maridos comparten igualitariamente con sus mujeres el trabajo familiar y estas familias se caracterizan por tener niños pequeños y porque la mujer trabaja a tiempo completo (Thomson y Walker,1991).

            Bair y Lichter (1991) encontraron que los hombres pasaban una media de 14 horas semanales haciendo tareas del hogar mientras las mujeres pasaban una media de 33 horas por semana. Esto implica una media de trabajo familiar de 47 horas por semana. También informaron de que las tareas del hogar- tales como la comida, la limpieza de la casa, la compra - estaban asignadas por el género  realizándolas frecuentemente la mujer.          

La investigación reciente ha identificado las actitudes o preferencias tanto del hombre como de la mujer y el emparejamiento entre las preferencias y la situación de vida actual, como factores importantes en la comprensión del reparto de roles y la sobrecarga de roles para los individuos y las familias. Si ambos esposos participan en el rol proveedor mediante el trabajo remunerado, como señala Spitze (1991), el que la familia realice esfuerzos para reducir la sobrecarga dependerá de cómo perciban el trabajo, como un privilegio o una necesidad, como una contribución a la familia o un coste. Además, entre mujeres casadas el empleo está asociado con menores niveles de estrés cuando responde una elección voluntaria. El estrés de la mujer resultaba ser mayor cuando no tenían trabajo pero deseaban tenerlo (Menaghan y Parcel, 1991)

            Thompson y Walker (1991) informan de que no es el trabajo excesivo lo que es la fuente del descontento entre las mujeres sino la desigualdad porque aunque la mayoría de las mujeres hacen más de las dos terceras partes del trabajo familiar, al menos una tercera parte de esas mujeres creen que es injusto y desearían que sus maridos contribuyeran más. Por otra parte, Blair y Johnson (1992) encontraron que los predictores de las percepciones de injusticia difieren entre las mujeres trabajadores y no trabajadoras. Sus resultados apoyan los de Thompson y Walkers (1991) que señalan que no se podrá comprender la distribución del trabajo doméstico por el género hasta que conozcamos más acerca del complejo significado del salario y del trabajo familiar para el hombre y la mujer y cómo los patrones cambian o mantienen la distribución generada del trabajo mediante las interacciones diarias. La comprensión de la distribución del trabajo remunerado y el trabajo familiar en las familias debe incluir no sólo quien hace qué sino también los patrones y los modelos de funcionamiento interno familiar que comprenden un conjunto de creencias, expectativas, preferencias y reglas.

Sobre la naturaleza del reparto de roles y tareas familias, se pueden extraer las siguientes conclusiones (Vosler, 1996):  

1)      Independientemente del porcentaje de incremento de la participación en el trabajo fuera del hogar de las madres con niños pequeños, continúa siendo desproporcionado el trabajo que realiza la mujer en la familia tanto en la realización de tareas como de organización y control.  

2)      Actualmente en muchas familias son necesarios los roles de trabajo remunerado de los dos adultos para asegurar los ingresos suficientes y estables para atender las necesidades económicas y cumplir con el rol proveedor.  

3)      Aunque la sobrecarga de roles es una realidad para muchas familias de ingresos duales- particularmente para la mujer- la satisfacción marital, e incluso las experiencias de la sobrecarga de roles, dependen más de las preferencias y percepciones de la pareja de la injusticia o desigualdad que estrictamente de quién hace cuanta clase de trabajo.  

 

La naturaleza de la participación de los miembros de la familia en las tareas domésticas: una investigación desde el ámbito educativo  

¿Cómo es la implicación de los miembros de la familia en las tareas domésticas? Esta es una de las preguntas que tratamos de responder en la investigación empírica sobre la corresponsabilidad familiar realizada en el País Vasco. A continuación se presentan los objetivos, la muestra, la definición de las variables de estudio, los instrumentos de medida utilizados, el análisis de los resultados, las conclusiones y las implicaciones educativas que se derivan de este trabajo.    

Objetivo

              El objetivo del trabajo que se presenta a continuación es analizar la naturaleza de la participación en las tareas del hogar de los padres, las madres, los hijos y las hijas en diferentes etapas del ciclo vital familiar.. Pretendemos explorar dos dimensiones fundamentales:

a)      La dimensión conductual o el grado de implicación de los padres, de las madres y de los hijos e hijas en las tareas del hogar

b)      La dimensión cognitivo-emocional que comprende un conjunto de creencias y sentimientos de los padres, las madres,  los hijos e hijas en torno a la participación en las tareas domésticas.

Muestra

             El estudio se ha llevado a cabo en la Comunidad Autónoma Vasca y se procedió a la elección de una muestra representativa de la misma. La muestra se compone de un colectivo  de 1651 familias. Comprenden  3.567 sujetos, de los cuales 1.916 son padres/madres y 1.651 hijos e hijas.

Padres y Madres

             La muestra de padres/madres consta de 1916 sujetos, 1043 madres y 873 padres. Sus edades oscilan entre 29 y 65 años siendo la edad más frecuente la comprendida entre 40 y 49 años. El  número de hijos de más de la mitad de las familias es de dos hijos. Aproximadamente la mitad de la muestra posee un nivel de estudios primarios, seguido de los que cursan FP, BUP y COU, siendo más minoritaria la formación universitaria. Con respecto a la situación laboral, el 95% de los hombres tienen un trabajo remunerado. En el caso de las mujeres un 46,7% trabaja fuera de casa mientras un 53% realizan labores de casa. 

            En relación a la cantidad de ayuda que tienen estas familias en las tareas de la casa, aproximadamente en el 68% de las familias no cuentan con empleada de hogar, frente a un 19% de hogares que cuentan con ella durante menos de 15 horas a la semana y un 13% durante más de 15 horas.  

Hijos e hijas

              La muestra consta de 1.651 sujetos, 857 chicos y 794 chicas, cuyas edades oscilan entre 9 y 18 años. Hemos considerado tres grupos de edad. El primer grupo está comprendido por 504 sujetos de 9-10 años (292 niños y 212 niñas) que cursan cuarto de Educación Primaria. El segundo grupo consta de 525 sujetos de 13-14 años (280 chicos y 245 chicas) que realizan el primer curso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Y, por último, el tercer grupo formado por 622 jóvenes entre 17-18 años (285 chicos y 337 chicas) que cursan el último curso de escolaridad (2º L.O.G.S.E./FP).   

Variables

             Se pueden diferenciar dos dimensiones fundamentales: conductual y cognitivo-emocional. Cada una de ellas consta de diferentes variables que explicamos a continuación.

  A. DIMENSIÓN CONDUCTUAL: Grado de participación de cada uno de los miembros de la familia (padre,  madre, hijos e hijas) en las tareas del hogar. Se han considerado los siguientes índices del grado de participación:

  1.  Frecuencia de realización de cada una de las tareas  (P/M/H): Las tareas del hogar consideradas en esta investigación son las siguientes:

1. Cocinar

12. Poner la mesa

2. Llevar las cuentas de la casa

13. Ordenar la ropa

3. Barrer

14. Hacer la cama de otro

4. Ordenar las cosas de otro

15. Limpiarse los zapatos

5. Pequeños arreglos

16. Hacer recados

6. Recoger cosas de otros

17. Bajar la basura

7. Planchar

18. Fregar

8. Limpiar la casa

19. Recoger el propio cuarto

9. Hacerse la cama

20. Limpiar el baño después de ducharse

10. Hacer la compra

21. Lavar la ropa

11. Coser

22. Limpiar lo derramado por otro

  2. Frecuencia de realización de cada tipo de tareas e Índice Total de Participación (P/M/H): Se han seleccionado 4 tareas representativas que constituyen cada tipo según se detalla a continuación. Cada tarea puntúa de 0 a 2 dependiendo si nunca se realiza (0), si se realiza de vez en cuando (1) y regularmente (2). Por lo tanto, la puntuación en cada tipo de tarea puede variar entre 0 y 8 puntos. Los tipos de tareas son los siguientes:

2.1. Realización de “Mis cosas” (P/M/H): Frecuencia de realización de las tareas que uno realiza para sí mismo de las que se han considerado las siguientes: Hacer la propia cama, Limpiarse los zapatos, Recoger el propio cuarto, Limpiar el baño después de ducharse.

2.2. Realización de “Tareas por otros” (P/M): Frecuencia de realización de las tareas que se realizan por otro como las siguientes: Ordenar las cosas de otro, Recoger las cosas que otro ha utilizado, Hacer la cama de otro, Limpiar lo que otro ha derramado.

2.3. Realización de “Tareas accesorias” (P/M): Frecuencia de realización de tareas familiares más accesorias como las siguientes: Poner la mesa, Hacer recados, Bajar la basura, Fregar.

2.4. Realización de “Tareas fundamentales” (P/M): Frecuencia de realización de tareas familiares fundamentales para el funcionamiento del hogar como las  siguientes tareas: Cocinar, Planchar, Limpiar la casa, Hacer la compra.

 

     El Índice Total de Participación Individual (P/M/H) es el resultado de la suma de la frecuencia de realización de los cuatro tipos de tareas definidos en el punto anterior. Dado que consideramos que cada tipo de tareas tiene una importancia diferente en cuanto al esfuerzo, la dedicación, y la constancia que requieren, lo hemos obtenido según las siguiente formula:

  Índice Total de Participación Individual = Frecuencia de “Mis cosas” +

+ 2 * frecuencia de “Tareas por otros” +  2 * frecuencia de “Tareas accesorias” +

+ 3 * frecuencia de “Tareas fundamentales”.

            La puntuación total puede oscilar entre 0 y 64.

 

3. Número de horas dedicadas a las tareas del hogar semanalmente (P/M/H): La cantidad de horas que cada miembro de la familia emplea en la realización de las tareas del hogar.  

B. DIMENSIÓN COGNITIVO-EMOCIONAL:  Conjunto de creencias y sentimientos de los miembros de la familia sobre la participación en las tareas domésticas.  

1. Conceptualización sobre la colaboración en la familia (P/M/H): Creencias sobre la colaboración de los miembros de la familia en las tareas domésticas.

2. Atribución causal de las tareas domésticas a la mujer (P/M/H): Tipos de atribuciones sobre por qué la mujer suele realizar con más frecuencia que los hombres las tareas domésticas en nuestra sociedad.

3. Valoración de la participación actual (P/M/H): Evaluación (adecuada, excesiva, insuficiente) que realizan sobre la participación de los diferentes miembros de la familia.

4. Importancia de la realización de las tareas domésticas (P/M/H): Importancia que conceden los miembros de la familia a que los hijos realicen tareas en el hogar.

5. Satisfacción con la participación actual de los miembros de la familia (P/M): Acuerdo/desacuerdo con la participación de los miembros de la familia en la actualidad en las tareas domésticas.

6. Sentimiento ante la no colaboración de los miembros de la familia (P/M): Sentimientos que provocan la no colaboración de la pareja/hijos/as en las tareas domésticas.

7. Expectativas sobre la participación en el futuro (P/M): Cómo les gustaría que fuera la participación de los miembros de la familia en las tareas domésticas en el futuro.

Instrumentos de medida

      Para la evaluación de las variables de estudio de este trabajo se confeccionó  el Cuestionario de Corresponsabilidad Familiar en las Tareas Domésticas (COTADO) (Maganto, Bartau y Echeberría,1997) en tres versiones, una para los padres y las madres, otro para los hijos e hijas pequeños (9-10 años) y un tercero para los hijos e hijas medianos (13-14 años) y mayores (17-18 años). Es un autoinforme que evalúa las siguientes dimensiones: Datos de identificación personal, factores socioeconómicos, factores estructurales de la familia, naturaleza de la participación de los padres, las madres, los hijos e hijas y el proceso de obtención de la colaboración entre la pareja.

 

Resultados  

La naturaleza de la participación de los padres y de las madres 

Dimensión conductual  

  Frecuencia de realización de cada tarea.- Un alto porcentaje de madres participan regularmente en la mayoría de las tareas del hogar,  mientras que la participación de los padres es esporádica en la mayoría de ellas. Como se aprecia en la tabla nº 1, por encima del 70% de las madres realizan regularmente tareas como cocinar, llevar las cuentas de casa, barrer, ordenar las cosas de otro, planchar, limpiar la casa, hacerse la cama, hacer la compra, ordenar la ropa, limpiarse los zapatos, hacer recados, fregar, recoger el propio cuarto, limpiar el baño tras ducharse y lavar la ropa. Entre el 50 y 70%, las madres regularmente recogen las cosas de otros, hacen la compra, ponen la mesa, hacen la cama de otro y limpian lo derramado por otro. Las tareas que menos realizan regularmente son bajar la basura y los pequeños arreglos que lo hacen entre un 29 y un 35% respectivamente. Estas tareas son las que en mayor grado regularmente realizan los padres, concretamente un 49% de los hombres hacen pequeños arreglos en la casa y un 48% bajan la basura. 

            Un alto porcentaje de padres nunca lavan la ropa (72%) cosen (82%) ni planchan (84%). Entre un 30 y un 50% de los hombres nunca llevan las cuentas de la casa, ordenan la ropa, hacen la cama de otro, ordenan las cosas de otro, ni limpian la casa. Entre un 20 y un 30% nunca cocinan, barren, recogen las cosas de otro, se hacen la cama, hacen la compra, se limpian los zapatos, friegan, recogen su cuarto, limpian el baño tras ducharse, ni limpian lo derramado por otro.

 

Tabla nº 1: Frecuencia con que los padres y las madres realizan las siguientes tareas del hogar. (NP= 855. NM= 1030)

 

       NUNCA

DE VEZ EN CUANDO

 REGULARMENTE

PADRES      

MADRES

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

COCINAR

  24.3

    1.3

   58.4

      9.5

  17.3

  89.3

LLEVAR CUENTAS DE CASA

  30.0

    5.0

   33.0

   15.8

  37.0

  79.3

BARRER

  25.8

    0.6

   57.4

   12.5

  16.8

  86.9

ORDENAR LAS COSAS DE OTRO

  30.7

    2.9

   52.8

   25.0

  16.6

  72.1

PEQUEÑOS ARREGLOS

    8.8

  13.7

   41.8

   50.7

  49.4

  35.6

RECOGER COSAS DE OTROS

  21.4

    4.9

   62.6

   33.6

  16.0

  61.5

PLANCHAR

  84.2

    3.5

   11.9

   14.0

    3.8

  82.5

LIMPIAR LA CASA

  34.0

    1.5

   53.4

   14.4

  12.6

  84.2

HACERSE LA CAMA

  27.0

    0.8

   49.1

   12.3

  23.9

  86.9

HACER LA COMPRA

  19.6

    0.9

   54.8

   11.0

  25.5

  88.2

COSER

  82.1

    5.1

   14.9

   27.4

    3.0

  67.5

PONER LA MESA

  11.8

    2.6

   56.7

   35.2

  31.5

  62.2

ORDENAR LA ROPA

  40.6

    1.0

   43.1

     9.4

  16.2

  89.6

HACER LA CAMA DE OTRO

  46.1

    5.8

   43.8

   33.1

  10.1

  61.1

LIMPIARSE LOS ZAPATOS

  18.9

    3.8

   39.4

   22.6

  41.7

  73.4

HACER RECADOS

    9.5

    0.6

   57.5

   16.0

  33.0

  83.4

BAJAR LA BASURA

  10.5

  20.5

   40.8

   50.3

  48.7

  29.2

FREGAR

  22.1

    1.1

   55.5

   17.6

  22.4

  81.3

RECOGER EL PROPIO CUARTO

  27.2

    0.4

   49.6

     8.7

  23.2

  90.9

LIMPIAR BAÑO TRAS DUCHARSE

  27.9

    1.9

   36.1

   11.5

  36.1

  86.6

LAVAR LA ROPA

  72.2

    2.5

   20.6

     7.4

    7.2

  90.0

LIMPIAR LO DERRAMADO POR OTRO

  24.8

    5.1

   64.3

   40.3

  11.0

  54.1

   Frecuencia de realización de cada tipo de tareas e Índice Total de Participación.-    Como se puede observar en la tabla nº 2, el índice total de participación en las tareas del hogar de las madres es casi el doble que el de los padres. Los padres realizan con mayor frecuencia las tareas accesorias y las tareas “mías” que se realizan para uno mismo. Las que en menor grado realizan los padres son las tareas fundamentales. Por el contrario, estas tareas fundamentales son las que con mayor frecuencia realizan las madres junto con las tareas “mías”, seguidas de un alto grado de realización de las tareas por otros y las accesorias    

 

Tabla nº 2: Grado de participación de los padres y de las madres. (NP= 831. NM= 1016)

 

PADRES

MADRES

X

S

X

S

TAREAS "MIAS"

  4.22

  2.11

  7.31

  1.11

TAREAS POR OTROS

  3.27

  1.95

  6.31

  1.81

TAREAS ACCESORIAS

  4.81

  1.86

  6.31

  1.40

TAREAS FUNDAMENTALES

  2.96

  1.73

  7.38

  1.21

Índice TOTAL DE PARTICIPACION

    29.11

12.58

54.78

  8.85

HORAS SEMANALES TRABAJO HOGAR

  7.67

  8.15

36.69

22.85

 

  Número de horas semanales dedicadas a las tareas.- Asimismo las mujeres dedican más horas que los hombres a las tareas del hogar. La media de horas dedicadas por los padres semanalmente a las tareas es 7,67 frente a la  media de las mujeres que asciende a 36,69. Al comparar la distribución de las horas semanales dedicadas por hombres y mujeres a las tareas del hogar, se puede apreciar que un 70% de los padres dedican entre 0 y 10 horas mientras que el mismo porcentaje de las madres invierte entre 0 y 50 horas semanales.

 

Tabla nº 3: Horas semanales dedicadas a las tareas domésticas. (NP= 665. NM= 814)  

 HORAS EN DECENAS

PADRES

 MADRES

  0-10

11-20

21-30

31-40

41-50

51-60

61-70

71-80

81-90

91-99

   67.2

   24.8

    5.3

    1.4

    0.9

    0.2

  

    0.2

    0.2

     

     5.7

   17.3

   21.6

   14.3

   14.9

   10.2

     4.9

     3.9

     3.3

     3.9

 

Dimensión cognitivo-emocional

     Conceptualización sobre la colaboración en la familia.- La gran mayoría de padres y de madres opinan que la colaboración en la familia es un trabajo a repartir entre todos. Aproximadamente un 75% mantienen que es una ayuda necesaria, no un trabajo, y que es impensable el futuro sin la colaboración.

Las mayores diferencias de opinión entre padres y madres se aprecian con respecto a que el 67,6% de los padres consideran que es una realidad en su hogar mientras que únicamente un 55,8% de las madres opina lo mismo. Asimismo, se encuentra cierta discrepancia en que un 30,5% de las madres mantiene que este tema es un foco constante de discusión en su hogar frente a un 21,6% de padres.  

 

Tabla nº 4: Creencias de los padres y de las madres en torno a la colaboración entre los miembros de la familia en las tareas del hogar (NP=798 NM=945).  

 

 

SI

NO

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

ES UNA REALIDAD EN MI HOGAR

  67.6

 55.8

 32.4

  44.2

UNA AYUDA NECESARIA, NO UN TRABAJO

  77.8

 79.0

 22.2

  21.0

ES IMPENSABLE EL FUTURO SIN ELLA

  71.5

 70.8

 28.5

  29.2

ES UN FOCO CONSTANTE DE DISCUSION

  21.6

 30.5

 78.4

  69.5

ES UN TRABAJO A REPARTIR ENTRE TODOS

  93.4

 94.8

   6.6

    5.2

  Atribución causal de la asignación a la mujer.- Un 75% de los padres y de las madres atribuyen el que las mujeres realicen más tareas en el hogar principalmente a dos razones, que las han aprendido y que quieren que la casa esté a su gusto, lo mismo que las madres aunque en un porcentaje algo inferior.

Otras de las causas relevantes son que si no la casa no funciona (un 55,6% de padres frente a un 64,3% de madres) y que se sienten mejor controlando el hogar (52,2% de padres frente a 40,7% de madres).La razón a la que en menor grado atribuyen que la mujer realice más tareas en el hogar por parte tanto de padres como de madres (12% aproximadamente) es que es trabajo de mujeres, seguida de por sentirse reconocidas, valoradas y queridas (34% de los padres y 21,3% de madres).         

 

Tabla nº 5: Tipos de atribuciones causales acerca de por qué la mujer suele realizar más tareas en el hogar las mujeres que los hombres (NP = 768. NM =902)

 

SI

NO

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

LAS HAN APRENDIDO

74.7

72.1

25.3

27.9

SE SIENTE MEJOR CONTROLANDO EL HOGAR

52.2

40.7

47.8

59.3

POR SENTIRSE VALORADAS

34.0

21.3

66.0

78.7

QUIERE QUE LA CASA ESTE A SU GUSTO

74.5

67.9

25.4

32.1

ES TRABAJO DE MUJERES

13.5

12.1

86.5

87.9

SI NO, LA CASA NO FUNCIONA

55.6

64.3

44.4

35.7

   

     Valoración de la participación actual.- Aproximadamente un 50% de los padres y de las madres valoran como adecuada tanto su propia participación como la de su pareja y la de su hijo o hija. En un 47% coinciden padres y madres en valorar como insuficiente la participación de los hijos; un 37% de padres y de madres aproximadamente valoran como insuficiente la participación de los padres y un 35% consideran la participación de las madres excesiva.  

 

Tabla nº 6: Valoración de la participación de los miembros de la familia en las tareas del hogar.  (NP= 833, NM= 984)  

 

INSUFICIENTE

ADECUADA

EXCESIVA

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

MI PARTICIPACION

       37.1

         2.4

     59.4

      58.1

      3.5

   39.4

MI PAREJA

         1.8

       38.8

     62.3

      59.5

    35.9

     1.7

MI HIJO/A

       47.4

       48.2

     50.3

      50.9

      2.3

     0.9

   

     Importancia de la realización de las tareas por parte de los hijos.- La mayoría de los padres y de las madres, un 97%, acuerdan la importancia de que los hijos e hijas participen en las tareas del hogar.

     Satisfacción con la participación actual de los miembros de la familia.- La mayoría de los padres y de las madres manifiestan estar satisfechos con su propia participación en las tareas del hogar. No obstante, sólo la mitad de los padres y de madres aprueban el grado de participación de sushijos e hijas en las tareas.

La mayor discrepancia entre padres y madres se aprecia con respecto a la satisfacción con la participación de su pareja. El 96% de los padres está satisfecho con la participación de su pareja frente a un 60% de las madres.

 

Tabla nº 7: Satisfacción con la participación de los miembros de la familia en las tareas del hogar. (NP = 831, NM= 970)  

 

 

SI

NO

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

MI PARTICIPACION

73.2

89.9

26.8

10.1

MI PAREJA

95.8

60.9

  4.2

39.1

MI HIJO/A

58.1

51.9

41.9

48.1

     Sentimiento ante la no colaboración de los miembros de la familia.- Se pueden apreciar discrepancias entre el padre y la madre con respecto a cómo se sienten ante la no colaboración de su pareja en las tareas del hogar. La no colaboración de la pareja parece afectar más los sentimientos de la madre que los del padre en el sentido de que un mayor porcentaje de madres afirman sentirse molestas, enfadadas, poco reconocidas y decepcionadas, mientras que en un 50% los hombres manifiestan sentirse molestos y en menores porcentajes perciben los otros sentimientos.

            Con respecto a la colaboración de los hijos o hijas, tanto los padres como las madres se sienten mayoritariamente molestos, enfadados y decepcionados cuando ésta no se produce, siendo estos sentimientos más frecuentes en las madres que en los padres.  

Expectativa sobre la participación en el futuro.- Tanto a las madres como a los padres les gustaría que la participación de sus hijos e hijas en las tareas domésticas fuera mayor que en la actualidad.

            Un 55% de los padres espera que en el futuro su propia participación sea igual que ahora frente a un 40% que cree que debería ser mayor que ahora. El 75% de ellos espera que la participación de su pareja sea igual que ahora y un 17% espera que sea menor. Un 61% de las madres espera que su participación sea igual que ahora pero a un 32% le gustaría que fuera menor. Con respecto a la participación de su pareja, un 54% espera que sea mayor que ahora y un 45% de las madres espera que sea igual.  

 

Tabla nº 8: Expectativas sobre la participación de los miembros de la familia en las tareas del hogar en el futuro.  (NP= 841. NM= 992)  

 

MENOR QUE AHORA

IGUAL QUE AHORA

MAYOR QUE AHORA

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

PADRES

MADRES

MI PARTICIPACION

    5.1

  32.1

55.2

60.9

    39.7

    7.0

MI PAREJA

  17.7

    1.4

75.3

44.5

      7.1

   54.1

MI HIJO/A

    3.1

    1.1

35.7

24.8

    61.2

   74.1

   

La naturaleza de la participación de los hijos

Dimensión conductual

  Frecuencia de realización de cada tarea.- Entre un 60 y un 80% aproximadamente de los hijos e hijas de 9-10 años realizan las siguientes tareas: recoger el propio cuarto, poner la mesa, bajar la basura, hacerse la cama, hacer recados. La mitad de los niños y niñas también participan en ordenar las cosas de otro, recoger las cosas de otro y barrer. La mayoría de los niños de estas edades (más del 80%) no participan en tareas como llevar las cuentas de casa, lavar la ropa, planchar, pequeños arreglos, coser y cocinar. Asimismo el 87,4 % de los niños pequeños perciben que la carga diaria de las tareas recae sobre las madres.

            Entre un 48 y un 62% de los hijos mayores y entre un 40 y un 53% de los hijos medianos realizan regularmente tareas como recoger el propio cuarto, limpiar el baño después de ducharse, hacerse la cama y poner la mesa. Aproximadamente un 35%  bajan la basura. Las tareas en las que menos participan los hijos e hijas, tanto medianos como mayores, son llevar las cuentas, coser, lavar la ropa, planchar y hacer la cama de otro.          

 

Tabla nº 9:  Indica la frecuencia con que realizas las siguientes tareas domésticas en tu hogar. (NHmy=617. NHmd=521)  

                                      

NUNCA

DE VEZ EN CUANDO

REGULARMENTE

MAYOR

MEDIANO

MAYOR

MEDIANO

MAYOR

MEDIANO

COCINAR

27.9

53.1

66.5

44.8

  5.7

  2.0

LLEVAR CUENTAS DE CASA

94.5

96.2

  4.2

  3.0

  1.3

  0.8

BARRER

19.2

21.7

59.5

65.8

21.3

12.5

ORDENAR LAS COSAS DE OTRO

36.0

36.0

54.5

52.6

  9.5

11.4

PEQUEÑOS ARREGLOS

40.4

57.7

51.0

36.9

  8.6

  5.4

RECOGER COSAS DE OTROS

26.2

24.3

63.8

61.0

10.0

14.6

PLANCHAR

58.0

76.3

35.7

21.3

  6.4

  2.4

LIMPIAR LA CASA

25.1

37.2

60.5

54.2

14.4

  8.7

HACERSE LA CAMA

  8.3

12.1

42.9

46.0

48.9

41.9

HACER LA COMPRA

21.4

14.2

63.3

66.9

15.4

19.0

COSER

74.5

81.1

23.1

16.1

  2.5

  2.0

PONER LA MESA

  5.0

  7.0

47.0

53.0

48.0

40.0

ORDENAR LA ROPA

24.6

34.1

49.3

49.2

26.1

16.7

HACER LA CAMA DE OTRO

56.0

60.7

37.9

32.3

  6.0

  7.1

LIMPIARSE LOS ZAPATOS

26.1

36.9

43.8

41.3

30.1

21.9

HACER RECADOS

15.5

20.1

62.6

54.9

21.9

25.0

BAJAR LA BASURA

15.2

17.8

48.6

46.5

36.2

35.7

FREGAR

24.1

45.2

59.7

47.1

16.2

  7.7

RECOGER EL PROPIO CUARTO

  3.2

  7.3

34.0

39.4

62.7

53.3

LIMPIAR BAÑO TRAS DUCHARSE

11.0

22.9

26.8

31.0

62.2

46.2

LAVAR LA ROPA

67.4

78.2

26.5

18.2

  6.1

  3.6

LIMPIAR LO DERRAMADO POR OTRO

26.8

29.5

64.0

59.8

  9.2

11.2

 

  Frecuencia de realización de cada tipo de tareas e Índice Total de Participación.- La participación delos hijos e hijas en las tareas domésticas aumenta con la edad. El tipo de tareas que con mayor regularidad realizan, a cualquier edad, son las tareas mías y las accesorias.

Tabla nº 10: Grado de participación de los hijos en las tareas del hogar en función de la edad. (NHmy=610. NHmd=532)

 

EDAD DE LOS HIJOS

MAYORES

MEDIANOS

X

S

X

S

TAREAS "MIAS"

5.55

1.67

4.83

1.90

TAREAS POR OTROS

  2.87

1.69

2.93

1.65

TAREAS ACCESORIAS

  4.59

1.58

4.20

1.54

TAREAS FUNDAMENTALES

  3.07

  1.63

2.51

1.40

Índice TOTAL DE PARTICIPACION

29.40

  9.89

    26.66

9.33

HORAS SEMANALES TRABAJO HOGAR

  3.92

  2.81

3.37

2.75

                                                           

        Número de horas semanales de trabajo en el hogar.- La media de horas dedicadas a las tareas del hogar semanalmente aumenta con la edad siendo la de los hijos e hijas medianos 3,37 incrementándose a 3,92 cuando son mayores.

Tabla nº 11: Horas semanales dedicadas a tareas domésticas. (NHmy= 599. NHmd= 526)  

HORAS

MAYORES

MEDIANOS

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10 o más

  4.0

16.0

19.4

16.9

  9.8

  8.0

  5.5

  7.0

  3.5

  1.3

  8.5

   4.8

 28.5

 20.7

   8.9

   6.7

   8.2

   4.2

   7.6

   4.2

   1.1

   5.1

 

Dimensión cognitivo-emocional

  Conceptualización de los hijos e hijas sobre la colaboración de los miembros de la familia.- Al igual que sus padres y madres, la gran mayoría de los hijos e hijas (95%) creen que la participación en las tareas domésticas es un trabajo a repartir entre todos. Entre un 60 y un 70% consideran que es una ayuda necesaria, no un trabajo y que el futuro es impensable sin ella. Las mayores diferencias entre hijos e hijas mayores y medianos se encuentran en que un 83% de los medianos consideran que es una realidad en su hogar frente a un 56% de los mayores. Asimismo, un 20% de los medianos creen que es un foco de discusión en su hogar frente a un 36% de los hijos e hijas mayores.

 

Tabla nº 12: Creencias de los hijos e hijas sobre la colaboración entre los miembros de la familia en las tareas del hogar.  (NHmy=593. NHmd= 540)  

 

SI

NO

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

ES UNA REALIDAD EN MI HOGAR

56.0

83.1

44.0

16.9

UNA AYUDA NECESARIA, NO UN TRABAJO

69.8

73.8

30.2

26.2

ES IMPENSABLE EL FUTURO SIN ELLA

65.2

65.4

34.8

34.6

ES UN FOCO CONSTANTE DE DISCUSION

35.9

20.6

64.1

79.4

ES UN TRABAJO A REPARTIR ENTRE TODOS

94.8

94.3

  5.2

  5.7

   

  Atribución causal de las tareas domésticas a la mujer.- Las razones que atribuyen en mayor grado los hijos e hijas para explicarse por qué las mujeres suelen realizar más tareas domésticas que los hombres, similares a las compartidas por sus padres y madres, son que quieren que la casa esté a su gusto, que si no la casa no funciona y que las han aprendido.

   

Tabla nº 13: Tipos de atribuciones sobre las razones por las que las mujeres suelen realizar más tareas en el hogar  que los hombres. (NHmy= 618. NHmd= 542)  

 

SI

NO

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

LAS HAN APRENDIDO

56.4

41.0

43.5

59.0

SE SIENTE MEJOR CONTROLANDO EL HOGAR

35.9

43.8

64.1

56.3

POR SENTIRSE VALORADAS

13.7

26.6

86.3

76.4

QUIERE QUE LA CASA ESTE A SU GUSTO

65.5

59.1

34.5

40.9

ES TRABAJO DE MUJERES

11.0

13.1

89.0

86.9

SI NO, LA CASA NO FUNCIONA

63.9

47.2

36.1

52.8

 

  Valoración de la participación actual.- Se constatan claras diferencias entre la valoración que realizan los hijos e hijas mayores y medianos sobre la participación actual de los miembros de la familia en las tareas del hogar. Encontramos mayor número de hijos e hijas medianos satisfechos con la participación de sus padres y con su propia participación que los hijos e hijas mayores. Ambos grupos comparten que la participación de las madres es excesiva.

 

Tabla nº 14:  Valoración de los hijos e hijas de la participación de los miembros de su familia en las tareas del hogar. (NHmy= 623. NHmd= 549)  

 

INSUFICIENTE

ADECUADA

EXCESIVA

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

MAYORES

MEDIANOS

EL PADRE

49.3

15.9

46.6

73.7

  4.1

10.4

LA MADRE

  1.5

  0.4

18.2

27.7

80.3

71.9

HIJO

45.7

34.6

52.5

63.9

  1.8

  1.5

 

 Importancia de la propia participación en las tareas.- En todas edades, más del 95% de los hijos e hijas consideran que es importante participar en las tareas del hogar.

 

Conclusiones  

La naturaleza de la participación de los miembros de la familia en las tareas del hogar 

Todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribución y a la de los demás en las tareas del hogar. No obstante, la participación de las madres es casi el doble que la de los padres e invierten un total de horas semanales  cinco veces superior a ellos en la realización de todos los tipos de tareas considerados en la investigación. Los hijos e hijas van aumentando progresivamente su participación en las tareas. Entre los 18 y los 19 años de edad el índice total de participación de los hijos e hijas tiende a igualarse con el índice de los padres-hombres aunque el tipo de tareas en las que participan con mayor regularidad es diferente, siendo mayor la participación de los padres-hombres en las tareas accesorias y la de los hijos e hijas en las tareas del tipo mías.

El análisis y la contrastación de las dos dimensiones analizadas en este trabajo, la conductual y la cognitivo-emocional, revelan algunas contradicciones que conviene mencionar.

Los padres, las madres y los hijos e hijas comparten un conjunto de creencias en torno a la colaboración de los miembros de la familia en las tareas del hogar. Coinciden en  que las tareas domésticas constituyen  un trabajo a repartir entre todos” los miembros de la familia. No obstante, no se concibe como un trabajo como tal, con el mismo rango del trabajo remunerado, sino como una “ayuda necesaria, no un trabajo” y que “es impensable el futuro sin la colaboración”. El término ayuda infravalora tanto el carácter de las tareas domésticas como el esfuerzo del que la realiza desvirtuando la entidad del trabajo familiar. Y vincula implícitamente la acción a alguien, obviamente en nuestro contexto a las madres, compartiendo la expectativa de que continúen realizando las tareas del hogar en un futuro.

Una de las razones más importantes que comparten los miembros de la familia para explicarse por qué la mujer en nuestra sociedad suele realizar más tareas en el hogar es que las han aprendido. Resulta esperanzador que se reconozca que la realización de las tareas del hogar es fruto del aprendizaje susceptible, por lo tanto, de ser aprendido por todos los miembros de la familia, no fruto de la naturaleza innata de la mujer. No obstante, de este resultado se podría derivar que una alternativa drástica para evitar la sobrecarga sobre las madres sea que las mujeres no las aprendan.

Otra creencia compartida es que las mujeres quieren que la casa esté como a ellas les gusta. Puede ser una razón importante que subyace a la dificultad que manifiestan determinadas madres para delegar la realización de las tareas domésticas o, en su caso, la responsabilidad de su realización en la pareja u otros miembros.

            La mitad de las familias analizadas valoran adecuadamente la cantidad de participación de todos los miembros de la familia en las tareas y en el resto de las familias valoran insuficientemente la participación de los hijos y de los padres y excesiva la participación de las madres.

Las expectativas de los padres y de las madres con respecto a la participación de sus parejas en un futuro difieren. Mientras la mayoría de las madres esperan disminuir su propia participación y que aumente la colaboración de sus parejas en el futuro, los padres mayoritariamente consideran que debe aumentar su propia participación y que la colaboración de su pareja se mantenga igual que ahora.

A continuación, se sintetizan las características generales de la naturaleza de la participación de los diversos miembros de la familia en las tareas domésticas.  

La participación de las madres en las tareas del hogar

  Las características de la participación de las madres pueden sintetizarse en las siguientes:

1)      En general las madres asumen habitualmente el rol de mantenimiento y  organización del hogar.

2)      Las madres soportan una sobrecarga de trabajo en las tareas del hogar en comparación con los demás miembros de la familia. Esta afirmación conviene completarla con la consideración de la situación laboral de las madres (la mitad de la muestra de las madres trabaja fuera del hogar frente a la otra mitad que lo realiza únicamente en el hogar), aspecto que ha sido abordado y difundido en otros trabajos (Maganto, Bartau y Etxeberria, 1999). En cualquier caso, las madres realizan una contribución excesiva en comparación con los demás miembros de la familia. Y ello tomando exclusivamente en consideración el rol de mantenimiento y organización del hogar de entre los diversos tipos de roles que conforman el trabajo familiar (Vosler, 1996). 

3)      Las madres participan regularmente y en todo tipo de tareas del hogar. Los tipos de tareas que con mayor frecuencia realizan son las fundamentales (cocinar, planchar, limpiar la casa y hacer la compra), las mías (limpiar el baño después de ducharse, recoger el propio cuarto, hacer la propia cama, limpiarse los zapatos) seguido de las tareas realizadas por otros (ordenar y recoger las cosas de otro y hacer la cama de otro) y las accesorias (fregar, barrer y llevar las cuentas de la casa).

4)      La mitad de las madres considera que la colaboración en las tareas es una realidad en su hogar frente a la otra mitad que afirma que no lo es.

5)      Un tercio de las madres manifiesta que el tema de colaboración en las tareas domésticas es un foco constante de discusión en su hogar.

6)      Cuando la pareja y/o los hijos e hijas no colaboran en las tareas del hogar las madres manifiestan sentirse molestas, enfadas, decepcionadas y poco reconocidas.

7)      La mayoría de las madres manifiestan estar satisfechas con su propia contribución a las tareas domésticas. No obstante, algo más de la mitad no está satisfecha con la participación de su pareja. Estos datos van en la línea de los aportados por Thomson y Walker (1991) en torno a que la fuente del descontento entre las mujeres no es el trabajo excesivo sino la desigualdad con respecto al trabajo que realizan sus parejas.

 

La participación de los padres-varones en las tareas del hogar

  La participación de los padres se caracteriza por:  

1)      Los padres ocasionalmente asumen el rol de organización del hogar. Conviene recordar que la mayoría de la muestra de padres tienen un trabajo remunerado.

2)      Los padres no comparten igualitariamente con la madre la carga de las tareas domésticas especialmente por su escasa participación en las tareas fundamentales.

3)      Los padres participan de forma esporádica en la mayoría de las tareas y regularmente en hacer pequeños arreglos y bajar la basura.

4)      La mayoría de los padres manifiestan sentirse satisfechos con su propio grado de participación en las tareas del hogar.

5)      Cuando los hijos e hijas no colaboran en las tareas del hogar los padres manifiestan sentirse molestos, enfados y decepcionados.

6)      La mayoría de los padres manifiestan estar satisfechos con su propia contribución a las tareas del hogar y con la de su pareja.

   

La naturaleza de la participación de los hijos e hijas en las tareas del hogar

  Las características de la participación de los hijos e hijas tareas del hogar pueden sintetizarse en las siguientes:

1)      La participación de los hijos e hijas en las tareas del hogar aumenta con la edad.

2)      El tipo de tareas en las que más participan, independientemente de la edad, son recoger el propio cuarto, poner la mesa y hacerse la cama.

3)      Según aumenta la edad aumenta su participación en todos los tipos de tareas a excepción, a nuestro entender curiosamente, de las tareas que se realizan por otros (ordenar las cosas de otro, recoger las cosas de otro, hacer la cama de otro) cuya regularidad tiende a disminuir con la edad.

4)      Según aumenta la edad de los hijos e hijas se observan diversas modificaciones en las creencias que expresan sobre el concepto de la colaboración de la familia en las tareas del hogar. Concretamente se produce un desvanecimiento de la creencia de que la colaboración es una realidad en su hogar y tiende a aumentar la constatación de que es un foco de discusión en su hogar.

5)      Es esperanzador que tanto los hijos como las hijas a cualquier edad reconocen la importancia de su propia contribución a las tareas del hogar.

   

Implicaciones educativas

  El tema de la participación de los miembros de la familia en las tareas domésticas es un área poco explorada en la investigación educativa y social. Para algunos podría carecer de relevancia en la investigación educativa actual explorar algo tan obvio como es que la mujer es la que realiza y asume la responsabilidad de las tareas domésticas en el hogar. Si bien es verdad que se han realizado algunos estudios sobre quién realiza cuanta tarea comparando la participación de los hombres y las mujeres que revelaban el exceso de trabajo familiar sobre la mujer, no hemos encontrado investigaciones en el ámbito educativo dirigidas a cambiar esta situación de sobrecarga. También escasean estudios precedentes en nuestro país sobre la participación de los hijos e hijas en las tareas domésticas.

Para otros es un tema trivial que, como las mismas tareas del hogar, es excesivamente cotidiano, repetitivo, monótono, escaso de creatividad y carente de importancia. Pero creemos que precisamente la cotidianeidad de las tareas domésticas es la característica que las hace relevantes para la investigación en estos ámbitos. Sabemos que en lo cotidiano de la vida familiar se asientan las raíces de la desigualdad entre hombres y mujeres. Y es posible que el primer contacto que tienen os niños y las niñas con esta desigualdad es a través de su observación y participación en las tareas del hogar. Y además, lo que aporte la investigación sobre la implicación de los miembros de la familia en las tareas domésticas puede contribuir a comprender su contribución tanto en los otros tipos de tareas y roles que conforman el trabajo familiar como en la configuración de otro tipo de roles laborales y sociales. 

Como han avanzado otros autores (Thomson y Walker, 1991; Bair y Johnson,1992) para comprender la distribución del trabajo doméstico por el género habrá que investigar más acerca del significado del salario y del trabajo familiar para el hombre y la mujer junto con los patrones interaccionales y modelos de funcionamiento interno familiar. Por lo tanto, el debate sobre este campo no debería centrarse tanto en si trabajo fuera/dentro del hogar o en quién hace cuanta clase de trabajo sino en cómo distribuir más justamente el trabajo familiar repartiendo las tareas según las posibilidades reales de implicación de sus miembros.

El reto de la investigación educativa en este campo radica en la búsqueda y desarrollo de herramientas para fomentar la corresponsabilidad en la vida familiar. En esta línea queda todo por hacer.  Desde el ámbito de la orientación educativa dirigida a las familias este tema es extraordinariamente rico para conseguir los siguientes objetivos:

a)      Estimular la igualdad entre padres y madres en el trabajo para mejorar la dinámica familiar.

b)      Fomentar la responsabilidad de los hijas y las hijas a través de su implicación en el trabajo familiar.

Los programas de formación de padres y madres como el que nuestro grupo de investigación ha elaborado (Maganto, Bartau y Etxeberría, 1999) pueden ser una alternativa para fomentar la colaboración de los miembros de la familia en el trabajo familiar. Un objetivo fundamental de estos programas es trabajar para hacer visible lo invisible. Consiste en aprender a valorar el trabajo familiar como otros tipos de trabajos; consiste en comenzar a reconocer el esfuerzo y la importancia de la organización y el control de las tareas sin menospreciar su realización; y consiste en comenzar a ver claramente el exceso de trabajo que realizan las madres en nuestras familias. Como ha señalado Vosler (1996), otro de los objetivos con las familias podría ser intentar cambiar los modelos de funcionamiento interno familiar para equilibrar los roles. Los beneficios de la puesta en marcha de los programas para estimular la participación de los miembros de la familia en el trabajo familiar no solo incidirán en las madres sino también en los padres y en los hijos e hijas. La investigación educativa en este campo puede contribuir a que la familia no sea un contexto que mantenga y perpetúe la desigualdad entre las personas sino que favorezca la corresponsabilidad en la vida familiar.

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Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio Español de Trabajo y Asuntos Sociales (Instituto de la Mujer)

This research was financed by the Spanish Ministry of Work and Social Affairs (Women Institute)


 

ABOUT THE AUTHORS SOBRE LOS AUTORS

Juana Mª Maganto Mateo (plpmamaj@sf.ehu.es). Licenciada en Pedagogía y Psicología. Doctora en Pedagogía. Profesora Titular del Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Facultad de F.I.C.E. de Universidad del País Vasco en San Sebastián. Imparte su docencia en las Licenciaturas de Psicopedagogía y Pedagogía así como en la Diplomatura de Educación Social. Autora y colaboradora de diversos libros y artículos en revistas especializadas derivados de su trabajo de investigación en el ámbito del Diagnóstico en Educación y la Orientación Familiar.  Su dirección postal es: Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Avda. de Tolosa nº 70. 20018-San Sebastián (España)

Isabel Bartau Rojas (odpbaroi@sf.ehu.es). Licenciada en Psicología y Pedagogía. Doctora en Pedagogía. Profesora Titular del Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Facultad de F.I.C.E. de Universidad del País Vasco en San Sebastián. Imparte su docencia en las Licenciaturas de Psicopedagogía y Pedagogía así como en la Diplomatura de Educación Social. Autora y colaboradora de diversos libros y artículos en revistas especializadas derivados de su trabajo de investigación en el ámbito de la Orientación Familiar. Su dirección postal es: Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Avda. de Tolosa nº 70. 20018-San Sebastián (España)

Juan Etxeberría Murgiondo (juanito@sc.ehu.es). Licenciado en Matemáticas. Doctor en Pedagogía. Profesor Titular del Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Facultad de F.I.C.E. de Universidad del País Vasco en San Sebastián. Imparte su docencia en las Licenciaturas de Psicopedagogía y Pedagogía así como en la Diplomatura de Educación Social. Autor y colaborador de diversos libros y artículos en revistas especializadas derivados de su trabajo de investigación en el ámbito de la Estadística Aplicada y especialmente en los Métodos de Regresión y Análisis Multivariante. Su dirección postal es: Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Avda. de Tolosa nº 70. 20018-San Sebastián (España)  

 


ARTICLE RECORD / FICHA DEL ARTÍCULO

Reference /

Referencia

 Maganto, Juana María, Bartau, Isabel y Etxeberria, Juan (2003). La participación en el trabajo familiar: un reto educativo y social.  Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa, v. 9, n 2. http://www.uv.es/RELIEVE/v9n2/RELIEVEv9n2_4.htm. Consultado en (poner fecha)

Title / Título

La participación en el trabajo familiar: un reto educativo y social [Participation in family work: social and educational challenge ]

Authors / Autores

Juana María Maganto,  Isabel Bartau y Juan Etxeberria

Review

Revista

Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa (RELIEVE), v. 9, n. 2

ISSN

1134-4032

Publication date /

Fecha de publicación

 2003  (Reception Date:  2003 Feb. 12; Approval Date: 2003 Sept. 16  Publication Date: 2003 Sept. 18 )

Abstract /

Resumen

   We present the conclusions of an exploratory, descriptive and comparative study conducted in the Basque Country with a total sample of 1651 families (children (N=1651), mothers (N= 1043) and fathers (N=873) ). This study analyses the nature of the parents’ and children’s participation in household work. We conclude that all the family members attach great importance to their own contribution to household work as well as to that of other family members’.   However, the nature of their participation differs in the following aspects: 1) in general, mothers tend to take on most household tasks, thus, we can state that mothers do have an overload of work in comparison with other family members; 2) fathers’ participation in household tasks is occasional and sporadic as far as most tasks are concerned; and 3) children’s participation increases with age. We find a number of practical educational implications in order to contribute to the family’s favoring roles equality and balance with regard to family life work

 

   Se presentan las conclusiones de una investigación exploratoria y descriptivo-comparativa llevado a cabo en el País Vasco con una muestra total de 1651 familias (hijos e hijas N=1651), madres (N=1043) y padres (N=873)) que analiza la naturaleza de la participación de los padres, las madres los hijos y las hijas en las tareas del hogar. Se concluye que todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribución y a la de los demás en las tareas del hogar. No obstante, la naturaleza de su participación difiere en los siguientes aspectos: 1) en general, las madres asumen habitualmente la mayoría de las tareas del hogar por lo que se puede afirmar que soportan una sobrecarga de trabajo en comparación con los demás miembros de la familia, 2) la participación de los padres en las tareas del hogar es ocasional y esporádica en la mayoría de las tareas y 3) la participación de los hijos e hijas aumenta con la edad. Se extraen diversas implicaciones educativas prácticas para contribuir a que la familia favorezca la igualdad y el equilibrio de los roles del trabajo en la vida familiar.

Keywords

Descriptores

  Family corresponsibility, children's participation in family work, family and education

  Corresponsabilidad familiar, participación de los hijos en el trabajo familiar, familia y educación

Institution /

Institución

Universidad del País Vasco (España)

Publication site /

Dirección

http://www.uv.es/RELIEVE 

Language / Idioma

 Español (Title, abstract and keywords in english)

 

Volumen 9, n.2

 

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